Sí sí es verdad es la única verdad
ojos entreabiertos luz nacida
pensamiento o sollozo clave o alma
este velar este aprender la dicha
este saber que el día no es espina
sino verdad oh suavidad Te quiero
Escúchame Cuando el silencio no existía
cuando tú eras ya cuerpo y yo la muerte
entonces cuando el día
Noche bondad oh lucha noche noche
Bajo clamor o senos Bajo azúcar
entre dolor o sólo la saliva
allí entre la mentira sí esperada
noche noche lo ardiente o el desierto
Estoy solo Las ondas playa escúchame
De frente los delfines o la espada
La certeza de siempre los no-límites
Esta tierna cabeza no amarilla
esta piedra de carne que solloza
Arena arena tu clamor es mío
Por mi sombra no existes como seno
no finjas que las velas que la brisa
que un aquilón un viento furibundo
vá a empujar tu sonrisa hasta la espuma
robándole a la sangre sus navíos
Amor amor detén tu planta impura
La tristeza u hoyo en la tierra
dulcemente cavado a fuerza de palabra
a fuerza de pensar en el mar
donde a merced de las ondas bogan lanchas ligeras
Ligeras como pájaros núbiles
amorosas como guarismos
como ese afán postrero de besar a la orilla
o estampa dolorida de uno solo o pie errado
La tristeza como un pozo en el agua
pozo seco que ahonda el respiro de arena
pozo. -Madre ¿me escuchas? eres un dulce espejo
donde una gaviota siente calor o pluma
Madre madre te llamo
espejo mío silente
dulce sonrisa abierta como un vidrio cortado
Madre madre esta herida esta mano tocada,
madre, en un pozo abierto en el pecho o extravío
La tristeza no siempre acaba en una flor
ni esta puede crecer hasta alcanzar el aire
surtir. -Madre ¿me escuchas? Soy yo que como alambre
tengo mi corazón amoroso aquí afuera
Lumen lumen Me llega cuando nacen
luces o sombra revelación Viva
Ese camino esa ilusión es neta
Presión que sueña que la muerte miente
Muerte oh vida te adoro por espanto
porque existes en forma de culata
Donde no se respira. El frío sueña
con estampido-eternidad La vida
es un instante
justo para decir María Silencio
una blancura un rojo que no nace
ese roce de besos bajo el agua
Una orilla impasible donde rompen
cuerpos u ondas mares, o la frente.
Pero no importa que todo esté tranquilo
(La palabra esa lana marchita)
flor tú muchacha casi desnuda viva viva
(la palabra esa arena machacada)
muchacha con tu sombra qué dulce lucha
como una miel fugaz que casi muestras bordes
(La palabra la palabra la palabra qué torpe vientre hinchado)
Muchacha te has marchado de espuma delicada
Papel Lengua de luto Amenaza Pudridero
palabras palabras palabras palabras
Iracundia Bestial Torpeza Amarillez
palabras contra el vientre o muslos sucias
No me esperes ladina nave débil
débil rostro ladeado que repasas
sobre un mar de nácar sostenido por manos
nave papel o luto borde o vientre
palabra que se pierde como arena
Una tristeza del tamaño de un pájaro
Un aro limpio una oquedad un siglo
Este pasar despacio sin sonido
esperando el gemido de lo obscuro
Oh tú mármol de carne soberana
Resplandor que traspasas los encantos
partiendo en dos la piedra derribada
Oh sangre oh sangre oh ese reloj que pulsa
los cardos cuando crecen cuando arañan
las gargantas partidas por el beso
Oh esa luz sin espinas que acaricia
la postrer ignorancia que es la muerte
Duerme muchacha
Lágrimas de plomo
ese jardín que dulcemente oculta
el tigre y el luzbel
y el rojo no domado
Duerme mientras manos de seda
mientras paño o aroma
mientras caídas luces que resbalan
tiernamente comprueban la vastedad del seno
el buen amor que sube y baja a sangre
Amor
Como esa maravilla
como ese blanco ser que entre flores bajas
enreda su mirada o su tristeza
el paisaje secunda el respirar con pausa
el verde duele el ocre es amarillo
el agua que cantando se aproxima
en silencio se marcha hacia lo obscuro
Amor
como la ida
como el vacío tenue que no besa
Yo no sé si me has comprendido
Es mucho más triste de lo que tú supones
Esta música sapiencia del oído
no me interrumpas sin amor que muero
voy a vivir no cantes voy estaba
Una lámina fina de quietud
Así se sabe que la idea es carne
una gota de sangre sobre el césped
No respiréis no mancho con mi sombra
Un navío me voy adiós el cielo
Hielo de sangre sangre que soporta
Nave de albura. Adiós. Viaje. Extinguido.
Corazón estriado
bajo campanas muertas pide altura
Campanas son campanas
son latidos ocultos de un giro que no llega
El pueblo en lontananza
del tamaño de un ojo entornado
yace en verde sin respirar aún
medio camino o brazo tibio al beso
Campanas de la dicha
de una sed de espiral donde un grito mudo
del tamaño de un niño moribundo
no acaba de caer como nieve a los hombros
Blandura de un paisaje de suspiros
por el que andar no cuesta aunque ese mar se altera
al respirar despacio una tristeza o lámina comida
Mientras suenan campanas
como zapatos tibios
descabalados en la tarde suave
mejilla son que pide ser pisada
mientras suspira un alba aún bajo tierra
Mira mis ojos Vencen el sonido
Escucha mi dolor como una luna
Así rondando plata en tu garganta
duerme o duele
O se ignora
O se disuelve
Forma. Clamor. Oh cállate. Soy eso
Soy pensamiento o noche contenida
Bajo tu piel un sueño no se marcha
un paisaje de corzas suspendido
Remota sensación de tempestades
sedosa exploración la ternura
rompe telillas de arañas mientras el rayo
busca cabellos lúcidos por los que descargar de sí mismo
Pero aquí abajo la seda es roposo
suavidad entretiempo palabra entre dos labios
puede el rayo ser acaso esqueleto
pero la carne mórbida es una lancha amable
Abajo aquí adónde bogando entre dos ruidos
sin reparar en el granillo de arena
en ese dolor de la vista que mira a poniente
escocido y presintiendo el mar que aspira
La luz fría
he dicho un reloj o majestad pausada
he dicho un ramo de violetas o de trenzas
he dicho lo que vengo diciendo he dicho un filo
sobre el que dormir con riesgo
Mantas con alas se van desnudo frío
se van y tiran de las flores
arriba ya nubes sin aroma desfilan ya cristal
flores de piso huídas pies desnudos
La inocencia reclama su candor
(bajo un monte una luna o lo esperado)
la inocencia está muda pez aguárdame
aquí en esta muralla están las letras
Acariciar unos senos de nácar
una caja respira y duele todo
acariciar esta oculta ceniza
bajo carmín tus labios suspirando
No se evaden las almas como pliegos
ese papel doblado por los bordes
por lo que más duele si sonríen
cuando la luz escapa sin notarse
El breve tránsito de la lucha
la llanura o la aspereza insólita
esa muchacha recogida en dos golfos
todo lo que extendido medita
permite un azul distante hecho de música o lino
el tránsito otra vez a esas bolas de paño
a esa dulce sensación de que el respiro se acaba
de que vidrieras sordas van a empezar su centelleo
y un agua casi doncella te va a llegar hasta los labios
Así la muerte es flotar sobre un recuerdo no vida
sobre ese azul postrero hecho de lágrimas oídas
de ese laberinto de hilos que como manos muertas
ponen una azucena como un mundo ciñendo