TRES

—¿Y qué le pasó a la muchacha loba? —preguntó Illyan, después de un largo silencio de fascinación.

—Ah. Le va bien. Estoy contento. Hace poco ha ascendido a sargento. Mi cirujano de Dendarii le está dando unas drogas para retrasar en algo el metabolismo. Experimentales.

—¿Entonces tal vez aumenten su expectativa de vida?

Miles se encogió de hombros.

—Ojalá lo supiéramos. Tal vez. Es lo que esperamos.

—Bien —cambió de tema Illyan—. Eso nos deja frente a Dagoola, sobre lo cual, mejor será que recuerdes que el único informe tuyo que recibí antes de que se hicieran cargo los otros operativos fue ese… informe excesivamente sucinto que enviaste desde Mahata Solaris.

—Se suponía que eso iba a ser preliminar. Pensé que iba a volver a casa antes.

—Eso no supone ningún problema… o por lo menos para el conde VorvoIk. Dágoola, Miles. Suéltalo todo ahora y así podrás dormir un poco.

—Empezó de una forma tan simple… —Miles frunció el ceño, cansado—. Casi tan simple como lo de Jackson’s Whole. Después las cosas se pusieron feas. Las cosas se pusieron muy feas…

—Bien. Empieza por el principio.

—El principio. Dios. Bueno…

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