APÉNDICES

I

Notas manuscritas de Iréne Némirovsky sobre la situación de Francia y su proyecto Suite francesa , extraídas de su cuaderno

¡Dios mío! ¿Qué me hace este país? Ya que me rechaza, considerémoslo fríamente, observémoslo mientras pierde el honor y la vida. Y los otros, ¿qué son para mí? Los imperios mueren. Nada tiene importancia. Se mire desde el punto de vista místico o desde el punto de vista personal, es lo mismo. Conservemos la cabeza fría. Endurezcamos el corazón. Esperemos.


21 de junio. Encuentro con Pied-de-Marmite. Francia va a ir de la mano de Alemania. Aquí se movilizará pronto, «pero sólo a los jóvenes». Eso lo dice sin duda en atención a Michel. Un ejército atraviesa Rusia, el otro viene de África. Suez ha caído. Japón vence a Estados Unidos con su formidable flota. Inglaterra pide clemencia.


25 de junio. Calor inaudito. El jardín se ha engalanado con los colores de junio: azul, verde claro y rosa. He perdido la estilográfica. Pero tengo otras preocupaciones, como la amenaza del campo de concentración, el estatus de los judíos, etc. Jornada dominical inolvidable. El trueno de Rusia cayendo sobre nuestros amigos después de su «noche loca» al borde del lago. Y por hacer el [?] con ellos todo el mundo está borracho. ¿Describiré eso algún día?


***

28 de junio. Se van. Han estado abatidos durante veinticuatro horas, ahora se los ve contentos, sobre todo cuando están juntos. El pobre Bruno dice tristemente que «se acabó la felicidad». Envían sus paquetes a casa. Se nota que están sobreexcitados. Admirable disciplina y, en el fondo del corazón, creo yo, ni una chispa de rebeldía. Hago aquí la promesa de no volver a descargar mi rencor, por justificado que sea, sobre una masa de hombres, sean cuales sean su raza, religión, convicciones, prejuicios o errores. Compadezco a esos pobres chicos. Pero no puedo perdonar a los individuos, a los que me rechazan, a los que nos dejan caer fríamente, a los que están dispuestos a darnos la patada. A ésos, si los cojo algún día… ¿Cuándo acabará esto? Las tropas que estuvieron aquí el verano pasado decían «en Navidades»; luego, en julio. Ahora, a finales de 1941. Aquí se habla de liberar el territorio, salvo la zona prohibida y las costas. En la zona libre, parece que la guerra se la trae al fresco. La atenta relectura del Journal officiel me devuelve al estado de ánimo de hace unos días,


Para levantar un peso tan enorme, Sísifo,

se necesitaría tu coraje.

No me faltan ánimos para la tarea,

mas el objetivo es largo y el tiempo, corto.

Le vin de solitude,

de Iréne Némirovsky para Iréne Némirovsky


1942

Los franceses estaban cansados de la República como de una vieja esposa. Para ellos, la dictadura era una cana al aire, una infidelidad. Lo que querían era engañar a su mujer, no asesinarla. Ahora que ven muerta a su República, su libertad, lloran.


Todo lo que se hace en Francia en cierta clase social desde hace unos años no tiene más que un móvil: el miedo. Ha llevado a la guerra, la derrota y la paz actual. El francés de esa casta no siente odio hacia nadie; no siente ni celos ni ambición frustrada, ni auténtico deseo de revancha. Está muerto de miedo. ¿Quién le hará menos daño (no en el futuro, en abstracto, sino ahora mismo y en forma de patadas en el culo y bofetadas)? ¿Los alemanes? ¿Los ingleses? ¿Los rusos? Los alemanes le han pegado, pero el correctivo está olvidado, y los alemanes pueden defenderlo. Por eso está «por los alemanes». En el colegio, el alumno más débil prefiere la opresión de uno solo a la libertad; el tirano lo humilla, pero prohíbe a los otros que le birlen las canicas y le peguen. Si se libra del tirano, está solo, abandonado en medio de todos.


Hay un abismo entre esa casta, que es la de nuestros dirigentes actuales, y el resto de la nación. Los otros franceses, como poseen menos, temen menos. Como la cobardía no les ahoga en el alma los buenos sentimientos (patriotismo, amor a la libertad, etc.), éstos pueden nacer. Ciertamente, entre el pueblo se han amasado muchas fortunas en los últimos tiempos, pero son fortunas en dinero devaluado, que no se pueden transformar en bienes reales, tierras, joyas, oro, etc. Nuestro carnicero, que ha ganado quinientos mil francos de una moneda cuya cotización en el extranjero (exactamente cero) conoce, le tiene menos aprecio a su dinero que un Péricand a sus propiedades, un Corbin 1 a su banco, etc. El mundo está cada vez más dividido entre los que poseen y los que no poseen. Los primeros no quieren soltar nada y los segundos quieren cogerlo todo. ¿Quién ganará?


Los hombres más odiados de Francia en 1942:

Philippe Henriot 2 y Pierre Laval. El primero como el tigre, el segundo como la hiena. Alrededor del uno se percibe el olor a sangre fresca y alrededor del otro, el hedor a carroña.


Mers-el-Kebir: estupor doloroso

Siria: indiferencia

Madagascar: indiferencia aún mayor. En suma, la única conmoción que cuenta es la primera. Uno se acostumbra a todo, a todo lo que se hace en la zona ocupada: las masacres, la persecución y el pillaje organizado son como flechas que se clavan en el barro… en el barro de los corazones.


Quieren hacernos creer que vivimos en una época comunitaria en la que el individuo debe perecer para que la sociedad viva, y no queremos ver que es la sociedad la que perece para que vivan los tiranos.

Esta época que se cree «comunitaria» es más individualista que la del Renacimiento o la de los grandes señores feudales. Todo ocurre como si en el mundo hubiera una suma de libertad y poder compartida tan pronto entre millones como entre uno solo y millones. «Tomad mis sobras», dicen los dictadores. De modo que no me vengan con el espíritu comunitario. Estoy dispuesto a morir, pero como francés y como racional quiero entender por qué muero, y yo, Jean-Marie Michaud 3, muero por P. Henriot, P. Laval y otros señores, del mismo modo que un pollo al que matan para servirlo en la mesa de esos traidores. Y yo sostengo que el pollo vale más que los que se lo comerán. Sé que soy más inteligente, mejor, más valioso a los ojos del bien, que los susodichos. Ellos tienen la fuerza, pero una fuerza temporal e ilusoria. Se la quitará el tiempo, una derrota, un capricho del destino, la enfermedad (como ocurrió en el caso de Napoleón)… Y la gente se quedará boquiabierta: «¿Cómo? -dirá-. ¿Y esto era lo que nos hacía temblar?» Tengo auténtico espíritu comunitario si defiendo mi parte y la de todos contra la voracidad. El individuo no tiene valor si no siente a los otros hombres. Pero que sean «los otros hombres», no «un hombre». La dictadura se funda en esa confusión. Napoleón sólo desea la grandeza de Francia, dice, pero le grita a Metternich: «la vida de millones de hombres me importa un comino».


Hitler: «No lucho por mí, sino por Europa» (empezó diciendo: «no lucho por el pueblo alemán»). Piensa como Napoleón: «la vida y la muerte de millones de hombres me importan un comino».


PARA TEMPESTAD EN JUNIO


Lo que necesitaría:

1) Un mapa de Francia extremadamente detallado o una guía Michelín.

2) Todos los números de varios periódicos franceses y extranjeros entre el 1 de junio y el 1 de julio.

3) Un tratado sobre porcelanas.

4) Los pájaros en junio, sus nombres y sus cantos.

5) Un libro místico (el del padrino), el abate Bréchard.


Comentarios sobre lo ya escrito:

1) Testamento – Habla demasiado.

2) Muerte del cura – Melodrama.

3) ¿Nimes? – ¿Por qué no Toulouse, que conozco?

4) En general, no hay bastante simplicidad.

[En ruso, Iréne Némirovsky añadió: «en general, suelen ser personajes colocados demasiado arriba».]


30 de junio de 1941. Insistir en las figuras de los Michaud. Los que siempre reciben y los únicos auténticamente nobles. Es curioso que la masa, la odiosa masa, esté formada en su mayoría por esa buena gente. Eso no la hace mejor a ella ni peor a ellos.


***

¿Qué escenas merecen pasar a la posteridad?

1) Las colas al amanecer.

2) La llegada de los alemanes.

3) No tanto los atentados y los rehenes fusilados como la profunda indiferencia de la gente.

4) Si quiero hacer algo efectivo, lo que debo mostrar no es la miseria sino la prosperidad a su lado.

5) Cuando Hubert escapa de la prisión a la que han llevado a los pobres diablos, en lugar de describir la muerte de los rehenes, lo que debo hacer ver es la fiesta en la ópera y, simplemente, a los que pegan los carteles en las paredes: fulano ha sido fusilado al alba. Y lo mismo después de la guerra, sin cargar las tintas sobre Corbin. ¡Sí, hay que hacerlo mediante oposiciones!: una palabra para la miseria, diez para el egoísmo, la cobardía, el compadreo, el crimen. ¡Nunca habrá habido nada tan chic! Pero lo cierto es que ése es el aire que respiro. Es fácil imaginar eso: la obsesión por la comida.

6) Pensar también en la misa de la rue de la Source, la mañana en la negra noche. ¡Oposiciones! Sí, ahí dentro hay algo, algo que puede ser muy efectivo y muy nuevo. ¿Por qué lo utilizo tan poco en Dolce? En vez de insistir en Madeleine, todo el capítulo Madeleine-Lucile, por ejemplo, puede ser suprimido, reducido a unas líneas de explicaciones que pasarían al capítulo Señora Angellier-Lucile. Y viceversa, describir minuciosamente los preparativos de la fiesta alemana. Es quizá an impression of ironic contrast, to receive theforce of the contrast. The reader has only to see and hear. 4


Personajes por orden de aparición (si no recuerdo mal):

Los Péricand – Los Corte – Los Michaud – Los propietarios – Lucile – ¿Los maleantes? – Los campesinos, etc. – Los alemanes – Los nobles.

Bueno, al principio habría que añadir a Hubert, Corte, Jules Blanc… Pero eso destruiría la unidad de tono de Dolce. Decididamente, creo que hay que dejar Dolce así y, en cambio, recuperar todos los personajes de Tempestad, pero arreglárselas para que todos ellos tengan una influencia fatal sobre Lucile, Jean-Marie y los demás (y Francia).


Creo que (resultado práctico) Dolce debe ser muy corto. En efecto, frente a las ochenta páginas de Tempestad, Dolce tendrá probablemente unas sesenta, no más. Cautividad, en cambio, debería llegar hasta las cien. Así pues, pongamos:


TEMPESTAD 80 páginas

DOLCE 60 "

CAUTIVIDAD 100 "

Los otros dos 50 "


Trescientas noventa 5, digamos cuatrocientas, multiplicadas por cuatro. ¡Señor, eso hace mil seiscientas páginas mecanografiadas! Well, well, if I live in it! En fin, si el 14 de julio llegan los que lo han prometido, eso tendrá entre otras consecuencias dos o al menos una parte menos.


Efectivamente, es como la música en la que a veces se oye la orquesta y a veces sólo el violín. Al menos, así debería ser. Combinar [dos palabras en ruso] y los sentimientos individuales. Lo que me interesa aquí es la historia del mundo.

Cuidado con el peligro: olvidar las modificaciones de los caracteres. Evidentemente, el tiempo transcurrido es corto. Las tres primeras partes, en cualquier caso, sólo cubrirán un espacio de tres años. En cuanto a las dos últimas, es un secreto que sólo Dios conoce y por el que yo pagaría lo que fuera. Pero, debido a la intensidad, a la gravedad de las experiencias, es necesario que las personas a las que les ocurren esas cosas sufran cambios (…).

Mi idea es que las cosas pasen como en una película, pero por momentos la tentación es grande, y he cedido a ella en frases breves o bien en el episodio que sigue a la escena de la escuela religiosa, dando mi propio punto de vista. ¿Hay que combatir eso sin piedad?

Meditar también: the famous «impersonality» of Flaubert and his kind lies only in the greater fact with which they express their feelings – dramatizing them, embodying them in living form, instead of stating them directly?


Such… hay casos en los que no hace falta saber lo que Lucile tiene en el corazón, sino mostrarla a través de los ojos de los demás.


Abril de 1942

Hay que convertir Tempestad, Dolce y Cautividad en una suite. Hay que sustituir la granja de los Desjours por la de los Mounain. Me dan ganas de situarla en Montferroux. Doble ventaja: se relaciona Tempestad con Dolce y se suprime lo que de desagradable tiene el matrimonio Desjours. Hay que hacer algo grande y dejar de preguntarse para qué.

No hacerse ilusiones: no es para ahora. Así que no hay que reprimirse; hay que teclear con todas las fuerzas cuando se quiera. Para Cautividad: Las sucesivas actitudes de Corte: revolución nacional, necesidad de un jefe. Sacrificio (todo el mundo está de acuerdo en la necesidad del sacrificio siempre que lo haga el vecino); luego, la frase lapidaria que constituye toda la gloria de Corte, porque al principio está bastante mal considerado: adopta una actitud demasiado francesa, pero se da cuenta de que no es la adecuada por signos leves pero amenazadores. Sí, es un patriota, pero a continuación: hoy el Rin corre por los montes Urales, tiene un momento de vacilación, pero, después de todo, eso es tan válido como todas las fantasías geográficas que han circulado estos últimos años: la frontera inglesa está en el Rin y, para acabar, la línea Maginot y la línea Siegfried están ambas en Rusia, última creación de Horacio (down him).

Sobre L. 6 Tendría que ser él, porque es un canalla. Y en los tiempos que corren un canalla vale más que un hombre honrado.


Cautividad: nada de cursilerías. Contar lo que le pasa a la gente y ya está.


Hoy, 24 de abril, un poco de calma por primera vez en mucho tiempo. Convencerse de que la serie de las Tempestades, si puedo decirlo así, debe ser, es una obra maestra. Trabajar en ella sin desfallecer. Corte es uno de esos escritores cuya utilidad se puso de manifiesto de forma espectacular en los años que siguieron a la derrota. No tenía igual a la hora de encontrar fórmulas decentes para adornar las realidades desagradables. Ejemplo: el ejército francés no ha retrocedido, se ha replegado. Besar las botas de los alemanes es tener sentido de la realidad. Tener espíritu comunitario significa acaparar productos para el uso exclusivo de unos cuantos.


Creo que habrá que sustituir las fresas por las miosotis. Parece imposible hacer coincidir en el mismo espacio de tiempo los cerezos en flor y las fresas maduras.


Encontrar el modo de relacionar a Lucile con Tempestad. Cuando los Michaud hacen un alto en el camino durante la noche, ese oasis y ese desayuno, y todo lo que debe parecer tan excelente: las tazas de porcelana, las rosas húmedas en apretados ramos sobre la mesa (las rosas de corazón negro), la cafetera envuelta en humo azulado, etc.


***

Darles un repaso a los literatos. Ejemplo: A. C., el A. R. que escribió el artículo «¿Es La tristeza de Olympo una obra maestra?». Nunca se toca a ciertos literatos del estilo A. B., etc. (los lobos no se devoran entre ellos).


En resumen, capítulos ya escritos el 13 de mayo de 1942:

1) La llegada. 2) Madeleine. 3) Madeleine y su marido. 4) Las vísperas. 5) La casa. 6) Los alemanes en el pueblo. 7) La escuela religiosa. 8) El jardín y la visita de la vizcondesa. 9) La cocina. 10) La partida de la señora Angellier. Primera descripción del jardín de los Perrin. 11) El día de lluvia.


POR ESCRIBIR:

12) El alemán enfermo. 13) El bosque de la Maie. 14) Las Perrin. 15) El jardín de los Perrin. 16) La familia de Madeleine. 17) La vizcondesa y Benoît. 18) ¿La denuncia? 19) La noche. 20) La catástrofe en casa de Benoît. 21) Madeleine en casa de Lucile. 22) La fiesta junto al lago. 23) La partida.


Quedan por escribir: 12, la mitad del 13, 16 y 17 y la continuación. Madeleine en casa de Lucile. Lucile con la señora Angellier. Lucile con el alemán. La fiesta junto al lago. La partida.


PARA CAUTIVIDAD PARA EL CAMPO DE CONCENTRACIÓN LA BLASFEMIA DE LOS JUDÍOS BAUTIZADOS «PERDÓNANOS NUESTRAS DEUDAS COMO NOSOTROS TE PERDONAMOS» – Evidentemente, los mártires no habrían dicho eso.


***

Para hacerlo bien, habría que hacer cinco partes.

1) Tempestad

2) Dolce

3) Cautividad

4) ¿Batallas?

5) ¿La paz?


Título general: Tempestad o Tempestades, y la primera parte podría llamarse Naufragio.

Pese a todo, lo que une a todos estos seres es la época, únicamente la época. ¿Es suficiente? Quiero decir: ¿se siente suficientemente ese lazo?


Así pues, Benoît, después de haber matado (o intentado matar) a Bonnet (porque todavía tengo que ver si no es mejor para el futuro dejarlo vivir), se salva; se esconde en el bosque de la Maie y luego, como Madeleine teme que la sigan cuando vaya a llevarle comida, en casa de Lucile. Por último, en París, en casa de los Michaud, adonde lo manda Lucile. Perseguido, huye a tiempo, pero la Gestapo registra la casa de los Michaud, encuentra unas notas manuscritas por Jean-Marie para un libro futuro, las toma por panfletos y encierra a éste. En la cárcel, Jean-Marie vuelve a encontrarse con Hubert, que está allí por una fruslería. Podría salir tranquilamente, ayudado por su poderosa familia, cuyos miembros son casi todos colaboracionistas, pero su juventud, su afición a las novelas de aventuras, etc., lo impulsan a jugarse la vida y evadirse con Jean-Marie. Benoît y sus camaradas los ayudan. Más tarde, mucho más tarde, porque entretanto Jean-Marie y Lucile tienen que enamorarse, la huida de Francia. Eso debería poner fin a Cautividad y como ya he dicho:

* Benoît, comunista

* Jean-Marie, burgués

Jean-Marie muere heroicamente. Pero ¿cómo? ¿Y qué es el heroísmo en nuestros días? Paralelamente a esa muerte, habría que mostrar la del alemán en Rusia, ambas llenas de dolorosa nobleza.


***

Adagio: habría que encontrar todos esos términos musicales (presto, prestissimo, adagio, andante, con amore, etc.).

Música: Adagio del opus 106, el inmenso poema de la soledad. La 20ª variación sobre el tema de Diabelli, esa esfinge de negras cejas que contempla el abismo. El Benedictus de la Missa solemnis y las últimas escenas de Parsifal.

De ahí sale que quienes realmente se amarán serán Lucile y Jean-Marie. ¿Qué hacer con Hubert? Plan vago: tras haber matado a Bonnet, Benoît escapa. Se esconde en casa de Lucile. Cuando se van los alemanes, a Lucile le da miedo que se quede en el pueblo y se acuerda repentinamente de los Michaud.

Por otro lado, me gustaría que Jean-Marie y Hubert sean encarcelados por los alemanes por motivos diferentes. Así podría posponer la muerte del alemán. Lucile podría tener la idea de dirigirse a él para salvar a Jean-Marie. Todo esto es muy vago. Ya veremos.

Por una parte, querría una especie de idea general. Por otra… Tolstoi, por ejemplo, lo estropea todo con una idea. Lo que se necesita son hombres, reacciones humanas, y eso es todo…

Contentémonos con grandes hombres de negocios y escritores célebres. Después de todo, son los verdaderos reyes.


En Dolce, una mujer de honor puede confesar sin vergüenza «esas sorpresas de los sentidos que la razón superan», dirá Pauline (Corneille).


2 de junio de 1942: no olvidar nunca que la guerra acabará y que toda la parte histórica palidecerá. Tratar de introducir el máximo de cosas, de debates… que puedan interesar a la gente en 1952 o 2052. Releer a Tolstoi. Inimitables las pinturas pero no históricas. Insistir en eso. Por ejemplo, en Dolce, los alemanes en el pueblo. En Cautividad, la primera comunión de Jacqueline y la velada en casa de Arlette Corail.


***

2 DE JUNIO DE 1942 – ¡Empezar a preocuparme de la forma que tendrá esta novela una vez terminada! Considerar que todavía no he acabado la 2ª parte, que veo la 3ª?, pero que la 4ª y la 5ª están en el limbo, ¡y qué limbo! Están realmente en las rodillas de los dioses, porque dependen de lo que pase. Y los dioses pueden divertirse poniendo cien años de intervalo o mil años, como está de moda decir: y yo estaré lejos. Pero los dioses no me harán eso. También cuento bastante con la profecía de Nostradamus.

1944 ¡Oh! God!


En espera de la forma… aunque más bien debería hablar del ritmo: el ritmo en sentido cinematográfico… relaciones de las partes entre sí. La Tempestad, Dolce, dulzura y tragedia. ¿Cautividad? Algo sordo, ahogado, tan maligno como se pueda. Después, no sé.

Lo importante: las relaciones entre las distintas partes de la obra. Si supiera más de música, supongo que eso podría ayudarme. A falta de la música, lo que en cine llaman ritmo. En definitiva, preocupación por la variedad, de un lado, y por la armonía, del otro. En el cine, una película debe tener una unidad, un tono, un estilo. Ejemplo: esas películas norteamericanas que muestran las calles y en las que siempre se ven rascacielos, en las que se adivina la atmósfera caliente, sorda, polvorienta de una parte de Nueva York. De modo que unidad para toda la película, pero variedad entre las partes. Persecución, los enamorados, la risa, las lágrimas, etc. Ésa es la clase de ritmo que me gustaría conseguir.


Ahora una pregunta más prosaica, pero a la que no consigo dar respuesta: ¿no se olvidará a los héroes de un libro a otro? Para evitar ese inconveniente me gustaría hacer no una obra en varios tomos, sino un grueso volumen de mil páginas.


***

3 de julio de 1942 – ¡Decididamente, y a menos que las cosas se prolonguen, y al prolongarse se compliquen! ¡Pero que acabe, bien o mal!


Sólo hacen falta cuatro movimientos. En el 3º, Cautividad, el destino comunitario y el destino individual están fuertemente unidos. En el 4º, sea cual sea el resultado (¡YO YA ME ENTIENDO!), el destino individual se separa del otro. De un lado, el destino del pueblo; del otro, Jean-Marie y Lucile, su amor, la música del alemán, etc.

Ahora, esto es lo que se me ha ocurrido:

1) Benoît muere durante una revolución, una pelea o en un intento de revuelta, según lo que dé la realidad.

2) Corte. Creo que esto puede ser bueno. Corte tenía mucho miedo de los bolcheviques. Es violentamente colaboracionista, pero, debido a un atentado sufrido por un amigo o por vanidad decepcionada, empieza a pensar que los alemanes están acabados. ¡Quiere congraciarse con la izquierda, izquierda! Primero piensa en Jules Blanc, pero cuando lo ve lo encuentra [palabra rusa ilegible] e inicia un decidido acercamiento a un grupo joven, que actúa, que ha fundado… [frase inacabada]


Para Cautividad:

Empezar por: Corte, Jules Blanc en casa de Corte.

Luego un contraste: quizá Lucile en casa de los Michaud.

Después: los Péricand.

Todas las reuniones que pueda, pero no históricas, sino gentío, fiestas mundanas o guerras en la calle, o algo así.

Llegada

Mañana

Partida

A estos tres episodios hay que darles más realce. Este libro debe destacar por los movimientos de masas.


De la 4.a parte, sólo sé que el alemán muere en Rusia.


***

Sí, para hacerlo bien se necesitarían cinco partes de doscientas páginas cada una. Un libro de mil páginas. ¡Ah! God!


Observación. El robo de la cena de Corte por parte de los proletarios debe tener una gran influencia para el futuro. Normalmente, Corte debería volverse violentamente nazi, pero si quiero también puedo hacerle decir algo así: «No hay que hacerse ilusiones, el futuro es eso, esa fuerza bruta que me ha arrebatado la cena. Así que hay dos opciones: luchar contra ella o ponerse, desde este mismo momento, a la cabeza del movimiento. Dejarse llevar por la ola, pero ¿en primera línea? Mejor, ¿intentar dirigirla? El escritor oficial del Partido. El gran hombre del Partido, ¡je, je, je!» Tanto más cuanto que Alemania está a bien con la URSS y deberá tolerarla cada vez más. Efectivamente, mientras dure la guerra sería un locura por parte de Alemania, etc. Más tarde será diferente… Más tarde ya se verá. Se volará en ayuda del más fuerte. ¿Puede un Corte tener ideas tan cínicas? En determinados momentos, claro que sí. Cuando ha bebido, o cuando ha hecho el amor de la forma que él prefiere, una forma de la que un simple mortal no puede tener más que una débil idea, y si la tuviera sólo le causaría estupefacción y pánico. Lo difícil de eso, como siempre, es el aspecto práctico de la cosa. Un periódico, una especie de radio. Libertad, subvención bajo mano de los alemanes… Ya veremos.

All action is a battle, the only business is peace.

Seguramente, the pattern is less [la estructura es menos] una rueda que una ola que sube y baja y en cuya cresta tan pronto hay una gaviota, como el Espíritu del Mal, como una rata muerta. Exactamente, la realidad, nuestra realidad (¡no hay ningún motivo para estar orgullosos!).


Aquí el ritmo debe estar en los movimientos de masas, en todos los momentos en que aparece la muchedumbre en el primer volumen, la huida, los refugiados, la llegada de los alemanes al pueblo.


En Dolce: la llegada de los alemanes, pero hay que volver a mostrarla, la mañana, la partida. En Cautividad, la primera comunión, una manifestación (la del 11 de noviembre de 1941), ¿una guerra? Veremos. Todavía no he llegado ahí y ya abordo el dictado de la realidad.


Si muestro a gente que «actúa» sobre esos acontecimientos, será una pifia. Si muestro a esa gente, ciertamente eso se acercará a la realidad, pero a costa del interés. Así pues, hay que detenerse ahí.

Lo que dice Percy es bastante justo (y por otra parte banal, pero admiremos y amemos la banalidad): que las mejores escenas históricas (véase Guerra y paz) son las que se ven a través de los personajes.

Yo he intentado hacer eso en Tempestad, pero en Dolce todo lo relacionado con los alemanes puede y debe estar aparte.

Lo que en definitiva estaría bien (pero ¿es factible?) sería mostrar siempre, en las escenas no vistas a través de los personajes, la marcha del ejército alemán. Así que Tempestad debería empezar con un movimiento de masas en Francia.

Difícil.


Creo que lo que da a Guerra y paz esa expansión de la que habla Forster, es simplemente el hecho de que, en la mente de Tolstoi, Guerra y paz no es más que un primer volumen al que debería seguir Los decembristas, pero lo que ha hecho inconscientemente (quizá, porque desde luego yo no lo sé, sólo lo imagino), en fin, lo que ha hecho conscientemente o no es muy importante hacerlo en un libro como Tempestad, etc. Aunque algunos personajes lleguen a una conclusión, el libro mismo debe dar la sensación de no ser más que un episodio… lo mismo que nuestra época, y todas las épocas, por supuesto.


22 de junio de 1942 – Hace ya algún tiempo, descubrí una técnica que me ha sido de gran utilidad: el método indirecto. Exactamente cada vez que hay una dificultad de tratamiento, este método me salva, da frescura y fuerza a toda la historia. Lo empleo en Dolce cada vez que la señora Angellier entra en escena. Pero ese método de aparición que todavía no he utilizado es susceptible de infinitos desarrollos.


1 de julio de 1942. Se me ha ocurrido lo siguiente para Cautividad: Unificar, simplificar constantemente el libro (en su totalidad) debe dar como resultado una lucha entre el destino individual y el destino común. No hay que tomar partido.

Mi partido: régimen burgués representado por Inglaterra, lamentablemente arruinado; al menos, pide ser renovado, porque en el fondo es inmutable en lo esencial; pero seguramente no se recuperará antes de mi muerte; quedan, pues, presentes dos formas de socialismo. Ni la una ni la otra me vuelven loca, pero there are facts! Uno de ellos me rechaza, conque el otro… Pero eso es otra cuestión. En tanto que escritora, debo plantear correctamente el problema.


Esa lucha entre los dos destinos se produce cada vez que hay una convulsión; no es algo razonado, es instintivo; yo creo que nos dejamos una buena parte de la piel, pero no toda. La suerte es que, por lo general, el tiempo que nos ha sido concedido es más largo que el concedido a la crisis. Contrariamente a lo que se cree, lo general pasa, el partido entero permanece, el destino común es más corto que el del simple individuo. (No es totalmente exacto. Es otra escala temporal: sólo nos interesamos por las sacudidas; las sacudidas nos matan o duran menos que nosotros.)

Para volver a lo mío: al principio, Jean-Marie tiene una actitud meditada y distanciada respecto a esa gran partida de ajedrez. Naturalmente, querría la revancha de Francia, pero se da cuenta de que eso no es un objetivo, porque quien dice revancha dice odio y venganza, la guerra eterna, y si al cristiano le preocupa la idea del infierno y el castigo eterno, a él lo que le inquieta es la idea de que siempre habrá un fuerte y un débil, así que va hacia la unificación… Lo que desea, lo que ambiciona, es la concordia y la paz. Pero el colaboracionismo, tal como se practica ahora, le repugna, y, por otra parte, ve que el comunismo es adecuado para Benoît, pero no para él. Así que intenta vivir como si el gran y urgente problema común no se planteara, como si no tuviera que resolver más que sus propios problemas. Pero resulta que se entera de que Lucile ha amado, y quizá todavía ama, a un alemán. De pronto toma partido, porque la abstracción ha adquirido de repente la forma del odio. Odia a un alemán y en él, a través de él, odia o cree odiar, lo que en el fondo es lo mismo, una manera de pensar. En realidad, lo que ocurre es que se olvida de su propio destino y lo confunde con el de otro. Prácticamente, al final de Cautividad, Lucile y Jean-Marie se aman; es un amor doloroso, inacabado, inconfesado, en plena lucha. Jean-Marie huye para combatir contra los alemanes (¡si es que a finales de 1942 eso todavía es posible!).

La 4.1 parte debería ser el regreso, si no el triunfo, representado por el capítulo en el que aparecerá Jean-Marie. No olvidar nunca que al público le encanta que le describan la vida de los «ricos».


En resumen: lucha entre el destino individual y el destino común. Para acabar, el acento recae en el amor de Lucile y de Jean-Marie y en la vida eterna. La obra maestra musical del alemán. También haría falta un recordatorio de Philippe. Lo que en definitiva se correspondería con mi convicción profunda. Lo que queda:

1) Nuestra humilde vida cotidiana

2) El arte

3) Dios


Bosque de la Maie: 11 de julio de 1942

Los pinos a mi alrededor. Estoy sentada sobre mi jersey verde en medio de un océano de hojas podridas y empapadas por la tormenta de la pasada noche como en una balsa, con las piernas flexionadas debajo de mí. En el bolso llevo el segundo tomo de Ana Karenina, el Diario de K. M. y una naranja. Mis amigos los abejorros, insectos deliciosos, parecen contentos de sí mismos y su zumbido es profundo y grave. Me gustan los tonos bajos y graves en las voces y en la naturaleza. Ese agudo «chirrup, chirrup» de los pajarillos en las ramas me da dentera. Dentro de un rato intentaré encontrar el estanque perdido.


Cautividad:

1) Reacción de Corte.

2) Atentado de los amigos de Benoît, que horroriza a Corte.

3) Corte se entera, a través del charlatán de Hubert…

4) A través de Arlette Corail, etc.

5) Sus coqueterías.

6) Denuncia. Detención de Hubert y Jean-Marie, entre muchos otros.

7) Hubert es liberado merced a las gestiones de su rica y conservadora familia. ¿Jean-Marie es condenado a muerte?

8) Aquí intervienen Lucile y el alemán. Jean-Marie es indultado (aquí condensar el encarcelamiento o algo por el estilo).

9) Benoît lo ayuda a evadirse. Evasión clamorosa.

10) Reacción de Jean-Marie respecto a Alemania y los alemanes.

11) Hubert y él huyen a Inglaterra.

12) Muerte de Benoît. Salvaje y llena de esperanza.


A través de todo eso debe pasar el amor de Lucile por Jean-Marie. Lo más importante aquí, y lo más interesante, es lo siguiente: los hechos históricos, revolucionarios, etc., sólo hay que rozarlos, mientras se profundiza en la vida cotidiana y afectiva, y, sobre todo, en la comedia que eso ofrece.

II

Correspondencia 1936-1945

7 de octubre de 1936

Iréne Némirovsky a Albin Michel

Le agradezco el cheque de 4.000 francos. Permítame recordarle a ese respecto la visita que le hice la primavera pasada con el objeto de preguntarle si le era posible considerar algún arreglo para el futuro, porque, como puede comprender, ahora la situación se ha vuelto muy dura para mí. Me respondió usted entonces que haría todo lo que estuviera en su mano para darme satisfacción y que debía tener plena confianza en usted. En ese momento no quiso decirme de qué manera se proponía arreglar las cosas, pero prometió comunicármelo antes de dos meses como muy tarde. Sin embargo, no me ha escrito al respecto desde que mantuvimos esa conversación, que se remonta a hace casi cuatro meses. Por ese motivo, me atrevo a preguntarle cuáles son sus intenciones, esperando comprenda las necesidades de la vida para alguien que como yo no posee ninguna fortuna y sólo vive de lo que gana escribiendo.


10 de octubre de 1938

Ediciones Genio (Milán) a Albin Michel

Le estaríamos enormemente agradecidos si pudiera decirnos si la señora I. Némirovsky es de raza judía. Según la ley italiana, no debe considerarse de raza judía a la persona de quien uno de sus progenitores, sea el padre o la madre, es de raza aria.


***

28 de agosto de 1939

Michel Epstein 1 a Albin Michel

Mi mujer se encuentra actualmente en Hendaya (Villa Ene Exea, Hendaya-Playa), con los niños. Estoy preocupado por ella en estos tiempos difíciles, porque no tiene a nadie que pueda acudir en su ayuda en caso de necesidad. ¿Puedo contar con su amistad para que me haga llegar, si eso es posible, unas palabras de recomendación, de las que ella podría hacer uso en caso necesario ante las autoridades y la prensa de esa región (Basses-Pyrénées, las Landas, Gironda)?


28 de agosto de 1939

Albin Michel a Michel Epstein

¡El nombre de Iréne Némirovsky debería abrirle todas las puertas por sí solo! Pese a ello, nada más grato para mí que proporcionar a su esposa unas palabras de presentación para los periódicos que conozco, pero necesitaría ciertas precisiones que sólo usted puede proporcionarme. Le ruego, pues, que venga a verme esta misma noche.


28 de septiembre de 1939

Robert Esménard 2 a Iréne Némirovsky

Vivimos en estos momentos unas horas angustiosas que pueden convertirse en trágicas de un día para otro. Usted es rusa y judía, y podría suceder que quienes no la conocen -pocos, sin duda, dado su renombre de escritora- le creen dificultades; de modo que, como hay que preverlo todo, he pensado que mi testimonio de editor podría serle útil.

Así pues, estoy dispuesto a atestiguar que es usted una mujer de letras de gran talento, tal como por otra parte prueba el éxito de sus libros tanto en Francia como en el extranjero, donde existen traducciones de varias de sus obras. Estoy también más que dispuesto a declarar que, desde octubre de 1933, época en la que acudió usted a mí tras haber publicado con mi colega Grasset varios libros, uno de los cuales, David Golder fue una extraordinaria revelación y dio origen a una película notable, siempre he mantenido con usted y su marido las relaciones más cordiales, además de ser su editor.


21 de diciembre de 1939

Permiso de circulación temporal del 24 de mayo al 23 de agosto de 1940

Nombre: Iréne Némirovsky

Nacionalidad: rusa

Autorizada a viajar a: Issy-ľÉvêque

Medio de transporte autorizado: ferrocarril

Motivo: ver a sus hijos, evacuados


12 de julio de 1940

Iréne Némirovsky a Robert Esménard

Hace apenas dos días que el servicio de correos funciona con cierta normalidad en la pequeña localidad en que me encuentro. Por si acaso, le escribo a su dirección de París. Espero de todo corazón que haya atravesado felizmente estos terribles momentos y que no tenga inquietud por ninguno de los suyos. En lo que me concierne, si bien se han desarrollado muy cerca de aquí, las operaciones militares nos han respetado. Actualmente, mi mayor preocupación es conseguir dinero.


***

9 de agosto de 1940

Iréne Némirovsky a la señorita Le Fur 3

Confió en que haya recibido mi carta acusándole recibo de los 9.000 francos. Permítame exponerle el motivo por el que me dirijo a usted en esta ocasión. Imagínese que en un pequeño diario de la región he leído el entrefilete siguiente:

«En virtud de una decisión reciente, ningún extranjero podrá colaborar en el nuevo diario.»

Quisiera obtener precisiones respecto a esa medida y he pensado que tal vez usted podría proporcionármelas.

¿Cree usted que afecta a una extranjera que, como yo, vive en Francia desde 1920? ¿Se refiere a escritores políticos o también a autores de ficción?

Como bien sabe, me encuentro totalmente aislada del mundo y lo ignoro todo sobre las medidas que puedan haber sido adoptadas en la prensa en los últimos tiempos.

Si cree usted que determinado asunto podría ser de mi interés, le ruego sea tan amable de hacérmelo saber. Eso no es todo. Voy a seguir molestándola, porque recuerdo lo amable y servicial que es usted. Querría saber qué escritores están en París y siguen colaborando en los periódicos que aparecen. ¿Podría decirme si Gringoire y Candide, así como las grandes revistas, prevén regresar a París? ¿Y las editoriales? ¿Cuáles permanecen abiertas?


8 de septiembre de 1940

Iréne Némirovsky a la señorita Le Fur

En lo que me concierne, los persistentes rumores que circulan por aquí me hacen pensar que uno de estos días podríamos encontrarnos en zona libre, y me pregunto cómo me las arreglaría para disponer de mis mensualidades en esa eventualidad.


***

4 de octubre de 1940

Ley sobre los ciudadanos de raza judía

«A partir de la fecha de promulgación de la presente ley, los ciudadanos extranjeros de raza judía podrán ser internados en campos especiales, por decisión del prefecto del departamento en que residan.

»Los ciudadanos de raza judía podrán ser puestos bajo arresto domiciliario por el prefecto del departamento en que residan.»


14 de abril de 1941

Iréne Némirovsky a Madeleine Cabour 4

Ahora ya sabes todos los problemas que he tenido. Para colmo, desde hace unos días alojamos a un número considerable de esos señores. Eso se nota desde todos los puntos de vista. De modo que contemplaría con placer la idea de trasladarme al pueblecito del que me hablas. Pero ¿puedo pedirte información?

1) Importancia de Jailly desde el punto de vista de los habitantes y los proveedores.

2) ¿Hay médico y farmacéutico?

3) ¿Hay tropas de ocupación?

4) ¿Es posible aprovisionarse ton facilidad? ¿Tenéis mantequilla y carne? Eso es particularmente importante para mí en estos momentos debido a las niñas, una de las cuales acaba de sufrir la operación que ya sabes.


10 de mayo de 1941

Iréne Némirovsky a Robert Esménard

Querido señor, ¿recuerda usted que, según nuestro acuerdo, el 30 de junio debería recibir 24.000 francos? No necesito ese dinero actualmente, pero le confeso que las últimas disposiciones sobre los judíos me hacen temer que surjan dificultades cuando llegue el momento de ese pago, para el que todavía faltan seis semanas, y eso para mí sería un desastre. Así pues, me permito abusar de su bondad y rogarle que adelante el pago entregando tan pronto pueda un cheque por esa cantidad a mi cuñado Paul Epstein, a su nombre. Ya le he pedido que le telefonee a usted para que se pongan de acuerdo al respecto. Por supuesto, un recibo firmado por él le dará pleno y entero descargo de mi parte. Lamento enormemente molestarlo una vez más, pero estoy segura de que comprenderá los motivos de mi angustia. Espero que siga teniendo excelentes noticias de A. Michel.


17 de mayo de 1941

Iréne Némirovsky a Robert Esménard

Querido señor Esménard, mi cuñado me ha comunicado que le ha entregado usted los 24.000 francos que debía pagarme el 30 de junio. No sabe cómo le agradezco su infinita bondad para conmigo.


8 de agosto de 1941

En Le Progrès de ľAllier, nº 200

Orden de presencia obligatoria para los ciudadanos soviéticos, lituanos, estonios y letones.

«Todo ciudadano varón mayor de quince años, de nacionalidad soviética, lituana, estonia o letona, así como el que habiendo tenido la nacionalidad soviética, lituana, estonia o letona la haya perdido, deberá presentarse en la Kreiskommandantur de su distrito antes del sábado 9 de agosto de 1941 a mediodía, provisto de sus documentos de identidad. El incumplimiento de esta disposición será castigado de acuerdo al decreto concerniente a esta orden de presencia.»

El Feldkommandant


***

2 de septiembre de 1941

Michel Epstein al subprefecto de Autun 5

Me escriben de París que las personas asimiladas a los judíos no pueden abandonar el municipio en que se residen sin autorización del prefecto.

Yo me encuentro en ese caso, al igual que mi mujer, porque, aunque católicos, somos de origen judío. Así pues, me permito rogarle que autorice a mi mujer, de soltera Iréne Némirovsky, así como a mí mismo, a pasar seis semanas en París, donde también tenemos un domicilio, en el número 10 de la avenida Constant-Coquelin, durante el período que va del 20 de septiembre al 5 de noviembre de 1941.

Esta petición está motivada por la necesidad de resolver determinados asuntos de mi mujer con su editor, visitar al oculista que siempre la ha atendido, así como a nuestros médicos habituales, el profesor Vallery-Radot y el profesor Delafontaine. Pensamos dejar a nuestras dos hijas, de cuatro y once años de edad, en Issy y, claro está, querríamos tener la seguridad de que nada se opondrá a nuestro regreso a dicho municipio, una vez hayamos resuelto nuestros asuntos.

Doctor de Issy. A. Bendit-Gonin.


9 de septiembre de 1941

Iréne Némirovsky a Madeleine Cabour

Por fin he alquilado aquí la casa que quería, que es confortable y tiene un jardín precioso. Debo instalarme en ella el 11 de noviembre, si esos señores no se nos adelantan, porque otra vez los esperamos.


***

13 de octubre de 1941

Iréne Némirovsky a Robert Esménard

Su carta, que he recibido esta mañana, ha hecho que me sintiera feliz, no sólo porque confirma mi esperanza de que hará usted todo lo posible por ayudarme, sino también porque me reafirma en la certeza de que se piensa en mí, lo que es un enorme consuelo.

Tal como teme usted, la vida aquí es muy triste. Si no fuera por el trabajo… Un trabajo que también se vuelve penoso cuando no se está seguro del porvenir…


14 de octubre de 1941

Iréne Némirovsky a André Sabatier 6

Querido amigo, su amable carta me ha conmovido. Sobre todo, no crea usted que ignoro su amistad y la del señor Esménard; por otra parte, sé perfectamente cuáles son las dificultades de la situación. Hasta ahora he mostrado toda la paciencia y el coraje de los que he podido hacer acopio. Pero, qué quiere usted, hay momentos muy duros. Los hechos están ahí: imposibilidad de trabajar y necesidad de mantener a cuatro personas. A lo que se suman vejaciones estúpidas: no puedo ir a París; no puedo mandar traer las cosas más indispensables de la vida, como mantas, camas para los niños, mis libros, etc. Se ha dictado una interdicción general y absoluta sobre todas las viviendas habitadas por mis iguales. No se lo cuento para inspirarle lástima, sino para explicarle que mis ideas no pueden ser más que negras […].


27 de octubre de 1941

Robert Esménard a Iréne Némirovsky

He expuesto su situación a mi suegro y le he remitido las últimas cartas que me ha dirigido usted.

Como ya le había dicho, el señor A. Michel no desea otra cosa que serle útil en la medida de sus posibilidades y me ha rogado que le ofrezca para el año 1942 mensualidades de 3.000 francos, semejantes, en suma, a las que le pagaba cuando tenía la posibilidad de publicar sus obras y obtener de ellas una venta regular. Le estaría muy agradecido si me confirmara su acuerdo.

No obstante, debo señalarle que, conforme a las muy precisas indicaciones que hemos recibido del Sindicato de los Editores respecto a la interpretación de las disposiciones resultantes de la ordenanza alemana del 26 de abril, artículo 5, nos vemos en la obligación de ingresar en sus «cuentas bloqueadas» todos los pagos correspondientes a autores judíos. Partiendo de ese principio, se dice que «los editores deben pagar los derechos de autor a los autores judíos ingresándolos en sus cuentas en un banco tras obtener del mismo la confirmación de que dichas cuentas están bloqueadas».

Por otro lado, le remito la carta que ha recibido de Films GIBE (después de hacer una copia). Según informaciones que he obtenido de una fuente cualificada, resulta que algo así sólo puede hacerse cuando el autor de una novela susceptible de ser adaptada a la pantalla es de origen ario, tanto en esta zona como en la otra. En consecuencia, sólo puedo negociar un asunto de esa naturaleza cuando el autor de la obra a llevar a la pantalla me da las garantías más formales a ese respecto.


30 de octubre de 1941

Iréne Némirovsky a Robert Esménard

Acabo de recibir su carta del 27 de octubre, en la que me ofrece mensualidades de 3.000 francos para el año 1942. Aprecio enormemente la actitud del señor Michel respecto a mí. Se la agradezco vivamente, así como a usted; la fiel amistad de ambos es tan valiosa para mí como la ayuda material que quieren prestarme de ese modo. No obstante, comprenderán que, si ese dinero ha de quedar bloqueado en un banco, no puede serme de ninguna utilidad.

Me pregunto si, en esas condiciones, no sería más sencillo hacer beneficiaria de esas mensualidades a mi amiga la señorita Dumot 7, que vive conmigo y es autora de la novela Les biens de ce monde, cuyo manuscrito obra en poder del señor Sabatier[…].

La señorita Dumot es indiscutiblemente aria y puede darles toda clase de pruebas al respecto. Es una persona a la que conozco desde la infancia y, si se pudiera entender con ustedes en lo tocante a esas mensualidades, me tomaría a su cargo […].


13 de julio de 1942

Telegrama de Michel Epstein a Robert Esménard y André Sabatier

Iréne súbitamente detenida hoy – Enviada destino Pithiviers (Loiret) – Espero puedan intervenir urgencia – Intento vanamente telefonear. Michel Epstein.


Julio de 1942

Telegrama de Robert Esménard y André Sabatier a Michel Epstein

Acabamos recibir telegrama – Gestiones comunes hechas inmediato por Morand, Grasset, Albin Michel – Suyos.


Las dos últimas cartas de Iréne Némirovsky 8


Toulon S/Arroux, 13 de julio de 1942 – 5 horas

[escrita con lápiz y sin matasellos]

Amor mío, por el momento estoy en la gendarmería, comiendo grosellas mientras espero que vengan a llevarme. Sobre todo, debes estar tranquilo, tengo la convicción de que esto no durará mucho. He pensado que también podríamos dirigirnos a Caillaux y al padre Dimnet. ¿Qué te parece?

Cubro de besos a mis amadas hijas… Que mi Denise se porte bien y sea razonable. Te estrecho contra mi corazón, así como a Babet, que Dios Todopoderoso os proteja. Por mi parte, me siento fuerte y tranquila.

Si podéis enviarme alguna cosa, creo que mi segundo par de gafas se quedó en la otra maleta (en el portafolios). Libros, por favor. Y, si puede ser, también un poco de mantequilla salada. ¡Hasta pronto, amor mío!


Jueves por la mañana -julio de 1942, Pithiviers

[escrita con lápiz y sin matasellos]

Mi querido amor, mis adoradas pequeñas, creo que nos vamos hoy. Valor y esperanza. Estáis en mi corazón, amados míos. Que Dios nos ayude a todos.


14 de julio de 1942

Michel Epstein a André Sabatier

Ayer intenté en vano contactar con usted por teléfono. Le he telegrafiado, así como al señor Esménard. Ayer, la gendarmería se llevó a mi mujer. Destino (según parece): el campo de concentración de Pithiviers (Loiret). Razón: medida general contra los judíos apátridas de 16 a 45 años. Mi mujer es católica y nuestros hijos son franceses. ¿Qué se puede hacer por ella?


Respuesta de André Sabatier:


En cualquier caso, serán indispensables varios días. Suyo, Sabatier.


***

15 de julio de 1942

André Sabatier a J. Benoist-Méchin, secretario de Estado de la Vicepresidencia del Consejo

Nuestra autora y amiga Iréne Némirovsky acaba de ser trasladada desde Issy-ľÉvêque, donde residía, a Pithiviers. Me lo ha comunicado su marido. Rusa blanca (judía, como sabes), nunca ha tenido ninguna actividad política; es una novelista de enorme talento que siempre ha hecho el mayor honor a su país de adopción, y madre de dos niñas de cinco y diez años. Te suplico que hagas todo lo que esté en tu mano. Gracias por anticipado. Muy fielmente tuyo.


16 de julio de 1942

Telegrama de Michel Epstein a Robert Esménard y André Sabatier

Mi mujer debe haber llegado Pithiviers – Creo útil intervenir ante prefecto regional Dijon – Subprefecto Autun y autoridades Pithiviers. Michel Epstein.


16 de julio de 1942

Telegrama de Michel Epstein a André Sabatier

Gracias querido amigo – Confío en usted. Michel Epstein.


17 de julio de 1942

Telegrama de Michel Epstein a André Sabatier

Cuento me telegrafiará noticias buenas o malas – Gracias querido amigo.


17 de julio de 1942

Telegrama de Lebrun 9 (Pithiviers) a Michel Epstein

Inútil enviar paquetes no habiendo visto a su mujer.


18 de julio de 1942

Telegrama de Michel Epstein a André Sabatier

Ninguna noticia de mi mujer – Ignoro dónde está – Trate informarse y telegrafíeme la verdad – Con preaviso puede telefonearme cualquier hora. 3° ISSY-ĽÉVÊQUE.


20 de julio de 1942

Telegrama de Abraham Kalmanok 10 a Michel Epstein

¿Has enviado certificado médico para Iréne? – Hay que hacerlo inmediatamente -Telegrafiar.


22 de julio de 1942

Michel Epstein a André Sabatier

He recibido de mi mujer, del campo de Pithiviers, una carta fechada el pasado jueves en la que me anuncia su probable salida hacia un destino desconocido que supongo lejano. He telegrafiado, con la respuesta pagada, al comandante de ese campo, pero sigo sin noticias de él. ¿ Quizá su amigo tendría más suerte y tal vez podría obtener la información que a mí se me niega? Gracias por todo lo que está haciendo. Téngame al corriente, se lo ruego, incluso de las malas noticias. Muy suyo.


Respuesta:

He visto personalmente a mi amigo 11. Se hará lo imposible.


***

Sábado 24 de julio de 1942

André Sabatier a Michel Epstein

Si no le he escrito es porque todavía no tengo nada preciso que comunicarle y no puedo decirle otra cosa que lo natural en estos casos para atenuar la angustia. Se ha hecho todo lo necesario. He vuelto a ver a mi amigo, que me ha dicho que sólo podíamos esperar. He señalado, a la recepción de su primera carta, la nacionalidad francesa de sus dos hijas, y a la recepción de la segunda, la posible salida del campo de Loiret. Espero, y esta espera, le ruego lo crea, me resulta, en tanto que amigo, muy penosa… Puedo asegurarle que me pongo en su lugar. Confiemos en que pueda comunicarle pronto alguna noticia precisa y feliz. Estoy con usted de todo corazón.


26 de julio de 1942

Michel Epstein a André Sabatier

Tal vez habría que señalar, en el asunto de mi mujer, que se trata de una rusa blanca que nunca ha querido aceptar la nacionalidad soviética, que huyó de Rusia tras no pocas persecuciones con sus padres, cuya fortuna fue enteramente confiscada. Yo me encuentro en la misma situación y creo no exagerar dando en un centenar de millones de francos de antes de la guerra lo que nos arrebataron allí a mi mujer y a mí. Mi padre era presidente del Sindicato de Bancos Rusos y administrador delegado de uno de los mayores bancos de Rusia, el Banco de Comercio de Azov-Don.

Así pues, las autoridades competentes pueden tener la seguridad de que no sentimos la menor simpatía por el régimen ruso actual. En Rusia, mi hermano menor, Paul, era amigo personal del gran duque Dimitri, y la familia imperial residente en Francia, en particular los grandes duques Alejandro y Boris, ha sido recibida con frecuencia en casa de mis padres políticos. Por otro lado, le participo, si aún no se lo había dicho, que los suboficiales alemanes que pasaron varios meses con nosotros en Issy me dejaron al marcharse una nota en estos términos:


O. U. den I, VII, 41

Kameraden. Wir haben längere Zeit mit der Familie Epstein zusammengebelt und Sie als eine sehr anständige und zuvorkommende Familie kennengelernt, Wir bitten Euch daher, sie damitsprechend zis behandeln. Heil Hitler!

Hammberger, Feldw. 23599 A.


Sigo ignorando el paradero de mi mujer. Las niñas están bien. En cuanto a mí sigo en pie.

Gracias por todo, mi querido amigo. Tal vez fuera útil que comunicara todo esto al conde de Chambrun 12 y a Morand. Muy suyo. Michel.


27 de julio de 1942

Remitente desconocido a Michel Epstein

¿Hay en la obra de su mujer, aparte de una escena de Vin de solitude, pasajes de novelas, relatos o artículos que pudieran ser señalados como netamente antisoviéticos?


27 de julio de 1942

Michel Epstein a André Sabatier

Esta mañana he recibido su carta fechada el sábado. Miles de gracias por todos sus esfuerzos. Sé que hace y hará todo lo posible por ayudarme. Tengo paciencia y valor ¡Quiera Dios que, por su parte, mi mujer tenga la fuerza física necesaria para soportar este golpe! Lo más duro es que debe de estar tremendamente preocupada por sus hijas y por mí, y yo no tengo ningún medio de comunicarme con ella, puesto que ni siquiera sé dónde se encuentra.

Le adjunto una carta que deseo hacer llegar a manos del embajador de Alemania, y con URGENCIA. Si puede usted encontrar a alguien que pueda llevársela personalmente y entregársela (tal vez el conde de Chambrun, que según creo se interesa por la suerte de mi mujer) sería perfecto. Pero si no conoce a nadie capaz de hacerlo RÁPIDAMENTE, ¿sería tan amable de hacerla depositar en la embajada o, simplemente, echarla al correo? Gracias por anticipado. Por supuesto, si esta carta interfiere en las gestiones ya iniciadas, rómpala. En caso contrario, es muy importante para mí que llegue a su destino.

Temo una medida similar contra mí. Para prevenir preocupaciones materiales, ¿podría usted hacer enviar a la señorita Dumot un avance sobre las mensualidades de 1943? Tengo miedo por las niñas.


27 de julio de 1942

Michel Epstein al embajador de Alemania, Otto Abetz

Sé que el hecho de dirigirme a usted personalmente es de una gran audacia. No obstante, doy este paso porque creo que sólo usted puede salvar a mi mujer. Deposito en usted mis últimas esperanzas.

Permítame exponerle lo siguiente: antes de abandonar Issy, los militares alemanes que lo ocupaban, en agradecimiento a lo que hicimos por su bienestar, me dejaron una carta redactada en estos términos:


O. U. den I, VII, 41

Kameraden. Wir haben längere Zeit mit der Familie Epstein zusammengebelt und Sie als eine sehr anständige und zuvorkommende Familie kennengelernt, Wir bitten Euch daher, sie damitsprechend zis behandeln. Heil Hitler!

Hammberger, Feldw. 23599 A.


No obstante, el lunes 13 de julio mi mujer fue detenida, conducida al campo de concentración de Pithiviers (Loiret) y, de allí, enviada a un destino que ignoro. La detención, según me dijeron, era debida a instrucciones de orden general dadas por las autoridades ocupantes en lo concerniente a los judíos.

Mi mujer, la señora Epstein, es una novelista muy conocida, Irène Némirovsky. Sus libros han sido traducidos en gran número de países, al menos dos de ellos -David Golder y El baile- en Alemania. Mi mujer nació en Kiev (Rusia), el 11 de febrero de 1903. Su padre era un importante banquero. El mío, presidente del Comité Central de los Bancos de Comercio de Rusia y administrador delegado del Banco de Azov-Don. Nuestras dos familias perdieron en Rusia fortunas considerables. Mi padre fue detenido por los bolcheviques y encarcelado en la Fortaleza de San Pedro y San Pablo, en San Petersburgo. Con grandes dificultades, conseguimos huir de Rusia en 1919 y nos refugiamos en Francia, país que no hemos abandonado desde entonces. En consecuencia, creo innecesario manifestar que no podemos sentir más que odio por el régimen bolchevique.

En Francia, ningún miembro de nuestra familia ha participado en actividades políticas en ningún momento. Yo era apoderado de un banco y, en cuanto a mi mujer, ha llegado a ser una escritora de renombre. En ninguno de sus libros (que, por otro lado, no han sido prohibidos por las autoridades ocupantes), encontrará usted una sola palabra contra Alemania, y, si bien mi mujer es judía, habla en ellos de los judíos sin el menor afecto. Los abuelos de mi mujer, así como los míos, eran de religión judía; nuestros padres no profesaban ninguna; en cuanto a nosotros, somos católicos, lo mismo que nuestras hijas, que nacieron en París y son francesas.

Me permito señalarle igualmente que mi mujer siempre se ha mantenido al margen de cualquier adscripción política, que nunca se ha beneficiado del favor de ningún gobierno, ni de izquierdas ni de derechas, y que, ciertamente, el periódico en el que colaboraba en calidad de novelista, Gringoire, cuyo director es H. de Carbuccia, nunca se ha mostrado favorable ni a los judíos ni a los comunistas.

Por último, mi mujer padece desde hace años asma crónico (su médico, el profesor Vallery-Radot, puede atestiguarlo), y un internamiento en un campo de concentración podría significar su muerte.

Sé, señor embajador, que es usted uno de los hombres más eminentes del gobierno de su país. Estoy convencido de que también es un hombre justo. Sin embargo, me parece injusto e ilógico que los alemanes envíen a prisión a una mujer que, si bien es de origen judía, no siente -todos sus libros lo prueban-ninguna simpatía por el judaísmo ni por el régimen bolchevique.


28 de julio de 1942

André Sabatier al conde de Chambrun

Acabo de recibir una carta del marido de la autora de David Golder, de la que me permito adjuntarle copia. Dicha carta contiene precisiones que me parecen interesantes. Esperemos que le permitan a usted obtener una resolución feliz. Le agradezco por anticipado todo lo que pueda hacer por nuestra amiga.


28 de julio de 1942

André Sabatier a la señora de Paul Morand

Ayer escribí a Michel Epstein en los términos que convinimos, pensando que era preferible actuar así en lugar de enviar un telegrama. Esta mañana he encontrado la copia en el correo. Evidentemente, contiene precisiones interesantes.


28 de julio de 1942

Michel Epstein a André Sabatier

Espero que haya recibido mi carta de ayer y que la dirigida al embajador haya llegado a su destino, sea a través del propio Chambrun u otra persona, sea directamente.

Respuesta a su nota de ayer: creo que, en David Golder, el capítulo en el que David negocia con los bolcheviques la cesión de unos pozos de petróleo no debe de ser muy cariñoso con ellos, pero no tengo el libro aquí. ¿Sería tan amable de comprobarlo? Les Echelles du Levant, cuyo manuscrito obra en su poder y que aparecieron en Gringoire, son más bien feroces con el héroe, un matasanos originario del Mediterráneo Oriental, pero no recuerdo si mi mujer especifica que se trataba de un judío. Creo que sí.

En el capítulo XXV de La vida de Chejov, encuentro la frase siguiente: «La sala nº 6 ha contribuido mucho a la celebridad de Chejov en Rusia; debido a ella, la URSS lo reivindica como suyo y afirma que, de seguir vivo, pertenecería al partido marxista. La gloria póstuma de un escritor tiene esas sorpresas…» Desgraciadamente, no he encontrado nada más, y eso es poco.

¿No hay realmente ningún modo de averiguar, a través de las autoridades francesas, si mi mujer continúa o no en el campo de Pithiviers? Hace diez días telegrafié, con la respuesta pagada, al comandante de dicho campo, y sigo sin respuesta. ¿Es posible que esté prohibido saber simplemente dónde se encuentra? Si se me hizo saber que mi hermano Paul está en Drancy, ¿por qué no puedo saber dónde está mi mujer? En fin…


29 de julio de 1942

André Sabatier a la señora de Paul Morand

Le adjunto la carta de la que le hablé por teléfono. Creo que está usted en mejores condiciones que nadie para juzgar si conviene darle el destino que desea su autor. Respecto al fondo, no puedo pronunciarme; pero, en cuanto a los detalles, me parece que ciertas frases no son muy afortunadas.


29 de julio de 1942

Mavlik 13 a Michel Epstein

Querido Michel. Espero que hayas recibido mis cartas, aunque tengo miedo de que se hayan perdido, porque he escrito a Julie, y la tía había entendido mal su nombre por teléfono. Mi querido Michel, te suplico una vez más que te mantengas firme por Irène, por las niñas y por los demás. No tenemos derecho a perder el ánimo, puesto que somos creyentes. Yo me volví loca de desesperación, pero conseguí superarlo, y ahora me paso todo el día buscando noticias y viendo a personas en la misma situación. Germaine 14 volvió anteayer; debe partir hacia Pithiviers en cuanto tenga todo lo necesario. Como parece que Sam está en Beaune-la-Rolande, cerca de Pithiviers, quiere intentar a toda costa llevarles noticias a Iréne y a él Hasta ahora sólo hemos tenido noticias de Ania, que está en Drancy y pide ropa interior y libros. Se han recibido varias cartas de Drancy en las que la gente dice que están bien tratados y alimentados. Querido Michel, te lo suplico: ánimo. El dinero se ha retrasado por culpa del malentendido sobre el nombre. Mañana volveré a ver a Joséphine 15. Germaine ha visto al señor que tiene a su criada en Pithiviers. También tengo que ver a Germaine antes de que se marche. Recibió una carta de Sam, pero también desde Drancy. Te escribiré el día que se marche, pero me gustaría que me enviaras unas líneas, cariño. En cuanto a mí, me mantengo en pie, aunque no sé cómo, y espero, como siempre. Os envío besos y mi infinito cariño a t¡ y a las niñas.


3 de agosto de 1942

La señora Rousseau (Cruz Roja francesa) a Michel Epstein

El doctor Bazy 16 ha salido esta mañana en dirección a la zona libre, donde pasará varios días; se ocupará in situ del caso de la señora Epstein y hará todo lo posible para conseguir una intervención en su favor. Como no disponía de tiempo para responderle antes de marcharse, me ha encomendado que le comunicara que recibió su carta y que hará cuanto esté en su mano por auxiliarlo.


6 de agosto de 1942

Michel Epstein a la señora Rousseau

Me alegra enormemente saber que el doctor Bazy está haciendo gestiones en favor de mi mujer. Me preguntaba si no sería oportuno coordinarlas con las que ya han realizado:

1) El editor de mi mujer, señor Albin Michel (la persona que se ocupa más directamente es el señor André Sabatier, uno de los directores de la editorial).

2) La señora de Paul Morand.

3) Henri de Régnier.

4) El conde de Chambrun.

El señor Sabatier, a quien envío una copia de esta carta, podrá darle toda la información que pudiera necesitar (tel. Dan 87.54). Me resulta terriblemente doloroso no saber dónde se encuentra mi mujer (el jueves 17 de julio estaba en el campo de Pithiviers, Loiret; desde entonces no he recibido la menor noticia de ella). Me gustaría que ella supiera que hasta la fecha nuestras hijas y yo no nos hemos visto afectados por las recientes medidas y que estamos bien de salud. ¿Podría hacerle llegar ese mensaje la Cruz Roja? ¿Se le pueden enviar paquetes?


6 de agosto de 1942

Michel Epstein a André Sabatier

Le adjunto copia de una carta que envío a la Cruz Roja. Sigo sin tener la menor noticia de mi mujer. Es duro. ¿Ha sido posible contactar con el señor Abetz y entregarle mi carta? Michel.

PD: ¿Podría usted proporcionarme la dirección del conde de Chambrun?


***

9 de agosto de 1942

Michel Epstein a André Sabatier

Acabo de enterarme, por una fuente muy fiable, de que las mujeres (y también los hombres y los niños) internadas en el campo de Pithiviers han sido conducidas a la frontera de Alemania y de allí enviadas hacia el Este, a Polonia o Rusia probablemente. El traslado se habría producido hará unas tres semanas. Hasta ahora, pensaba que mi mujer se encontraba en algún campo francés, bajo la vigilancia de soldados franceses. Saber que se encuentra en un país salvaje, en condiciones probablemente atroces, sin dinero ni víveres y entre gente de la que lo ignora todo, incluido el idioma, me resulta insoportable. Ahora ya no se trata de sacarla más o menos rápidamente de un campo, sino de salvarle la vida.

Habrá usted recibido mi telegrama de ayer, en el que le indico un libro de mi mujer, Las moscas del otoño, aparecido primero en Kra, en edición de lujo, y más tarde en Grasset. Es un libro abiertamente antibolchevique, y no sabe cómo siento no haberme acordado antes de él. Espero que no sea demasiado tarde para insistir, con esta nueva prueba en las manos, ante las autoridades alemanas.

Sé, mi querido amigo, que hace usted todo lo que puede para ayudarnos, pero, se lo suplico, encuentre, imagine alguna otra cosa, consulte de nuevo a Morand, Chambrun, su amigo y, especialmente, al doctor Bazy, presidente de la Cruz Roja, rue Newton 12, tel. KLE.84.05 (la jefa de su secretaría particular es la señora Rousseau, en la misma dirección), señalándoles este nuevo motivo que constituyen Las moscas del otoño. Es totalmente inconcebible que nosotros, que lo perdimos todo por culpa de los bolcheviques, seamos condenados a muerte por quienes los combaten.

En fin, querido amigo, le ruego atienda esta nueva súplica que le hago. Sé que soy imperdonable por abusar de este modo de usted y de los amigos que aún nos quedan, pero, se lo repito, es una cuestión de vida o muerte, no sólo para mi mujer, sino también para nuestras hijas, por no hablar de mí. Solo aquí, con las pequeñas, casi en prisión, puesto que se me prohíbe moverme, ni siquiera tengo el consuelo de poder actuar. Ya no puedo ni comer ni dormir. Espero que eso sirva de excusa a esta carta incoherente.


10 de agosto de 1942

Yo, el abajo firmante, conde W. Kokovtzoff, antiguo presidente del Consejo y ministro de Finanzas de Rusia, certifico por la presente que conocía al difunto señor Efim Epstein, administrador de banco en Rusia y miembro del Comité de los Bancos que funcionaba en París bajo mi presidencia, que tenía la reputación de un financiero de una honradez irreprochable y que sus sentimientos y sus acciones eran netamente anticomunistas. (certificado por una comisaría de policía)


12 de agosto de 1942

André Sabatier a Michel Epstein

He recibido su telegrama y sus cartas. Le respondo antes de trasladarme por unas semanas a los alrededores de París. Si necesita escribirme durante este período, del 15 de agosto al 15 de septiembre, hágalo a la dirección de la editorial, que le atenderá, tomará medidas en caso necesario y lo pondrá en mi conocimiento de inmediato. Así es como están las cosas: muchas gestiones, pero, hasta ahora, sin resultados.

1) No hay respuesta del conde de Chambrun, al que he escrito. No conociéndolo, no puedo insistir, pues ignoro si su silencio es una señal de su voluntad de no intervenir. Su dirección es: Plaza del Palais-Bourbon 6 bis, VII distrito.

2) Por el contrario, la señora de Paul Morand ha dado pruebas de una adhesión incansable. Multiplica sus gestiones y tiene su carta en su poder; lo esencial de la misma será transmitido, junto con un certificado médico, por un amigo común a ella y la embajada, en los próximos días. Al parecer, Las moscas del otoño, que ha leído, no responde a lo que ella buscaba: antirrevolucionaria sí, pero no antibolchevique. Sugiere que no dé usted pasos dispersos, e inútiles a su modo de ver. La única puerta a la que debería llamar, siempre según ella, es la de la Unión Judía, que, por sus ramificaciones, es la única que puede informarle del lugar en que se encuentra su mujer y quizá hacerle llegar noticias de sus hijas. Ésta es su dirección: Rue de la Bienfaisance 29, VIII distrito.

3) Mi amigo me ha hecho saber sin ambages que sus gestiones lo han llevado a la conclusión de que no puede hacer nada.

4) Idéntica respuesta, no menos categórica, de mi padre, tras sus gestiones ante las autoridades regionales francesas.

5) Un amigo ha contactado, a petición mía, con el autor de Dieu est-il français (Friedrich Sieburg), que ha prometido actuar, no con vistas a una liberación, que le parece dudosa, sino con el fin de obtener noticias de su mujer.

6) Ayer telefoneé a la Cruz Roja y hablé con la sustituta de la señora Rousseau, muy amable y al corriente del asunto. El doctor Bazy se encuentra actualmente en zona no ocupada y está utilizando todas sus influencias para averiguar qué se podría conseguir. Debe volver el jueves, de modo que le telefonearé antes de marcharme.

Mi sensación general es la siguiente.

1) La medida que afectó a su mujer es de orden general (sólo aquí, en París, parece haber afectado a varios miles de apátridas), lo que explica en parte la dificultad en la que parecemos encontrarnos de obtener una medida de favor especial, pero lo que también permite esperar que no le haya ocurrido nada especial.

2) La medida fue adoptada por ciertas autoridades alemanas que son todopoderosas en ese terreno y ante las que, tanto las autoridades militares o civiles alemanas como las autoridades francesas, incluidas las más altas, parecen tener escaso margen de maniobra.

3) La partida hacia Alemania es verosímil, pero no con destino a un campo, según la señora Morand, sino a las ciudades polacas en las que se reagrupa a los apátridas.

Todo esto es duro, lo comprendo más que perfectamente, querido amigo. Su único deber es pensar en las niñas y ser fuerte por ellas. Consejo fácil de dar, me dirá. Tiene toda la razón. Por mi parte, sólo puedo decir que he hecho todo lo que estaba en mi mano. Fielmente suyo. André


14 de agosto de 1942

Michel Epstein a la señora Cabour

Desgraciadamente, Iréne se encuentra lejos de nosotros. ¿Dónde? Lo ignoro. Comprenderá usted mi angustia. Se la llevaron el 13 de julio, fecha desde la que no he vuelto a tener noticias suyas. Aquí estoy solo con las dos pequeñas, de las que se ocupa Julie. Probablemente la recordará de haberla visto en la avenida Président-Wilson. Si algún día recibo noticias de Iréne, se las comunicaré de inmediato. Ha tenido usted la amabilidad de ofrecernos su ayuda. Lo aprovecho, querida señora, sin saber si lo que le pido está dentro del terreno de lo factible. ¿Podría usted proporcionarnos hilo, algodón y papel para la máquina de escribir? Nos haría un enorme favor.


20 de agosto de 1942

Michel Epstein a la señora Cabour

Iréne fue detenida el día 13 de julio por la gendarmería, que obedecía órdenes de la policía alemana, y conducida a Pithiviers, en su calidad de apátrida de raza judía, sin tener en cuenta que es católica, que sus hijas son francesas y que ella se refugió en Francia para escapar de los bolcheviques, que además se apropiaron de la fortuna de sus padres. Llegó a Pithiviers el 15 de julio y, según la única carta que he recibido de ella, debía salir de allí hacia un destino desconocido el día 17. Desde entonces, nada; ni una sola noticia. Desconozco dónde está e incluso si sigue con vida. Como no se me permite moverme de aquí, he pedido la intervención de diversa personalidades, sin resultado hasta la fecha. Si puede usted hacer algo, sea lo que sea, hágalo, se lo suplico, porque esta incertidumbre es insoportable. Piense que ni siquiera puedo mandarle algo para comer, que no tiene ni ropa ni dinero… Hasta ahora, me han dejado aquí, porque tengo más de 45 años…


15 de septiembre de 1942

Michel Epstein a André Sabatier

Sigo sin tener la menor señal de vida de Iréne. Tal como me aconsejó la señora Paul 17, no he dado ningún nuevo paso. Ella es mi última esperanza. No creo que pueda seguir soportando esta incertidumbre mucho tiempo. Me dio usted que esperaba noticias del doctor Bazy. ¿No las ha tenido? Si la Cruz Roja pudiera al menos hacer llegar a Iréne, antes del invierno, ropa, dinero y alimentos…

Si ve a la señora Paul, ¿sería tan amable de decirle que recibí una carta de monseñor Ghika 18, que hace seis meses seguía con buena salud en Bucarest?


17 de septiembre de 1942

André Sabatier a Michel Epstein

Nada más regresar, telefoneé a la señora Paul. Le participé su gratitud y le dije que había seguido usted su consejo. Ninguna de sus gestiones, ni siquiera la realizada ante la personalidad para la que redactó usted una carta, ha dado resultados hasta ahora. «No hago más que chocar contra muros», me dijo. La señora Paul opina que, para saber algo con certeza, hay que esperar a que toda esa enorme multitud de gente sea canalizada y estabilizada de algún modo.


19 de septiembre de 1942

Michel Epstein a André Sabatier

Nuestras cartas se han cruzado. Le agradezco que me haya dado noticias, por desalentadoras que sean. Intente averiguar, se lo ruego, si sería posible que mi mujer y yo intercambiemos nuestros respectivos puestos; yo quizá podría ser de más utilidad en el suyo y ella estaría mucho mejor aquí. Si es imposible, ¿no podrían llevarme a su lado? Juntos estaríamos mejor. Evidentemente, tendría que hablar de todo esto con usted en persona.


23 de septiembre de 1942

André Sabatier a Michel Epstein

El 14 de julio me dije que si era necesario hacer un viaje a Issy, lo haría sin vacilar. Sin embargo, no creo que, ni siquiera ahora, dicho viaje nos condujera a una decisión concreta y válida. Le diré por qué.

Actualmente, es imposible un intercambio de puestos. Sólo conduciría a que hubiera un internado más, si bien la razón que invoca usted a ese respecto esté evidentemente bien fundada. Cuando sepamos con exactitud dónde está Iréne, es decir, cuando todo esté «organizado», entonces y sólo entonces, será útil plantearse esa cuestión.

¿Juntos, en el mismo campo? Otra imposibilidad, teniendo en cuenta que la separación entre hombres y mujeres es rigurosa y absoluta.

La Cruz Roja me ha pedido una precisión que no he podido darles y que, a mi vez, le he solicitado a usted esta mañana por telegrama. La transmitiré en cuanto la tenga. Esperemos estar en camino de obtener noticias.


29 de septiembre de 1942

Michel Epstein a André Sabatier

Le había prometido abrumarlo con peticiones y cumplo mi promesa. Se trata de lo siguiente. Necesito renovar mi documento de identidad de extranjero, válido hasta el próximo noviembre. Eso depende del prefecto de Saône-et-Loire, en Mâçon, al que debo dirigir una solicitud de renovación en los próximos días. No quisiera que esa renovación nos causara nuevos problemas. Por ello, le pido que intervenga ante el prefecto de Mâçon. Estoy perfectamente en regla desde todos los puntos de vista, pero las circunstancias, poco propicias a las personas en mi situación, me hacen temer toda clase de complicaciones burocráticas, etc. ¿Puedo contar con usted? No daré ningún paso hasta recibir su respuesta, pero es urgente.


5 de octubre de 1942

André Sabatier a Michel Epstein

Acabo de recibir su carta de¡ 29. La he leído y la he dado a leer. No tengo ninguna duda; mi respuesta es clara: no haga nada, cualquier paso que dé me parece extremadamente peligroso. Espero la visita del canónigo Dimnet y estaré encantado de hablar con él.


12 de octubre de 1942

André Sabatier a Michel Epstein

Esta mañana he recibido su carta del 8, así tomo la copia de la que envió a Don. Le escribo para decirle esto:

Nuestra amiga estaba en perfecta regla, y convendrá conmigo en que eso no impidió nada.

En lo que concierne a las niñas, dado que son francesas, y para emplear su propia expresión, no tengo la impresión de que un cambio de clima sea indispensable, pero no es más que una impresión. Creo que, sobre ese punto, la Cruz Roja podría informarle con más precisión y más seguridad.


***

19 de octubre de 1942

Michel Epstein a André Sabatier (prisión de Creusot)

[carta escrita a lápiz]

Sigo en Creusot, bastante bien tratado y con buena salud. Ignoro cuándo emprenderemos nuestro viaje y adónde iremos. Cuento con su amistad para los míos. Les será necesaria. Estoy seguro de que se ocupará de ellos. Aparte de eso, no tengo nada más que contarle, salvo que conservo los ánimos y le estrecho la mano.


1 de octubre de 1944

Julie Dumot a Robert Esménard

Quiero agradecerle la continuación de las mensualidades. Veo que ha comprendido usted mis preocupaciones. Hace seis meses, tuve que ocultarlas de nuevo en lugares diferentes. Ahora es pero que la pesadilla haya acabado. He ido a buscar a las niñas para meterlas en un internado. La mayor está en tercero y Babet en primero, felices de verse al fin libres. Ahora, Denise estará más tranquila para trabajar en sus estudios, pues también de ellos depende su porvenir.


10 de octubre de 1944

Julie Dumot a André Sabatier

He recibido los 15.000 francos. Desde finales de febrero he estado muy inquieta por mis pequeñas. Tuve que volver a esconderlas. Sin duda, eso explica que la hermana Saint-Gabriel no le haya contestado. No han podido ir a clase durante siete meses. Ahora confío en que estaremos más tranquilas y podrán estudiar. He vuelto a meterlas en el internado. Denise ha reanudado tercero y Babet primero. Están muy contentas de haberse reunido de nuevo con sus compañeras y con las hermanas, que me han ayudado mucho en los momentos difíciles. Espero que ahora ya no venga nada más a torturarnos, mientras aguardamos el regreso de nuestros exiliados. En estos momentos, ¿pueden ya ponerse a la venta todos los autores o todavía no es libre la venta?


30 de octubre de 1944

Robert Esménard a Julie Dumot

Le agradezco su carta del 1 de octubre. Veo que ha tenido usted que volver a vivir días muy crueles y angustiosos. Pero ahora puede estar tranquila sobre la suerte de las niñas, que podrán continuar sus estudios en paz. Esperemos que esta espantosa pesadilla acabe pronto y que en un futuro muy próximo reciba usted noticias de sus padres. Es, como usted sabe, uno de mis más fervientes deseos…


9 de noviembre de 1944

André Sabatier a Julie Dumot

Me he enterado, no sin un estremecimiento, de que recientemente ha vuelto usted a tener motivos de temor por sus pequeñas. No puedo sino alegrarme al saber que ahora están a cubierto de toda medida del género al que hace alusión. No cabe más que esperar el regreso no muy lejano de quienes fueron apartados de su lado.

Efectivamente, el señor Esménard ha dado las instrucciones oportunas para que se vendan los ejemplares que restan de los libros de la señora Némirovsky. Por mi parte, me he planteado la cuestión de si convenía publicar en estos momentos los dos manuscritos que poseo de ella, su novela Les biens de ce monde y su biografía de Chejov. Tanto el señor Esménard como yo consideramos preferible aplazar dicha publicación, pues quizá fuera peligroso atraer la atención en un momento en que su situación no la pone a cubierto de las siempre temibles medidas de represalia.


27 de diciembre de 1944

Robert Esménard a Julie Dumot

Que 1945 nos traiga al fin la paz y les devuelva a sus queridos ausentes.


***

1945


Albin Michel a Julie Dumot

9.000 francos (junio julio-agosto de 1945)


8 de enero de 1945

Respuesta de Robert Esménard a R. Adler

La carta del 13 de octubre a nombre de la señora Némirovsky nos ha llegado, pero desgraciadamente no hemos podido trasladarla a su destinataria. En efecto, la señora Némirovsky fue detenida el 13 de julio de 1942 en Issy, donde vivía desde 1940, trasladada al campo de concentración de Pithiviers y deportada ese mismo mes. Meses después, su marido fue igualmente detenido y deportado. Todas las gestiones emprendidas en su favor han sido vanas, y hasta la fecha nadie ha recibido noticias de ellos. Afortunadamente, las dos pequeñas han podido salvarse, gracias a los desvelos de una amiga con la que vivían en provincias. Crea que nos sentimos profundamente apesadumbrados al tener que transmitirle estas noticias.


16 de enero de 1945

Respuesta de Albin Michel a A. Shal

Le agradezco la carta que el 6 de noviembre tuvo la amabilidad de dirigir a la señora Némirovsky. Por desgracia, no nos será posible remitir dicha carta a la interesada, porque nuestra autora y amiga nos fue arrebatada en 1942 y deportada a algún campo de Polonia. Desde entonces, pese a las muchas gestiones realizadas, no hemos podido obtener ninguna noticia sobre su situación. Unos meses después, su marido corrió la misma suerte. En cuanto a las niñas, afortunadamente confiadas a tiempo a unos amigos de la familia, se encuentran bien. Lamento profundamente tener que comunicarle tan tristes noticias. Esperemos, no obstante…


***

5 de abril de 1945

Marc Aldanov (Found for the Relief of Men of Letters and Scientists of Russia), Nueva York, a Robert Esménard

Por la señora Raissa Adler, acabamos de enterarnos de la trágica noticia relativa a Iréne Némirovsky. La señora Adler nos ha comunicado igualmente que sus dos hijas se han salvado gracias a una antigua enfermera de su abuelo. Esta persona, la señorita Dumot, es, según nos dicen, digna de toda confianza, pero desgraciadamente carece de recursos y, en consecuencia, no puede costear la educación de las pequeñas.

Los amigos y admiradores de la señora Némirovsky que viven en Nueva York se han reunido para considerar qué podría hacerse por las niñas. Pero no son ni muy numerosos ni muy ricos. En cuanto a nuestro comité, está formado en la actualidad por cien escritores y sabios. No hemos podido hacer gran cosa. Por ello, nos dirigimos a usted, apreciado señor, para preguntarle si la señora Némirovsky no dispone de un crédito ante sus editores franceses correspondiente a sus derechos de autor y si, en caso afirmativo, no les sería posible a usted y sus colegas poner una parte de sus honorarios a disposición de esas dos niñas. Nosotros le enviaríamos su dirección.


11 de mayo de 1945

Respuesta de Robert Esménard a Marc Aldanov

Efectivamente, y por desgracia, la señora Némirovsky fue detenida en julio de 1942, conducida al campo de Pithiviers y deportada. Meses después, su marido corrió la misma suerte. No hemos vuelto a tener noticias de ninguno de los dos y estamos profundamente angustiados por ellos.

Sé que la señorita Dumot, que salvó a las dos pequeñas, las está educando perfectamente. Para permitírselo, precisamente, debo decirle que, desde la detención de la señora Némirovsky, he entregado a la señorita Dumot sumas importantes, puesto que ascienden a 151.000 francos, y que en la actualidad sigo pagándole una mensualidad de 3.000 francos.


1 de julio de 1945

André Sabatier a Julie Dumot

Desde que los deportados y los prisioneros han empezado a regresar a Francia, pienso muy a menudo en usted y en sus pequeñas. Supongo que, por el momento, no ha sabido nada, porque no me cabe duda de que en caso contrario me lo habría comunicado. Por mi parte, no he podido obtener la menor indicación. He pedido a la señora Bernard 19, que conocía a la señora Némirovsky y que actualmente se encuentra en la Cruz Roja, que haga las gestiones necesarias para que podamos saber algo. Por supuesto, si me enterara de algo, sería usted la primera en saberlo. Hay una pregunta que quería hacerle: ¿qué ha sido de los papeles que se encontraban en Issy en el momento de la detención de la señora Némirovsky? He oído decir que había una gruesa novela acabada. ¿ Tiene usted ese texto? Si es así, le ruego me lo comunique; tal vez podríamos publicarla en nuestra revista La Nef


16 de julio de 1945

André Sabatier al padre Englebert

Le escribo por un asunto totalmente inesperado. Se trata de lo siguiente: sin duda conoce usted el nombre y la reputación de Iréne Némirovsky, una de las mejores novelistas que ha tenido Francia en el curso de los años que precedieron a la guerra. Judía y rusa, la señora Némirovsky y su marido fueron deportados en 1942, seguramente a un campo de Polonia. Nunca hemos podido saber nada más sobre ninguno de los dos. En la actualidad, el silencio sigue siendo total y lo cierto es que hemos perdido toda esperanza de volver a verlos con vida.

Iréne Némirovsky dejó en Francia a sus dos hijas pequeñas, Denise y Élisabeth Epstein, al cuidado de una amiga. He visto recientemente a la persona que se ha ocupado de ellas, y me ha explicado que había conseguido que aceptaran a las pequeñas en el pensionado de las Hermanas de Sión. El acuerdo estaba cerrado; sin embargo, en el último momento, la superiora se desdijo so pretexto de carecer de plazas, con el consiguiente disgusto y trastorno para la pobre señora que se ocupa de las niñas. ¿Podría usted averiguar qué ha ocurrido? Y si tiene usted alguna influencia sobre esas hermanas, ¿podría intervenir para que en octubre Denise y Élisabeth puedan iniciar el curso en dicha institución?

Como usted comprenderá, nos preocupa extraordinariamente el bienestar de esas dos niñas. En cualquier caso, incluso si no pudiera usted hacer nada, le agradezco por anticipado las molestias que no dudo se tomará.


23 de julio de 1945

Comunicación telefónica: Chautard (Unión Europea Industrial y Financiera) a André Sabatier

El señor de Mézières de la U.E. 20 está dispuesto a hacer algo en favor de las hijas de Iréne Némirovsky, en colaboración con nuestra editorial.

[nota manuscrita: esperar que se ponga en contacto con nosotros]

Estarían dispuestos a desembolsar 3.000 francos al mes.

Un pensionado religioso en la zona de París vendría a costar 2.000 francos por mes y niña.


7 de agosto de 1945

Omer Englebert a Robert Esménard

Tengo el placer de anunciarle que las hijas de la novelista rusa judía (ahora mismo no consigo acordarme de su nombre), por las que se interesa usted y que el señor Sabatier me recomendó de su parte, han sido admitidas en las Hermanas de Sión de Grandburg, por Evry-Petit-Bourg. La madre superiora acaba de comunicarme que podrán incorporarse al comienzo del próximo curso.


29 de agosto de 1945

Julie Dumot (rue Pasteur46, en Marmande) a André Sabatier

No sé cómo darle las gracias por todos sus desvelos. Estoy muy contenta por las niñas, sobre todo por Babet, que sólo tiene ocho años y todos sus estudios por delante. En cuanto a Denise, que ahora va muy bien, podrá perfeccionarse en esa institución de primera categoría, tal como deseaba su madre. Le estoy muy agradecida por haber hecho realidad los deseos de sus padres. Si Denise no puede continuar sus estudios, necesitará al menos su título para poder trabajar; pero todo eso se verá muy pronto. Su amable carta me ha encontrado aquí, donde he traído a las niñas para pasar las vacaciones. Denise está totalmente restablecida. Las radiografías muestran que no le queda el menor rastro de pleuritis. A Babet la operarán de anginas y vegetaciones la semana que viene. No he podido hacerlo antes porque el médico estaba de vacaciones, lo que me obligará a retrasar ocho días la vuelta a París.

Sí, señor Sabatier, se había hablado de que la Société des Gens de Lettres haría algo por las niñas. El señor Dreyfus, a quien expuse mi caso, que con 3.000francos no podía llegar a fin de mes (Denise ha estado en tratamiento seis meses), se ocupó de hablar con su amigo el señor Robert para ver qué se podía hacer por las niñas. Se lo comuniqué el mismo día al señor Esménard, que está al corriente. Para cualquier referencia sobre mí, Tristan Bernard me conoce desde los dieciséis años.


***

3 de octubre de 1945

Ediciones Albin Michel a Julie Dumot

12.000 francos: sept.-oct.-nov.-dic. 45.


7 de diciembre de 1945

Robert Esménard (nota para la señorita Le Fur)

El viernes a mediodía estuve en casa de la señora Simone Saint-Clair, que forma parte de un comité cuyo fin es ayudar a las hijas de Iréne Némirovsky. Determinadas personas y agrupaciones entregarán una suma mensual al notario que se les ha designado, en principio, hasta que terminen el bachillerato. Cuando la mayor, Denise, haya obtenido el título, imagino que esa cuestión será revisada.

Aparte de eso, con los donativos que se reciban, se constituirá un fondo para las hijas de Iréne Némirovsky que podrán disponer de él una vez alcancen la mayoría de edad. Hay ya cierta suma, en la que está comprendida una entrega de la Banque des Pays du Nord, donde estaba empleado el señor Epstein, algo así como 18.000 francos, correspondientes a 3.000 francos de mensualidad con cierta retroactividad.

A través del notario, la señorita Dumot tendrá a su disposición inmediatamente una suma X, para compensarla por los gastos que ha soportado, y, en adelante, recibirá cierta cantidad mensual. En lo concerniente a nuestra editorial, he dispuesto que a partir de la fecha de la última mensualidad, que entregué el 31/12/45, se pague una suma mensual de 2.000 francos, sin que naturalmente se compensen con los derechos de autor de Iréne Némirovsky. Además, renuncio a la cantidad de 2.000 francos mensuales sobre los derechos de la señora Némirovsky a partir del mes en que comencé las mensualidades, es decir, esas mensualidades tienen un efecto retroactivo a partir del primer desembolso.

Se darán amplios comunicados a la prensa para la ayuda a constituir.


***

24 de diciembre de 1945

W. Tideman a Iréne Némirovsky

Soy periodista de un diario de Leyde (Holanda), al que he ofrecido traducir una novela o un cuento francés, que se publicaría en forma de folletín. Acaban de responderme que están de acuerdo en publicar lo que les aconseje o envíe. Les he hecho notar que habría que pagar derechos de autor y que serían bastante más elevados para una novela ya publicada aquí, puesto que los editores exigirían su parte, que para un relato original no editado, ya que sólo tendrían que tratar con el autor. Y he pensado en usted, aunque sólo conozco sus novelas.


29 de diciembre de 1945

Respuesta de Albin Michel a W. Tideman

Ha llegado a mi conocimiento la carta remitida por usted a nuestra editorial a nombre de Iréne Némirovsky, a la que desgraciadamente no puedo entregársela.

En efecto, la señora Némirovsky fue arrestada en julio de 1942 y posteriormente deportada, creemos que a Polonia. Desde la fecha de su detención, nadie ha vuelto a tener noticias suyas.

Загрузка...