Nota de la autora

Este libro es una novela y, por lo tanto, no es verdad. Ser escritora es mentir, fabular, inventar. Es bueno construirse un universo propio. Así, una puede, por ejemplo, describir un sótano del hotel Continental sin siquiera saber si existe. No sé nada acerca de los sistemas de aire acondicionado que tienen allí, y tampoco sé si el hotel tiene un sistema de vigilancia anticuado. Espero que se me permita utilizar el edificio como bastidor de mi historia, le viene magníficamente bien.

Es del todo cierto, sin embargo, que hay una serie de grupos en muchos países que, en cierta medida, se relacionan entre sí a través del odio o el desprecio hacia sectores definidos. También es verdad que algunos de ellos practican una violencia más o menos sistemática contra las personas que odian. Algunos han incurrido de manera verificable en crímenes importantes para financiar sus sórdidos proyectos. También es lamentablemente cierto que en todo el mundo, desde tiempo inmemorial, se han cometido asesinatos y actos de terror en nombre de distintas deidades. Todos los grupos de odio que se mencionan en esta novela existen realmente, a excepción de The 25'ers.

APLC no existe. La organización tiene, no obstante, un antecedente real, el Southern Poverty Law Center en Montgomery, Alabama. Su sitio en Internet es: www.splcenter.org; sus vínculos y referencias literarias fueron de gran ayuda para escribir este libro.

Noche cerrada en Bergen no podría haber sido escrito sin la paciencia, amoroso entusiasmo y persistente resistencia de mi pareja desde hace diez años, Tine Kjær. Gracias a ella y a nuestra hija, Johanne, que no puede comprender que durante cuatro meses al año, en las fases finales de cada novela, yo tenga que pasar tanto tiempo en mi oficina. Ya veremos tiempos mejores, tesoro.

Gracias también a Mariann Aalmo Fredin, por la buena ayuda en el camino; a Berit Reiss-Andersen, por todo lo que sabe de leyes que yo olvidé ya hace tiempo; y a mi hermano, Even Holt, que siempre ofrece aportaciones médicas sustanciosas. Debo asimismo mostrar un gran agradecimiento por Kari Michelsen, quien en un bar de una playa en Francia, en mayo de 2008, me convenció de abandonar un proyecto iniciado hace mucho tiempo para ponerme, en cambio, a escribir este libro. Para terminar, mi amoroso agradecimiento a Picasso. Me calienta los pies mientras escribo, me hace salir bajo la lluvia o bajo el sol y me demuestra una devoción incondicional e inmerecida.


Nydalen, Oslo, 15 de junio de 2009

Anne Holt

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