Haz el favor de tomarte unos instantes para cerrar los ojos, abrir tu corazón y sentir todo el amor que emana de él.
Quiero que te unas a mí en una oración muy especial para experimentar la comunión con nuestro Creador.
Dirige tu atención a tus pulmones, olvidándote de todo lo demás. Cuando se expandan, siente el placer de satisfacer la mayor necesidad del cuerpo humano: respirar.
Haz una inspiración profunda y siente el aire a medida que va entrando en los pulmones. Siente que no es otra cosa que amor. Descubre la conexión que existe entre el aire y los pulmones, una conexión de amor. Llénalos de aire hasta que tu cuerpo sienta la necesidad de expulsarlo. Y entonces, espira y siente de nuevo el placer, porque siempre que satisfacemos una necesidad del cuerpo humano, sentimos placer. Respirar nos proporciona un gran placer. Es lo único que necesitamos para sentirnos felices, para disfrutar de la vida. Estar vivos es suficiente. Siente el placer de estar vivo, el placer del sentimiento del amor…