Poco se sorprenderá el lector si le recuerdo que Sheffield es uno de esos autores que devuelven al género todo el encanto y ese típico «sentido de la maravilla» que caracterizaron la ciencia ficción en sus años dorados. Tras ese tour de forcé de aventura e imaginación que era LA CAZA DE NLMROD (Libro Amigo de Ediciones B, número 54), MAREA ESTIVAL ya es el cuarto título de este autor en la colección NOVA ciencia ficción. A estas alturas no voy a negar que me gusta la obra de Sheffield. Siempre me ha divertido y entretenido.
La buena opinión que me merece este escritor, cuya obra ha sido comparada a la de Clarke y Asimov, se ve además reforzada por la opinión de otros comentaristas. Tal vez por su edad, Sheffield ha sido considerado incluso como el posible sucesor de esos ya míticos autores de la ciencia ficción de todos los tiempos. The Washington Post, un prestigioso periódico no circunscrito ni limitado al ambiente especializado en la ciencia ficción, decía de él, a propósito de la publicación norteamericana de MAREA ESTIVAL:
Charles Sheffield ha sido llamado «el nuevo Arthur C. Clarke» tan a menudo, que uno espera encontrar algún día un adolescente que sólo conozca a Clarke como «el viejo Charles Sheffield» […]. En una novela de Sheffield esperamos encontrar esas descripciones apasionantes y casi religiosas de los fenómenos galácticos, tanto naturales como artificiales […]. Nadie se sorprende cuando es precisamente eso lo que encontramos. Y si algún otro autor es capaz de hacer un mejor trabajo en ese campo, me gustaría saber de él.
Finalizado su período como presidente de la Science Fiction Writers of America (SFWA), entre 1984 y 1986, Sheffield parece haber reemprendido con renovadas energías su labor como autor. Casi una decena de novelas aparecidas en los últimos cuatro años indican claramente un punto álgido en la carrera profesional de Sheffield. Destaca entre estas publicaciones la serie que se inicia con esta novela. Se trata de un intento de emular (y tal vez de superar) obras ya clásicas de la moderna ciencia ficción.
Sheffield es uno de esos nuevos autores de calidad capaces de mantener al mismo tiempo el interés por unos personajes alejados del «cartón piedra» típico de la edad de oro de la ciencia ficción y proporcionar con sus libros una riqueza de ideas sorprendente y exuberante que sigue siendo la base esencial de ese «sentido de la maravilla» que ha hecho tan popular al género.
La mayoría de las obras de Sheffield hace gala de su gran habilidad especulativa, como ocurre deforma magistral en LA CAZA DE NlMROD (Libro Amigo de Ediciones B, número 54) o ENTRE LOS LATIDOS DE LA NOCHE (NOVA ciencia ficción, número 4). Pero también es fácil constatar que Sheffield pertenece a la estirpe de los «narradores natos», de esos autores capaces de sumergir al lector en un relato que parece explicarse por sí solo, sin que el lector haga ningún esfuerzo. Sugiero, como prueba, que el lector intente interrumpir a media lectura el primer capítulo de LA TELARAÑA ENTRE LOS MUNDOS (NOVA ciencia ficción, número 21). A mí me resultó imposible.
Todo ello lo hallamos también en las novelas de ese Universo heredado, título de la serie iniciada con MAREA ESTIVAL. En este caso nos encontramos con el insondable misterio de los Constructores y su sorprendente tecnología. En el brazo espiral de la Galaxia se han encontrado ya más de mil doscientos misteriosos y gigantescos artefactos creados por la ignota y ya desaparecida especie de los Constructores. Algunos de esos artefactos son incluso comprensibles, y otros, simplemente, extraños y peligrosos. El conjunto constituye un misterio tal vez insondable que desafía la inteligencia tanto de los humanos como de los alienígenas que habitan en esa zona de la galaxia.
La idea recuerda, es evidente, la saga de los Heeche que desarrollara Frederik Pohl tras el éxito de PÓRTICO (1977); pero en la obra de Sheffield el encanto de la tecnología, remota y a la vez ignota, de los Constructores sugiere también las maravillas que propusiera Arthur C. Clarke con su ENCUENTRO CON RAMA. Ambas referencias han sido detectadas por los comentaristas. Veamos unos ejemplos:
Una historia-puzzle bien construida, a la manera de los libros de Arthur C. Clarke sobre Rama.
Los Constructores son una imponente presencia no visible y sus artefactos son tan valiosos como cualquier cosa que hubieran dejado los Heeche.
En los tres casos (Rama, los Heeche y el Universo heredado la primera novela se cierra en sí misma sin que se resuelvan completamente los interrogantes pendientes en torno a la tecnología de una misteriosa especie de alienígenas. Es ese misterio, tal vez insondable, el que dará pie a la aparición de otras novelas en las series respectivas. Pero, como ocurriera con ENCUENTRO CON RAMA y con PÓRTICO, MAREA ESTIVAL termina sin dejar a los protagonistas «colgados» en situaciones imposibles y la estructura tradicional (planteamiento, nudo y desenlace) se completa íntegramente.
El eje (y el nudo al que nos referíamos) de esta primera novela de la serie es, tal como indica su título, la próxima MAREA ESTIVAL en el sistema planetario formado por los gemelos Sismo y Ópalo. Esta vez, el fenómeno ha de ser el fruto de una Gran Conjunción de estrellas y planetas que sólo sucede cada 350.000 años. Los mejores estudiosos de la tecnología de los Constructores coinciden en suponer que será una oportunidad única para desentrañar el misterio de esos sorprendentes artefactos. Por ello, humanos y alienígenas, con sus rencillas y enfrentamientos, se dan cita en el sistema y se exponen a sus peligros.
Construida como una novela de aventuras salpicada de sorpresas y maravillas tecnológicas, MAREA ESTIVAL es un ejemplo claro de la ciencia ficción que ha dado nombre al género. Pero, como corresponde a la ciencia ficción de los años noventa, esos rasgos tradicionales se unen a un mayor interés por la caracterización de los personajes que han sabido detectar la mayoría de los comentaristas, incluso los no especializados como The London Times:
Como Arthur C. Clarke y Greg Bear […] Brillantemente equilibrada entre unos conceptos gigantescos y una caracterización del tamaño de la vida.
O el comentario de otros críticos más especializados, como los de la revista Locus:
MAREA ESTIVAL sigue a un grupo de personajes moderadamente bien delineados a través de una serie de aventuras que culminan en un conjunto parcial de respuestas […] con la riqueza de la imaginación de alguien que sabe y que ama la ciencia, y que es capaz de comunicarla […]; si las siguientes novelas por venir responden al potencial definido aquí, tendremos unas de las obras más raras de la ciencia ficción: aquellas en las que la ciencia y los personajes son, ambos, muy convincentes.
Para finalizar, tan sólo decir que la serie del Universo heredado abarcará cuatro novelas aunque, inicialmente, parecía que se resolvería sólo con dos. Tras MAREA ESTIVAL, aparecida en febrero de 1990 en Estados Unidos, se han publicado ya DIVERGENCE (febrero de 1991) y TRANSCENDENCE (abril de 1992) y, según se indica en las galeradas de esta última, la serie finalizará con el cuarto volumen CONVERGENCE: THE RETURN OF THE BUIDERS, todavía inédita en Norteamérica. De momento, pues, les dejo con las maravillas tecnológicas de los Constructores. Seguro que pronto volveremos a este Universo heredado de Sheffield y sus sorpresas.
Miquel Barceló