[1] Salón o vestíbulo de la opera donde se reúnen los espectadores durante un entreacto.

[2] Se denomina Comuna al gobierno revolucionario que ejerció el poder en París, en 1781, instaurando un régimen de terror.

[3] Sería un ingrato si no agradeciera igualmente, en el umbral de esta espantosa y verídica historia, a la dirección actual de la Opera, que tan amablemente se ha prestado a todas mis investigaciones, y en particular al señor Messager; también al simpatiquísimo administrador, señor Gabion, y al amabilísimo arquitecto encargado de la conservación del monumento, que no dudó en prestarme los planos de Charles Garnier, pese a estar casi seguro de que no se los devolvería. Finalmente, me queda el reconocimiento público a la generosidad de mi amigo y antiguo colaborador, señor J. L. Croze, que me permitió consultar su admirable biblioteca teatral, y tomar prestadas ediciones únicas a las que él tenía en mucha estima. [Esta nota, como todas con asterisco de la obra, es del autor.

[4] Espejo grande de pie, dispuesto sobre un bastidor, con bisagras en el marco, de modo que pueda variarse a voluntad la inclinación.

[5] Sé la anécdota, también absolutamente cierta, por medio del mismo señor Pedro Gailhard, antiguo director de la Opera.

[6] Se denominan «corifeos» a los miembros de la segunda de las cinco jerarquías del cuerpo de baile de la ópera de París, en tanto que «ratas» o «ratitas» son los alumnos/as de dicho cuerpo, que cumplen la función de figurantes/as.

[7] Región histórica situada a orillas del mar Báltico, dividida actualmente entre Polonia y Alemania.

[8] Decorado montado entre bastidores.

[9] Como veremos más adelante, Siebel es el novio de Margarita en la ópera Fausto, de Gounod, personaje que solía ser interpretado por una soprano o mezzosoprano trasvestida.

[10] Accesorio teatral que no es un simple decorado, sino que puede usarse, como una puerta o una ventana.

[11] De korrig, gnomo, y korr, enano: pequeños seres femeninos del folclore bretón, generalmente velludos y malévolos.

[12] Gigante que, en Os Lusiadas, del poeta portugués Luís Vaz de Camoens (1524-1580), guarda el cabo de las Tormentas o de Buena Esperanza.

[13] El Bois de Boulogne, extenso parque de los suburbios parisinos.

[14] Hipódromo situado en el Bois de Boulogne.

[15] El «descenso de la Courtille», que en un conjunto de merenderos y jardines campestres, consistía en el desfile, en coches de máscaras, con que se festejaba el martes de carnaval.

[16] Familiarmente, la Muerte.

[17] En la mitología griega, el Éstige es el río de los Infiernos, por el cual el barquero Caronte conduce las almas de los muertos.

[18] Se denomina.registro» al cuarto desde donde -en la opera de París- se controlan las luces. Más adelante se explica el porqué de este nombre.

[19] No confundir con el famoso mago norteamericano Harry Houdini. Jean Eugéne Robert-Houdin (1805-1871) fue un notable prestidigitador francés, cuya obra escrita es un verdadero manual de iniciación a la prestidigitación.

[20] Los primeros aerostatos, globos de aire caliente cuyo nombre deriva de sus inventores, los hermanos Montgolfier.

[21] Las «glorias» son, en el lenguaje teatral, los elementos que se suelen colocar en el «cielo» de los decorados, como lunas, soles, cometas, rayos, etc.

[22] Bernard Garnier (1825-1895), arquitecto francés, autor -entre otras obras- del teatro de la ópera de París y del Casino de Montecarlo.

[23] Persona que padece tristeza y disgusto, a consecuencia de lo cual está pálida y melancólica.

[24] El mismo Pedro Gailhard me contó que había creado el puesto de cerradores de puertas para viejos tramoyistas a los que no quería despedir.

[25] Por aquella época los bomberos tenían aún la misión de cuidar de la seguridad de la Opera durante las representaciones. Más tarde ese servicio fue suprimido. Cuando pregunté el motivo al señor Pedro Gailhard, me contestó que temían que, dado su absoluto desconocimiento de los sótanos del teatro, les prendieran fuego.

[26] El autor no dará más explicaciones, lo mismo que el Persa, acerca de la aparición de esta sombra. Todo en esta narración histórica quedan explicado a medida que los hechos aparentemente anormales vayan sucediendo. El autor no explican expresamente al lector lo que el Persa quiso decir con estas palabras: “Alguien mucho peor” (que la policía del teatro). El lector deben adivinarlo, ya que el autor prometió al ex director de la Opera, señor Pedro Gailhard, guardar el secreto acerca de la personalidad, a la vez interesante y útil de la sombra errante de la capa que, condenándose a vivir en los bajos del teatro, ha prestado prodigiosos servicios a aquellos que, en las veladas de gala, por ejemplo, se atreven a bajar a los sótanos. Me refiero a servicios de Estado, y no puedo decir más.

[27] El antiguo director de la Opera, el señor Pedro Gailhard, me contó un día en el cabo de Ail, en casa de la señora de Pierre Wolff, la inmensa depredación subterránea debida a la rapiña de las ratas, que duró hasta el día en que la administración contrató, por un precio bastante elevado, a un individuo que aseguraba suprimir la plaga sólo con venir a dar una vuelta por los sótanos cada quince días. A partir de entonces, ya no hubo más ratas en la Ópera que las que se admiten en el foyer de la danza. El señor Gailhard pensaba que aquel hombre había descubierto un perfume secreto que atraía hacia él a las ratas, al igual que el "coq-levent" con el que algunos pescadores se frotan las piernas, atrae a los peces. Las arrastraba tras de sí hasta algún agujero en el que las ratas, embriagadas, se dejaban ahogar. Hemos visto el espanto que la aparición de aquella figura había causado al teniente de bomberos, espanto que había llegado hasta el desmayo -conversación con el señor Gailhard-, y para mí no hay la menor duda de que la cabeza-llama encontrada por el bombero sea la misma que puso en un estado tan alarmante al Persa y al vizconde de Chagny (papeles del Persa).

[28] Jamás se encontraron esos dos pares de botines, que habían dejado, según los papeles del Persa, entre el portante y el decorado de El rey de Lahore, en el mismo lugar en que se había encontrado ahorcado a Joseph Buquet. Debieron llevárselos algún tramoyista o un cerrador de puertas.

[29] Pendjab o Punjab, región del noroeste de la península indostánica, dividida desde 1947 entre la India y Pakistán.

[30] Región histórica del noreste de Indochina, desde 1954 forma parte de la República Popular de Vietnam.

[31] Un informe administrativo procedente del Tonquín y llegado a París a finales de julio de 1900, cuenta cómo el célebre jefe de la, banda, De Tham, vencido junto con sus piratas por nuestros soldados, pudo escapar, al igual que todos los suyos, gracias al truco de los juncos.

[32] Daroga, en Persia, comandante general de la policía del gobierno.

[33] Aquí, el Persa podía haber admitido que la suerte de Erik le interesaba también personalmente, ya que no ignoraba que, si el gobierno de Teherán supiera que Erik aún estaba vivo, esto habría significado el fin de la modesta pensión del antiguo daroga. Es preciso añadir que el Persa tenía un corazón noble y generoso, y no dudamos de que las catástrofes que temía para los demás ocupaban plenamente su espíritu. Por lo demás, su conducta en todo esté asunto lo demuestra de sobras y por encima de cualquier elogio.

[34] Literalmente, el «engaña-la-muerte», apelativo familiar de «una persona que sale bien de todas las enfermedades», según el Larousse.

[35] El museo de cera.

[36] En la época en que escribía el Persa, se comprende muy bien que tomara tantas precauciones contra la incredulidad de la gente; hoy en día, cuando todo el mundo ha podido ver ese tipo de salas, resultarían superfluas

[37] Se refiere ala Imitación de Cristo, de Tomas de Kempis (1379-1471).

[38] Hablaba yo aún, cuarenta y ocho horas antes de la aparición de esta obra, al señor Dujardin-Beaumetz, nuestro simpatiquísimo subsecretario de Bellas Artes, que me ha dejado alguna esperanza, y le decía que es deber del Estado acabar con la leyenda del fantasma para restablecer sobre bases indiscutibles la historia tan curiosa de Erik. Para ello sería indispensable, y sería la culminación de mi trabajo, encontrar la mansión del Lago en la que puede que se encuentren aún auténticos tesoros musicales. No cabe duda de que Erik fue un artista incomparable.?Quién nos dice que no encontraremos en la mansión del Lago la famosa partitura de su Don Juan Triunfante?

[39] Rey de reyes, título que ostentaba el monarca de Persia.

[40] Entrevista a Mehemet Alí bey, al día siguiente de la entrada de las tropas de Salónica en Constantinopla, por el enviado especial de Ir Matin.

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