Para Alex
Estás invitado a la fiesta de mi cumpleaños el martes 8 de abril en mi casa. Habrá un mago y puedes venir a mi casa a las 2. La fiesta acabará a las 5. Espero que vengas. Cumplo siete años.
Tu mejor amiga Rosie
Para Rosie
Sí iré a tu fiesta de cumpleaños el miecorles.
Alex
Para Alex
Mi fiesta de cumpleaños es el martes, no el miércoles. Mamá dice que no traigas a Sandy a la fiesta. Es una perra apestosa.
Rosie
Para Rosie
Me importa un bledo lo que diga la tonta de tu madre. Sandy quiere venir.
Alex
Para Alex
Mi madre no es tonta, tú sí. No tienes premiso para traer a la perra. Reventará los globos.
Rosie
Para Rosie
Pues entonces no pienso ir.
Alex
Para Alex
Vale.
Rosie
Apreciada señora Stewart:
Acabo de ir a verla para hablar con usted sobre el cumpleaños de mi hija Rosie el próximo 8 de abril. Es una lástima que no estuviera en casa. Volveré a pasar esta tarde y quizás entonces podamos charlar un poco.
Según parece, últimamente han surgido problemas entre Alex y Rosie. Me parece que no se hablan. Espero que pueda ponerme al corriente de esa situación cuando nos veamos. A Rosie le encantaría que Alex asistiera a su fiesta.
¡Tengo muchas ganas de conocer a la madre de ese jovencito tan encantador!
Hasta pronto,
Alice Dunne
Para Rosie
Iré encantado a tu fiesta de cumpleaños la semana que viene. Gracias por invitarnos a mi y a Sandy.
Tu amigo Alex
Para Rosie
Gracias por una fiesta tan fantástica. Siento que Sandy rebentara los globos y se comiera el pastel. Tenía ambre porque mamá dice que papá se come todas las sobras. Nos bemos mañana en el cole.
Alex
Para Alex
Gracias por tu regalo. No te preocupes por lo que hizo Sandy. Mamá dice que de todos modos necesitaba una alfombra nueva. Aunque papá está muy enfadado. Dice que la vieja estaba bien pero mamá piensa que ahora la casa huele a caca y no es por mi hermanito Kevin.
Fíjate en la nariz de la señorita Casey. Es la nariz más grande que he visto en mi vida. Ja, ja, ja.
Rosie
Para Rosie
Ya lo se y ademas le cuelga un moco enorme. Es la estraterestre más fea que e visto en mi vida. Creo que deberíamos decir a la policia que tenemos una maestra que es una estraterestre con un aliento apestoso y
Apreciados señores Stewart:
Me gustaría tener una reunión con ustedes para comentar los progresos de Alex en la escuela. Sobre todo quisiera que hablásemos del reciente cambio que he observado en su conducta así como de la costumbre que ha adquirido de escribir mensajes durante las clases. Les agradecería tuvieran a bien llamar a la escuela para fijar el día y hora de la reunión.
Atentamente,
Señorita Casey
Para Alex
No soporto eso de no sentarnos juntos en clase. Me han enchufado al lado del asqueroso de Steve que se hurga la nariz y se come los mocos. ¡Qué asco! ¿Qué han dicho tus papás sobre la señorita Narizotas?
Rosie
Para Rosie
Mamá no dijo casi nada porque no paraba de reír. No sé porque. Es un avurrimiento estar en primera fila. Me llega todo el rato el aliento apestoso de la señorita Casey. Asta luego.
Alex
Para Alex
Siempre confundes por qué y porque.
Rosie
Para Rosie
Perdona doña prefecta, pero no es cierto. No sé porque lo dices.
Alex
¡Hola desde España! El tiempo es fantástico. Hace sol y calor. Hay una piscina con un tobogán gigante. Es muy chachi. Tengo un amigo nuevo. Se llama John. Te veré en dos semanas. Me rompí el brazo bajando por el tobogán. Fui al hospital. Me gustaría trabajar en un hospital como el hombre que me curó el brazo porque llebaba una bata blanca y una carpeta en la mano y me ayudó para que me encontrara mejor. Me gustaría hacer que la gente se encontrara mejor y llevar bata blanca. Mi amigo john me firmó el yeso. Tú también podrás firmarlo cuando vuelva a casa si quieres.
Alex
Para Alex
Hola desde Londres. Mi hotel es el que sale en la foto de delante. Mi habitación es la que se ve en el séptimo piso pero yo no salgo en la postal. Me gustaría trabajar en un hotel cuando sea mayor porque hay chocolatinas gratis todos los días y la gente es tan amable que te ordena la habitación. Todos los autobuses de aquí son rojos como los de juguete que te regalaron por Navidad. Todo el mundo habla con un acento raro pero son simpáticos. Tengo una amiga nueva que se llama Jane. Vamos juntas a bañarnos. Adiós. Te quiere Rosie
Para Alex
¿Por qué no me has invitado a tu fiesta de cumpleaños este año? Sé que van todos los chicos de la clase. ¿Estás peleado conmigo? Rosie
Querida Alice:
Lamento el comportamiento de Alex durante esta semana. Sé que Rosie está disgustada porque no irá a la fiesta y no entiende por qué no ha sido invitada. La verdad es que yo tampoco acabo de comprenderlo. He intentado hablar con Alex pero me temo que no consigo penetrar en la mente de un chico de diez años.
Creo que lo único que ocurre es que no se atreve a invitarla porque los demás chicos no quieren que vaya una niña. Por desgracia, parece que está en esa edad… Por favor, transmita mi afecto a Rosie. Me parece muy injusto y cuando hablé con ella la semana pasada a la salida de la escuela me di cuenta de lo dolida que estaba.
Quizá George y yo podríamos salir con ellos alguna otra tarde de esta semana.
Cordialmente, Sandra Stewart
Para Rosie
La fiesta no estuvo muy bien. No te perdiste gran cosa. Los chicos son imbéciles. Brian vomitó su pizza en el saco de dormir de James y cuando James se despertó tenía queso y tomate pegado en el pelo y por todas partes y mi mamá intentó lavarlo pero no se fue y entonces la mamá de James gritó a la mamá de Brian y mi mamá se puso muy roja y mi papá dijo algo que no oí y la mamá de James se echó a llorar y después todos se marcharon a casa. ¿Quieres que el viernes vayamos al cine y luego a McDonald's? Mis padres nos llevarán. Alex
Para Alex
Siento lo de tu fiesta. De todos modos Brian es un bicho raro. Le odio. Yo lo llamo Brian el Llorica. Preguntaré a mis padres lo del cine. Fíjate en la falda de la señorita Casey, parece la de mi abuelita. O como si Sandy le hubiese vomitado encima y
Apreciados señores Dunne:
Quisiera concertar una reunión con ustedes para comentar el comportamiento de Rosie en la escuela y su costumbre de escribir notas durante la clase. ¿Que les parece el jueves a las tres en punto?
Señorita Casey
Alex:
Mis papás no me dejan ir al cine esta noche. Me da mucha rabia no estar contigo. Me aburriré como una ostra. Los rizos de Frizzy Lyzzy no me dejan ver la pizarra. ¿Por qué nos pasa siempre lo mismo?
Rosie
PARA ALEX
¡FELIZ DÍA DE SAN VALENTÍN!
QUE HAYA SEXO EN TU VIDA…
¡Y VIDA EN TU SEXO!
CON AMOR, TU ADMIRADORA SECRETA
Para Rosie
Fuiste tú quien me mandó esa tarjeta, ¿verdad?
Alex
Para Alex
¿Qué tarjeta?
Rosie
Para Rosie
Muy graciosa. Sé que fuiste tú.
Alex
Para Alex
De verdad que no sé de qué me hablas. ¿Por qué iba a mandarte una tarjeta de San Valentín? Rosie
Para Rosie
¡Ja, ja! ¿Cómo sabías que era una tarjeta de San Valentín? Sólo podías saberlo si me la mandaste. Me amas y quieres casarte conmigo.
Alex
Para Alex
Déjame en paz. Estoy escuchando a la señorita O'Sullivan. Si nos pesca otra vez pasándonos notas nos caerá una buena.
Rosie
Para Rosie
¿Qué te pasa? Te has vuelto una empollona.
Alex
Sí Alex, porque quiero hacer cosas en la vida, como ir a la universidad y ser un pez gordo de los negocios que gana montones de dinero… no como tú.
Rosie
Apreciado señor Byrne:
Alex no podrá ir al colegio mañana, 8 de abril, porque tiene cita con el dentista.
Sandra Stewart
Apreciada señorita Quinn:
Rosie no podrá ir al colegio mañana, 8 de abril, porque tiene que ir al médico.
Alice Dunne
Rosie:
Me reuniré contigo a la vuelta de la esquina a las 8.30. Recuerda llevar ropa para cambiarte. No querrás que paseemos por la ciudad de uniforme. ¡Este va a ser el mejor cumpleaños de tu vida, Rosie Dunne, ya lo verás! ¡Me cuesta creer que vayamos a conseguirlo!
Alex
P. D.: ¡Felices dieciséis, colega!
Hospital St James
10 Abril
Apreciados señores Dunne:
Adjuntamos factura correspondiente al lavado de estómago de Rosie Dunne efectuado el 8 de abril. Atentamente, Doctor Montgomery
Rosie:
Tu madre vigila la puerta de tu habitación como un perro guardián, así que no creo que consiga verte hasta dentro de unos diez años. La buena de tu hermana mayor, a quien tanto quieres, ha accedido a pasarte esto. Le debes una…
Siento lo del otro día. Quizá tenías razón. Quizás el tequila no fuese tan buena idea. Al pobre barman seguramente le cerrarán el bar por habernos servido. Te dije que los DNI falsos que nos consiguió mi amigo iban a dar resultado, ¡y eso que el tuyo decía que habías nacido un 31 de febrero!
Sólo quería saber si recordabas algo de lo que ocurrió el otro día… Escríbeme. Puedes confiar en Stephanie como mensajera. Está muy enfadada con vuestra madre porque no le deja abandonar el instituto. Phil y Margaret acaban de anunciar que van a tener otro bebé, así que todo indica que voy a ser tío por segunda vez. Al menos así no me prestan tanta atención, cosa que me viene muy bien para variar. Phil no para de reírse de lo que hicimos porque le recordamos a él hace diez años.
¡Ponte bien cuanto antes, borrachina! Nunca habría creído que la cara de un ser humano pudiera llegar a ponerse tan verde. Al parecer tienes talento para eso, Rosie, ja, ja, ja, ja.
Alex/Don Gallito:
ME ENCUENTRO FATAL. Tengo la sensación de que me va a estallar la cabeza: nunca me había dolido tanto, en toda mi vida me había sentido tan mal. Mis padres se han puesto hechos una furia. Francamente, en esta casa no hay compasión. Voy a estar castigada unos treinta años y pretenden «impedir» que te vea porque eres «una mala influencia». Para que veas.
En fin, en realidad no importa lo que digan porque mañana te veré en el colegio a no ser que también me «impidan» ir a clase, lo cual me parecería estupendo. No puedo creer que tengamos clase doble de mates un lunes por la mañana. Preferiría que volvieran a lavarme el estómago. Otras cinco veces. Nos vemos el lunes.
Por cierto, como respuesta a tu pregunta, aparte de lo de caerme de morros contra el inmundo suelo del pub, unas luces intermitentes, los aullidos de las sirenas, coches yendo a toda pastilla y vomitar, no recuerdo nada más. Aunque sospecho que eso lo cubre todo. ¿Hay algo más que deba saber?
Rosie
Para Rosie
Me alegra oír que todo ha vuelto a la normalidad. Mis padres también me están volviendo loco. Aunque parezca mentira tengo ganas de volver al colegio. Allí al menos no habrá nadie dándonos la lata.
Alex
Apreciados señores Dunne:
Como consecuencia del reciente comportamiento de su hija Rosie, solicitamos celebrar una reunión con ustedes en la escuela de inmediato. Es preciso que comentemos su conducta y que nos pongamos de acuerdo sobre el castigo que debemos imponerle. Estoy convencido de que comprenden que es necesario. Los padres de Alex Stewart también asistirán.
La hora prevista es el lunes a las nueve de la mañana.
Atentamente,
Señor Bogarty
Director
De: Rosie
Para: Alex
Asunto: ¡Expulsión!
¡Caray! ¡No me imaginaba que se atrevería a expulsarnos temporalmente! ¡A juzgar por su reacción, cualquiera diría que hemos matado a alguien a hachazos! Aunque éste es el mejor castigo del mundo. ¡En vez de ir a clase, voy a pasarme una semana entera en cama recobrándome de la resaca!
De: Alex
Para: Rosie
Asunto: Estoy en el infierno
Me alegra que la vida te esté tratando tan bien. Te mando este e-mail desde el peor sitio del mundo. Una oficina. Tengo que trabajar aquí con mi padre toda la semana archivando mierda y lamiendo sellos. Juro por Dios que JAMÁS voy a trabajar en una oficina.
Los muy cabrones ni siquiera van a pagarme.
Sinceramente cabreado,
Alex
De: Rosie
Para: Alex
Asunto: Sinceramente cabreado
Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, esto… se me ha olvidado lo que iba a escribir… ah, sí… ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja.
Recibe todo el amor de tu feliz Rosie que te escribe desde el cómodo, acogedor y calentito lecho de su dormitorio.
De: Alex
Para: Rosie
Asunto: Vaga
No me importa. En esta oficina trabaja una ricura de niña. Voy a casarme con ella. Quien ríe último ríe mejor.
De: Rosie
Para: Alex
Asunto: Don Juan
¿Quién es?
Rosie, una no lesbiana que por tanto NO está celosa.
De: Alex
Para: Rosie
Asunto: Para la no lesbiana
Por el momento te seguiré la corriente llamándote así aunque todavía no tengo ninguna prueba que dé a entender lo contrario.
Se llama Bethany Williams y tiene diecisiete años (¡qué mayor!), es rubia, tiene un par de tetas descomunales y las piernas más largas que he visto en mi vida.
Del Dios del Sexo
De: Rosie
Para: Alex
Asunto: Don Dios del Sexo (náuseas, arcadas, vomitonas)
Parece una jirafa. Seguro que es muy buena persona (¡ja!). ¿Ya le has dicho hola o acaso tu futura esposa todavía no sabe que existes? (salvo para pasarte documentos para fotocopiar, claro).
Tiene un mensaje instantáneo de: ALEX
Alex: Hola, Rosie, tengo noticias frescas.
Rosie: Déjame en paz, por favor. Intento concentrarme en lo que está diciendo el señor Simpson.
Alex: Hmmm… Me pregunto por qué… ¿Será por esos bonitos ojazos azules que os traen de cabeza a todas?
Rosie: Pues no. Es porque cada vez me interesa más el Excel. Es apasionante, podría pasarme todo el fin de semana practicando.
Alex: Te estás volviendo una pelmaza.
Rosie: ¡ERA BROMA, IDIOTA! Odio este coñazo. Creo que el cerebro se me está derritiendo de escucharle. Pero de todos modos, adiós.
Alex: ¿No quieres saber la noticia?
Rosie: No.
Alex: Bueno, pues te la voy a contar de todos modos.
Rosie: Vale. ¿Cuál es esa noticia bomba?
Alex: Pues mira, tendrás que tragarte lo que dijiste, amiga mía, porque ya no soy virgen.
Alex: ¿Hola?
Alex: ¿Sigues ahí?
Alex: ¡Venga, Rosie, deja de fastidiar!
Rosie: Perdona, es que me he caído de la silla y he perdido el sentido. He tenido un sueño espantoso en el que me decías que habías perdido la virginidad.
Alex: No ha sido un sueño.
Rosie: Supongo que eso significa que ya no te pondrás los calzoncillos encima de las mallas de gimnasia.
Alex: Ahora incluso puedo pasar de ponerme calzoncillos.
Rosie: ¡Uuuuuuuy! ¿Y quién es la desafortunada? Porfa no digas que es Bethany, porfa no digas que es Bethany…
Alex: Mala suerte. Es Bethany.
Alex: ¿Hola?
Alex: ¿Rosie?
Rosie: ¿Qué?
Alex: ¿Y bien?
Rosie: ¿Y bien qué?
Alex: No sé, di algo.
Rosie: No sé qué quieres que diga, Alex. Me parece que tendrás que buscarte amigos de tu sexo porque yo no pienso darte una palmadita en la espalda y pedirte detalles morbosos.
Alex: Dime sólo lo que piensas.
Rosie: Francamente, por lo que cuentan de ella, creo que es una putilla.
Alex: Venga, si ni siquiera la conoces, si ni siquiera la has visto. Llamas putilla a cualquiera que se acueste con alguien.
Rosie: La he visto por ahí y exageras UN POCO, Alex. Llamo putillas a las que se acuestan con una persona distinta cada día de la semana.
Alex: Eso no es verdad. ¿Porque lo dices?
Rosie: Sigues escribiendo mal POR QUÉ. Deja de poner PORQUE cuando no toca.
Alex: Corta el rollo. ¡Llevas dándome la lata con esto del «porque» desde que teníamos cinco años!
Rosie: Sí, exacto, y ya va siendo hora de que prestes más atención.
Alex: Olvida lo que te he dicho.
Rosie: Venga, Alex, sólo es que me preocupas. Sé que Bethany te gusta mucho. Lo único que digo es que no es chica de un solo chico.
Alex: Bueno, pues ahora ya lo es.
Rosie: ¡¿Estáis saliendo juntos?!
Alex: Sí.
Rosie: ¿¿¿¿Sí????
Alex: Pareces sorprendida.
Rosie: Es que no sabía que Bethany saliera con chicos, pensaba que sólo se acostaba con ellos.
Rosie: ¿Alex?
Rosie: Vale, vale, perdona.
Alex: Rosie, tienes que dejar de hacer eso.
Rosie: Ya lo sé. Pero lo hago porque me preocupo.
Alex: Ja, ja.
Señor Simpson: Id los dos al despacho del director de inmediato.
Rosie: ¿¿¿QUÉ??? ¡POR FAVOR, SEÑOR SIMPSON, SI LE ESTABA ESCUCHANDO!
Señor Simpson: Rosie, llevo un cuarto de hora callado. Se supone que deberías estar haciendo la tarea que os he puesto.
Rosie: Vaya. Bueno, no es culpa mía. Alex es una mala influencia. Nunca deja que me concentre en las tareas de la escuela.
Alex: Es que tenía una cosa muy importante que decirle a Rosie y no podía esperar.
Señor Simpson: Ya lo he visto, Alex. Enhorabuena.
Alex: Esto… ¿Cómo sabe de qué se trata?
Señor Simpson: Creo que a los dos os parecería interesante lo que cuento en clase si me escucharais de vez en cuando. Aprenderíais algunos trucos muy útiles, como por ejemplo lo que hay que hacer para intercambiar mensajes en privado sin que los demás los vean.
Alex: ¿Está diciendo que el resto de la clase puede leer esto?
Señor Simpson: Sí, en efecto.
Alex: Oh, Dios mío.
Rosie: Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja…
Señor Simpson: ¡Rosie!
Rosie: Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja…
Señor Simpson: ¡ROSIE!
Rosie: Sí, señor.
Señor Simpson: Sal de la clase ahora mismo.
Alex: Ja, ja, ja, ja, ja, ja.
Señor Simpson: Tú también, Alex.
De: Rosie
Para: Alex
Asunto: Fiesta en casa de Julie
Hola, hace mucho que no sé de ti… Espero que no te estén machacando más de la cuenta en «la oficina». Apenas te he visto en todo el verano. Esta noche hay una fiesta en casa de Julie y quería saber si te apetece ir. No quiero ir sola. En fin, seguro que andas ocupado haciendo lo que sea que hagas, así que llámame cuando tengas un momento o contéstame por e-mail.
De: Alex
Para: Rosie
Asunto: Re: Fiesta en casa de Julie
Rosie, sólo dos líneas. Muy ocupado. No puedo salir esta noche, le prometí a Bethany que iríamos al cine. ¡Lo siento! Ve tú y diviértete.
¡Hola, Rosie!
Saludos desde Portugal. Hace mucho calor. Mi padre cogió una insolación y mi madre se pasa el día tumbada en la piscina, lo cual es tremendamente aburrido. No hay mucha gente de mi edad por aquí. El hotel es tranquilo (foto en el anverso) y, como puedes ver, está delante de la playa. ¡Te encantaría trabajar aquí! Volveré con una colección de botecitos de champú, gorros de ducha y otras cosillas de esas que tanto te gustan. El albornoz es demasiado grande para meterlo en la bolsa. Nos vemos a la vuelta.
Alex.
De: Rosie
Para: Alex
Asunto: ¿Nos ponemos al día?
¿Qué tal las vacaciones? No he sabido nada de ti desde que has vuelto. ¿Te apetece salir esta noche para ponernos al día?
De: Alex
Para: Rosie
Asunto: Re: ¿Nos ponemos al día?
Perdona, he estado muy atareado desde que volví. Tengo tu regalito. No puedo quedar esta noche, pero te llevaré el regalo antes de irme.
De: Rosie
Para: Alex
Asunto: Re: Re: ¿Nos ponemos al día?
Anoche no viniste. Quiero mis botecitos de champú, ja, ja.
De: Alex
Para: Rosie
Asunto: Re: Re: Re: ¿Nos ponemos al día?
Me voy a Donegal a pasar el fin de semana. Los padres de Beth tienen un pequeño «escondite» allí. Te llevaré el regalo cuando regrese.
Al amigo más imbécil y desconsiderado:
Te escribo esta carta porque si te digo lo que tengo que decirte a la cara lo más probable es que te dé un puñetazo.
Estás desconocido. No te veo nunca. Sólo recibo alguna nota breve o un e-mail apresurado cada tantos días. Entiendo que estás ocupado y entiendo que tienes a Bethany, pero ¿y yo? Se supone que soy tu mejor amiga.
No tienes ni idea de lo que este verano ha sido para mí. Desde niños hemos ahuyentado a todo aquel que podría haber sido amigo nuestro para quedarnos sólo tú y yo. No es que no quisiéramos a nadie más, es sólo que no los necesitábamos. Tú siempre me tenías a mí y yo siempre te tenía a ti. Ahora tú tienes a Bethany y yo no tengo a nadie.
Lamentablemente, parece que ya no me necesitas. Me siento como esas personas que intentaban convertirse en amigas nuestras. Soy consciente de que, como tú y yo en su momento, no debes de hacerlo deliberadamente. De todas formas, no me quejo por lo mucho que la odio, sólo intento decirte que te echo de menos. Y que, bueno…, me siento sola.
Cada vez que me cancelas una cita termino quedándome en casa viendo la tele con mis padres. Stephanie sale continuamente y hasta Kevin tiene más vida social que yo. Resulta muy deprimente. Creía que este verano íbamos a pasarlo en grande. ¿Qué ha sucedido? ¿No puedes ser amigo de dos personas a la vez?
Ya sé que has encontrado a alguien superespecial y que tenéis un «vínculo» excepcional, o lo que sea, que tú y yo nunca tendremos. Pero tenemos otro vínculo: somos amigos íntimos. ¿O es que el vínculo con tu mejor amiga desaparece en cuanto conoces a otra persona? Puede que así sea, y que yo no lo entienda porque no he conocido a ese «alguien especial». Tampoco es que tenga demasiada prisa. Me gustaban las cosas tal como estaban.
Dentro de pocos años, si oyes a alguien pronunciar mi nombre, dirás: «Rosie. Hacía siglos que no oía su nombre. Éramos grandes amigos. Me pregunto qué andará haciendo ahora. ¡No la he visto ni he pensado en ella en años!». Te parecerás a mis padres cuando dan una cena y hablan de los viejos tiempos. Se ponen a recordar algunos de los días más importantes de su vida y mencionan a personas de las que nunca había oído hablar. ¿Cómo es posible que mi madre ni siquiera hable por teléfono con la que fue su dama de honor hace veinte años? O, en el caso de mi padre, ¿cómo se entiende que no sepa dónde vive su amigo íntimo del colegio?
En fin, lo que quiero decir (sí, pretendo decir algo concreto) es que no me apetece convertirme en una de esas personas a las que se olvida fácilmente después de haber sido tan importantes, tan especiales, tan influyentes y tan valoradas y que años después no son más que un rostro desdibujado y un recuerdo distante. Quiero que seamos amigos íntimos para siempre, Alex.
Me alegra que estés contento, lo digo en serio, pero me siento abandonada. Quizá nuestro momento ya pasó. Quizás ahora te corresponda pasar todo el tiempo con Bethany. Y si tal es el caso, no me molestaré en mandarte esta carta. Y si no voy a mandarte esta carta, ¿qué demonios hago escribiéndola? Bueno, se acabó. Voy a romper estos pensamientos confusos.
Tu amiga, Rosie
De: Alex
Para: Rosie
Asunto: ¡¡Amapola!!
¡Hola, Amapola! ¿Estás bien? (¡Hacía un montón de tiempo que no te llamaba así!) Hace días que no sé nada de ti. Te mando este e-mail porque cada vez que paso por tu casa, o no estás o estás dándote un baño. ¿Debo empezar a tomármelo como algo personal? Aunque conociéndote, si tuvieras algún problema conmigo, ¡no creo que la timidez te impidiera contármelo!
De todas formas, en cuanto termine el verano nos veremos a diario. ¡Nos hartaremos de vernos! Me cuesta creer que éste vaya a ser nuestro último año en el colegio. ¡Es una locura! ¡Dentro de un año por estas fechas yo estaré estudiando medicina y tú serás una directora de hotel extraordinaria! En el trabajo llevamos un ritmo frenético. Mi padre me ha concedido una especie de ascenso, así que ahora hago algo más que archivar y clasificar. (Ahora también contesto teléfonos.) Pero necesito el dinero y al menos veo a Bethany todos los días. ¿Qué tal tu empleo como jefa de lavaplatos en The Dragon? Me asombra que dejaras de hacer de canguro para dedicarte a eso. Te habrías pasado las noches viendo la tele en vez de acabar con las manos arrugadas como pasas de tanto frotar e intentar despegar fideos de huevo de la superficie de los woks. En fin, mándame un e-mail o llámame o lo que sea.
De: Rosie
Para: Alex
Asunto: ¡Rayo de luna!
No creas que te veo tan poco porque odie a Bethany (aunque lo cierto es que la odio), es sólo que pienso que Bethany me tiene una cierta aversión. Quizá tenga que ver con el hecho de que una amiga suya le contó lo que escribí sobre ella en aquellos mensajes (no tan) privados que nos mandamos durante la clase de informática el año pasado. Aunque supongo que ya estás enterado de eso. No creo que le gustara que la llamara putilla, no sé por qué… algunas mujeres son así de raras. (Hablando de clases de informática, ¿sabes que el señor Simpson se ha casado este verano? Estoy hecha polvo. Nunca voy a ver el Excel de la misma manera.)
En fin, ¡pronto será tu cumpleaños! ¡Por fin alcanzarás la magnífica edad de los dieciocho! ¿Te apetece que salgamos a celebrarlo legalmente (bueno, al menos tú)? Dime algo.
P. D.: Por favor, ¡deja de llamarme Amapola!
De: Alex
Para: Rosie
Asunto: Dieciocho cumpleaños
Me alegra comprobar que sigues viva después de todo. ¡Estaba empezando a preocuparme! Me encantaría celebrar mi cumpleaños contigo, pero los padres de Bethany nos han invitado a mí y a mis padres a cenar en el Hazle. (¿Sabes si es muy pijo?) Lo hacen para que todos nos vayamos conociendo. Lo siento, quedamos otra noche sin falta.
Queridísimo Alex:
Bueno, me alegro por ti.
Me cago en Bethany.
Me cago en sus padres.
Me cago en el Hazle.
Y me cago en ti.
Te quiere, tu amiga íntima Rosie.
De: Rosie
Para: Alex
Asunto: ¡Feliz cumpleaños!
De acuerdo. Bueno, que disfrutes de la cena. ¡Feliz cumpleaños!
De: Rosie
Para: Alex
Asunto: ¡CATÁSTROFE!
¡No puedo creer que esto esté ocurriendo! Acabo de hablar con tu madre. La había llamado para charlar un poco y me ha dado la mala noticia. ¡Es la peor noticia del mundo! Por favor, llama en cuanto puedas. Tu jefe no para de decirme que no puedes recibir llamadas en horario de trabajo: DESPÍDETE, Don Nunca-jamás-voy-a-trabajar-en-una-oficina.
Esto es terrible. ¡Me siento fatal!
Apreciado señor Stewart:
Nos complace informarle de que ha sido admitido para ocupar el puesto de vicepresidente de Charles and Charles Co. Estamos contentísimos de que se incorpore a nuestro equipo y esperamos con impaciencia el momento de darles la bienvenida a Boston a usted y a su familia.
Confío en que le satisfaga el modo en que hemos organizado su traslado. Si hay algo más que Charles and Charles Co. pueda hacer por usted, por favor no dude en pedirlo. Maria Agnesi, ejecutiva de recursos humanos, le llamará para acordar la fecha más conveniente para su incorporación al trabajo.
Estamos deseando verle en la oficina.
¡Bienvenido al equipo!
Atentamente,
Robert Brasco
Presidente de Charles and Charles Co.
De: Alex
Para: Rosie
Asunto: Re: ¡CATÁSTROFE!
Te llamaré cuando llegue a casa. Es verdad. A mi padre le han ofrecido un empleo para hacer algo que suena increíblemente aburrido…, aunque no sé en qué consiste exactamente porque no estaba escuchando cuando me lo ha contado. No comprendo por qué tiene que marcharse a Boston para hacer un trabajo aburrido. Aquí los hay a montones. Podría quedarse con el mío.
Estoy hecho polvo. No quiero irme. Sólo me queda un año de colegio. Es un momento fatal para marcharse. No quiero ir a un estúpido instituto americano. No quiero apartarme de ti.
Ya hablaremos luego. Tenemos que pensar algo para que pueda quedarme. Esto pinta muy mal, Rosie.
De: Rosie
Para: Alex
Asunto: ¡Quédate conmigo!
¡No te vayas! ¡Mis padres dicen que puedes quedarte a vivir con nosotros hasta que acabe el curso! ¡Terminamos el cole en Dublín y luego ya decidiremos qué hacemos! ¡Quédate, por favor! Será fantástico vivir juntos. Será como cuando éramos pequeños y nos manteníamos despiertos toda la noche con aquellos walkie-talkies! ¡Oíamos más las interferencias que nuestras voces, pero nos parecía genial! ¿Te acuerdas de aquella Nochebuena de hace siglos en que montamos guardia para espiar a Santa Claus? Lo planeamos todo durante semanas, dibujando esquemas de las calles y mapas de nuestras casas para poder cubrir todos los ángulos y que no se nos escapara. Tú estabas en el turno de las 7 a las 10 de la noche y yo en el de las 10 a la 1 de la madrugada. Estaba previsto que a la 1 te despertase y me relevaras, pero -sorpresa, sorpresa- no te despertaste. ¡Pasé toda la noche en vela chillándote por el walkie-talkie para despertarte! Aunque fuiste tú quien salió perdiendo. Yo vi a Santa Claus y tú no…
Si te quedas con nosotros, Alex, ¡podremos charlar toda la noche! Sería la mar de divertido. Cuando éramos crios siempre quisimos vivir juntos. Ahora tenemos la oportunidad de hacerlo.
Habla con tus padres. Convéncelos para que digan que sí. De todas formas, ya tienes dieciocho años, ¡así que puedes hacer lo que quieras!
Rosie:
No he querido despertarte y tu madre me ha dicho que te entregaría esto. Sabes de sobra que detesto las despedidas, pero de todos modos esto no es un adiós, sino un hasta pronto, ya que vas a ir a visitarme cada dos por tres. Prométemelo. Mis padres ni siquiera me han dejado quedar en casa de Phil, así que figúrate en la tuya. No logré convencerlos. Quieren tenerme controlado durante mi último curso de instituto.
Tengo que irme… Te echaré de menos. Llamo en cuanto llegue allí.
Besos,
Alex
P. D.: Ya te dije en su momento que estuve despierto esa Nochebuena. Lo que pasó es que mi walkie-talkie se quedó sin pilas… (y vi a Santa Claus, para que te enteres).
Alex:
Buena suerte, hermanito. No te preocupes, lo pasarás bien una vez que estés allí y, además, estoy impaciente por ir a visitaros. Pese a tener a Margaret y a los niños, aún me vienen ganas de mudarme con vosotros. Os echaré de menos. No será lo mismo sin ti. Deja de preocuparte por Rosie. Su vida no se irá a pique sólo porque estéis en países distintos. Pero si eso va a hacer que te sientas mejor, descuida, cuidaré de ella por ti. Al fin y al cabo, es como si fuese mi hermana pequeña. Por cierto, si Sandy no aprende a controlar su vejiga, os la enviaré por avión.
Os echaremos de menos,
Phil (+ Margaret, William y Fiona)
De: Rosie
Para: Stephanie
Asunto: Consejo urgente de hermana
Me cuesta creer que se haya marchado, Steph. Me cuesta creer que te hayas marchado. ¿Por qué me abandona todo el mundo? ¿No podías haberte «encontrado a ti misma» más cerca de casa? ¿Por qué en Francia? Sólo hace unas semanas que Alex se marchó, pero me siento prácticamente como si hubiese muerto…
¿Por qué tuvo que romper con Bethany la Putilla justo dos semanas antes de irse? Si no lo hubiese hecho no me habría acostumbrado a verle con frecuencia otra vez. Las cosas volvieron a la normalidad, Steph. Fue fantástico. ¡Estábamos juntos todo el día y lo pasábamos bomba!
Brian el Llorica dio una fiesta de despedida para Alex la semana pasada. Creo que sólo fue un pretexto para montar la fiesta, la verdad, porque ellos dos nunca se han caído demasiado bien. Al menos desde aquel incidente en que la pizza acabó pegada en el pelo de James. Pero de todas formas el Llorica dio la fiesta en su casa e invitó a todos sus amigos, ¡y Alex y yo no conocíamos a casi nadie! Peor aún, la gente a la que conocíamos no la podemos ver ni en pintura, así que nos marchamos y fuimos al centro. ¿Te acuerdas del O'Brien's, donde celebramos la fiesta sorpresa cuando cumpliste veintiuno? Bueno, pues fuimos allí y Alex tuvo la genial idea de plantarse delante de la puerta del pub y hacerse pasar por uno de esos gorilas. (Esa noche no había nadie en la puerta porque era lunes.) El caso es que al ser tan alto y musculoso, daba el pego, ¡ya conoces a Alex! Total, que pasamos siglos allí impidiendo la entrada a la gente; creo que no dejó pasar a nadie. Al final nos aburrimos y entramos al pub vacío. Por descontado, cuantas más copas tomábamos Alex y yo, más melodramáticos nos poníamos por su inminente mudanza… Aparte de eso la noche fue de fábula. Echo mucho de menos los momentos como ése, los ratos que pasábamos a solas los dos.
No te figuras lo sola que me encuentro ahora en el colegio. Lo único que me falta es ponerme de rodillas y suplicar para que alguien me conceda su amistad. ¡Qué patético! A nadie le importa un bledo mi situación. Me he pasado los últimos años dejándolos de lado y ahora lo cierto es que no se sienten obligados a dirigirme la palabra. Me parece que algunos incluso disfrutan viéndome así. Los profesores están encantados. El señor Simpson me llamó después de clase para felicitarme por lo bien que voy últimamente. Es vergonzoso. Alex se quedaría horrorizado si supiera que estoy rindiendo a tope en el colegio. Me horripila que las cosas se hayan puesto tan feas como para prestar atención a los profesores en clase. Son los únicos que se dignan hablarme día tras día. ¡Qué deprimente!
Por la mañana me despierto y tengo la sensación de que me falta algo. Noto que algo no va bien y tardo un rato en darme cuenta de qué es… y entonces me acuerdo. Mi mejor amigo se ha ido. Mi único amigo. Fue una tontería por mi parte depender tanto de una sola persona. Ahora todo recae sobre mí.
En fin, perdona que no pare de quejarme. Supongo que ya tienes bastantes problemas de los que preocuparte. Cuéntame cómo le va en Francia a mi sofisticada hermana mayor. Es extraño que hayas ido a parar ahí; siempre odiaste la clase de francés. Supongo que será sólo por unos meses, ¿verdad? ¿Y luego volverás? Papá sigue sin aprobar que dejaras la universidad. No me entra en la sesera por qué tuviste que irte al extranjero para encontrarte a ti misma. Basta con mirarse al espejo. ¿Cómo es el restaurante? ¿Has roto algún plato ya? ¿Vas a trabajar ahí mucho tiempo? ¿Hay algún hombre guapo? Seguro que sí; los franceses están buenísimos. Si hay alguno libre que no te interesa, mándamelo.
Besos,
Rosie
P. D.: Papá quiere saber si tienes suficiente dinero y si ya te has encontrado. Mamá quiere saber si comes como es debido. El pequeño Kevin (¡está tan alto que no lo conocerías!) quiere saber si le mandarás algún videojuego. No sé a qué se refiere, así que no le hagas caso.
De: Stephanie
Para: Rosie
Asunto: Re: Consejo urgente de hermana
Hola, querida hermanita:
No te preocupes por Alex. He estado pensando mucho y he llegado a la conclusión de que es una buena idea que no esté aquí durante tu último año de colegio porque así quizá consigas por primera vez pasar el curso sin que te expulsen temporalmente. Piensa en lo orgullosos que se pondrán papá y mamá. (Ah, por cierto, diles que estoy sin blanca, que paso hambre y que actualmente me estoy buscando a mí misma en un ciber café de París.)
Sé perfectamente cómo te sientes ahora. Yo también estoy sola aquí… Pero aguanta mecha este curso y cuando termines a lo mejor Alex regresará a Irlanda, ¡o igual te vas tú a estudiar a Boston!
Ponte una meta, Rosie, ya sé que detestas que te lo digan, pero te aseguro que ayuda. Aspira a conseguir algo que desees y verás cómo este año cobra sentido. Ve a Boston, si eso te hace feliz. Estudia hostelería y llega a directora de hotel como siempre has querido.
Lo único que te pasa es que eres joven, Rosie. Ya sé que también detestas que te lo digan, pero es la verdad. Lo que ahora te parece trágico no tendrá la menor importancia dentro de unos años. Sólo tienes diecisiete años. Alex y tú tenéis toda la vida por delante para estar juntos. Nadie recordará a la tonta de Bethany. Las ex novias se olvidan con facilidad. Los buenos amigos están contigo siempre.
Cuídate. Saluda a papá y mamá de mi parte y diles que me sigo buscando a mí misma, pero que a lo mejor he encontrado a otra persona en el intento. Alto, moreno y guapo…
Apreciada señorita Rosie Dunne:
Gracias por su solicitud para estudiar Gestión de Hostelería en el Boston College. Nos complace informarle de que dicha solicitud ha sido tramitada con éxito…
De: Rosie
Para: Alex
Asunto: ¡Allá voy, Boston!
¡ME HAN ACEPTADO! ¡¡¡Allá voy, Boston College!!! ¡OLÉ! ¡La carta ha llegado esta misma mañana y estoy superentusiasmada! Más vale que no muevas ni un pelo, Sr. Stewart, porque por fin voy a ir a verte. Será fantástico, aunque no vayamos a estudiar en la misma universidad. (¡Harvard es demasiado distinguida para las de mi calaña!) En realidad no me parece tan mal, ya que ahora no creo que podamos permitirnos ser expulsados otra vez…
Contesta o llámame lo antes posible. Te llamaría yo, pero, como ya sabes, papá bloqueó las llamadas de larga distancia después de la última factura. Él y mamá están tan orgullosos que llevan toda la mañana llamando a la familia para contárselo. Me parece que esperan que me convierta en la primera Dunne que vaya a la universidad y acabe sus estudios. Papá me advierte una y otra vez que no haga como Stephanie e intente «encontrarme a mí misma» en alguna parte. Por cierto, me parece que no tiene intención de regresar pronto. Ha conocido a un chef que trabaja en el mismo restaurante donde ella hace de camarera y está oficialmente «enamorada».
¡He recibido un montón de llamadas de felicitación! Hay un alboroto increíble en casa. Paul y Eileen, que viven en la acera de enfrente, me han mandado un ramo de flores. Qué amables, ¿verdad? Mamá está preparando una pequeña recepción para esta noche: algo sencillo, bocadillos y salchichas. Kevin se alegra de que me vaya porque así lo mimarán más, si cabe. Echaré de menos al mocoso aunque casi nunca habla conmigo. Extrañaré más a mamá y a papá, pero ahora mismo todo el mundo está tan contento de que me hayan aceptado que prefiero no pensar en que dentro de poco dejaré de vivir aquí. Supongo que me daré cuenta de la magnitud de todo esto el día que les diga adiós, ¡pero mientras tanto seguiré celebrándolo!
P. D.: Un día de éstos podré dirigir un hotel y tú serás el médico de la casa que salva la vida de los huéspedes a quienes envenene en el restaurante, tal como siempre planeábamos. Ay, todo ha salido a pedir de boca…
De: Alex
Para: Rosie
Asunto: Re: ¡Allá voy, Boston!
¡Es genial! ¡Me muero de ganas de verte! Harvard no queda muy lejos del Boston College (bueno, al menos si lo comparamos con el océano. ¿No es increíble que me admitieran? Debe de ser lo que los intelectuales consideran una broma hilarante). Estoy demasiado alterado para teclear… Espero con ansia tu llegada. ¿Cuándo vienes?
De: Rosie
Para: Alex
Asunto: Septiembre
No estaré ahí hasta septiembre, pocos días antes del comienzo del semestre, porque tengo que arreglar un montón increíble de cosas.
El baile de debutantes es a finales de agosto. ¿Por qué no vienes? Todos se alegrarán mucho de verte y, además, ¡necesito acompañante! Lo pasaremos de miedo y tendremos ocasión de fastidiar a todos nuestros profesores, como en los viejos tiempos… Dime algo.
De: Alex
Para: Rosie
Asunto: Debutantes
Claro que voy a ir al baile de debutantes. ¡Eso no me lo pierdo por nada del mundo!
¿Dónde estás? Estoy esperando en el aeropuerto. Mi padre y yo llevamos horas aquí. He probado en tu casa y en tu móvil. No sé dónde más llamar. Espero que todo esté en orden.
Hola Rosie. Acabo de recibir tu sms. Envié e-mail explicando. ¿Puedes ver correo en aeropuerto? Alex
De: Alex
Para: Rosie
Asunto: ¡Lo siento!
Rosie, lo siento mucho. Llevo un día de pesadilla total. Alguien la ha cagado con mi vuelo. No sé qué ha pasado, pero mi nombre no estaba en el ordenador cuando fui a retirar mi billete. Llevo todo el día aquí intentando conseguir otro vuelo. Todos van llenos de gente que regresa de las vacaciones, estudiantes que se van a su casa, etc. Estoy en lista de espera, pero de momento no hay nada. Llevo horas plantado en el aeropuerto esperando un vuelo. Es una pesadilla.
De: Rosie
Para: Alex
Asunto: Vuelo mañana
Papá está hablando con una señorita de Aer Lingus. Dice que hay un vuelo que sale de Boston mañana a las 10. 10. Tarda cinco horas en llegar aquí, así que serían las tres de la tarde, pero como vamos cinco horas por delante, llegarías a las ocho. Podríamos recogerte en el aeropuerto e ir directamente al baile. ¿O prefieres pasar primero por mi casa? No puedes venir con el esmoquin puesto, porque después de tantas horas en el avión acabará muy arrugado. ¿Qué te parece?
De: Alex
Para: Rosie
Asunto: Vuelo
Rosie, malas noticias. Ese vuelo va lleno.
De: Rosie
Para: Alex
Asunto: Re: Vuelo
Mierda. Piensa, piensa, piensa. ¿Qué puedo hacer? Al parecer no hay problema alguno en hacerte llegar hasta aquí cualquier día excepto mañana. Alguien en las alturas no quiere que subas a ese avión. ¿Será una señal?
De: Alex
Para: Rosie
Asunto: Culpa mía
Es culpa mía, tendría que haber reconfirmado el vuelo ayer. Siempre dicen que hay que reconfirmar, pero ¿quién lo hace? Sé que te he fastidiado la noche, pero por favor ve al baile igualmente. Aún tienes un día entero para buscar otro acompañante. Saca un montón de fotos y pásalo bien. Perdona, Rosie.
De: Rosie
Para: Alex
Asunto: Re: Culpa mía
No es culpa tuya. Estoy desilusionada, pero seamos realistas: tampoco es el fin del mundo. ¡Estaré en Boston dentro de poco más de un mes y nos veremos CADA DÍA! Asegúrate de que te devuelvan el dinero del vuelo esos cabrones. Lo pasaremos de fábula. Ahora más vale que me ponga a buscar un hombre…
De: Alex
Para: Rosie
Asunto: Caza de hombres
¿Ya has encontrado un hombre?
De: Rosie
Para: Alex
Asunto: Hombre encontrado
¡Qué pregunta tan estúpida! Claro que he encontrado un hombre. Me ofende que tengas que preguntarlo…
De: Alex
Para: Rosie
Asunto: El hombre misterioso
¿Y quién es?
De: Rosie
Para: Alex
Asunto: El hombre secreto
Eso no es asunto tuyo.
De: Alex
Para: Rosie
Asunto: El hombre invisible
¡JA! ¡¡No has encontrado a nadie!! ¡Lo sabía!
De: Rosie
Para: Alex
Asunto: Un pedazo de hombre
Sí, he encontrado a alguien.
De: Alex
Para: Rosie
Asunto: No hay hombre que valga
No es cierto.
De: Rosie
Para: Alex
Asunto: ¡Sí hay hombre!
Te he dicho que sí.
De: Alex
Para: Rosie
Asunto: ¿Qué hombre?
¿Y QUIÉN ES?
De: Rosie
Para: Alex
Asunto: Casi un hombre
Brian.
De: Alex
Para: Rosie
Asunto: ¿Brian?
¿BRIAN? ¿BRIAN EL LLORICA?
De: Rosie
Para: Alex
Asunto: Re: ¿Brian?
Puede…
De: Alex
Para: Rosie
Asunto: ¡JA, JA!
Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja… ¡¿Vas a ir al baile de debutantes con Brian el Llorica?! ¡Eso sí que es estar desesperada! ¿El mismo Brian que cuando tenías seis años te levantó la falda en el patio del cole para que todos te vieran las bragas? ¿El mismo Brian con el que te tocó sentarte durante todo segundo, el que comía bocadillos de pescado cada día para almorzar y se hurgaba la nariz mientras tú te comías los tuyos? ¿El mismo Brian que cada día al salir de clase nos seguía a casa cantando «Rosie y Alex se besan detrás de un árbol» hasta que consiguió que te echaras a llorar y que me evitaras durante una semana? ¿El mismo Brian que derramó una cerveza encima de tu blusa nueva en mi fiesta de despedida? ¿El mismo Brian que no puedes ver ni en pintura y que ha sido la única persona que realmente has odiado durante todos los años de colegio? ¿Y ahora vas a asistir al último baile del colegio CON BRIAN?
De: Rosie
Para: Alex
Asunto: No, el otro Brian
Sí, Alex, ese Brian. ¿Y ahora puedo pedirte que dejes de mandarme e-mails durante un rato? Mi madre me está llenando la cabeza de rulos con la esperanza de que esta noche acabe teniendo un aspecto medianamente decente. Ella también ha estado leyendo tus e-mails y quiere que sepas que Brian el Llorica no va a levantarme la falda esta noche.
De: Alex
Para: Rosie
Asunto: Re: No, el otro Brian
Bueno, no será porque no vaya a intentarlo. ¡Pásalo bien! Te sugiero que te des a la bebida o que te pongas unas gafas con cristales color rosa esta noche.
De: Rosie
Para: Alex
Asunto: Gafas con cristales color rosa
¡Pues claro que me daré a la bebida! Brian era la única persona que podía conseguir a última hora, gracias a ti. Lo único que tengo que hacer es posar con él para las fotos para que papá y mamá tengan un recuerdo encantador de su hija asistiendo al baile de debutantes vestida de gala y del brazo de un hombre en esmoquin. Las mesas son de diez, así que ni siquiera tendré que hablar con él durante la cena. Lo estás pasando en grande con esto, ¿verdad, Alex?
De: Alex
Para: Rosie
Asunto: Re: Gafas con cristales color rosa
No tanto. Me encantaría estar ahí en su lugar. No hagas nada que yo no haría…
De: Rosie
Para: Alex
Asunto: Re: Re: Gafas con cristales color rosa
Bueno, eso no me deja muchas posibilidades. Ya estoy peinada. Tengo que acabar de vestirme. Mañana te cuento cómo ha ido.
De: Alex
Para: Rosie
Asunto: Debutantes
¿Qué tal el baile de debutantes? Seguro que tienes una resaca como la copa de un pino. Esperaré a tener noticias tuyas hasta mañana ¡pero ni un minuto más! ¡Quiero saberlo TODO!
De: Alex
Para: Rosie
Asunto: Re: Debutantes
¿Recibiste mi último e-mail? Llamo sin parar y no contestas. ¿Qué pasa? ¡Espero que estés atareada preparándote para venir a reunirte conmigo!
Escríbeme pronto, por favor.
Steph: Rosie, deja de evitar a Alex y cuéntale cómo fue el baile de debutantes. Alex me está mandando e-mails preguntándome qué ocurrió y, desde luego, ¡no seré yo quien se lo cuente! El pobre chico se lo perdió y sólo quiere saber quién hizo qué, cuándo y dónde.
Rosie: Bueno, desde luego no le contaré quién se lo montó con quién.
Steph: Ja, ja.
Rosie: No tiene gracia.
Steph: A mí me parece comiquísimo. Venga, mujer, ¡ya han pasado tres semanas!
Rosie: ¿Estás segura de que son tres semanas?
Steph: Sí. ¿Por qué?
Rosie: Mierda.
ROSIE se ha desconectado.
De: Alex
Para: Rosie
Asunto: ¿Hay alguien ahí?
¿Rosie, estás ahí? ¿Tienes problemas con tu e-mail? Contesta, por favor. Tendrías que tomar un avión dentro de poco para venir aquí, el semestre está a punto de comenzar.
De: Alex
Para: Rosie
Asunto: Por favor, Rosie
¿Estás enfadada conmigo? Lamento no haber podido ir al baile de debutantes, pero creía que lo habías comprendido. Tampoco te iría tan mal con Brian el Llorica, ¿no? ¿Qué has estado haciendo todo el mes? Esto es ridículo. ¿Por qué no contesta nadie al teléfono en tu casa cuando llamo?
Contéstame,
Alex
Querida Alice:
Hola, soy Alex. Sólo escribo para saber si Rosie está bien. Hace semanas que no sé nada de ella y estoy empezando a preocuparme, la verdad. Es raro que no haya recibido noticias suyas en tanto tiempo. Cada vez que llamo a su casa me sale el contestador automático. ¿Reciben mis mensajes? ¿Se han ido de vacaciones? Por favor, cuénteme qué está pasando y dígale a Rosie que me llame.
Saludos,
Alex
Querida Sandra:
Alex lleva toda la semana dejándonos mensajes en los que dice estar muy preocupado por Rosie. Sé que te preocupa que se preocupe por Rosie, así que te escribo esto para ponerte al corriente de la situación…
De: Alex
Para: Rosie
Asunto: ¿No vienes a Boston?
Hoy mi madre me ha dicho que no vienes a Boston. Por favor, dime qué está pasando. Estoy muy preocupado. ¿He hecho algo mal? Sabes que siempre estoy a tu disposición si me necesitas.
Sea lo que sea, Rosie, lo comprenderé y siempre te echaré una mano. Necesito saber qué está pasando. Si no te pones en contacto conmigo enseguida, cogeré un vuelo para ir a verte.
Besos,
Alex
De: Stephanie
Para: Rosie
Asunto: Voy volando
Rosie, cariño, no te preocupes. Respira hondo y procura calmarte. Todo sucede por alguna razón. Quizá sea éste el camino que debes seguir y Boston no lo era. Voy a reservar un billete y estaré en casa tan pronto como pueda. No te vengas abajo, hermanita.
Besos,
Stephanie
Apreciada señorita Rosie Dunne:
Gracias por su reciente carta. El Boston College acusa recibo de que no va ingresar en nuestra institución este curso.
Atentamente,
Robert Whitworth
Rosie, me cuesta creer que hayas tomado esta decisión. Que sepas que no estoy de acuerdo. Voy a mudarme tal como tenía pensado. Espero que todo te vaya bien.
De: Rosie
Para: Alex
Asunto: Socorro
Dios mío, Alex, ¿qué he hecho?
Alex:
Me alegró mucho volver a verte. No te alejes de mí, por favor, ahora voy a necesitar a mis amigos más que nunca. Gracias por darme tanto apoyo la semana pasada. Francamente, a veces pienso que sin ti me volvería loca.
Qué rara es la vida, ¿verdad? Justo cuando piensas que lo tienes todo resuelto, justo cuando por fin comienzas a planear algo en serio, te entusiasmas con la idea y crees saber hacia dónde vas, los caminos cambian, las señales cambian, el viento sopla del otro lado, de repente el norte es el sur y el este el oeste, y estás perdida. Es muy fácil perder el rumbo, perder la dirección.
No hay muchas cosas seguras en la vida, pero lo que sí sé es que tienes que apechugar con las consecuencias de tus actos. Que en ocasiones hay que seguir adelante cueste lo que cueste.
Yo siempre me rindo, Alex. ¿He hecho algo en mi vida que realmente fuese necesario hacer? Siempre he tenido alternativas y siempre he optado por la salida más fácil… Tanto tú como yo hemos optado siempre por la salida más fácil. Hace unos meses, soportar el latazo de doble clase de mates el lunes por la mañana o descubrir una espinilla del tamaño de Plutón en mi nariz era lo más duro que me podía ocurrir.
Esta vez voy a tener un bebé. Un bebé. Y ese bebé estará conmigo el lunes, el martes, el miércoles, el jueves, el viernes, el sábado y el domingo. No tendré fines de semana libres. No tendré tres meses de vacaciones. No podré tomarme el día libre, ni llamar diciendo que estoy enferma o hacer que mamá escriba una nota. Ahora seré yo la mamá. Ojalá pudiera escribirme una nota yo misma.
Estoy aterrada, Alex.
Rosie
De: Alex
Para: Rosie
Asunto: Bebé
No, no será como clase doble de mates el lunes por la mañana. Será mucho más emocionante que eso. Clase doble de mates el lunes por la mañana es aburrido: te entra sueño y te duele la cabeza. Con esta experiencia aprenderás muchísimas más cosas de las que puede enseñarte una clase de mates.
Cuenta conmigo para lo que sea. La universidad te esperará, Rosie, por qué ahora tienes una tarea mucho más importante que hacer.
Sé que todo irá bien.
De: Rosie
Para: Alex
Asunto: Re: Bebé
PORQUE tengo una tarea más importante. ¡Ojo con esa ortografía, señor Stewart!
De: Alex
Para: Rosie
Asunto: Re: Re: Bebé
Rosie, ya te estás portando como una madre: ¡lo harás de perlas! Cuídate. Alex
Ha recibido un mensaje de: ALEX
Alex: Creía que habías dicho que cuidarías de ella por mí, Phil.
Phil: Y yo te dije que si no aprendía a controlar la vejiga, tendría que marcharse. Está la mar de bien en el jardín.
Alex: No hablo de la perra, Phil, hablo de Rosie.
Phil: ¿Qué le pasa a Rosie?
Alex: Deja de fingir que no lo sabes. Estaba al teléfono y oí cómo papá y mamá te lo contaban.
Phil: ¿Qué impresión te ha causado?
Alex: Todo el mundo me pregunta lo mismo y no tengo ni idea. Es extraño. Rosie está embarazada. Sólo tiene dieciocho años. Apenas sabe cuidar de sí misma, y mucho menos de un bebé. Fuma como una chimenea y se niega a comer verduras. Se queda despierta hasta las cuatro de la madrugada y duerme hasta la una. Decidió trabajar fregando cazuelas y sartenes en un restaurante chino por menos dinero del que le daban sus vecinos para hacer de canguro porque le fastidiaba que estuvieran encima de ella. Juraría que no ha cambiado un pañal en su vida. Aparte de Kevin cuando era pequeño, dudo de que haya tenido un bebé en brazos más de cinco minutos. ¿Y qué pasa con la universidad? ¿Y con el trabajo? ¿Cómo demonios va a ser directora? ¿Cómo va a conocer a alguien? ¿Cómo hará amigos? Se ha quedado atrapada en una vida que será su peor pesadilla.
Phil: Aprenderá, Alex, créeme. Sus padres la apoyan, ¿no? No estará sola.
Alex: Sus padres son estupendos, pero trabajan todo el día, Phil. Rosie es inteligente, me consta. Pero, aunque me lo he asegurado por activa y por pasiva, no estoy muy seguro de que esté realmente convencida de que cuando empiecen los lloros no podrá desentenderse. Ojalá hubiese subido a ese avión y asistido al baile…
Querida Stephanie:
Permite que te ayude a encontrarte a ti misma. Deja que mis sabias palabras, de la hermana que tanto te quiere, te respeta y no te desea más que felicidad y suerte en la vida, te lluevan encima y te empapen de conocimiento. Acepta mi consejo, por favor. Nunca te quedes embarazada. O enceinte, como diréis por esos pagos. Mira la palabra, dila en voz alta, familiarízate con ella, repítela mentalmente y asume que nunca quieres verte así.
De hecho, más vale que no tengas relaciones sexuales. Así eliminas por completo la posibilidad.
Créeme, Steph, estar embarazada no es agradable. No me siento parte de la naturaleza, no irradio ninguna clase de signos maternales, sólo estoy gorda. E hinchada. Y cansada. Y mareada. Y me pregunto qué demonios voy a hacer cuando el pequeño nazca y me mire.
Tengo el culo inmenso y estoy que echo chispas. Alex ha comenzado su maravillosa vida universitaria, la gente que iba conmigo al colegio está por ahí, probando lo que el mundo les ofrece y yo no hago más que engordar segundo a segundo preguntándome dónde demonios me he metido. Ya sé que es culpa mía, pero tengo la sensación de que me estoy perdiendo muchas cosas. He estado yendo con mamá a esas clases prenatales donde enseñan a respirar. Aquello está lleno de parejas y todas tienen por lo menos diez años más que yo. Mamá intentó que entablara conversación con ellos, pero me da la impresión de que nadie tiene demasiadas ganas de trabar amistad con una chica de dieciocho años que acaba de terminar el bachillerato. Mamá me dijo que no me preocupara, que lo único que pasaba era que estaban celosos de mí. Creo que no nos habíamos reído tanto en meses.
No me dejan fumar y el médico dice que tengo que empezar a comer como es debido. Voy a ser madre y, sin embargo, aún me hablan como si fuese una niña.
Te quiere mucho,
Rosie
Señor Alex Stewart:
Está usted invitado al bautizo de mi preciosa hija Katie. Será el 28 de este mes. Cómprese un traje y procure estar presentable, para variar, puesto que usted será el padrino.
Con todo el amor,
Rosie
De: Alex
Para: Rosie
Asunto: Bautizo
Me alegró mucho verte. ¡Te vi fantástica! ¡Y NO estás gorda! La pequeña Katie no se mostró muy habladora, pero ya estoy perdidamente enamorado de ella. Hasta se me ocurrió robártela y llevármela conmigo de vuelta a Boston.
De hecho, no es verdad. En realidad me vinieron ganas de quedarme en Dublín. Faltó poco para que no regresara en ese avión. Me encanta vivir en Boston y me encanta estudiar medicina, pero aquí no me siento en casa. Y en Dublín sí. Volver a estar contigo me hizo sentir muy a gusto. Añoro a mi mejor amiga.
Aquí he conocido a algunos tíos muy majos, pero ninguno de ellos jugó conmigo a policías y ladrones en el jardín de mi casa cuando era pequeño. Tengo la sensación de que no son amigos auténticos. No les he dado patadas en la espinilla, no hemos montado guardia toda la noche para espiar a Santa Claus, no nos hemos colgado de los árboles fingiendo ser monos, no hemos jugado a hoteles ni me he partido el pecho de risa mientras les hacían un lavado de estómago. Y cuesta lo suyo superar esta clase de experiencias.
Sin embargo, tú ya me has reemplazado en tu escala de afectos. Ahora la pequeña Katie es todo tu mundo. Y no es de extrañar. No dejé de quererla ni siquiera cuando vomitó encima de mi traje (nuevo y muy caro). Eso debe de significar algo. Resulta chocante lo mucho que se parece a ti. Tiene tus mismos ojos azules y chispeantes (¡menudos quebraderos de cabeza te esperan!), tu mismo pelo negro azabache y tu misma nariz respingona. Aunque su trasero es ligeramente más pequeño que el de su madre. ¡Es broma!
Sé que ahora estás increíblemente ocupada, pero si en algún momento necesitas tomarte un respiro, no dudes en venir aquí a descansar. Sólo tienes que decirme cuándo vienes, la invitación siempre seguirá en pie. Comprendo que tu economía no es muy boyante, de modo que podríamos echarte un cable con el coste de los billetes. A mis padres también les encantaría que vinieras. Ya han llenado la casa con las fotos del bautizo en las que aparecéis tú y Katie.
Hay alguien que me gustaría que conocieras cuando vengas por aquí. Va a mi clase en la universidad. Se llama Sally Gruber y es de Boston. Seguro que os llevaréis bien.
La facultad es mucho más dura de lo que me esperaba. Hay que estudiar un montón y leer sin parar. Apenas hago vida social. En total voy a pasar cuatro años aquí, en Harvard, y luego tendré que hacer entre cinco y siete de residencia en un hospital, así que calculo que para cuando haya terminado mi especialización (sea la que sea) ya habré cumplido los cien.
Y esto es cuanto hago por aquí. Me levanto a las cinco de la madrugada y estudio. Voy a la facultad, vuelvo a casa y estudio. Cada día. No hay mucho más que contar, la verdad. Menos mal que Sally y yo vamos juntos a clase. Eso disminuye el pavor que me da cada mañana enfrentarme a un día más de estudio, estudio y estudio. Es duro, pero seguro que no es necesario que te lo diga. Apuesto a que es infinitamente más fácil que lo que tú estás haciendo ahora mismo. En fin, me voy a dormir, estoy destrozado. Felices sueños para ti y Katie.
Nota para mí misma:
No le hagas el caballito a Katie después de darle de comer.
No le des de mamar en el campo de fútbol.
No respires cuando le cambies los pañales. De hecho, permite que papá, mamá o incluso cualquier desconocido le cambie los pañales tan a menudo como quieran, si así lo desean.
No pases con el cochecito cerca del colegio, a no ser que quieras que te vea la señorita Narizotas Malaliento Casey.
No te rías cuando Katie se cae de culo al intentar caminar.
No intentes mantener una conversación con viejos amigos del colegio a quienes llevas una vida entera de ventaja: terminarás sintiéndote frustrada. Deja de llorar cada vez que Katie llora.
Bonjour Stephanie!
¿Cómo le va a mi guapa hermana? ¡Seguro que estás sentada en un café tomando café au lait con una boina y un jersey a rayas y apestando a ajo! Ay, ¿quién dice que los estereotipos han muerto?
Gracias por el regalo que le enviaste a Katie. Tu ahijada dice que te añora mucho y te manda un montón de besos babosos. En todo caso, eso es lo que me ha parecido que significaban los chillidos y bramidos que ha soltado su minúscula boquita. A decir verdad, no sé de dónde sale todo ese ruido. Katie es la cosita más diminuta y frágil que he visto en mi vida; tanto, que a veces tengo miedo de cogerla, pero entonces abre la boca y se desatan todos los infiernos. El médico dice que tiene cólicos. Yo sólo sé que no para de gritar.
Me tiene asombrada que algo tan pequeño pueda hacer tanta peste y tanto ruido. Creo que debería aparecer en el Libro Guinness de los Récords por ser la criatura más diminuta, apestosa y ruidosa de todos los tiempos. No habría entonces madre más orgullosa que yo.
Estoy hecha polvo, Stephanie. Voy como una zombi todo el día. Apenas consigo leer lo que estoy escribiendo (por cierto, perdón por el puré de plátano del final de la página: pequeño accidente durante el desayuno). Katie se pasa la noche entera llorando. Tengo un dolor de cabeza permanente. No hago más que deambular por la casa como un robot recogiendo los ositos de peluche y los juguetes con los que tropiezo. Es complicado llevar a Katie por ahí porque no deja de chillar vayamos donde vayamos. Tengo miedo de que la gente piense que la estoy secuestrando o que soy mala madre. Sigo estando hinchada como un globo. Sólo puedo ponerme chándales y no son nada favorecedores. Tengo el culo inmenso y la barriga llena de estrías. Y esa gordura que no parece tener intención de marcharse por más que le grite. He tenido que tirar todos mis tops. Tengo el pelo tan seco que parece estropajo. Y las tetas GIGANTESCAS. No me parezco a mí. No me siento yo. Es como si tuviera veinte años más. No he salido desde el bautizo. No recuerdo la última vez que me tomé una copa. No recuerdo la última vez que un miembro del sexo opuesto me miró (excepto las personas que me miran enojadas en los cafés cuando Katie se pone a chillar). No recuerdo siquiera la última vez que me importó que un miembro del sexo opuesto no me mirara. Me parece que soy la peor madre del mundo. Creo que cuando Katie me mira sabe que no tengo ni idea de lo que estoy haciendo.
Ahora ya casi camina, lo cual significa que voy corriendo de un lado a otro diciendo «¡NO, KATIE, NO! ¡Katie, no toques eso! ¡NO! ¡Katie, mamá te ha dicho que no!». Me parece que a Katie le importa un bledo lo que piensa su mamá. Creo que Katie es la clase de niña que cuando ve algo que le gusta va a por ello. ¡Miedo me da pensar en cuando sea adolescente! Pero el tiempo pasa tan aprisa que habrá crecido y se mudará antes de que me dé cuenta. Quizás entonces pueda descansar un poco. Aunque, si lo piensas bien, seguro que es lo mismo que pensaron papá y mamá en su momento.
Pobres papas, Steph. Me siento fatal. Se han portado de maravilla. Les debo mucho y no me refiero sólo al dinero. Aunque ésa es otra situación deprimente. Cobro un subsidio y cada semana les doy cuanto puedo para nuestra manutención, pero siempre tengo la impresión de que no es suficiente y ya sabes cómo van las cosas en casa, Steph, siempre hemos ido pasando justo. No sé cómo me las voy a apañar para mudarme, trabajar y cuidar de Katie. Un día de esta semana, papá y yo vamos a ir a una clínica para hablar con un tipo sobre la posibilidad de que se me incluya en una lista para poder tener casa propia. Mamá no deja de decir que puedo quedarme con ellos, pero sé que papá lo hace para ayudarme a que me sienta un poco más independiente.
Mamá se ha portado de fábula. Katie la adora y le hace caso. Cuando mamá dice: «¡No, Katie!», Katie sabe que tiene que parar. Cuando lo digo yo, Katie se echa a reír y sigue con lo suyo. ¿Cuándo me sentiré como una madre de verdad?
Alex ha conocido a una chica en Boston; tiene la misma edad que yo y suficiente sesera como para estudiar medicina en Harvard. Aunque me pregunto si realmente es feliz. En fin, tengo que dejarte. Katie me reclama.
Escribe pronto.
Besos,
Rosie
Para Rosie
Me alegra que todo vaya bien con Katie. Las fotos que me enviaste del día que cumplió tres años son preciosas. Las he enmarcado y están en la repisa de la chimenea de casa.
Papá y mamá quedaron encantados de verte cuando fueron a Dublín el mes pasado. No dejan de hablar de ti y de Katie. Todos estamos la mar de orgullosos de que hayas creado una niña tan perfecta.
Espero que tuvieras un feliz cumpleaños. ¡Ya son veintidós! Siento no haber podido ir a celebrarlo contigo, pero las cosas se han salido de madre en la facultad. Como es mi último curso, he tenido que currar como un loco. Me dan terror los exámenes. No sé qué haré si suspendo.
Sally me preguntó por ti. Aunque aún no os habéis visto nunca, tiene la sensación de conocerte por lo mucho que le hablo de nuestros viejos tiempos.
Alex
Para Alex
La dentición de Katie está yendo mejor que antes.
Katie pronto irá a la guardería.
Hoy Katie ha dicho cinco palabras nuevas.
El fin de semana pasado fue el cumpleaños de papá: tiramos la casa por la ventana y nos fuimos a cenar al restaurante Hazle, el mismo, si no recuerdo mal, al que fuiste con Bethany la Putilla y los ricachos de sus padres hace un montón de años para celebrar tus dieciocho.
Me sentó de perlas poder soltarme la melena y relajarme sin Katie. Me permití el lujo de contratar a una canguro y te aseguro que mereció la pena.
Rosie
De: Alex
Para: Rosie
Asunto: (ninguno)
¡Venga, Rosie! ¡Estás quedando fatal! ¡Más vale que tengas alguna locura que contarme la próxima vez!
De: Rosie
Para: Alex
Asunto: Niña de tres años
Por si no lo sabías, tengo una niña de tres años, de modo que me resulta algo complicado poder salir y agarrar una borrachera de padre y muy señor mío, porque luego me despierto con un dolor de cabeza espantoso y una niña chillona que necesita que me ocupe de ella y que no me permite pasarme media mañana arrodillada delante del retrete.
De: Alex
Para: Rosie
Asunto: Perdón
Perdona, Rosie. No quería parecer insensible. Sólo quería darte a entender que tú también tienes que disfrutar de la vida. Cuida de ti misma y no sólo de Katie. Perdona si te he ofendido.
De: Rosie
Para: Stephanie
Asunto: Un momento de queja
Oh, Stephanie, a veces tengo la impresión de que las paredes se están juntando y me van a aplastar. Adoro a Katie. Me alegra haber tomado la decisión que tomé, pero estoy cansada. Completamente agotada. A todas horas.
Me siento así y cuento con la ayuda de papá y mamá. No sé cómo me las voy a arreglar por mi cuenta. Y tarde o temprano tendré que hacerlo. No puedo vivir con ellos para siempre. Aunque en realidad me gustaría.
Pero no querría que Katie dependiera tanto de mí cuando sea mayor. Por descontado, quiero que sepa que siempre puede contar conmigo y que mi amor es absolutamente incondicional, pero es preciso que sea independiente.
Y yo también necesito ser independiente. Creo que ya ha llegado la hora de que crezca, Steph. Lo he ido posponiendo y eludiendo durante mucho tiempo. Katie pronto comenzará a ir al colegio. ¡Imagínate! Todo ha pasado tan deprisa… Katie conocerá gente nueva y comenzará su vida y yo me he olvidado de la mía. Tengo que hacer de tripas corazón y dejar de compadecerme de mí misma. La vida es dura, ¿y qué? Es dura para todo el mundo, ¿no? Quien diga que vivir es fácil miente.
Con todo esto, se ha abierto una brecha inmensa entre Alex y yo porque me da la impresión de que vivimos en mundos muy distintos y ya no sé de qué hablar con él. Y antes podíamos pasarnos la noche entera charlando. Me llama una vez por semana y escucho mientras me cuenta lo que ha hecho durante la semana y procuro morderme la lengua cada vez que me pongo a contarle alguna anécdota de Katie. La verdad es que no tengo otro tema de conversación y soy consciente de que eso aburre a la gente. Creo que en otros tiempos mi vida resultaba más interesante.
Total, que por fin he decidido ir a visitarle a Boston. Por fin voy a enfrentarme a lo que habría podido ser mi vida si Alex hubiese cogido ese avión y me hubiese acompañado al baile de debutantes en vez de…, bueno, ya sabes quién. A estas alturas podría estar licenciada y ser una mujer con carrera. Ya sé que parece una tontería atribuir todo lo que ha ocurrido al mero hecho de que Alex no asistiera a ese baile, pero si hubiese venido, no habría ido con Brian. No me habría acostado con Brian y no habría tenido un bebé. Pienso que debo enfrentarme a lo que podría haber sido de mí para comprender y aceptar lo que soy.
Con todo mi amor,
Rosie
Stephanie:
Cariño, soy mamá. Me estaba preguntando si podrías ponerte en contacto con Rosie para intentar hablar con ella. Ha regresado de Boston una semana antes de lo previsto y parece disgustada por algo, pero se niega a decir qué le pasa. Me temía que fuera a ocurrir algo así. Sé que tiene la impresión de haber perdido grandes oportunidades. Ojalá fuese capaz de ver el lado positivo de lo que tiene ahora. ¿Hablarás con ella? Siempre se alegra mucho cuando recibe noticias tuyas.
Te quiero, corazón.
Mamá
Tiene un mensaje instantáneo de: STEPH
Steph: Oye, tú, no estás contestando al teléfono.
Steph: Sé que estás ahí, Rosie. ¡Veo que estás conectada on-line!
Steph: Muy bien, voy a darte la vara hasta que contestes.
Steph: ¡Hooooooola!
Rosie: Hola.
Steph: ¡Por fin! ¡Hola! ¿Por qué tengo la sensación de que pasas de mí?
Rosie: Perdona, estaba muy cansada. No tenía ánimos para hablar con nadie.
Steph: Bueno, te perdono. ¿Va todo bien? ¿Qué tal el viaje a Boston? ¿Es tan bonito como en las fotos que nos manda Alex?
Rosie: Sí, es un sitio precioso. Alex me llevó a todas partes. No tuve ni un segundo libre mientras estuve allí. Me trató como a una reina.
Steph: Sólo faltaría. ¿Y dónde fuisteis?
Rosie: Me llevó al Boston College para que viera cómo habría sido mi vida de estudiante allí, y todo es tan mágico y bonito… Además hizo un tiempo buenísimo…
Steph: Caramba, suena fantástico. Deduzco que aquello te gustó, ¿verdad?
Rosie: Sí que me gustó. Es incluso mejor de lo que vi en las fotos cuando mandé mi solicitud de ingreso. Hubiese sido un buen sitio para estudiar…
Steph: Seguro que sí. ¿Dónde te alojaste?
Rosie: En casa de los padres de Alex. Viven en una zona muy pija; no tiene nada que ver con lo de aquí. La casa es maravillosa: salta a la vista que el padre de Alex está ganando un pastón en su nuevo trabajo.
Steph: ¿Qué más hicisteis? ¡Seguro que tienes alguna anécdota divertida que contar! ¡Tratándose de vosotros dos, seguro que no os aburristeis ni un instante!
Rosie: Bueno, fuimos a ver las tiendas, me llevó a un partido de los Red Sox en Fenway Park y no me enteré de nada de lo que pasaba en el campo, pero me tomé un perrito caliente muy rico; salimos a unos cuantos bares y discos… Lo siento, pero no tengo nada muy interesante que contar, Steph…
Steph: ¡Oye, eso es infinitamente más interesante que lo que he hecho yo durante la semana, puedes creerme! ¿Y cómo está Alex? ¿Qué pinta tiene? Hace siglos que no le veo. ¡No sé ni si le reconocería!
Rosie: Está la mar de bien. Se le ha pegado un poco el acento americano por más que lo niegue. Pero sigue siendo el mismo Alex de siempre. Tan encantador como de costumbre. Me mimó de mala manera durante toda la semana, no me dejó pagar nada, me llevó a un sitio distinto cada noche. Fue agradable sentirse libre otra vez.
Steph: Eres libre, Rosie.
Rosie: Ya lo sé. Pero a veces no me siento libre. Allí me sentía como si no tuviera ninguna preocupación. Las cosas me parecían estupendas y fue casi como si todos los músculos del cuerpo se me relajaran en cuanto aterricé allí. No me había reído tanto en años. Me sentí como una veinteañera, Steph. Y eso no suele ocurrirme últimamente. Ya sé que seguramente te parecerá raro, pero me sentí como la Rosie que pude haber sido.
Me gustó no tener que vigilar a nadie mientras paseaba por la calle. No tuve los casi cincuenta ataques al corazón diarios que normalmente tengo cuando pierdo de vista a Katie o cuando se mete algo que no debe en la boca. No tenía que lanzarme apresuradamente al suelo para cogerla y evitar que algún coche la atropellara. Me gustó no tener que enfadarme con nadie, ni corregir la pronunciación de nadie, ni amenazar a nadie. Me gustó reírme de un chiste sin que me tiraran de la manga y me pidieran que lo explicara. Me gustó mantener conversaciones de adultos sin que me interrumpieran para que soltara exclamaciones de alegría y aplaudiera un baile estúpido o el uso de una palabra nueva. Me gustó ser sólo yo, Rosie, y no mamá; pensar sólo en mí, hablar de lo que me apeteciera, ir a donde quisiera sin tener que preocuparme de lo que Katie estuviera tocando o metiéndose en la boca, ni de sus berrinches por tener sueño. ¿No es espantoso?
Steph: No tiene nada de espantoso, Rosie. Sienta bien tener tiempo para ti misma, pero supongo que también te habrás alegrado de volver a ver a Katie, ¿no? Y dime, si todo era tan estupendo, ¿por qué has regresado tan pronto? Tenías previsto quedarte una semana más. ¿Ocurrió algo?
Rosie: No merece la pena comentarlo, la verdad.
Steph: Venga, Rosie. Siempre sé cuándo algo te tiene preocupada y puedes contarme lo que sea.
Rosie: Llegó el momento de irse y ya está, Steph.
Steph: ¿Acaso Alex y tú os peleasteis o algo por el estilo?
Rosie: No. Me da vergüenza explicarlo.
Steph: ¿Por qué? ¿Qué quieres decir?
Rosie: Nada, sólo que una noche me puse en ridículo.
Steph: No seas tonta. ¡Seguro que a Alex no le importó! Te ha visto ponerte en ridículo infinidad de veces.
Rosie: No, Steph, esta vez me puse en evidencia de una forma distinta. Créeme. No fue una de las gamberradas típicas de Alex y Rosie. Digamos que me arrojé a sus brazos y al día siguiente me moría de vergüenza.
Steph: ¿QUÉ? ¿Insinúas que…? ¿Me estás diciendo que Alex y tú…?
Rosie: ¡Cálmate, Stephanie!
Steph: ¡No puedo! ¡Esto es demasiado estrafalario! ¡Sois como hermanos! ¡Alex es como mi hermano pequeño! ¡No podéis hacerlo!
Rosie: ¡STEPHANIE! ¡NO LO HICIMOS!
Steph: Ah.
Steph: Pues entonces ¿qué ocurrió?
Rosie: Ahora no pienso contártelo, Doña Histerias.
Steph: ¡Deja de torearme y cuéntamelo de una vez!
Rosie: Vale, soy consciente de que fue una gran estupidez por mi parte y estoy profundamente avergonzada, así que no te pongas hecha una furia conmigo…
Steph: Continúa…
Rosie: Bueno, en realidad es mucho más inocente de lo que piensas, pero sigue siendo muy embarazoso. Le di un beso a Alex.
Steph: ¡Lo sabía! ¿Y qué pasó?
Rosie: Nada, que no me correspondió.
Steph: Vaya. ¿Y te importó?
Rosie: Lo que me tiene desasosegada es que sí. Me importó.
Steph: Oh, Rosie, lo siento mucho… pero estoy convencida de que Alex reaccionará. Probablemente se quedó de una pieza. ¡Seguro que siente lo mismo! ¡Qué emocionante! Siempre he pensado que algún día ocurriría algo entre vosotros.
Rosie: He estado tendida en la cama mirando al techo desde que llegué a casa, intentando entender lo que me ocurrió. ¿Perdí la cabeza y actué impulsivamente por culpa de algo que comí? ¿O fue algo que dijo Alex y que quizá malinterpreté? Estoy intentando convencerme de que no fue únicamente el silencio de ese instante lo que cambió mi corazón.
Al principio teníamos tanto que contarnos que hablábamos a más de cien palabras por segundo y cuando apenas habíamos escuchado el final de la frase del otro, ya habíamos pasado a la siguiente. Y nos reíamos. Nos reíamos mucho. Luego la risa cesó y se hizo ese silencio. Ese silencio extraño y cómodo a la vez. ¿Qué demonios fue eso?
Fue como si el mundo dejara de dar vueltas en ese instante. Como si todos los que nos rodeaban hubiesen desaparecido. Como si hubiese olvidado todo lo que me aguardaba en Irlanda. Fue como si esos pocos minutos hubiesen sido creados sólo para nosotros y lo único que pudiéramos hacer fuese mirarnos el uno al otro. Era como si Alex estuviera viendo mi cara por primera vez. Parecía confundido y al mismo tiempo complacido. Exactamente igual que yo. Porque estaba sentada en la hierba con mi amigo íntimo Alex, y aquél era el rostro de mi amigo íntimo Alex con su nariz, sus ojos y sus labios, pero todo ello me parecía distinto. De modo que le di un beso. Me dejé llevar por la magia del momento y le di un beso.
Steph: Caray. ¿Y qué te dijo?
Rosie: Nada.
Steph: ¿Nada?
Rosie: No. Absolutamente nada. Sólo me miró fijamente.
Steph: ¿Y entonces cómo sabes que él no sintió lo mismo?
Rosie: En ese preciso momento llegó Sally dando saltos. Habíamos estado esperándola para salir los tres por ahí. Estaba muy emocionada. Quería saber si Alex ya me había dado la buena noticia. Él no dio muestras de oírla la primera vez. Así que Sally chasqueó los dedos delante de nuestras caras. Entonces repitió: «Alex, cariño, ¿le has dado a Rosie la buena noticia?».
Alex se limitó a pestañear, de modo que Sally lo abrazó y me la dio ella misma. Van a casarse. Por eso volví a casa.
Steph: Oh, Rosie.
Rosie: Pero ¿qué diantre fue aquel silencio?
Steph: Suena como algo que me gustaría. Tuvo que ser bonito.
Rosie: Lo fue.
Phil: ¿Qué clase de silencio?
Alex: Un silencio extraño.
Phil: Ya, pero ¿qué quieres decir con «extraño»?
Alex: Insólito, fuera de lo común.
Phil: Ya, pero ¿fue bueno o malo?
Alex: Bueno.
Phil: ¿Y eso es malo?
Alex: Sí.
Phil: ¿Por qué?
Alex: Sally es mi prometida.
Phil: ¿Alguna vez has notado «el silencio» con ella?
Alex: A veces tenemos momentos de silencio…
Phil: Margaret y yo también. No siempre hay que hablar, ¿sabes?
Alex: Ya, pero ese silencio fue diferente, Phil. No fue sólo un silencio, fue…, bah, ¡yo qué sé!
Phil: Hostias, Alex.
Alex: Vale, vale. Estoy hecho un lío.
Phil: Muy bien, pues no te cases con Sally.
Alex: Pero es que la amo.
Phil: ¿Y qué pasa con Rosie?
Alex: No estoy seguro.
Phil: De acuerdo, pues no veo dónde está el problema. Si estuvieras enamorado de Rosie y poco seguro de Sally, sí que tendrías un problema. Cásate con Sally y olvida ese condenado silencio.
Alex: Como siempre, me has hecho ver las cosas con perspectiva, Phil.
Querida Rosie:
Siento mucho lo que ocurrió. No tenías por qué marcharte de Boston tan pronto, podríamos haber arreglado esto… Siento no haberte contado lo de Sally antes de que vinieras aquí, pero quise esperar a presentártela para que la conocieras. No quería contártelo por teléfono. Quizás hubiese sido mejor…
Por favor, no te distancies de mí. Hace semanas que no sé nada de ti. Fue maravilloso volver a verte… Escribe pronto, por favor.
Besos,
Alex
Para Alex, o mejor ¡para el doctor Alex!
¡ENHORABUENA!
DATE UNA BUENA PALMADA EN LA ESPALDA…
¡¡LO HAS CONSEGUIDO!!
¡SABÍAMOS QUE PODÍAS HACERLO!
¡¡Enhorabuena por tu licenciatura en Harvard, pedazo de genio!!
Sentimos no poder acudir, Te quieren, Rosie y Katie
Tiene un mensaje instantáneo de: ALEX
Alex: ¡Rosie, quería que fueras la primera persona en saber que he decidido especializarme en cirugía cardiovascular!
Rosie: ¡Fantástico! ¿Está bien pagado?
Alex: Rosie, no es una cuestión de dinero.
Rosie: En mi tierra, todo es una cuestión de dinero. Probablemente porque no tengo un céntimo. Trabajar a tiempo parcial en Randy Andy Peperclip Co. no está tan bien remunerado como parece.
Alex: Bueno, pues en mi mundo la cuestión es cuántas vidas salvas. Así que dime, ¿qué te parece? ¿Apruebas el trabajo que he elegido?
Rosie: Hmmmm… Mi íntimo amigo, el cirujano cardiovascular. Tienes mi aprobación.
De: Alex
Para: Rosie
Asunto: ¡Gracias!
La última vez que hablamos olvidé darte las gracias por la tarjeta de felicitación que me mandasteis tú y Katie. Es prácticamente lo único que me he traído al nuevo apartamento. Sally y yo nos mudamos hace unas semanas. Tú y Katie estáis invitadas a venir cuando queráis. ¡Sería el primer viaje en avión que haría Katie para visitar a su padrino en Boston! Hay un parque estupendo justo delante de casa y tiene un montón de juegos infantiles. A Katie le encantaría.
El apartamento es realmente pequeño, pero como hago guardias tan largas en el hospital apenas tengo tiempo de estar aquí. Tengo que cumplir otra condena a cadena perpetua en el Hospital Central de Boston antes de poder considerarme cirujano cardiovascular. Mientras tanto me pagan una miseria y trabajo como un burro todo el día.
En fin, ya basta de hablar de mí. Últimamente parece que no sepa hacer otra cosa. Por favor, escríbeme y cuéntame qué tal te van las cosas. No quiero que nada empañe nuestra amistad, Rosie.
Mantente en contacto,
Alex
Para Alex
¡Feliz Navidad!
Que estas fiestas estén llenas de amor y dicha para ti y los tuyos.
Con amor,
Rosie amp; kAtIe
Rosie amp; Katie:
¡FELIZ AÑO NUEVO!
¡Que este año os depare montones de diversión, amor y felicidad!
Con amor,
Alex y Sally
Querida Stephanie:
No vas a creerte la tarjeta que acaban de dejar esta mañana por debajo de la puerta de casa. Por poco vomito. Estaba limpiando y poniendo un poco de orden después de la fiesta de Nochevieja que dan todos los años papá y mamá cuando ha hecho su entrada triunfal por el felpudo. ¡Me sorprende que no la acompañara un clamor de trompetas! «¡Tarín, tarán! ¡Anunciamos la llegada de una tarjeta extremadamente patética!» (Nuestro adorable tío Brendan asistió a la fiesta, por cierto, y no me quitó el ojo del escote, como de costumbre. Preguntó por ti… un montón de veces. Dios, ¡qué asqueroso!) Había unos diez millones de botellas de vino rodando por el suelo cuando he bajado esta mañana, y por poco tropiezo con un tablero de Trivial Pursuit (sí, fue una de esas noches). Esos ridículos gorritos de papel estaban por todas partes, colgados de las bombillas, flotando en la salsera, con un aspecto de lo más desagradable. Había bolsitas de regalo por todas partes y las chorraditas que contenían, como esas linternillas del tamaño de un pulgar y rompecabezas de unas dos piezas, estaban esparcidas entre los restos de comida. ¡Todo estaba patas arriba!
Francamente, Steph, cada vez que papá y mamá se marchaban montábamos unas fiestas de locura, pero al menos nos controlábamos para no comportarnos como animales de granja. Se pasaron toda la noche gritando y cantando (bueno, intentando cantar), y bailando (o más bien pataleando como en una especie de rito tribal). La pobre Katie estaba aterrorizada con tanto ruido (¡es evidente que no puede ser hija mía!) y como no paraba de llorar, la metí en la cama conmigo y me arreó unos diez codazos en la cara. Finalmente los invitados comenzaron a marcharse a eso de las 6 o las 7 de la mañana y cuando por fin me estaba durmiendo, un pequeño monstruo se me echó encima exigiendo comida.
En fin, lo que intento decir es que mi estado de ánimo no era el mejor para hacer frente a lo que ha llegado a mi umbral. Tenía la cabeza a punto de estallar, estaba agotada después de haber limpiado el desaguisado que había en casa (lo cual está bien, ya que al fin y al cabo es casa de papá y mamá y están teniendo la amabilidad de alojarme «gratis» así que no me estoy quejando de ellos), sólo quería paz y tranquilidad y dormir un poco.
Pero llegó la tarjeta.
Delante había una encantadora fotito de Alex y Sally bien abrigados con sus chaquetones de invierno, sus guantes, sus gorros, etc., posando en un parque cubierto de nieve abrazados a… un muñeco de nieve. Un puñetero muñeco de nieve.
Parecían asquerosamente felices. Dos alegres cerebritos de Harvard. Me entran náuseas de sólo pensarlo. ¿¿¿No te parece lamentable enviar una foto de ti y tu novio haciendo un muñeco de nieve??? Muy, muy, muy lamentable. Así de lamentable puede ser. ¡¡Y no digamos si me la mandas a mí!! ¡Qué cara más dura! Tendría que haberles enviado una foto mía con… con… George (el vendedor de golosinas, que es el único tío con quien hablo hoy por hoy), saltando en los charcos de la calle con un frío pelón. ¡Seguro que les causaría el mismo efecto!
Dios, qué manera de divagar. Perdona. Tengo que dejarte antes de que Katie se termine el poco vino que queda en una botella que rueda por el suelo.
Ah, por cierto, fue genial conocer a Pierre después de todo este tiempo. Me pareció un tío muy majo. Tendríais que venir a vernos más a menudo. Lo pasé muy bien hablando con alguien más o menos de mi edad, para variar.
Feliz Año Nuevo. ¿A quién se le ocurriría esta expresión?
Con amor, de tu alegre y extremadamente dichosa hermana pequeña Rosie.
Para Rosie
¡Feliz cumpleaños, amiga mía!
¡Bienvenida al mundo de los veintiséis! ¡Nos hacemos mayores, Rosie!
¡Escribe más a menudo!
Besos,
Alex
PARA ALEX
ESTÁS IMBITADO A MI FIESTA DE CUMPLAÑOS EL 4 DE MAIO EN MI CASA. CUNPLO 7. ABRÁ UN MAGO. TOY INPACIENTE. EMPIEZARÁ A LAS 2 Y TERMINARÁ A LAS 5.
TE QUIERE KATIE
Querida Katie:
Siento no poder asistir a tu fiesta de cumpleaños. Lo del mago seguro que será muy divertido. ¡Irán tantos amigos que ni siquiera te darás cuenta de que no estoy!
Tengo que trabajar en el hospital y no me dan vacaciones. Les dije que era tu cumpleaños, pero ¡no me hicieron caso!
De todos modos te he mandado una cosita que espero que te guste. Feliz cumpleaños, Katie, y cuida de tu mamá por mí. Es muy especial.
Muchos besos para ti y para mamá.
Alex
Para Alex
Gracias por el regalo de cumpleaños. Mamá lloró cuando lo abrí. Nunca había tenido un guardapelo. Las fotos de tú y mamá son muy pequeñas.
El mago estubo bien, pero Toby, mi mejor amigo, dijo que sabía que tenía truco y enseñó a todo el mundo donde se había escondido las cartas. El mago no estaba muy contento y se enfadó con Toby. Mamá se rió tanto que me parece que al mago tanpoco le gustó. A Toby le cae bien mamá.
Me hicieron muchos regalos pero April y Sinead me regalaron la misma libreta. Mamá y yo pronto canviaremos de casa. Añoraré mucho a la abuela y al abuelo y sé que mamá está triste porque ayer por la noche la oí llorar en la cama.
Pero no nos vamos muy lejos. Se puede ir en autobús desde casa de los abuelos a nuestra casa. No se tarda mucho y estamos más cerca de las tiendas del centro y se puede ir a pie.
Es mucho mas pequeña que la casa donde estamos ahora. ¡Mamá es graciosa, la llama caja de zapatos! Tiene dos dormitorios y la cocina es diminuta. Solo hay sitio para comer y ver la tele. Tenemos un valcón y se está muy bien pero mamá no me deja salir sola.
Se ve el parque. Mamá dice que el parque es nuestro jardín y que tenemos el jardín mas grande del mundo.
Mamá me dijo que puedo pintar mi cuarto del color que quiera. Creo que lo pintaré rosa o morado o azul. Toby dice que lo pinte de negro. Es la pera.
Mamá tiene un trabajo nuevo. Trabaja solo unos días a la semana, así que unas veces puede ir a buscarme al colegio y otras no. Juego con Toby asta que llega a casa. Su mamá siempre lo lleva y lo recoge porque dice que somos demasiado pequeños para ir en autobús. Creo que a mamá no le gusta su trabajo. Siempre está cansada y llorando. Dijo que prefería volver al colegio a hacer clase doble de mates. No sé qué quiere decir. Toby y yo odiamos el cole pero él siempre me hace reír. Mamá dice que está cansada de tener que ir a hablar con mi maestra la señorita Casey. A la abuela y al abuelo les parece divertido. La señorita Casey tiene la nariz más grande del mundo. Nos odia a Toby y a mí. Me parece que tampoco le gusta mamá porque siempre que se ven discuten.
Mamá tiene una amiga nueva. Las dos trabajan en el mismo edificio pero no en la misma oficina. Se encuentran fuera aunque hace frío porque tienen que salir para fumar. Mamá dice que es la mejor amiga que ha tenido en siglos. Se llama Ruby y es muy divertida. Me gusta cuando viene a casa. Ella y mamá están siempre riendo. Me gusta que Ruby esté aquí porque mamá no llora.
Ahora hace mucho sol en Dublín. Mamá y yo hemos ido unas cuantas veces a la playa de Portmarnock. Cojemos el autobús y siempre va lleno de gente en trage de baño que come helados y lleva música a todo volumen. El piso de arriba del bus es mi favorito. Me siento delante y hago ver que conduzco y a mamá le encanta mirar el agua por la ventana todo el camino. Estoy aprendiendo a nadar. Pero tengo que llevar los manguitos en el mar. Mamá dice que quiere vivir en la playa. ¡Dice que le gustaría vivir en las conchas!
¿Cuando vendrás a vernos? Mamá dice que vas a casarte con una chica que se llama Bimbo [1]. Qué nombre tan raro.
Besos,
Katie
Tiene un mensaje instantáneo de: RUBY
Ruby: ¡Hola! ¡Feliz lunes!
Rosie: Oh, fantástico. Espera un momento, voy a por el champán.
Ruby: ¿Qué has hecho este fin de semana?
Rosie: ¡No te lo vas a creer! ¡Llevo toda la mañana muriéndome de ganas de contártelo! ¡Ha sido increíble! No te lo vas a creer pero…
Ruby: Percibo cierto sarcasmo. Deja que adivine: has estado viendo la tele.
Rosie: ¡Señoras y señores, les presentamos a Ruby… y sus poderes paranormales! Tuve que ponerla con el volumen al máximo para no oír los gritos de la «enamoradísima» pareja que vive al lado. Un día de éstos se matarán el uno al otro. Espero que no tarden. La pobre Katie no entendía qué pasaba, así que dejé que bajara a dormir a casa de Toby.
Ruby: Pero bueno, ¿es que aún hay personas que no comprenden el significado de la palabra DIVORCIO?
Rosie: Ja, ja, bueno, en tu caso es una palabra mágica.
Ruby: Agradecería que no te burlaras de ese devastador episodio de mi vida: me dejó hecha una piltrafa y emocionalmente destrozada.
Rosie: ¡Venga ya, por favor! ¡El día que conseguiste el divorcio fue el más feliz de tu vida! Compraste la botella de champán más cara que encontraste, nos la tomamos, salimos de copas y te pegaste el lote con el hombre más feo del mundo.
Ruby: Bueno, cada cual llora sus desgracias a su manera…
Rosie: ¿Has acabado de introducir en el ordenador toda esa mierda que nos pasó Randy Andy?
Ruby: ¡Qué va! ¿Y tú?
Rosie: Tampoco.
Ruby: Bien. Hagamos una pausa como recompensa. No nos hace ningún bien trabajar más de la cuenta. Me han dicho que es muy peligroso. ¿Traerás tus pitillos? Me he olvidado los míos.
Rosie: Sí. Nos vemos abajo en cinco minutos.
Ruby: Tenemos una cita. Caramba, qué emocionante. Hacía mucho que ni tú ni yo teníamos una cita.
Tiene un mensaje instantáneo de: RUBY
Ruby: ¿Dónde demonios te has metido? ¡Te he esperado media hora en la cafetería! Me he visto obligada a comerme dos pastelitos de chocolate y un trozo de tarta de manzana.
Rosie: Lo siento. Randy Andy no me ha dejado salir de la oficina.
Ruby: ¡Maldito esclavista! Deberías quejarte a la dirección para que despidan a ese cabronazo.
Rosie: Resulta que la dirección es él.
Ruby: Es verdad.
Rosie: Bueno, sinceramente, Ruby, puede que sea un gilipollas, pero acabábamos de hacer una pausa una hora antes… y era la tercera en menos de tres horas…
Ruby: ¡Te estás convirtiendo en uno de los suyos!
Rosie: Ja, ja. Tengo una hija que alimentar.
Ruby: Yo también.
Rosie: Tu hijo se alimenta solo, Ruby.
Ruby: Oye, deja en paz a mi gordinflón. Es mi niño y lo quiero tal como es.
Rosie: Tiene diecisiete años.
Ruby: Sí, y es lo bastante mayor como para tener un hijo propio, según tus parámetros…
Rosie: Bueno, todo le irá bien mientras no vaya a ese baile del colegio con el hombre menos interesante y más feo del mundo. Así no tendrá que beber una cantidad descomunal de alcohol para engañar a su cerebro y pensar que ese hombre es guapo y divertido y…, en fin, ya sabes el resto.
Ruby: ¿Estás insinuando que mi hijo quizá debiera tener una relación gay en su baile de debutantes?
Rosie: ¡No! Sólo estaba diciendo…
Ruby: Ya sé lo que estabas diciendo, es sólo que creo que mi querido hijo es precisamente la clase de chico al que sólo será capaz de amar una chica que vaya más bebida de la cuenta.
Rosie: ¡¡RUBY!! ¡¡Cómo te atreves a decir eso de tu hijo!!
Ruby: ¿Y por qué no? Le quiero con todo mi corazón, pero el pobre no ha nacido con las trazas de su madre. En fin, dejemos eso. Dime, ¿cuándo piensas decidirte a salir con alguien?
Rosie: Ruby, no quiero que tengamos esta conversación otra vez. ¡Todos los tíos que has intentado encasquetarme eran unos excéntricos de cuidado! No sé de dónde sacas a esos hombres y en realidad creo que prefiero no saberlo, pero después del último fin de semana puedo asegurarte que no volveré a ir a Joys nunca más. Además, mira quién habla. ¿Cuándo fue exactamente la última vez que saliste con alguien?
Ruby: ¡Eso es un asunto completamente distinto! Soy diez años mayor que tú, he tenido que pasar por un divorcio muy difícil para librarme de ese cabroncete egoísta y tengo un hijo de diecisiete años que sólo se comunica conmigo gruñendo algunos monosílabos. Me parece que es hijo de un simio (en realidad, me consta que lo es). ¡No tengo tiempo para los hombres!
Rosie: Pues yo tampoco.
Ruby: Rosie, cariño, tienes veintiséis años, aún te quedan por lo menos diez más antes de que todo se acabe. Tendrías que salir un poco y pasártelo bien. Deja ya de llevar el peso del mundo sobre tus hombros. De eso me encargo yo. Y deja también de esperarle.
Rosie: ¿Que deje de esperar a quién?
Ruby: A Alex.
Rosie: ¡No sé de qué me estás hablando! ¡Yo no estoy esperando a Alex!
Ruby: Sí que lo esperas, querida amiga. Debe de ser un hombre excepcional, puesto que para ti ninguno está nunca a su altura. Y me consta que eso es lo que haces cada vez que conoces a alguien: compararlo. Estoy convencida de que Alex es un amigo fabuloso y seguro que siempre te dice cosas encantadoras y maravillosas. Pero no está aquí. Está a miles de kilómetros, trabajando de médico en un gran hospital, y vive en un apartamento elegante con su elegante novia médico. Mucho me temo que no está haciendo planes para conseguir abandonar esa vida cuanto antes y compartir sus días con una madre soltera que vive en un piso diminuto y tiene una mierda de empleo a tiempo parcial en una fábrica de clips y una amiga loca que le envía e-mails cada dos por tres. Así que deja de esperarle y sigue adelante. Vive tu vida.
Rosie: No le estoy esperando.
Ruby: Rosie…
Rosie: Tengo que volver al trabajo.
ROSIE se ha desconectado.
Queridas Rosie y Katie Dunne:
Shelly y Bernard Gruber tienen el honor de invitaros a la boda de su querida hija Sally con Alex Stewart.
De: Stephanie
Para: Rosie
Asunto: Re: ¡Por nada del mundo voy a ir a esa boda!
¡Estoy muy enfadada contigo por tu última carta! ¡No puedes faltar a la boda de Alex! ¡Sería totalmente inconcebible!
¡Se trata de Alex! ¡Alex, el niño que solía pasar la noche en un saco de dormir en el suelo de tu cuarto, el niño que solía colarse en mi habitación para leer mi diario y revolver el cajón de mi ropa interior! ¡El pequeño Alex a quien perseguías por la calle disparándole con un plátano que hacía las veces de pistola! ¡El mismo Alex que se sentó a tu lado en clase durante doce años!
Estuvo a tu lado cuando tuviste a Katie. Te brindó todo su apoyo pese a que sin duda le costó lo suyo encajar que la pequeña Rosie, que había dormido en un saco de dormir en el suelo de su cuarto, fuera a tener un bebé.
Ve a Boston, Rosie. Celebra esto con él. Comparte su felicidad y su entusiasmo. Participa de todo eso con Katie. ¡Sé feliz, por favor! Estoy segura de que ahora te necesita. Va a dar un paso muy importante en su vida y necesita a su mejor amiga a su lado. Busca también el modo de hacer buenas migas con Sally, ahora una persona importante en su vida, del mismo modo que él ha aprendido a llevarse bien con Katie, la persona más importante de la tuya. Me figuro que no tienes ganas de que te lo digan, pero si no vas, estarás poniendo punto final a lo que ha sido y todavía es uno de los lazos de amistad más fuertes que he visto jamás.
Entiendo que te incomode lo que ocurrió hace unos años cuando fuiste a verle, pero trágate el orgullo y levanta la cabeza. Vas a asistir a esa boda porque Alex quiere que estés allí con él; vas a asistir porque necesitas estar allí por tu bien.
Toma la decisión correcta, Rosie.
Querida Rosie:
¡Hola! Sin duda habrás recibido nuestra maravillosa invitación de boda que Sally tardó tres meses en elegir. El porqué, no lo sé, pero, según parece, una invitación de color crema con el borde dorado es muy diferente de una invitación de color blanco con el borde dorado… Cómo sois las mujeres… No sé si debería preocuparme o no, pero ¡me parece que la madre de Sally aún no ha recibido respuesta! ¡Yo no la necesito, puesto que doy por sentado que estarás presente!
La razón por la que te escribo en vez de llamarte es que quiero que dispongas de tiempo para pensar lo que voy a pedirte. Para Sally y para mí sería un honor que permitieras que Katie fuese la dama de honor de la boda. Tendríamos que saberlo bastante pronto para que Sally y Katie puedan elegir el vestido.
Quién iba a decirnos que esto llegaría a ocurrir, ¿verdad, Rosie? Si alguien nos hubiese dicho hace diez años que tu hija sería la dama de honor de mi boda, nos habríamos partido el pecho de risa ante tamaña ridiculez. ¡Y eso a pesar de que Sally y yo hayamos tardado tanto en decidirnos a casarnos, si bien la culpa es de los absurdos horarios de médico que rigen nuestras vidas!
La segunda pregunta que quiero hacerte es sin duda la que querrás meditar con más detenimiento. Tú eres mi mejor amiga, Rosie; esto huelga decirlo. No tengo ningún amigo íntimo por estos pagos, al menos ninguno que dé la talla de lo que tú significas para mí, y, por consiguiente, no tengo padrino. ¿Quieres ser mi madrina? ¿Quieres estar a mi lado ante el altar? ¡Te necesitaré a mi lado! ¡Y sé que puedo confiar en que montarás una despedida de soltero mil veces mejor que cualquiera de mis amigos de aquí!
Piénsalo y dime algo. ¡Y dime que sí!
Besos para ti y Katie,
Alex
Tiene un mensaje instantáneo de: ROSIE
Rosie: No te lo vas a creer.
Ruby: Tienes una cita.
Rosie: No, más increíble, si cabe. Alex me ha pedido que sea su «madrina».
Ruby: Espero que eso no signifique que estarás a su izquierda en la iglesia…
Rosie: Pues… no. A su derecha.
Ruby: ¿Y su hermano?
Rosie: Se encarga de recibir y sentar a los invitados en la iglesia.
Ruby: Caray. ¿Entonces va en serio lo de la boda?
Rosie: Sí. Eso parece.
Ruby: Creo que ahora sí que deberías dejar de esperarle, cariño.
Rosie: Ya lo sé. Seguramente debería.
Mi discurso de «acompañante de honor».
Buenas tardes a todos. Me llamo Rosie y, como podéis ver, Alex ha decidido no hacer caso de la tradición y me ha pedido que sea su acompañante de honor en este día tan señalado. Todos sabemos, sin embargo, que hoy este título no me corresponde. Le corresponde a Sally, puesto que ella es, a todas luces, quien mejor va acompañarle en la vida. Podría definirme como su «mejor amiga», pero todos sabemos también que a quien mejor definen hoy esas palabras tampoco es a mí. Ese título también le pertenece a Sally.
Pero lo que no pertenece a Sally es toda una vida de recuerdos del Alex niño, del Alex adolescente y del Alex casi un hombre que estoy segura de que él preferiría olvidar, pero que ahora voy a contaros. (Con un poco de suerte reirán.)
Conozco a Alex desde que tenía cinco años. En mi primer día de colegio llegué a clase con los ojos llorosos, la nariz enrojecida y media hora tarde. (Estoy casi segura de que Alex gritará: «¡Vaya novedad!».) Me ordenaron que me sentara al final de la clase, al lado de un niño mocoso, maloliente y con el pelo revuelto que estaba enfurruñado y se negaba a mirarme y a hablarme. Odié a ese niño al instante.
Me consta que él también me odiaba: su costumbre de darme patadas en la espinilla por debajo de la mesa y de decirle a la maestra que le copiaba los deberes eran signos inequívocos. Nos sentamos juntos día tras día durante doce años quejándonos del colegio, quejándonos de nuestros novios y novias, anhelando ser mayores y terminar el colegio, soñando con una vida en la que no tendríamos doble clase de mates los lunes por la mañana.
Ahora Alex tiene esa vida y yo estoy muy orgullosa de él. Estoy muy contenta de que haya encontrado a su acompañante de honor y a su mejor amiga en la listísima y pesadísima Sally. Por eso os pido que levantéis la copa y brindéis por mi mejor amigo, Alex, y su nueva mejor amiga, acompañante de honor y esposa Sally, deseándoles suerte y felicidad en el futuro.
¡Por Alex y Sally!
O ALGO EN ESTA LÍNEA. ¿QUÉ OPINAS, RUBY?
Tiene un mensaje instantáneo de: RUBY
Ruby: Arcadas y vomitonas. Les encantará. Buena suerte, Rosie. Nada de llorar y sobre todo NO BEBAS.
Querida Rosie:
¡Saludos desde las Seychelles! Rosie, ¡muchas gracias por la semana pasada! Lo pasé de fábula. La verdad es que nunca pensé que fuera a disfrutar el día de mi boda, pero gracias a ti fue la mar de divertido. No te preocupes, creo que nadie se dio cuenta de que estuviste borracha durante toda la ceremonia (quizás alguien lo notara durante el discurso, pero fue divertido), ¡aunque no creo que el sacerdote se llevara muy buena impresión al oír tu hipo justo cuando yo iba a decir: «Sí, quiero»!
Apenas recuerdo nada de la despedida de soltero, pero tengo entendido que fue un éxito. Los chicos no paran de comentarla. Me parece que Sally está un poco enfadada por haber tenido que casarse con un hombre con una sola ceja y no me importa lo que digan los demás, ¡sé que fuiste tú quien lo hizo! En todas las fotos de la boda salgo mostrando mi perfil izquierdo, pero no tiene importancia: Sally dice que es el mejor. Al parecer no está de acuerdo contigo, que dices que mi mejor perfil es el de mi cogote.
La boda fue realmente bien, ¿verdad? Pensaba que estaría hecho un manojo de nervios todo el día, pero me hiciste reír tanto que logré liberar toda la tensión nerviosa. Aunque la verdad es que no tendríamos que haber reído tanto durante la sesión de fotos: dudo de que salga alguna en la que tu cara y la mía no aparezcan deformadas por la risa. La familia de Sally se quedó prendada de ti. La verdad es que no les entusiasmaba demasiado la idea de que tuviera una «acompañante de honor», pero el padre de Sally te encontró fantástica. ¿Es verdad que le hiciste beber un chupito de tequila de un trago?
Mis padres se alegraron mucho de veros a ti y a Katie. Me encantó que Katie llevara el guardapelo que le regalé por su cumpleaños. Es curioso; mamá dice que Katie es clavada a ti cuando tenías siete años. Me parece que en parte esperaba que fueras tú y que yo volviera a tener esa edad. ¡Se pasó el día llorando! ¡Aunque no paran de decir lo guapa que estabas con tu vestido! ¡Es como si tú hubieses sido la novia!
Lo cierto es que estabas preciosa, Rosie. Creo que fue la primera vez que te he visto con un vestido (al menos desde que tenías la edad de Katie). Bueno, supongo que te habría visto llevar uno si hubiese asistido al baile de debutantes de hace unos cuantos años. Por Dios, ¿me estás oyendo? ¡Parezco un anciano rememorando los viejos tiempos!
Todo el mundo estuvo de acuerdo en que tu discurso de madrina fue genial. Me parece que todos mis amigos están chiflados por ti. Y no, no voy a darte sus números de teléfono. Por cierto, Rosie, fuiste mi acompañante de honor ese día y sigues siendo mi mejor amiga. Siempre lo serás. Que lo sepas.
La vida de casado va bastante bien, de momento. Sólo llevamos diez días casados y sólo nos hemos peleado, veamos…, diez veces. Ja, ja. Creo recordar que alguien me dijo que eso es muy saludable para la relación… No me preocupo. El sitio donde estamos pasando la luna de miel es fabuloso, cosa que me alegra porque nos está costando una auténtica fortuna. Nos alojamos en una de esas construcciones que son como cabañas de madera sujetas con postes por encima del agua. Es precioso. El agua es de ese color entre verde y turquesa y se ven los peces de colores y el fondo. Es un paraíso, te encantaría. Este es el hotel donde tendrías que trabajar, Rosie. Imagínate tener la oficina en la playa…
Me encantaría pasar el día entero haciendo el holgazán en la playa y bebiendo cócteles, la verdad, pero Sally es de las que tienen que estar haciendo algo constantemente y cada dos por tres me veo arrastrado al mar o me encuentro volando por el cielo colgado de algún artilugio. No me sorprendería que decidiera que tenemos que almorzar bajo el agua mientras buceamos.
En fin, he comprado unos regalos para ti y para Katie y espero que os hayan llegado a casa en buen estado, que nadie los haya aplastado por el camino. Aquí los consideran una especie de amuletos de la suerte y recuerdo que cuando éramos niños siempre te gustaba recoger conchas en la playa, así que ahora podrás llevar las más bonitas del planeta colgadas del cuello.
Bueno, tengo que irme. Al parecer no es normal que la gente mande postales mientras está de luna de miel y mucho menos que escriba cartas como novelas (según Sally, así que a la orden). Creo que quiere que hagamos alguna locura, como practicar esquí acuático, arrastrados por delfines, o algo así. Dios me ampare, ¡¿en qué me he metido?!
Besos,
Alex
P. D.: ¡Te echo de menos!
Tiene un mensaje instantáneo de: RUBY
Ruby: Te he visto por la ventana cuando llegabas al trabajo. ¿Qué demonios llevas colgado al cuello? ¿Son conchas?
Rosie: Traen suerte.
Ruby: Ya. ¿Y ya has notado algo?
Rosie: No se me ha escapado el autobús esta mañana.
Ruby: Ya.
Rosie: ¡Vete a la mierda!
ROSIE se ha desconectado.
De: Rosie
Para: Ruby
Asunto: No te lo vas a creer
Te paso por fax una carta que Sally le ha enviado a Katie. Dime qué opinas.
Querida Katie:
Gracias por ser mi dama de honor en mi boda la semana pasada. Todo el mundo dijo que estabas preciosa, igual que una princesa de verdad.
Alex y yo estamos de vacaciones en un sitio que se llama las Seychelles, justo donde a tu mamá le gustaría vivir. Dile que es precioso, muy cálido y soleado, y muéstrale la foto en la que salimos Alex y yo tumbados en la playa para que vea cómo es esto. Estamos muy contentos y muy enamorados.
Adjunto una foto donde salimos Alex, tú y yo el día de la boda para que puedas enmarcarla y ponerla en tu casa. Espero que te guste.
Llámanos pronto.
Besos,
Sally
Tiene un mensaje instantáneo de: RUBY
Ruby: Parece que la muy bruja esté meando alrededor de su hombre para marcar su territorio.
Rosie: ¡¡¡¿Enviándole una carta a una niña de siete años?!!!
Ruby: Bueno, es evidente que sabía que caería en tus manos. Qué crueldad. No dejes que Sally te quite el sueño. Sólo pretende dejarte bien claro quién es la mujer que ahora manda en la vida de Alex. De todos modos, ¿por qué lo hace? ¿Hiciste algo por lo que pudiera sentirse amenazada?
Rosie: ¡Qué va! ¿¡Cómo te atreves!?
Ruby: Rosie…
Rosie: Bueno, vale, puede que se sintiera un poquito amenazada habida cuenta de que Alex y yo lo pasamos mucho mejor que ella en la boda.
Ruby: ¡Zas!
Rosie: Sí, pero es lo que nos pasa siempre, Ruby. No fue un flirteo, no fue nada. En cambio, ella no sonrió una sola vez en todo el día. No hizo más que chuparse los mofletes y hacer mohines a diestro y siniestro.
Ruby: De acuerdo, te creo, pero soy la única entre millones. En fin, no le sigas el juego, pasa de ella.
Rosie: No te preocupes, no pienso darme por aludida. Lo único que me fastidia es que la muy imbécil no tenga suficiente sentido común como para dejar a mi hija al margen de sus inseguridades.
Ruby: A Katie no le pasará nada. Es una chica lista. Igual que su madre.
Querida Sally:
Gracias por tu carta. Me alegra que te gustara mi vestido. Yo en tu lugar me hubiese puesto un vestido más mono, como el de mi mamá, para el día de mi boda. Todo el mundo decía que combinaba muy bien con el esmoquin de Alex. Hacían muy buena pareja, ¿verdad? Enseñé a mamá y a Toby (mi mejor amigo) la foto donde salís tú y Alex en la playa y Toby dice que espera que tus quemaduras no te duelan mucho. Tienen muy mala pinta.
Esto es todo por ahora. Tengo que dejarte porque el novio nuevo de mamá está a punto de llegar.
Saluda a Alex de mi parte, y también de mamá y de Toby.
Besos de Katie.
De: Alex
Para: Rosie
Asunto: Novio secreto
De vuelta a casa después de la luna de miel. ¡Pillina, no me habías dicho nada de ese novio nuevo que tienes! A Sally le faltó tiempo para contármelo, lo cual me pareció todo un detalle. No sabía que Katie y Sally se escribieran, ¿tú sí?
Sea como fuere, ¿por qué no dijiste ni mu sobre ese tío durante la boda? Normalmente me lo cuentas todo. ¡Venga, larga! ¿Cómo es? ¿Cómo se llama? ¿Dónde le conociste? ¿Qué pinta tiene? ¿Cómo se gana la vida? Espero que gane un pastón y que te esté tratando bien, de lo contrario tendrá que vérselas conmigo.
Tendré que volver a Dublín para conocerle; hay que asegurarse de que cuenta con la aprobación de tu mejor amigo. En fin, cuéntame todos los detalles (bueno, quizá sea mejor que te ahorres algunos).
Hola Stephanie:
Sólo te escribo para saber qué tal estás y transmitirte una pequeña buena noticia. Estoy segura de que Rosie no te lo ha contado porque está siendo muy discreta, ¡pero ha conocido a un chico! Todos estamos encantados. Parece muy feliz, esos ojazos azules suyos ya no se ven tristes y vuelve a caminar con brío. Ya casi parece la Rosie que conocíamos.
En fin, el caso es que ayer lo trajo a casa a cenar y debo decir que es un hombre realmente encantador. Se llama Greg Collins y es el director de la sucursal de Fairview del banco AIB.
Es algo más alto que Rosie y tiene una carita muy mona. Tendrá unos treinta y pico, calculo, y se lleva de maravilla con Katie. Se pasaron el día gastándose bromas, fue muy divertido. Ha sido difícil, como bien sabes, que Rosie conociera a alguien que le gustara teniendo en cuenta que ese alguien también debía ser del agrado de Katie. Aunque yo me he cansado de decirle que no debía transigir más de la cuenta. Muchas veces ha terminado por salir con otros hombres sólo porque a Katie le caían bien. En fin, como ya he dicho, Katie adora a Greg. Me alegra tanto pensar que Rosie al parecer ha encontrado por fin a un buen tipo…
Cuéntame, ¿qué tal tu trabajo? ¿Tan ocupada como siempre? No te dejes la piel en ese restaurante, cariño; también tienes que disfrutar de la vida.
Tu padre y yo estamos pensando en tomarnos unos días de vacaciones para ir a hacerte una visita. ¿Te gustaría? Dinos cuándo estarás libre y veremos si combinamos algo. Saluda a Pierre de nuestra parte. Tengo ganas de verte.
Besos,
Mamá
De: Rosie
Para: Alex
Asunto: Re: Novio secreto
¡Vaya, mi pequeño secreto ha salido a la luz gracias a la bocazas de Katie! En fin, no dije nada acerca de Greg (se llama así) en tu boda porque para entonces ¡ni siquiera habíamos salido una sola vez! Nos conocimos en la discoteca Vaca Bailonga (¡es una larga historia!) poco antes de que me marchara a Boston. Me pidió el número y me invitó a salir, ¡pero le dije que no! ¡Y digo yo que me pondría muy efusiva después de la boda porque en cuanto regresé le llamé y le invité a salir!
¡Ay, Alex, he cenado y bebido unos vinos como nunca! Me ha llevado a restaurantes que sólo conocía por las revistas y es tan abrumadoramente romántico…, pero dijiste que no te contara todos los detalles, así que no te contaré nada del fin de semana que pasamos en el campo…
Muy bien, querías saber cosas sobre él, pues allá voy. Tiene treinta y seis. Trabaja en el banco de Fairview. No se puede decir que sea alto (es de mi talla), lo cual tampoco quiere decir que sea bajito, pero… Vale, si se pusiera a tu lado tendrías una vista fantástica de su cuero cabelludo. Pero tiene el pelo de color arena y unos ojos azules maravillosos y muy brillantes.
Siempre que viene le trae regalitos a Katie. Sé muy bien que no debería hacerlo, pero me encanta ver cómo la mima, sobre todo habida cuenta de que yo no he podido hacerlo durante estos años. Me cuesta creer que por fin haya encontrado a un hombre a quien no le importe que tenga una hija; todos los demás me miraban como si estuviera enferma cuando se lo decía y de repente se les ocurrían excusas de lo más inverosímiles para dejarme plantada en medio de la cena. También resulta bastante increíble que Katie y yo hayamos por fin coincidido en un mismo hombre. Parecía que sólo le gustaran los jóvenes y guapos que probablemente quería para ella. Aunque tenemos que ser realistas en este punto. ¡¡No puedo permitirme ser demasiado exigente!! Su idea de un gran compañero para mí era alguien que jugara con ella todo el rato, que le hiciera muecas, que hablara con voces raras y se pusiera ropa de colores chillones que normalmente sólo llevan los que salen en los programas de la tele de los sábados por la mañana.
En fin, el caso es que parece que he dado en el clavo. Greg es un hombre muy generoso, afectuoso y atento, y me considero muy afortunada de haberle conocido. Quizá no dure para siempre, pero estoy muy a gusto con él, Alex. Sé que durante los últimos… diez años o así (!) he sido una doña angustias, pero ahora me he dado cuenta de que Katie y yo somos un equipo y que si no nos pueden amar a las dos, más vale que se pierdan.
Pero pienso que he encontrado a un hombre que nos quiere. Cruzo los dedos.
P. D.: Me he fijado en que ya no te refieres a Irlanda como tu casa. Será que tu corazón finalmente está en Boston.
De: Alex
Para: Rosie
Asunto: ¡Uuuuy, Rosie está enamorada!
¡Uuuuuy! ¡Parece que Rosie está enamorada!
¿De un director de banco que sale de copas a un sitio que se llama la Vaca Bailonga? Todo indica que tú y tu amiga Ruby habéis descarrilado, así que no debería sorprenderme. Pero no sé, aún no estoy convencido de que ese hombre sea el más apropiado para ti.
Y debo decir que me sentí ligeramente ofendido por tu última carta. ¿Qué quieres decir con la frase «por fin he encontrado a un hombre a quien no le importa que tenga una hija»? Me parece que siempre os he apoyado a ti y a Katie; de hecho, me consta. Siempre que puedo voy a visitaros y os invito a vuestros restaurantes favoritos y le llevo regalos a mi ahijada.
Bueno, tengo que cortar. Acabo de empalmar dos guardias seguidas en el hospital y estoy rendido.
De: Rosie
Para: Alex
Asunto: Gracias, Don Apoyo Incondicional
Vaya, muchas gracias, Don Apoyo Incondicional, por alegrarte tanto por mí. Por si no te habías dado cuenta, tú y yo no mantenemos una relación sentimental. Sí, tú eres un amigo maravilloso (que me apoya y es generoso), pero no estás aquí conmigo día tras día. Estoy convencida de que entenderás que encontrar un amigo y encontrar pareja son dos cosas muy diferentes. Tú me aceptas con todos mis defectos, otros hombres no. Pero tú no estás aquí.
Bueno, muy bien, eso es todo. ¡Espero que la vida matrimonial te esté yendo de maravilla!
Tiene un mensaje instantáneo de: RUBY
Ruby: ¿Que Katie le ha dicho a Sally qué?
Rosie: Ya ves, es una locura, ¿verdad?
Ruby: Caray, debe de caerle muy bien para que ya se lo esté contando a todo el mundo. Aunque casi mejor así, ya que ahora Sally no andará pensando que te mueres por echarle mano a su marido.
Rosie: ¿Y qué más da? ¡Ahora tengo a mi Greg!
Ruby: Puaj, me das ganas de vomitar. Os habéis convertido en una de esas nauseabundas parejas que odiábamos. Os comportáis como adolescentes enfermos de amor. Tendré que buscarme una amiga soltera nueva para no hacer de carabina la próxima vez que salgamos.
Rosie: ¡Eres una mentirosa! Cada vez que te miraba lo estabas pasando bomba con aquellos tíos. ¡Todos estaban pendientes de ti!
Ruby: Bueno, una chica hace lo que tiene que hacer… Además, sólo tuviste ocasión de verme en los brevísimos momentos en que separaste tus labios de los de Greg. Ah, por cierto, aquel tío me llamó anoche, así que se me ha ocurrido que…
Tiene un mensaje instantáneo de: GREG
Greg: Hola, preciosa. ¿Cómo te va el día?
Rosie: ¡Hola! Bueno, como de costumbre… ¡Aunque ahora mejor!
Ruby: ¡Hola! ¿Sigues ahí o te ha atacado Randy Andy?
Rosie: Perdona, Greg, espera un segundo. ¡Estaba chateando con Ruby!
Greg: ¡¿Alguna vez trabajáis vosotras dos?!
Rosie: Lo justo para que no nos despidan.
Greg: Volveré a probar más tarde.
Rosie: ¡No, no! ¡No seas tonto! Soy capaz de mantener dos conversaciones a la vez. Además quiero chatear contigo y si se lo digo a Ruby, aún se enfadará más por estarme convirtiendo en uno de ellos…
Greg: ¿Quiénes son «ellos»?
Rosie: Los miembros del club secreto de parejas.
Greg: ¡Ah, ellos! Por supuesto, qué tonto…
Rosie: Perdona, Ruby, Greg también me está enviando mensajes, así que aguántame un momento.
Ruby: ¿No podéis vivir el uno sin el otro durante unas horas?
Rosie: ¡No!
Ruby: Echo de menos a Rosie. ¿Quién eres tú y qué has hecho con mi amiga odia-hombres?
Rosie: No te preocupes, sigue estando aquí, sólo se ha tomado un bien merecido descanso. ¿Qué estabas diciendo sobre ese tío que conociste la otra noche?
Ruby: Ah, sí, se llama Ted y es como un osito de peluche. Está un poco gordo, pero yo también, así que no importa: podemos rebotar el uno contra el otro. Es camionero y me pareció buen tío, ya que me pagó todas las copas y eso lo sitúa bastante arriba en mi escala de hombres aceptables. Además, fue la única persona que me hizo un poco de caso en el pub la otra noche.
Rosie: Perdóname, Ruby, pero ya sabes cómo son las cosas cuando conoces a alguien nuevo: quieres averiguarlo todo sobre él.
Ruby: No, la verdad es que no quiero saberlo todo sobre Ted… No quiero cogerle manía.
Rosie: Dime, Greg, ¿qué haces esta noche?
Greg: ¡Rosie, cariño, soy todo tuyo! ¿Por qué no compramos una botella de vino, comida para llevar y nos quedamos en casa? Podemos alquilar un DVD para Katie.
Rosie: ¡Vale, me parece una gran idea! Y Katie se pondrá muy contenta de verte.
Ruby: ¿Qué hago, pues? ¿Le llamo?
Rosie: ¿A quién?
Ruby: ¡A TED!
Rosie: ¡Ah, sí, claro! Proponle salir. Le pediré a Kevin que me haga de canguro y nos vamos los cuatro a cenar. ¡Me apetece un montón!
Ruby: Oh, por favor, la inocencia de la juventud inexperta. Ted y Greg no tienen absolutamente nada en común. Son como un huevo y una castaña: un director de banco y un candidato a atracador. Se detestarán en cuanto se vean, se creará un ambiente horripilante, nadie hablará, sólo se oirá cómo masticamos la comida sobre un silencio ensordecedor y parecerá una especie de tortura china, nadie pedirá postre, pasaremos de tomar café, saldremos disparados hacia la puerta suspirando aliviados y prometeremos no volver a salir juntos nunca más.
Rosie: ¿Cómo te va el viernes que viene?
Ruby: El viernes me va bien.
Greg: Espero que Ruby no esté molesta con nosotros después de la otra noche. Fue como si estuviéramos en nuestro propio mundo.
Rosie: No digas tonterías, no le importó lo más mínimo. Conoció a un tipo que se llama Osito. Ah, por cierto, ¿estás libre para salir a cenar con ellos el próximo viernes? Eso si encuentro canguro para Katie.
Greg: ¿Una cena con Ruby y un hombre que se llama Osito? Parece interesante.
Rosie: Greg dice que está libre para cenar el viernes.
Ruby: Vaya, eso está muy bien, pero aún no le he dicho nada a Ted. ¿Qué dijo Alex cuando se enteró de que Greg y tú estáis enamorados?
Rosie: Verás, Ruby, ¡es que no le dije que estaba enamorada! ¡Greg y yo ni siquiera nos lo hemos dicho entre nosotros aún! Pero Alex me mandó una carta muy extraña diciéndome que piensa que Greg es un fenómeno de la naturaleza y que está ofendido porque no valoro el apoyo que nos ha prestado a Katie y a mí. La verdad es que me largó un pequeño sermón, pero no voy a darme por aludida porque había trabajado toda la noche en el hospital y estaba cansado.
Ruby: Ya veo.
Rosie: ¿Y puede saberse qué es lo que ves?
Ruby: Es justo lo que sospechaba. Está celoso.
Rosie: ¡Alex no está celoso!
Ruby: Alex tiene celos de tu relación con Greg. Se siente amenazado.
Greg: ¿A qué hora quieres que vaya a tu casa esta noche? ¿A las siete o a las ocho?
Rosie: ¡No, Alex no está celoso de mi relación con Greg! ¿Por qué iba a estarlo? Está casado con doña perfecta, felizmente, debería agregar (al menos según Sally), y como prueba de ello tengo una encantadora foto de ellos dos en la playa como dos tortolitos. Yo le di a Alex la oportunidad de formar parte de la vida de Katie y de la mía y él prefirió seguir siendo mi amigo, cosa que por fin he logrado asumir y que me parece bien. Ahora tengo una relación con Greg, que es un hombre maravilloso, ¡y Alex ya no me interesa nada en absoluto en ese sentido! Y no tengo nada más que añadir al respecto, muchas gracias. Alex es agua pasada, no le intereso y ¡ahora estoy enamorada de Greg! ¡Ahí queda eso!
Greg: Vaya…, gracias por compartir todo eso conmigo, Rosie. No te figuras cuánto me emociona saber que ya no estás interesada en absoluto en un hombre que se llama Alex, según tus elocuentes palabras.
Rosie: ¡¡Dios mío, Ruby!! ¡¡Acabo de mandarle a Greg el mensaje que había escrito para ti!! ¡MIERDA, MIERDA, MIERDA! ¡¡LE HE DICHO QUE LE AMO!!
Greg: Oye…, eso también lo he recibido, Rosie. Lo siento…
Rosie: Oh…
Ruby: Oh, ¿qué?
Rosie: Muy bien, sin duda ésta ha sido la situación más bochornosa por la que he pasado en mi vida. ¡¡¡SIN excepciones!!!
Ruby: ¿Y qué me dices de aquella vez que te pusiste un vestido blanco sin ropa interior para ir a una discoteca y alguien te echó agua por encima y de repente se te vio absolutamente todo?
Rosie: Vale, aquello fue bastante bochornoso.
Ruby: ¿Y aquella vez que estabas en el súper y cogiste la mano de otra niña por error y comenzaste a tirar de ella hacia el coche mientras Katie te esperaba dentro llorando a moco tendido?
Rosie: La madre de la niña dijo que no me preocupara, que no me iba a denunciar.
Ruby: ¿Y aquella vez en que…
Rosie: ¡Bueno, ya basta, caray! A lo mejor no ha sido la situación más bochornosa de todos los tiempos, pero desde luego se ha ganado un puesto entre los grandes clásicos de ayer y de hoy, cuyo número uno sigue siendo el momento en que besé a Alex.
Ruby: Ja, ja, ja, ja, ja, ja.
Rosie: Oh, vamos, se supone que tienes que hacer que me sienta mejor.
Ruby: Ja, ja, ja, ja, ja, ja.
Rosie: Desde luego, no hay nada como el apoyo de los amigos. Voy a dejarte. Randy Andy me está mirando por encima de la montura marrón de sus gafas increíblemente sexys como si fuera un maestro de escuela.
Ruby: A lo mejor quiere que hagas de colegiala perversa.
Rosie: Pues ha llegado unos cuantos años tarde para eso. Más bien creo que quiere matarme. Le aletean las ventanas de la nariz y respira pesadamente.
Ruby: ¿Tiene las manos encima de la mesa?
Rosie: ¡Qué asco! ¡Por favor, Ruby, corta el rollo!
Ruby: ¿Por qué? No creerás que le llaman Randy Andy [2] porque sí, ¿verdad?
Rosie: Odio las oficinas sin tabiques. Puede verme desde cualquier rincón de la habitación. Y eso incluye mis piernas debajo del escritorio. ¡Mecachis! Ahora me está mirando las piernas.
Ruby: Rosie, creo que deberías dejar de trabajar en esa oficina. No es saludable.
Rosie: Ya lo sé, estoy en ello, pero no puedo largarme hasta que encuentre otro empleo y eso está resultando bastante difícil. Por lo visto a nadie le impresiona demasiado que trabajes como secretaria en una fábrica de clips.
Ruby: Qué raro… Con lo glamuroso que suena…
Rosie: Oh, Dios mío, acaba de mover la silla para poder verme mejor. Espera un segundo, le voy a mandar un mensaje. ¡Ya estoy harta!
Ruby: ¡No lo hagas!
Rosie: ¿Por qué no? Sólo pienso mandarle una nota muy cortés pidiéndole que deje de mirarme porque me distrae mientras intento trabajar.
Tiene un mensaje instantáneo de: ROSIE
Rosie: Deja de mirarme las tetas, pervertido.
Rosie: Misión cumplida, Ruby. Ya se lo he mandado.
Ruby: Pues date por despedida. Andy no suele ser muy amable con las chicas que tienen el desparpajo de hacerse valer.
Rosie: ¡Que se joda! ¡Eso no le da derecho a despedirme!
Señorita Rosie Dunne:
Andy Sheedy Paperclip amp; Co. ya no va a precisar de sus servicios en el futuro. Por consiguiente, su contrato de trabajo no será objeto de renovación el mes que viene tal como se había acordado en su momento.
No obstante, tiene derecho a seguir como empleada de Andy Sheedy Paperclip amp; Co. hasta el final del mes en curso, 30 de junio inclusive.
Andy Sheedy Paperclip amp; Co. agradece el trabajo que ha realizado para la empresa durante estos años y le desea suerte en el futuro.
Atentamente,
Andy Sheedy
Propietario de Andy Sheedy Paperclip amp; Co.
Tiene un mensaje instantáneo de: ROSIE
Rosie: Te he mandado la carta por fax. ¿La has leído?
Ruby: Ja, ja, ja, ja, ja, ja.
Rosie: ¿Sabes qué? Cuantas más veces la leo, más contenta estoy de marcharme. El nombre Andy Sheedy [3] Paperclip amp; Co. es de lo más elocuente, ¿no crees? Me pregunto quién le escribiría la carta teniendo en cuenta que yo soy su secretaria y, por tanto, ése es mi trabajo. A lo mejor lo hice yo y ni siquiera me di cuenta. Bueno, dime, ¿qué opinas?
Ruby: Es la mejor manera de marcharse. Rosie Dunne, vas a entrar en la historia de este edificio como la mujer que le cantó las cuarenta a Randy Andy. Haré que corra la voz, Rosie, tu despido no habrá sido en vano. ¡Te echaré de menos! ¿Adónde irás?
Rosie: No tengo la más remota idea.
Ruby: ¿Por qué no buscas trabajo en un hotel? Desde que te conozco andas dando la tabarra con los hoteles.
Rosie: Es verdad. Me tienen un pelo obsesionada. Antes de tener a Katie mi única ilusión era dirigir un hotel. No creo que ahora vaya a conseguirlo, pero todos necesitamos soñar. No hay que perder la esperanza en que es posible conseguir algo más que lo que una tiene.
Quizá sea el tamaño de los muebles lo que me hace sentir tan segura en los hoteles, esos jarrones grandes como personas y esos sofás que no cabrían en mi casa aunque derribara el tabique que separa el salón de la cocina. En los vestíbulos de los hoteles me siento como Alicia en el País de las Maravillas. Por lo menos tengo un mes para encontrar algo. Más vale que me ponga a redactar mi CV.
Ruby: Descuida, no te llevará mucho rato.
De: Rosie
Para: Alex
Asunto: ¿Está bien mi CV?
Datos adjuntos: CV. doc
Por favor, por favor, por favor ayúdame con mi CV o mi hija y yo nos moriremos de hambre. ¿Cómo puedo hacer que los trabajos cutres que he tenido causen buena impresión? ¡Socorro! ¡Socorro! ¡Socorro!
De: Alex
Para: Rosie
Asunto: Re: ¿Está bien mi CV?
Datos adjuntos: CV. doc
Como verás (en el documento adjunto) he revisado tu CV. Por descontado, el que me mandaste era casi perfecto tal como estaba, sólo he corregido la gramática y alguna falta de ortografía… ¡Ya sabes lo bueno que soy en ortografía!
Por cierto, Rosie, no has tenido «trabajos cutres», según tu propia descripción. Creo que no comprendes la dificultad de lo que estás haciendo. Eres madre soltera a jornada completa y además trabajas como secretaria personal de un empresario muy solvente. Sólo he cambiado algunas palabras; no he modificado la verdad en ningún sentido. Lo que has estado haciendo día tras días es increíble. Cuando llego a casa del trabajo estoy tan hecho polvo que me vengo abajo; apenas cuido de mí mismo, no digamos ya de otra persona.
No te menosprecies, Rosie; no restes importancia a lo que haces. Cuando vayas a las entrevistas, mantén la cabeza bien alta y muéstrate convencida de ser una trabajadora absolutamente capaz (cuando quieres); tienes la maravillosa habilidad de trabajar bien en equipo porque siempre caes bien a la gente (menos esa vez en que teníamos que hacer un trabajo en grupo en el colegio sobre los planetas y no paraste de insistir hasta que dibujamos hombrecitos en Marte y mujercitas en Venus encima del dibujo que Susie Corrigan había tardado semanas en hacer en clase de manualidades; conseguiste que el resto del grupo nos abandonara protestando y nos vimos obligados a empezar un nuevo trabajo tú y yo solos. Jesús, ¿por qué cuando estamos juntos el resto del mundo nos odia?). Eres maravillosa, guapa, lista e inteligente, y si supieras algo sobre enfermedades coronarias, yo mismo te contrataría.
Me he tomado la libertad de agregar que fuiste admitida en el Boston College, cosa que tiene su empaque, así que todo irá bien. Sé tú misma y te adorarán.
Sólo una cosa más. Insisto en que esta vez busques un trabajo que te guste de verdad. Te sorprenderá lo fácil que resulta levantarse de la cama por la mañana cuando vas a hacer algo que no te empuja a saltar desde el piso de arriba del autobús (me preocupé un poco al recibir aquel e-mail). ¿Por qué no te decides a probar suerte en un hotel? Has querido hacerlo desde que estuviste en el Holiday Inn de Londres cuando tenías siete años, ¿te acuerdas? Ve a por todas y cuéntame cómo te va…
De: Alex
Para: Rosie
Asunto: ¿Visita a Boston?
Me he escaqueado de hacer «lobotomías» durante un rato para mandarte un breve e-mail y preguntarte cómo te va la búsqueda de trabajo. Aún te queda una semana antes de que Randy Andy te expulse de su imperio de clips, así que dispones de un montón de tiempo, y si por casualidad para entonces aún no has encontrado nada que te atraiga, puedo enviarte un cheque para que te mantengas a flote una temporada (sólo si tú quieres).
Me encantaría irme a casa ahora mismo y acostarme, estoy agotado. He hecho dos guardias seguidas para no tener que mancharme las manos de sangre mañana. Tendré el día libre, ¡qué bendición! El problema es que cuando yo llegue a casa Sally se estará preparando para irse a trabajar. No puede decirse que nuestros horarios nos permitan hacer mucha vida social, a no ser que cuente el hablar con personas que van de un lado a otro en camilla desesperadas de dolor. Perdona, eso no ha tenido gracia.
Es que estoy muy cansado, y la verdad es que Sally y yo no pasamos juntos mucho tiempo que digamos, y cuando coincidimos, solemos estar tan cansados que nos quedamos fritos.
Tengo una idea. Si vinieras con Katie y Comosellame me tomaría unos días de vacaciones y haríamos excursiones, saldríamos a cenar, lo pasaríamos bien y yo podría dormir. Y por fin conocería a Comosellame. Las últimas semanas han sido de pena. ¡Necesito urgentemente una dosis de tu buen humor! Usa tu magia, Rosie Dunne, y hazme reír.
De: Rosie
Para: Alex
Asunto: ¡Rosie está aquí!
Hola, Don Amargado. ¡No temas, Rosie está aquí! Siento que las cosas no te hayan ido bien últimamente. Me parece que a la vida le gusta hacer eso de vez en cuando: te va apretando y cuando crees que no vas a poder más te vuelve a soltar. Pero mientras llega ese momento, querido amigo, intentaré levantarte el ánimo explicándote cómo me va a mí la vida.
Bien, ante todo debes saber que ejerces una muy mala influencia sobre mí. Después de leer la obra maestra en que convertiste mi CV, y después de leer tu carta, me sentí tan motivada y segura de mí misma que me puse un chándal, una cinta para el pelo, muñequeras y zapatillas de deporte (no es verdad) y recorrí la ciudad de Dublín como una mujer en plena misión.
Eres un hombre horrible. Me hiciste creer que podía hacer cualquier cosa, que podía comerme el mundo (no vuelvas a hacérmelo nunca más), así que entregué mi CV en todos y cada uno de los hoteles en los que alguna vez había querido trabajar pero siempre me había dado miedo intentarlo. Deberías avergonzarte de haberme armado de valor, ya que no tardó nada en esfumarse y me encontré con un millón de entrevistas con un millón de empresas arrogantes que me odiaron por el descaro de haber pensado que podía trabajar para ellas.
Así que veamos; ¿por cuál de esas bochornosas entrevistas comienzo? Hmm…, hay mucho donde elegir. Bien, empecemos por la más reciente, ¿te parece? Ayer tuve una entrevista para trabajar en la recepción del Two Lakes Hotel. (¿Lo recuerdas? Uno muy pijo que hay en el centro.) La fachada es toda de cristal para que se vea el resplandor de las inmensas arañas a kilómetros de distancia. Por la noche el edificio brilla tanto que se diría que está en llamas. El restaurante está en el último piso para que puedas ver toda la ciudad. La verdad es que es muy bonito.
Pero también es uno de esos sitios en los que hay un tipo vigilando la puerta (en realidad, más bien un caballero) vestido con una especie de capa y sombrero de copa, y que no deja entrar a nadie. No te escucha y se limita a repetir que para entrar tienes que ser huésped del hotel. Francamente, ¿cómo va una a hospedarse en el hotel si no le dejan cruzar la puerta? Bueno, finalmente me dejó entrar y por poco resbalo sobre ese suelo de mármol tan pulido.
Reinaba un silencio tan absoluto que podías oír caer una horquilla. En serio: a la chica que estaba en recepción se le cayó una horquilla ¡y lo oí! Bueno, supongo que en realidad no había tanto silencio: se oían las notas de un piano que alguien tocaba en un salón y también los hilos de agua de la fuente que presidía el vestíbulo; sonidos de lo más relajantes. También había esos muebles enormes que de niña me dejaban embelesada: espejos inmensos, arañas gigantescas, puertas tan grandes como las paredes de mi apartamento. Las alfombras eran tan esponjosas que cuando las pisé creí que saldría disparada hasta el techo.
Para la entrevista me senté a La Mesa Más Grande del Mundo. Dos hombres y una mujer se sentaron en un extremo. Al menos creo que eran dos hombres y una mujer: estaban tan lejos que apenas los veía (por poco les pido que me pasen la sal).
Pensé que debía esforzarme en parecer interesada por la empresa, tal como me dijiste que hiciera, así que les pregunté por qué el hotel se llamaba Two Lakes [4], ya que yo no tenía constancia de que hubiera ningún lago en aquella parte de la ciudad. Los dos hombres se echaron a reír y se presentaron como Bill y Bob Lake. Son los propietarios del hotel. Qué vergüenza.
Así que básicamente me puse a hablar de lo que tú me dijiste: que si me gusta mucho trabajar en equipo, que si tengo don de gentes, que si estoy muy interesada en la gestión hotelera, que si soy tan buena trabajadora y me entrego en cuerpo y alma a las tareas que emprendo, que si siempre termino las cosas que empiezo…, bla, bla, bla. Y luego me enrollé durante lo que me pareció más de una hora contándoles que adoro los hoteles desde que era niña y que siempre he deseado trabajar en un hotel. (Bueno, el lujo es vivir en un hotel, pero ambos sabemos que no me lo puedo permitir.)
Y entonces van y lo estropean todo diciendo una tontería del estilo de: «Dinos, Rosie, después del tiempo que has estado trabajando para Andy Sheedy Paperclip amp; Co., ¿qué has aprendido que consideres que puedes aportar a la recepción del Two Lakes?».
Vamos, hombre, como si mereciera la pena preguntarlo.
Vaya, tengo que dejarte. Katie acaba de llegar del colegio con cara de pocos amigos y todavía no he preparado la cena.
De: Alex
Para: Rosie
Asunto: Two Lakes Hotel
Lástima que tuvieras que cortar. Estaba disfrutando con ese e-mail. Me alegra saber que las entrevistas te están yendo tan bien. ¡Ya estoy mucho más animado!
Pero hay una cosa que me muero por saber: ¿qué contestaste cuando te preguntaron eso?
De: Rosie
Para: Alex
Asunto: Re: Two Lakes Hotel
¡Alex! ¿No te parece obvio?
¡Clips!
(Se pusieron a reír, así que salí bastante airosa.) Bueno, ahora sí tengo que dejarte. Katie me está plantando delante de las narices los dibujos que ha hecho en el colegio. Por cierto, ha hecho uno de ti… y pareces más delgado. Te lo escanearé…
Apreciada señorita Rosie Dunne:
Tenemos el placer de informarle de que le ofrecemos el puesto de jefa de recepción en el Two Lakes Hotel.
A título más personal, queremos hacerle saber que estamos muy contentos de poder contar con usted tras el éxito de la entrevista que mantuvimos la semana pasada. Dio la impresión de ser una joven despierta, inteligente e ingeniosa; la clase de persona que nos gusta tener trabajando en nuestro hotel.
Intentamos contratar siempre a la clase de personas que nos gustaría que nos diera la bienvenida al llegar a un hotel y estamos convencidos de que del mismo modo que nos hizo sonreír cuando nos reunimos, también sabrá hacer sonreír a nuestros clientes cuando lleguen a recepción. Nos complace que pase a formar parte del equipo y esperamos que en lo sucesivo nuestra relación laboral se prolongue sin trabas durante muchos años.
Rogamos se ponga en contacto con Shauna Simpson de recepción para ultimar los detalles relacionados con su uniforme.
Cordialmente,
Bill Lake Bob Lake
P. D.: También le agradeceríamos que trajera los clips que mencionó. ¡Andamos escasos de material de oficina!
Tiene un mensaje instantáneo de: ROSIE
Rosie: Dios mío, Ruby, ¿es posible que realmente vaya a tener un jefe/jefes agradable? Me parece que por fin todo está empezando a encajar.
Ruby: Y luego va y dice que es gafe. Nunca aprenderá.
De: Rosie
Para: Stephanie
Asunto: Enhorabuena
¡Qué alegría me ha dado enterarme de que tú y Pierre os hayáis prometido! Ya sé que anoche estuvimos siglos hablando por teléfono, pero aun así quería mandarte este e-mail. ¡Enhorabuena! Por cierto, ¿has sabido algo de Kevin últimamente? Nunca me llama ni me manda e-mails. Creo que tiene miedo de que vuelva a pedirle que haga de canguro.
Está ocurriendo algo muy extraño en mi vida, Stephanie. Tengo un novio que me ama y a quien correspondo, estoy a punto de empezar a trabajar en el hotel de mis sueños, Katie está guapa, sana y muy graciosa y por fin me siento buena madre. Estoy contenta. Quiero disfrutar de esta sensación y deleitarme con mi buena suerte, pero hay algo que no deja de inquietarme. Es como si una vocecilla me susurrara que todo es demasiado perfecto. Es casi como la calma antes de la tempestad.
¿Es así la vida normal? Lo pregunto porque estoy acostumbrada al dramatismo. Por lo general las cosas se resisten a salir como quiero. Estoy acostumbrada a luchar, quejarme y protestar para conseguir cosas que no son exactamente lo que quiero, pero que cubren el expediente.
Esto de ahora no servirá sólo para cubrir el expediente: es perfecto, es exactamente lo que deseaba. Deseaba sentirme amada por alguien, deseaba que Katie dejara de preguntarse si lo de no tener un papá como los demás niños era culpa suya, deseaba sentir que no sólo nos teníamos la una a la otra sino que alguien más nos aceptaba como parte de su vida, deseaba sentirme importante, deseaba sentirme alguien, deseaba saber que si un día llamaba al trabajo diciendo que me encontraba mal, me echarían en falta. Deseaba dejar de compadecerme de mí misma y lo he conseguido.
Las cosas me van de perlas. Me siento muy a gusto conmigo misma y no estoy nada acostumbrada a eso. Ésta es la nueva Rosie Dunne. La Rosie joven y confundida ya es historia. Ahora comienza la segunda etapa de mi vida…