25

A mediados de agosto Martín Bollinger entró en su apartamento, extendió una hoja de papel y dijo:

—¿Qué es esto, Henry?

Staunt le echó una mirada. Era una fotocopia del aria de La nueva posada.

—¿Dónde encontraste eso? —preguntó.

—Uno de personal lo encontró por casualidad cuando arreglaba el cuarto.

—Yo creía que teníamos derecho a la intimidad.

—No es una inquisición, Henry. Sólo tengo curiosidad. ¿Has empezado a componer otra vez?

—Ese trozo es todo lo que escribí. Hace meses.

—Es una música fascinante —dijo Bollinger.

—¿Lo es, eh? Yo pensaba que era bastante forzada y áspera.

—No. No. Ni hablar. Siempre hablabas de una ópera de Ben Jonson, ¿verdad? Y ahora la has empezado.

—Estaba animando a un día gris —dijo Staunt—. Garrapatos, nada más.

—¿Henry, te gustaría salir de este sitio?

—¿Estamos en eso otra vez?

—Evidentemente tienes música todavía dentro. Quizá una gran ópera.

—¿Qué propones exprimir de mí, eh? No digas tonterías. No hay nada ya en mí, Martín. Estoy aquí para Irme.

—Pero no te has Ido.

—Lo has notado —dijo Staunt.

—Te fue aclarado desde el principio que no íbamos a presionarte. Pero he empezado a sospechar, Henry, que ni siquiera te interesa Ir, que estás marcando el paso aquí, quizá madurando esta ópera, quizá llegando a un acuerdo con algo indigerible en tu alma. Lo que sea. No tienes que Ir. Te enviaremos a casa. Termina La nueva posada. Piensa los pensamientos que quieras pensar. Vuelve a pedir la Ida el año que viene o el siguiente.

—Quieres esa ópera de mí, ¿verdad?

—Quiero que estés feliz —dijo Bollinger—. Quiero que tu Ida sea correcta. Este trozo de música es sólo un indicio de tu estado interior.

—No habrá ninguna ópera, Martín. Y no tengo planes de salir de Omega Prima estando vivo. Haber impuesto a mi familia esta penosa experiencia, y luego regresar a casa y decirles que sólo ha sido un jolgorio de vacaciones aquí. No. No.

—Como quieras —dijo Bollinger. Sonrió y se apartó dejando una pregunta no expresada, suspendida como una espada entre ellos: Si quieres Irte, Henry, ¿por qué no te Vas?

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