Mi principal asesor histórico para la elaboración de este libro ha sido Richard Overy. Asimismo, varios historiadores leyeron los borradores e hicieron correcciones: John M. Cooper, Mark Goldman, Holger Herwig, John Keiger, Evan Mawdsley, Richard Toye y Christopher Williams. Susan Pedersen me asesoró con el tema de las ayudas económicas para las esposas de los soldados.
Como siempre, Dan Starer, de la empresa Research for Writers de Nueva York, me ayudó a encontrar a muchos de estos asesores.
Entre los amigos que me ayudaron se cuentan Tim Blythe, que me proporcionó algunos libros imprescindibles; Adam Brett-Smith, que me aconsejó sobre champán; Nigel Dean, con sus grandes dotes de observador; Tony McWalter y Chris Manners, dos críticos sensatos y perspicaces; Geoff Mann, aficionado a los trenes que me asesoró sobre máquinas locomotoras, y Angela Spizig, que leyó el primer borrador y lo analizó desde el punto de vista alemán.
Los editores y agentes que leyeron el manuscrito y me aconsejaron fueron Amy Berkower, Leslie Gelbman, Phyllis Grann, Neil Nyren, Imogen Taylor y, como siempre, Al Zuckerman.
Para acabar, me gustaría dar las gracias a los familiares que leyeron el borrador y me aconsejaron, en especial a Barbara Follett, Emanuele Follett, Marie-Claire Follett, Jann Turner y Kim Turner.