Capítulo VIII Cómo se adquiere la respiración completa yoghi

La respiración completa yoghi es la respiración fundamental de toda la ciencia yoghi de la respiración, y el estudiante debe familiarizarse plenamente con ella y dominarla por completo antes de poder obtener resultados de las otras formas de respiración mencionadas y dadas en este libro. No debe contentarse con aprenderla a medias sino que debe trabajar seriamente hasta que llegue a constituir su método natural de respiración. Esto exigirá trabajo, tiempo y paciencia, pero sin ello jamás se obtiene nada de importancia.

No es un camino llano el que conduce hacia la ciencia de la respiración, y el estudiante debe preparase a practicar y trabajar seriamente si desea recoger algún fruto. Los resultados obtenidos por le completo dominio de la ciencia de respirar son grandes y ninguno que los haya alcanzado querrá volver a los viejos métodos; dirá, por el contrario, a sus amigos que se considera sobradamente recompensado por todo su trabajo. Lo decimos para que se comprenda bien la importancia y la necesidad de dominar este método fundamental de la respiración yoghi, en lugar de dejarle de lado y ensayar de inmediato algunos de los ejercicios que se darán después y que podrían llamar más la atención. Nuevamente repetimos: comenzad bien y los resultados serán buenos; pero si se descuida la base fundamental, toda la construcción se derrumbará tarde o temprano.

Tal vez la mejor manera de enseñar cómo se adquiera la respiración completa yoghi sería comenzar por simples instrucciones sobre la respiración misma, seguidas de observaciones generales, y después dar ejercicios para ampliar el pecho, los músculos y pulmones, que han quedado incompletamente desarrollados, debido a imperfectos métodos de respiración. Antes de pasar adelante diremos que esta respiración completa no tiene nada de forzado o anormal, sino que, por lo contrario, es volver a los primeros principios, volver al a Naturaleza. Tanto el salvaje adulto como el niño de la civilización respiran de esta manera cuando están sanos; pero el hombre civilizado ha adoptado métodos antinaturales de vivir, vestir, etc., y ha perdido ese derecho nativo. Hacemos notar al lector que la respiración completa no consiste necesariamente en llenar por completo los pulmones en cada inhalación. Se puede inhalar la cantidad habitual de aire usando el método de respiración completa y distribuirlo en todas las partes de los pulmones, sea su cantidad mayor o menor; pero debiera inhalarse una serie de respiraciones completas varias veces cada día y cuando se ofrezca la oportunidad, con el objeto de conservar en orden y buenas condiciones el sistema. El sencillo ejercicio siguiente permitirá formar una idea clara de lo que es la respiración completa:

1) De pie o sentado, con el busto en posición vertical y respirando por las fosas nasales, se inhala firmemente llenando primero la parte inferior de los pulmones, lo que se obtienen poniendo en juego el diafragma, el cual al descender ejerce una leve presión sobre los órganos abdominales y empuja la pared frontal del abdomen. Después se llena la región media de los pulmones, haciendo salir las costillas inferiores, esternón y pecho. Luego se llena la parte alta de los pulmones, adelantando la superior del pecho, levantando éste, incluyendo los seis o siete pares de costillas superiores. En el movimiento final, la parte inferior del abdomen se contraerá ligeramente, cuyo movimiento da apoyo a los pulmones y también ayuda a llenar su parte superior.

A la primera lectura podrá aparecer que esta respiración consiste en tres movimientos distintos. Sin embargo, no es ésta la idea exacta. La inhalación es continua y toda la cavidad torácica desde el diafragma hasta el punto más elevado del pecho, en la región clavicular, se dilata con movimiento uniforme. Debe evitarse las inhalaciones bruscas y esforzarse por obtener una acción regular y continua. La práctica dominará pronto la tendencia a dividir la inhalación en tres movimientos y dará por resultado una respiración continua y uniforme. Bastarán pocos ensayos para que se pueda completar la inhalación en un par de segundos.

2) Retener la respiración algunos segundos.

3) Exhalar muy despacio manteniendo el pecho en posición firme, entrando un poco el abdomen y elevándolo lentamente a medida que el aire sale de los pulmones. Cuando el aire ha sido exhalado completamente, aflojad el pecho y el abdomen. Una pequeña práctica hará fácil esta parte del ejercicio, y una vez adquirida, el movimiento se ejecutará casi automáticamente.

Se notará que por este método de respirar todos los órganos del aparato respiratorio entran en acción y todas las partes de los pulmones funcionaran, incluso las más apartadas células aire. La cavidad del pecho se expande en todas direcciones. Se observará también que la respiración completa es en realidad una combinación de las respiraciones baja, media y alta, sucediéndose rápidamente en el orden indicado, de tal manera, que forman una respiración uniforme, continua y completa.

Si se practica el ejercicio delante de un gran espejo, colocando ligeramente la mano sobre el abdomen, de manera que se puedan sentir los movimientos, se notará que esto ayuda mucho a comprender el mecanismo de la respiración completa. Al fin de la inhalación es útil levantar de vez en cuando los hombros, que a su vez elevan las clavículas y permiten al aire pasar libremente al pequeño lóbulo superior del pulmón derecho, donde se origina algunas veces la tuberculosis.

Al principio se encontrarán más o menos dificultades en dominar la respiración completa, pero con un poco de práctica ellas se allanarán, y cuando se haya adquirido, no se volverá jamás voluntariamente a los antiguos métodos.

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