Un pájaro de papel
y una pluma encarnada
y una furia de seda
y una paloma blanca
Todo un ramo de mirtos
o de sombras coloreadas
un mármol con latidos
y un amor que se avanza
Un vaivén obsequioso
de momentos o pausas
un salón de walkyrias
o de damas desmayadas
Una música o nardo
o unas telas de araña
un jarrón de cansancios
y de polvos o nácar
Todo dulce y dolido
todo de carne blanca
amarillez y ojera
y pábilo y estancia
Amor vueltas caídas
mariposas miradas
sonrisas como alambres
donde la cera canta
pájaros caja música
mangas vuelos y danza
con los pechos sonando
bajo las llamas pálidas
Cinturas o saliva
hilos de finas platas
besos por los dorados
limones que colgaban
Tú, calor que ascendiendo
chocas carnes de lata
pones besos o líquenes
por humedades bajas
llevas vientres o conchas
o perezosas barcas
y axilas como rosas
sueltas de madrugada
misterios de mejillas
a la deriva amadas
y oídos y cabello
desmayos voces bajas…
Golfo ancho detenido
junto a la orilla baja
salón de musgo y luna
donde el amor es alga
donde los trajes húmedos
son piel que no se arranca
cuando entre polka y brisa
despunta lacia el alba
Carne de cristal triste intangible a las masas
Un farol que reluce como un seno mentido
Aquí junto a la luna mi voz es verdadera
Escúchame callando aunque el puñal te ahogue
Yo era aquel muchacho que un día
saliendo del fondo de sus ojos
buscó los peces verdaderos
que no podía ver por sus manos
Manos de ocho montañas
confabulación de la piedra
dolor de sangre en risco
insensible a los dientes
Bajo las estrellas de punta
hay gritos que se avecinan
Bajo mi corazón de resorte
lenguas mudas estallan
Abridme el mundo abridme
quiero iluminar sólo un beso
unos labios que irritan
árboles despiadados
Están colgadas piernas
anidadas de pájaros
Se ven extraños puentes
que enlazan los dos muslos
Un calambre expirando
dice su voz insólita
y los pies por los troncos
aspiran a la copa
Luces por las axilas luces
luces en forma de tobillos
y esa cintura estrecha
que traspasó la luna
Los ojos son caricias del viento
son un dolor que va a olvidarse pronto
en cuanto los cabellos sepan hablar despacio
ahora que caen sobre los oídos últimos
Corazones con alas codos núbiles
esa opresión que dulcemente mueve
una música nacida de la espalda
La ignorancia es el roce de los pechos nacidos
Oh mares que no existen bajo toda raíz
árboles sustentados sobre bocas que laten
ojos que se avecinan al cielo cuando baja
cuando sobre las frentes las ideas son dedos
Sangre en los peñascales sangre por los espantos
ramas que de los pulsos crecen hasta las voces
cuerpo que pende al viento ya sin limitaciones
herido por las lenguas que chupan sus hormigas
Esa mano caída del occidente
de la última floración del verano
arriba lentamente a los corazones
sencillamente como la misma primavera
Las mismas bocas más frutales
la tierna carne del melocotón
el color blanco o rosa
el murmullo de las flores tranquilas
todo presiente la evaporación de la nube
el cielo raso como un diente duro
la firmeza sin talla brilladora y amante
El aroma el no esfuerzo para perdurar
para ascender
para perderse en el deseo alto pero lograble
todo esto está dichosamente presidido por el mediodía
por lo radioso sin fin que abarca al mundo como un amor
Una inmensa mariposa de brillos
un respirar batiente que pasa sin recelos
dadivoso de dichas perfectamente compartidas
va y viene en forma de belleza en forma de transcurso
haciendo al tiempo justamente un instante a vista de pájaro
Ni palmas ni brillos ni mucho menos ya primores
Sino lo liso lo raso lo tenso y lo infatigable
Esa senda hecha para la planta de oro
también para los labios
para recorrerla despacio
para ir diciendo los nombres o los horizontes
para que todo lo más en un momento de desfallecimiento se pueda uno convertir en
[río
No pido despacio o de prisa
no pido más que libertad
Pido que todos vayan allá más lejos
y allá me esperen mucho tiempo
hasta que troncos lisos sin pavor den señas de su existencia
Porque yo soy escéptico
La libertad en fin para mí acaso consiste en una gamuza
en esa facilidad de abrillantar los dientes
de responder con mi propio reflejo a las ya luces extinguidas
Pido señales o pido indiferencia
Se me puede creer si digo que a veces un brazo pesa más que otro astro
que un párpado de espuma respira quietamente pero que nunca accederá a dormir
[en nuestro seno
Pido sobre todo no lamentos no salutaciones o visos
que todo pase como debe
Fila infinita de tormento olvidado que duele
preocupado únicamente de no ver mojado su zapato por esa espuma negra
Entrar sin música en el mar vengo del mundo
del mundo o del agotamiento
No pido espinas ni firmeza arenas ignoradme
Vengo soltando música por los talones verdes
algas del mar no agitéis vuestros odios
no adormezcáis la onda hecha un lecho de luna
donde yo me distienda olvidando mi peso
Combatido por la más pura batalla de las uñas
entre un remolino de pelos que me quiere alzar hasta un ojo divino
no busco cielos ni turquesas ni esa rotundidad inviolable
contra la que nada puede el alto grito
Estoy sentado y humedecido mecido por mis calores
y las aguas traspasan mis oídos traslúcidos
No aprenderé las palabras que me están rozando
ni desliaré mi lengua de debajo de mis pisadas
Pienso seguir así hasta que el agua se alce
hasta que mi piel desprendida deje sueltos los ríos
Oh mares que se suceden contra mi cuerpo inmovible
peces espadas y ojos que queman bajo las aguas
si canto pareceré la marea esperada
y asomaré a la playa con la timidez de la espuma
Árboles mujeres y niños
son todo lo mismo: Fondo
Las voces los cariños la nitidez la alegría
este saber que al fin estamos todos
¡Sí! Los diez dedos que miro
Ahora el sol no es horrendo como una mejilla dispuesta
no es un ropaje ni una linterna sin habla
No es tampoco la respuesta que se escucha con las rodillas
o esa dificultad de tocar las fronteras con lo más blanco de los ojos
Es ya el sol la verdad la lucidez la constancia
Se dialoga con la montaña
se la cambia por el corazón
Se puede seguir marchando ligero
El ojo del pez si arribamos al río
es justo la imagen de la dicha que Dios nos prepara
el beso ardentísimo que nos quebranta los huesos
Sí Al fin es la vida Oh qué hermosura de huevo
este amplio regalo que nos tiende ese Valle
esta limitación sobre la que apoyar la cabeza
para oír la mejor música la de los planetas distantes
Vamos todos de prisa
acerquémonos a la hoguera
Vuestras manos de pétalos y las mías de cáscara
estas deliciosas improvisaciones que nos mostramos
valen para quemarlas para mantener la confianza en el mañana
para que la conversación pueda seguir ignorando la ropa
Yo ignoro la ropa ¿Y tú?
Yo vestido con trescientos vestidos o cáñamo
envuelto en mis ropones más broncos
conservo la dignidad de la aurora y alardeo de desnudeces
Si me acariciáis yo creeré que está descargando una tormenta
y preguntaré si los rayos son de siete colores
O a lo mejor estaré pensando en el aire
y en esa ligera brisa que riza la piel indefensa
Con la punta del pie no me río
más bien conservo mi dignidad
y si me muevo por la escena lo hago como un excelente
como la más incauta hormiguita
Así por la mañana o por la tarde
cuando llegan las multitudes yo saludo con el gesto
y no les muestro el talón porque eso es una grosería
Antes bien les sonrío les tiendo la mano
dejo escapar un pensamiento una mariposa irisada
mientras rubrico mi protesta convirtiéndome en estiércol
Espina tú oído blanco
Mundo mundo
inmensidad del cielo calor remotas tempestades
Universo tocado con la yema
donde una herida abierta
ayer fue abeja hoy rosa ayer lo inseparable
Soy tú rodando entre otros velos
silencio o claridad tierra o los astros
soy tú yo mismo, yo, soy tú, yo mío,
entre vuelo de mundos bajo el frío
tiritando en lo blanco que no habla
separado de mí como un cuchillo
que separa dos rosas cuando nieva
Las ventanas abiertas
Voy a cantar doblando
Canto con todo el cuerpo
moviendo músculos de bronce
y sosteniendo el cielo derrumbado como un sollozo retenido
Con mis puños de cristal lúcido quiero ignorar las luces
quiero ignorar tu nombre oh belleza diminuta
Entretenido en amanecer
en expulsar esta clarividencia que me rebosa
siento por corazón un recuerdo acaso una pluma
acaso ese navío frágil olvidado entre dos ríos
Voy a virar en redondo
¿Cómo era sonreír cómo era?
Era una historia sencilla fácil de narrar olvidada
mientras la luz se hacía cuerpo y se llevaban las sangres
Qué fácil confundir un beso y un coágulo
Oh no torzáis los rostros como si un viento los doblase
acordaos que el alba es una punta no afilada
y que su suavidad de pluma es propicia a los sueños
Un candor una blancura una almohada ignorante de las cabezas
reposa en otros valles donde el calor está quieto
donde ha descendido sin tomar cuerpo
porque ignora todavía el bulto de las letras
esos lingotes de carne que no pueden envolverse con nada
Esta constancia esta vigencia este saber que existe
que no sirve cerrar los ojos y hundir el brazo en el río
que los peces de escamas frágiles no destellan como manos
que resbalan todas las dudas al tiempo que la garganta se obstruye
Pero no existen lágrimas
Vellones lana vivida límites bien tangibles
descienden por las laderas para recordarme los brazos
¡Oh sí! la tierra es abarcable y los dedos lo saben
Ellos ciegos de noche se buscan por las antípodas
sin más guía que la fiebre que reina por otros cielos
sin más norte oh caricia que sus labios cruzados
Allá en los montes otros
cuerpo perdido mares retirados
allá en los montes otros
donde ni una pena pequeña o engendrada
se lamenta como un hilo blanco
como la brisa o barco derivando
Allá por las serenas
luces de más allá más todavía
por donde los navíos como rostros
dulcemente contraídos no llevan su pasaje
pero resbalan mudos
hasta dar en lo opaco como lienzos
Todos dormidos
mares túneles vientres y cadenas
todos respirando despacio
una tinta emitida por una boca triste
todos echando luz o pena como lana
todos aquí besando el cristal mágico
Como leche extendida
como zozobra que se aplaca
como empañado espejo que no es ojo
porque como está gris el humo es suyo
todos piedras redondas como cielo
descansan su destino tibiamente
Adiós Ruedan las dichas
ruedan penas de hierba sosegada
ese rumor blandura o esperanza
crepitan ya los ayes amarillos
que bajo el pie son aguas como espejos
Inauguran festejos las espinas
que en silencio desfilan sin herirse
estallan los contactos al pasaje
bajo nubes rizadas como adioses
Adiós
Bajo las sombras
por entre las ruinas y los pechos
tropezando en esquinas o en latidos
sombra luna pavor velando pasan
mundo
(adiós)
trasladado
(amor)
remoto
Como una canción que se desprende
de una luna reciente
blandamente eclipsada por el brillo de una boca
Como un papel ignorado
que resbala hacia túneles
precisamente en un sueño de nieves
Como lo más blanco o más querido
Así camina el vago clamor de sombra o amor
Como la dicha
Vagamente cabezas o humo
ese abandonarse a la capacidad del sueño
con flojedad aspira al cenit sin esfuerzo
pretendiendo desconocer el valor de las contracciones
Si me lamento
si lloro como un traje blanco
si me abandono al va y ven de un viento de dos metros
es que indudablemente desconozco mi altura
el vuelo de las aves
y esa piel desprendida que no puede ya besarse más que en pluma
Oh vida
La luciérnaga muda
ese medir la tierra paso a paso
está lleno de conciencia
de espiras de anillos o de sueño
(es lo mismo)
está lleno de inmóvil para lo que está prohibido un corazón
Clavos o arpones
canciones de los polos
hielos de Islandia o focas esperadas
debajo por la piel que no duele y enfría
no impide el sentir
el ver dibujo
el ver corales lentos transcurrir como sangre
como respuestas
como presentimiento de formas sobre el mar
¿Son almas o son cuerpos?
Son lo que no se sabe
Esas fronteras deshechas de tocarse las dos filas de dientes
ese contacto de dos cercanías
que tan pronto es el mar
como es su sombra erguida
como es sencillamente la mudez de dos labios
Así el mundo es entero
el mundo es lo no partido
lo que no puede separar ni el calor
(que ya es decir)
lo que es únicamente no atender a lo urgente
conservar bajo cáscara cataratas de estancia
de quietud o sentido
mientras pasa ya el tiempo como nuez
como lo que ha desalojado el mar súbito a besos
como los dos labios a plomo
triste a luces o nácar bajo esteras