13. INTEGRE SU PROPIO GRUPO DE PRÁCTICA

Por medio de la lectura de este libro deseo que usted se acerque tanto como sea posible a desarrollar sus habilidades mentales como nosotros lo hacemos en las clases de Control Mental. Requerirá de una dedicación constante y prolongada, pero agradable. Hasta el momento, los ejercicios que le he proporcionado puede practicarlos a solas. Al cabo de uno o dos meses, cuando adquiera pericia, estará preparado para practicar casos de rehabilitación como los que acabamos de describir. Al llegar a ese punto necesitará ayuda de otras personas, bajo condiciones cuidadosamente controladas. Aquí tiene lo que debe hacer:

Aun antes de empezar el primer ejercicio que aparece en este libro, integre un grupo de un mínimo de seis personas compatibles, quienes también aprenderán a practicar los ejercicios. Manténgase en contacto conforme progresen, y cuando todo el mundo esté preparado (cuando todo el mundo haya dominado verdaderamente los ejercicios) reúnanse para empezar a practicar casos de rehabilitación. Dedique por lo menos un día entero a la primera sesión. Todos llevarán consigo por lo menos cuatro fichas, cada una con el nombre, la edad y la ubicación de una persona gravemente enferma por un lado, y la naturaleza de su padecimiento por el otro. Inclúyanse bastantes detalles, ya que estos resultarán de utilidad cuando llegue el momento de verificar.

Empiecen proyectándose mentalmente dentro de un metal. Ustedes no dispondrán de cubos y cilindros como los que nosotros tenemos en nuestras clases; pueden utilizar monedas de plata y de cobre, un anillo de oro, y un pequeño imán de hierro. Deberán examinar estos objetos con sumo cuidado; después entrarán a nivel e imaginarán un objeto a la vez, colocándolo mentalmente a varios centímetros de distancia enfrente de ustedes, por encima del nivel del ojo. Imaginen que el objeto se expande hasta que casi adquiere el tamaño de la habitación, después entren en su interior y realicen los distintos exámenes.

Hagan lo mismo con frutas y vegetales, y por último con un animalito casero. Podrán considerar que este ejercicio ha sido un éxito cuando todo el mundo haya sentido una diferencia bien definida entre los exámenes realizados con un objeto y con otro. No es necesario que los resultados de cada examen sean claros y detallados; basta con que la experiencia global de cada objeto sea diferente de la experiencia de otros objetos. Puede ser que las impresiones que usted tuvo hayan sido completamente diferentes de las de otras personas. Esto no tiene importancia, lo que interesa es lo que usted observa; eso se convierte en su punto de referencia.

Todavía no he elaborado un medio para ayudarlo a evocar consejeros por medio de la palabra impresa. Si de alguna manera usted es capaz de hacer esto por sí mismo, magnífico, pero puede proceder perfectamente bien sin ellos, aunque su progreso puede ser más lento.

Para el practicar casos de rehabilitación, formen parejas exactamente como lo hacemos en las clases de Control Mental. En el capítulo 12 encontrarán las palabras que el orientólogo le dice al psíquico al presentarle el caso. Estas son exactamente las que usamos en clase, y sugiero que su grupo también las

emplee.

Mencioné que deberán llevar esto al cabo bajo condiciones cuidadosamente controladas. Esto es lo que quiero decir:

1. Elija un sitio tranquilo en donde no haya posibilidades de que los interrumpan o los molesten.

2. Asegúrese de que cada uno de los miembros del grupo haya practicado todos los ejercicios que aparecen en este libro, en el orden adecuado, y que haya tenido éxito con ellos.

3. Póngase de acuerdo con anticipación en el sentido de que no habrá jactancias. Es probable que alguien del grupo tenga un éxito más espectacular que los demás… al principio. Esto no significa que él es el "mejor" o que es superior en algún sentido; sencillamente ha sido el primero en tener éxito. Es posible que algunos no empiecen a operar psíquicamente hasta la quinta o sexta reunión, pero los más lentos con frecuencia terminan siendo los mejores psíquicos.

4. Si conocen a algún graduado de Control Mental, pídanle que se una a ustedes. Si se ha mantenido al corriente con su Control Mental, resultará de inmensa ayuda. Si ha olvidado algo, un breve recordatorio con este libro u otro repaso con una clase de Control Mental (lo puede tomar sin cargo alguno) lo volverá a poner en forma.

5. Cuando usted sea el psíquico, haga a un lado sus dudas y entre de lleno en la actividad. Haga caso de sus corazonadas… adivine… pero sobre todo, no trate de razonar sus descubrimientos. No diga: "Ah, eso no puede ser" y espere otra impresión. Lo que se le ocurre en el primer pensamiento con frecuencia es más correcto que lo que se le ocurre en el segundo pensamiento.

Hable continuamente Examine el cuerpo de arriba a abajo y describa lo que vea)

6. Cuando usted sea el orientólogo, no proporcione indicios. Usted desea que su psíquico tenga éxito, pero de nada servirá que le diga: "Regresa al pecho. ¿Estás seguro de que no hay nada malo allí?"

No le diga al psíquico que está equivocado. En las primeras etapas, cuando es probable que se produzca el mayor número de equivocaciones, lo que con frecuencia sucede es que el psíquico percibe otros casos, en lugar de percibir aquel en el que está trabajando. El error es relativamente insignificante y se puede corregir con un poco de práctica. Las palabras desalentadoras del psicorientólogo pueden detener el progreso Limítese a decir: "No tengo información respecto a eso".

7. Tenga paciencia. Si más de un millón de personas como usted han tenido éxito, con toda certeza que usted también lo tendrá. Es probable que le lleve más tiempo, ya que está trabajando por su cuenta y con un grupo informal, pero ¿cuál es la prisa?

8. Una vez que todo el mundo tenga un éxito continuo con los casos de rehabilitación, mantenga al grupo en contacto, sigan reuniéndose, continúen trabajando juntos en estas prácticas. Cada día se volverán más diestros hasta que un día lleguen7 a ser capaces de efectuar casos de rehabilitación por sí solos, y se vuelvan cada vez más sensibles a los mensajes sutiles de la vida cotidiana y no tan solo a los más potentes de las enfermedades graves.

9. No utilicen a ninguno de los presentes para un estudio. Existe una distinción legal entre hacer esto y trabajar con alguien que está alejado. En el primer caso se trata de diagnóstico, mismo que le corresponde a los médicos y guardianes de la salud que poseen licencia; en el segundo caso se trata de detección psíquica, cosa que no representa ningún problema ante la ley.

10. Cuando descubra una anormalidad en un caso en el que esté trabajando, no se apresure a darle la noticia. Esta es la labor del médico. La suya consiste en desarrollar sus habilidades psíquicas con el objeto de poder ayudar a esa persona y a otras psíquicamente… y legalmente. Limítese a.corregir en forma mental aquello que detecte. Usted detecta mentalmente, así que debe corregir en la misma forma.

Al principio de este capítulo hice la advertencia de no darle mucha importancia al hecho de que una persona tenga éxito antes que las demás. Yo aprendí esta lección en forma significativa cuando impartía una de mis primeras clases, en 1967. Uno de los estudiantes, Jim Needham, cuya ocupación era instructor de vuelos. Todo marchaba bien para él hasta que llegó el último día del curso. Cada uno de los estudios que realizó fue un rotundo fracaso. Nadie en el grupo de treinta y dos personas tuvo un desempeño tan deficiente como el suyo.

Sin embargo, Jim veía que otros lo hacían bien, y tenían un acierto detrás de otro. Si ellos podían, él también tenía que poder, de modo que ideó su propio plan para practicar en casa con su esposa, quien había tomado el curso con él. Ella recortaba artículos de periódicos que hablaban sobre víctimas de accidentes, y cada noche, después de ponerse a nivel, él trataba de estudiar los casos; ella le proporcionaba los nombres, edades, sexo y ubicación y él describía las lesiones. Además de esto, ella le leía nombres de las páginas amarillas del directorio telefónico y él trataba de adivinar sus ocupaciones. Transcurrieron seis meses de fracasos rotundos, y después se produjo el éxito y llevó al cabo con precisión su primer caso de rehabilitación. Después otro, y otro. De hecho, ahora Jim puede operar psíquicamente sin entrar a nivel y esto ya es parte de su vida cotidiana.

Una tarde, Jim estaba a nivel Beta, o nivel de conciencia externa, ayudando a una clase a llevar al cabo el ejercicio para evocar a los consejeros. Vio a un negro gigantesco, vestido con túnica de brocado dorado y un ancho brazalete enjoyado, que se acercaba a uno de los estudiantes. El estudiante lo rechazó, y él se acercó a otro, y después desapareció en su aura.

Cuando el ejercicio llegó a su fin, el primer estudiante, una mujer, dijo que solamente tenía un consejero. Habían aparecido dos, pero el masculino era Ótelo; parecía demasiado temible. El segundo estudiante exclamó:

– Yo tengo a Otelo. ¡No vino de inmediato, pero ahí estaba al finalizar el ejercicio!

Es posible que usted no tenga que perseverar tanto como lo tuvo que hacer Jim Needham (eso es muy raro), pero si el éxito tarda en llegar a usted, esto no significa que usted no posea el don psíquico. Significa nada más que el éxito está tardando más en llegar a usted.

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