AGRADECIMIENTOS

Los siguientes libros han tenido para mí un valor inestimable mientras escribía esta novela:

Wrath of Angels: The American Abortion War, de James Risen y Judy L. Thomas (Basic Books, 1998); Eagle Lake, de James C. Ouellette (Harpswell Press, 1980); The Red Hourglass: Lives of the Predators, de Gordon Grice (Alien Lane, 1998); The Book of the Spider, de Paul Hillyard (Hutchinson, 1994); The Bone Lady, de Mary H. Manheim (Louisiana State University Press, 1999); Maine Lighthouses, de Courtney Thompson (Catnap Publications, 1996); Apocalypses, de Eugen Weber (Hutchinson, 1999): The Apocalypse and the Shape of Things to Come, edición a cargo de Francis Carey (British Museum Press, 1999); y The Devil's Party, de Colin Wilson (Virgin, 2000). Por otra parte, Simpson's Forensic Medicine, de Bernard Knight (Arnold, 1997) e Introduction to Forensic Sciences, segunda edición, a cargo de William G. Eckert (CRC Press, 1997), rara vez han abandonado mi mesa.

Buena parte del material en relación con los movimientos religiosos de Maine procede de la introducción de Elizabeth Ring a su Directory of Churches & Religious Organizations in Maine, 1940 (Maine Historical Records Survey Project); del artículo «Till Shiloh Come», de Jason Stone (revista Down East, marzo de 1990); y «The Promised Land», de Earl M. Benson (revista Down East, septiembre de 1993).

A medida que avanza cada una de mis novelas se pone cada vez más de manifiesto mi profunda ignorancia. Para este libro he contado durante mis investigaciones con los conocimientos y la amabilidad de muchas personas: entre ellas James Ferland y el personal de la Oficina del Forense de Maine, Augusta; el agente Joe Giacomantonio, del Departamento de Policía de Scarborough; el capitán Russell J. Gauvin, del Departamento de Policía de la Ciudad de Portland; el sargento Dennis R. Appleton, CID III, Policía del Estado de Maine; el sargento Hugh J. Turner, Policía del Estado de Maine; L. Dean Paisley, mi excelente guía en Eagle Lake; Rita Staudig, historiadora del St. John Valley; Phineas Sprague Jr., de los Servicios del Puerto Deportivo de Portland; Bob y Babs Malkin y Jim Block, que me ayudaron en cuanto a los judíos de Nueva York; Big Apple Greeters; Phil Procter, director del Wang Center de Boston; Beth Olsen, del Boston Ballet; el personal del Center for Maine History de Portland, Maine; Chuck Antony; y otros muchos. A todos ellos les debo una copa, y probablemente una disculpa por todos los errores que he cometido. Por último, deseo dar las gracias a mi agente, Darley Anderson, y a sus ayudantes, Elizabeth and Carrie; a mi agente para los derechos en el extranjero Kerith Biggs; a mi editora, Sue Fletcher; y a todo el personal de Hodder & Stoughton por su paciencia conmigo.

Загрузка...