PRÓLOGO

De: ‹NJ nj23p@hotmail.com›

Para: Habla y Sobrevive

historiasdesupervivientes@hablaysobrevive.org.uk

Asunto: ésta no es mi historia

Fecha: lunes, 18 de mayo de 2003 13:28:07 +01.00


Esta no es mi historia. No estoy segura de querer compartir esto ni mis sentimientos con desconocidos en una página web. De alguna manera, parecería algo falso…, además de una forma de intentar llamar la atención. Esto es lo que quiero contar y en su página no figura ninguna dirección para mandar una carta.

Cuando eligieron un nombre para su asociación, ¿se pararon a pensar alguna vez si hablar es siempre lo mejor que se puede hacer? En cuanto le cuentas algo a alguien, se hace más real. ¿Por qué recordar lo que tú desearías que nunca hubiera ocurrido y hacer que vuelva a ocurrir una y otra vez en la imaginación de todos aquellos a quienes conoces? Nunca le contaré a nadie mi supuesta historia, lo cual significa que no se hará justicia ni habrá castigo para quienes lo merecen. A veces ésa es una idea muy difícil de asumir. Aun así, es un precio muy pequeño por no tener que pasarme el resto de mi vida siendo considerada una víctima.

Perdón: una superviviente. Pensaba que esa palabra me haría sentir incómoda. Nadie intentó matarme en ningún momento. Hablar de supervivientes tiene sentido en el contexto de un accidente aéreo o una explosión nuclear: son situaciones en las que se espera que todos los implicados mueran. No obstante, en la mayoría de los casos, una violación no supone un peligro para la vida, por lo que la extraña sensación de logro que expresa la palabra «superviviente» parece apelar a… una forma de falso consuelo.

La primera vez que entré en su página esperaba que algo de lo que allí pudiera leer me hiciera sentir mejor, pero sucedió todo lo contrario. ¿Por qué gran parte de la gente que escribe allí emplea el mismo empalagoso vocabulario: prosperar, hablar para recuperarse, sonreír entre lágrimas, renacer de las cenizas, etc.? Me recuerda a las letras de un mal álbum de heavy metal. Nadie dice que nunca espera superar lo que le ocurrió.

Esto sonará terrible, pero estoy verdaderamente celosa de muchas de las personas que mandan sus historias a su página: las que tienen novios insensibles y exigentes, y las que beben demasiado en sus primeras citas. Al menos ellas son capaces de comprender sus traumáticas experiencias. Mi agresor fue alguien a quien nunca había visto antes y que no he vuelto a ver desde lo ocurrido; alguien que me secuestró a plena luz del día y que lo sabía todo acerca de mí: mi nombre, mi trabajo, dónde vivía. No sé cómo se enteró. No sé por qué me escogió a mí, adónde me llevó ni quiénes eran esas otras personas que estaban con él. No entraré en más detalles. Puede que si lo hiciera entendieran por qué me siento tan segura con respecto a lo que voy a decir a continuación.

En el apartado de su página titulado «¿Qué es una violación?» enumeran unas cuantas definiciones, la última de las cuales es: «Cualquier conducta sexual intimidatoria». Y luego continúan diciendo que «no tiene por qué haberse producido ningún contacto físico…, a veces basta una mirada o un comentario inadecuados para que una mujer se sienta violada». Cuando leí eso me entraron ganas de pegar a quien fuera que lo hubiera escrito.

Sé que desaprobarán mi carta, a mí y cuanto he dicho, pero de todas formas voy a mandarla. Creo que es importante señalar que no todas las víctimas de una violación tienen la misma perspectiva, el mismo vocabulario y las mismas actitudes.

N.J.

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