[1] Típico refresco de los siglos XVI y XVII, hecho con agua, especias y miel.
[2] Daniel de Moucheron, aventurero y corsario zelandés, activo en el Caribe durante doce años. Muerto en Punta Araya en noviembre de 1605.
[3] Fórmula habitual de juramento en los siglos XVI y XVII.
[4] Medida de rapacidad equivalente a 4,6 litros.
[5] Equivalía a dos escudos (escudo doble, de ahí el nombre de «doblón») y un escudo equivalía a 400 maravedíes.
[6] Molusco (Taredo Navalis) que carcomía la parte de la madera del casco que estaba sumergida en el agua del mar (la llamada «obra viva»).
[7] El Compás de la Laguna era la zona de prostitución en la Sevilla del Siglo de Oro.
[8] Moneda de oro equivalente a 375 maravedíes.
[9] Barco menor, pequeño y ligero, de dos palos de cruz, originario del Cantábrico.
[10] Así se conocía el archipiélago portugués de las Azores, que servía de lugar de reabastecimiento tras cruzar el Atlántico en el viaje de regreso a España.
[11] Se trata del llamado mar de los Sargazos, en pleno océano Atlántico.
[12] El archipiélago portugués de Madeira.
[13] La catedral de Sevilla.
[14] El Guadalquivir, que discurre por la parte occidental de la ciudad.
[15] Pequeño afluente del Guadalquivir, inexistente en la actualidad por desvío de su cauce hacia el río Tamarguillo, que rodeaba la muralla de Sevilla a modo de foso por la zona sur.
[16] Ambas torres existen todavía. La de la Plata es menos conocida porque se encuentra en el interior de un aparcamiento de vehículos al aire libre.
[17] Moneda de cobre cuyo valor era de dos maravedíes.
[18] Moneda de vellón equivalente a la sexta parte de un maravedí. Era la moneda habitual de la gente humilde. Sancho Panza cuenta en coronados en el Quijote, llamándolos cornados.
[19] En aquella época era común echar un poco de mercurio en las orejas de las caballerías para que corrieran más.
[20] Moneda de plata equivalente a ocho reales (treinta y cuatro maravedíes), también conocida como «real de a ocho». Fue la moneda más importante de su época, que sirvió de patrón económico (equivalente al dólar de hoy día) y, por tanto, se aceptaba y utilizaba en todos los países.
[21] Moneda de vellón equivalente a ocho maravedíes y medio.
[22] Las damas, en aquella época, solían sentarse en un estrado o tarima, donde también dormían la siesta, puesto al efecto en las salas de recibir
[23] Cosmético que se usaba para blanquear la piel, hecho con arsénico y mercurio.
[24] Fundada por los Reyes Católicos en 1503 para controlar el comercio con las Indias. Dirigía y fiscalizaba todo lo relativo al comercio monopolístico con el Nuevo Mundo.
[25] El Consulado o Universidad de Mercaderes de Sevilla se fundó en 1543. Era una institución privada que tenía por objeto proteger los intereses de los mercaderes y que, con el tiempo, terminó asumiendo el control absoluto del comercio con las Indias. Gozaba de potestad en los ámbitos jurídico, financiero y mercantil.
[26] Pedro de León, jesuita (Jerez de la Frontera, 1544 – Sevilla, 1632). Desarrolló su trabajo en la Cárcel Real de Sevilla y en los bajos fondos de la ciudad, atacando especialmente las mancebías del Compás de la Laguna.
[27] Moneda de vellón, equivalente a medio maravedí. De aquí procede la expresión «estar sin blanca».
[28] Una libra equivalía a 453 gramos (aproximadamente, medio kilo).
[29] De hecho, la palabra «banquero» no existía en aquel tiempo. Las funciones de préstamos y créditos las realizaban los «compradores de oro y plata». Véase «Los mercaderes sevillanos y el destino de la plata de Indias» (Boletín de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras, Sevilla, 2001), de Enriqueta Vila Villar.
[30] Sífilis, conocida como «mal de bubas» en los siglos XVI y XVII.
[31] Once kilos y medio.
[32] Encargado de un garito de juego.
[33] Véase Tierra Firme (Planeta, Barcelona, 2007), pp. 154-155.
[34] Once kilos y medio.
[35] Sustancia obtenida de la cocción de ciertas plantas, raíces y tallos, utilizada en la caza y en la guerra por los indígenas de América del Sur. Paraliza el sistema nervioso y, en exceso, produce la muerte por asfixia mecánica.
[36] Capa corta con cuello.
[37] Las flotas de Tierra Firme y Nueva España hacían una última escala en La Habana para aprovisionarse antes de emprender el largo viaje de regreso por el Atlántico.
[38] La braza española es equivalente a 1,67 metros.
[39] Medida de longitud. Una vara equivale a 0,838 metros.