Tengo mucho que agradecer. Y hay muchas personas a las que estoy agradecido. Antes que nada, quiero darle las gracias a Wendy mi esposa, por sus comentarios y correcciones sobre el primer borrador, y por su apoyo incondicional a (y confianza en) Jan Fabel; a mis hijos, Jonathan y Sophie, por su paciencia mientras yo dedicaba tantísimo tiempo a este libro; y a mi madre, una lectora de novela negra ávida y experta, por sus expertos comentarios sobre el manuscrito.
Doy mis más efusivas gracias a mi agente, Carole Blake, por su confianza, energía y arduo trabajo; también a Oli Munson y David Eddy de la agencia literaria Blake Friedmann. Asimismo, quiero dar las gracias a mis agentes en España, Sarah Nundy y Daniela Petracco, por todos los esfuerzos que han llevado a cabo en mi nombre. Quiero agradecer especialmente a mi editora española, Patricia Escalona de Roca Editorial, por su dedicación a las historias de Jan Fabel.
Tengo que destacar al doctor Bernd Rullkötter, quien fue más allá de su deber al ayudarme a que este libro fuera lo más realista y preciso posible (aunque eso implicara decirme dónde podía meterme los Umlaut). También debo darle las gracias a la doctora Anja Lowit, por dedicarme su tiempo y por sus comentarios sobre el borrador original.
En mi opinión, la policía de Hamburgo es uno de los mejores servicios policiales del mundo. También he descubierto que es uno de los más abiertos y accesibles. He intentado mantenerme, en la medida de lo posible, dentro de las estructuras y procedimientos operativos y organizativos de la policía de Hamburgo; pero este libro es, después de todo, una obra de ficción, así que cualquier licencia o error son sólo míos. Sin embargo, me gustaría hacer una mención especial a la Erste Polizeihauptkommissarin Ulrike Sweden de la Polizeipressestelle, por toda la información, ayuda y contactos que me proporcionó. También me gustaría darle las gracias a Dirk Brandenburg y a Birte Hell, ambos del departamento de homicidios de Hamburgo, por dedicarme tanto de su valiosísimo tiempo. Doy las gracias especialmente a Peter Baustian, de la comisaría de policía de Davidwache, y a Robert Golz, de la división de control y operaciones del Polizeipräsidium. Boris Manzella, Andre Schónhardt y Rene Schónhardt, todos ellos agentes en activo de la policía de Hamburgo, me dieron su inestimable opinión sobre el primer borrador de Muerte en Hamburgo.
Estoy enormemente agradecido a Katrin Frahm por ayudarme a parecer menos estúpido cuando hablo en alemán. Quiero dar las gracias a Dagmar Förtsch, de GLS Language Services (y cónsul de honor de la República Federal de Alemania en Glasgow), así como a Duncan McInnes.
También quiero agradecer especialmente a mis editores de todo el mundo su fe y dedicación.
Y, por supuesto, si este libro tiene un héroe, éste es una ciudad, no una persona… Vielen Dank, Hamburg!