– Che, pero si movés así la pierna te voy a clavar la aguja en las costillas -dijo Traveler.
– Seguime contando eso del colorado del amarillo -dijo Oliveira-. Con los ojos tapados es como un calidoscopio.
– El colorado del amarillo -dijo Traveler, frotándole el muslo con un algodón-, está a cargo de la corporación nacional de agentes comisionados en las especies correspondientes.
– Animales de pelaje amarillo, vegetales de flor amarilla y minerales de aspecto amarillo -recitó obedientemente Oliveira-. ¿Por qué no? Al fin y al cabo aquí el jueves es el día de moda, el domingo no se trabaja, las metamorfosis entre la mañana y la tarde del, sábado son extraordinarias, y la gente tan tranquila. Me estás haciendo doler que da miedo. ¿Es algún metal de aspecto amarillo, o qué?
– Agua destilada -dijo Traveler-. Para que te creas que es morfina. Tenés mucha razón, el mundo de Ceferino sólo les puede parecer raro a los tipos que creen en sus instituciones con prescindencia de las ajenas. Si se piensa en todo lo que cambia apenas dejás el cordón de la vereda y das tres pasos en la calzada…
– Como pasar del colorado del amarillo al colorado del pampa -dijo Oliveira-. Esto da un poco de sueño, che.
– El agua es soporífera. Si fuera por mí te hubiera inyectado nebiolo y estarías lo más despierto.
– Explicame una cosa antes de que me duerma.
– Dudo de que te duermas, pero dale no más.