GLOSARIO

abogado. Palabra empleada generalmente por los eruditos modernos para describir a un hombre que ejercía en activo en los tribunales judiciales romanos.

absolvo. Término que utilizaba el jurado cuando votaba la absolución del acusado. Se usaba en los tribunales, no en las Asambleas.

actio. Plural, actiones. En el sentido con que se usa en este libro, segmento completo de un juicio en los tribunales de justicia. Solía haber dos actiones, prima y secunda, separadas por un período de varios días. La duración exacta de este intermedio era a discreción del presidente del tribunal, el iudex.

adamas. Diamante.

adrogatio. El acto legal de adopción, en el cual el adrogatus era adoptado formal y legalmente por el adrogator. Al menos en los casos en que la situación de la persona adoptada cambiaba de patricio a plebeyo o de plebeyo a patricio, la ceremonia de adrogatio tenía que celebrarse necesariamente en los comitia curiata, donde los treinta lictores que representaban las treinta curiae romanas eran testigos de la adopción y aprobaban una lex curiata de consentimiento en la adopción.

aedilis. Había cuatro magistrados romanos llamados ediles; dos eran ediles plebeyos y los otros dos ediles curules. Sus obligaciones se circunscribían a la ciudad de Roma. Los ediles plebeyos fueron creados primero, en el 493 a. J.C., para ayudar a los tribunos de la plebe a llevar a cabo sus obligaciones, pero sobre todo con la intención de salvaguardar el derecho de la plebe a tener su propia sede, el templo de Ceres, en el Foro Boarium. Los ediles plebeyos pronto heredaron la tarea de supervisión de todo el conjunto de los edificios de la ciudad y la custodia de los archivos donde se guardaban todos los plebiscitos que se aprobaban en la Asamblea Plebeya, así como todos los decretos senatoriales (consulta) que marcaban las directrices para la aprobación de plebiscitos. Se les elegía en la Asamblea Plebeya. Más tarde, en el 367 a. J.C., se crearon dos ediles curules para que los patricios también participasen en la custodia de los edificios publicos y de los archivos, los elegia la Asamblea Popular. No obstante desde tiempos muy remotos los ediles curules podian ser tanto plebeyos como patricios. A partir del siglo III a. J.C. los cuatro fueron responsables del cuidado de las calles de Roma, del abastecimiento de aguas, drenajes y alcantarillas; del tráfico de los edihcios publicos, monumentos e instalaciones de los mercados, de los pesos y medidas (se conservaban modelos de éstos en el sótano del templo de Cástor y Pólux), de los juegos y del abastecimiento público de grano. Tenían autoridad para multar a los ciudadanos y a los no ciudadanos por igual si infringían las normativas referentes a cualquiera de los motivos antes mencionados, y depositaban el dinero en sus arcas para ayudar a financiar los juegos. Ser edil -plebeyo o curul- no formaba parte del cursus honorum, pero al estar asociado a los juegos se consideraba una magistratura valiosa para que cualquier hombre la ostentase antes de presentarse al cargo de pretor. Como los ediles plebeyos eran elegidos por la Asamblea Plebeya, se ha llegado a la conclusión de que no tenían imperium, y por ende se piensa que no tenían derecho a sentarse en la silla curul ni a tener lictores.

aether. La parte superior de la atmósfera, impregnada por fuerzas divinas, o el aire que está inmediatamente alrededor de un dios. También significa el cielo, especialmente el cielo azul a la luz del día.

ager publicus. Tierras conferidas a la propiedad pública romana. La mayor parte de dichos tcrrenos se adquirían por derecho de conquista o se les confiscaban a los propietarios originales como castigo a su deslealtad. Esto último era especialmente corriente dentro de la propia Italia. El ager publicus romano existía en todas las provincias romanas de ultramar, en la Galia Italiana y dentro de la península Itálica. La responsabilidad de disponer de ellas (generalmente en forma de grandes arrendamientos) quedaba próxima a las obligaciones de los censores, aunque gran parte del ager publicus extranjero no se utilizaba.

ágora. Espacio abierto, normalmente rodeado de columnatas o de alguna clase de edificios públicos, que servía en las ciudades griegas o helénicas de lugar de reuniones públicas y centro cívico. El equivalente romano era el Foro.

Alba Longa. Ciudad situada en el monte Albano que se suponía fundada por Julo, también llamado Ascanio, el hijo de Eneas. En la época del rey Tulo Hostilio, Roma la atacó, la derrotó y luego la arrasó. Algunas de las familias ciudadanas más preeminentes de esta ciudad ya habían emigrado a Roma; otras se vieron obligadas a hacerlo después siguiendo la orden del rey Tulo Hostilio.

albaneses. Los miembros de una tribu que ocupaban las tierras que se extendían entre el alto Cáucaso y el mar Caspio.

alguacil. Término no verdaderamente aplicable a la época romana, pero que he utilizado para describir a los hombres designados para mantener la ley y el orden cuando no se utilizaba a los lictores, y también para describir a los hombres que contrataban los prestamistas para acosar a un deudor e impedir la morosidad.

amanuense. El que toma por escrito las palabras dictadas por otra persona.

amicitia. una condición de amistad formal entre dos familias (o estados) de la misma categoría; cuando la categoría no era igual, el lazo más probable era el de cliente y patrón. La amicitia era tradicional y pasaba de una generación a otra dentro de la misma familia. amygdala. Plural, amygdalae. Cualquier cosa con forma de almendra.

Anatolia. Más o menos la moderna Turquía asiática. Se extendía desde la costa sur del mar Negro (el Euxino) hasta el Mediterráneo, y desde el mar Egeo, al oeste, hasta la moderna Armenia, Irán y Siria en el este y en el sur. Las montañas Tauro y Antitauro hacían que el interior y gran parte de sus costas fueran muy montañosos. Tenía clima continental.

ánfora. Vasija de cerámica de forma bulbosa con el cuello estrecho y dos asas grandes en la parte superior; la base puntiaguda o cónica impedía que se sostuviera verticalmente en terreno llano. Se utilizaba para el transporte (normalmente por mar) de vino o trigo, pues su fondo puntiagudo permitía asegurarla con facilidad en el serrín que llenaba la bodega de los barcos o el interior de los carros. Así se mantenía en posición vertical durante el viaje, almohadillada y protegida. El fondo cónico permitía arrastrarla por terreno llano por una de las asas, y se sujetaba con considerable facilidad para cargarla y descargarla. El tamaño habitual del ánfora contenía unos veinticinco litros.

animus. La mejor definición se encuentra en The Oxford Latin Dictionary, así que la cito textualmente: «La mente en cuanto algo opuesto al cuerpo, la mente o alma como constituyente junto con el cuerpo de la persona entera.» Hay otras definiciones, pero ésta es adecuada al modo en que animus se usa en este libro. Hay que tener cuidado, no obstante, en no atribuir a los romanos la creencia en la inmortalidad del alma.

apex. Casco de marfil muy ajustado que usaban los sacerdotes. Tapaba todo el cabello, pero dejaba al descubierto las orejas; estaba coronado por una punta de madera sobre la cual iba atravesado un disco de lana.

Arausio. En este libro solía referirse a la batalla librada el 6 de octubre del año 105 a. J.C. cerca de la ciudad de Arausio, en la Galia Transalpina. Una inmensa masa de tribus germánicas migratorias que iba avanzando hacia abajo por el margen oriental del río Rhodanus (el Ródano) y a la que hicieron frente dos ejércitos romanos a los que el Senado había ordenado que se agrupasen bajo la autoridad del cónsul de aquel año, el Hombre Nuevo Cneo Malio Máximo. Pero el procónsul Quinto Servilio Cepión, que era patricio, se negó a cooperar con Malio Máximo porque era de baja cuna, e insistió en mantener separado a su ejército. El resultado fue una derrota para Roma peor que la de Cannas; se dice que el número de soldados romanos muertos en combate superó los ochenta mil.

Armenia Magna. En la antigüedad, Armenia Magna se extendía desde el sur del Cáucaso hasta el río Araxes, al este hasta el ángulo del mar Caspio y al oeste hasta el nacimiento del Éufrates. Era una extensión de tierra muy montañosa y fría.

Armenia Parva. Aunque se la conocía como Armenia Menor, este pequeño territorio, que ocupaba las regiones abruptas y montañosas de la parte alta de los ríos Éufrates y Arsanias, no formaba parte del reino de Armenia. Hasta que la ocupó el sexto rey Mitrídates, del Ponto, estaba gobernada por su propia casa real, pero siempre rindió vasallaje al Ponto más que a la propia Armenia.

armillae. Los anchos brazaletes de oro o de plata que se les concedían como premios al valor a los legionarios, centuriones, cadetes y tribunos militares romanos de categoría inferior.

arpía. Mítico monstruo de origen griego. Si hay que creer lo que dice Virgilio, los romanos pensaban que las arpías eran aves con cabeza de mujer, aunque los griegos las consideraban mujeres con alas y garras. Robaban personas y comida y dejaban tras de sí sus heces a modo de insulto.

Asamblea (comitia). Cualquier congregación del pueblo romano convocada para tratar de asuntos electorales, judiciales, legislativos o gubernamentales. En la época de César había tres verdaderas Asambleas: la de las Centurias, la del pueblo y la de la plebe.

Asamblea de las Centurias (comitia centuriata). Estaba formada por el pueblo, patricios y plebeyos; las clases se establecían atendiendo a los recursos económicos de sus componentes. Como tenía origen militar, cada clase se dividía en centurias. Las Dieciocho (véase) constaban tan sólo de cien hombres cada una, mientras que otras centurias contenían más de cien. La Asamblea de las Centurias se reunía para elegir a los cónsules, a los pretores y (normalmente cada cinco años) a los censores. También se convocaba para celebrar juicios por acusaciones de alta traición (perduellio) y tenía potestad para aprobar leyes. A causa de su carácter militar, la Asamblea de las Centurias estaba obligada a reunirse fuera del pomerium, y normalmente lo hacía en el Campo de Marte, en un lugar llamado los saepta. No solía convocarse para aprobar leyes ni para celebrar juicios.

Asamblea del pueblo o Asamblea Popular (comitia populi tributa). Permitía la plena participación de los patricios y era de naturaleza tribal. Se estructuraba en las treinta y cinco tribus en que se distribuían todos los ciudadanos romanos. Convocada por un cónsul o pretor, normalmente se reunía en el Foso de los Comicios. Elegía a los ediles curules, a los cuestores y a los tribunos de los soldados. Podía formular y aprobar leyes; hasta que Sila estableció los tribunales permanentes, muchos juicios romanos se celebraban en esta asamblea.

Asamblea Plebeya (comitia plebis tributa o concilium plebis). Reunía a las treinta y cinco tribus, pero no permitía la participación de los patricios. Como sólo contenía a una parte del pueblo, la Asamblea Plebeya no era «oficial» del mismo modo que lo eran la de las Centurias y la Popular. En ella no se interpretaban los auspicios ni se decían plegarias. El único magistrado que tenía potestad para convocarla era el tribuno de la plebe. Tenía derecho a promulgar leyes (únicamente plebiscitos) y a llevar a cabo juicios, aunque estos últimos fueron mucho menos frecuentes a partir del momento en que Sila estableció los tribunales permanentes. Sus miembros elegían a los ediles plebeyos y a los tribunos de la plebe. El lugar normal de sus reuniones era el Foso de los Comicios. Véase también votación y tribu.

atrio. Sala principal de recepción de una domus romana o casa privada. En su mayor parte contenía una abertura en el techo (el compluvium) por encima de un estanque (impluvium), cuyo propósito en origen era servir de depósito de agua para uso doméstico. A finales de la República el estanque se había convenido únicamente en un elemento ornamental.

auctoritas. Término latino de muy difícil traducción, pues significaba mucho más de lo que implica la palabra autoridad. Tenía connotaciones de preeminencia, influencia, importancia pública y -sobre todo- capacidad de dirigir los acontecimientos en un sentido u otro a través de un cargo público. Todas las magistraturas poseían auctoritas intrínsecamente, pero la auctoritas no quedaba limitada a aquellos que ostentaban las magistraturas; el príncipe del Senado, el pontífice máximo, otros sacerdotes y augures, los consulares e incluso algunos individuos privados que quedaban fuera de las filas del Senado poseían auctoritas.

augur. Sacerdote cuyas obligaciones concernían a la adivinación. Todos los augures formaban el Colegio de los Augures, un cuerpo estatal oficial que comprendía doce miembros (normalmente seis patricios y seis plebeyos), hasta que en el año 81 a. J.C. Sila incrementó el número hasta quince miembros; desde entonces solía contener por lo menos un plebeyo más que el número de patricios. Los augures en un principio se elegían por cooptación por los demás augures, pero en el año 104 a. J.C. Cneo Domicio Ahenobarbo promulgó una ley que obligaba a que la elección de futuros augures se llevase a cabo por una asamblea de diecisiete tribus elegidas por sorteo entre las treinta y cinco. Sila suprimió esta elección en el año 81 a. J.C. y se volvió así a la elección por cooptación, pero en el 63 a. J.C. el tribuno de la plebe Tito Labieno reinstauró la elección. El augur no predecía el futuro ni interpretaba los augurios a su propio capricho; inspeccionaba los objetos pertinentes o los signos para asegurarse de si la empresa en proyecto contaba con la aprobación de los dioses o no, ya fuera iniciar una contio (véase), una guerra, una nueva ley o cualquier otro asunto de Estado, incluidas las elecciones. Había un manual de interpretación, los augures se remitían y «se atenían al libro». El augur vestía la toga trabea (véase) y llevaba un bastón llamado lituus (véase).

auguraculum. Lugar fijo en el Capitolio donde los nuevos cónsules permanecían la noche en vela para contemplar el cielo antes de tomar posesión.

avia. Abuela.

anis. Abuelo.

birreme. Nave construida para su utilización en la guerra; estaba pensada para ser usada a remo en lugar de a vela (aunque estaba provista de mástil y vela, que normalmente se dejaban en tierra si existían probabilidades de entrar en acción). Algunas naves birremes tenían cubierta, o al menos una cubierta parcial, pero casi todas eran abiertas. Parece probable que los remeros se sentaban en dos niveles o bancos de remos: el banco superior y sus remos estaban situados en un portarremos exterior llamado tolete, y los remos del banco inferior, llamados tanda, asomaban por troneras en los costados de la galera. Se construían con madera de abeto o de otras especies de pino de madera ligera, y sólo podían tripularse si el tiempo era bueno; con ellas se libraban batallas en aguas muy tranquilas. Era mucho más larga que ancha de manga (la proporción de eslora a manga era de 7:1), y probablemente alcanzaba una media de 30 metros (100 pies) de longitud. Transportaba unos cien remeros. Un espolón (rostrum) de roble reforzado con bronce sobresalía en la proa justo por debajo de la línea de flotación y se utilizaba para embestir y hundir a otros navíos. La nave birreme no estaba proyectada para llevar a bordo soldados ni para entablar combate con otros navíos. Durante toda la época griega y la República romana, los remeros eran profesionales, nunca esclavos.

boni. Literalmente significa «hombres buenos». Se decía de aquellos que pertenecían a una facción ultraconservadora de dentro o fuera del Senado de Roma. A veces he utilizado el término de manera incorrecta en cuanto a su forma gramatical latina, porque resulta torpe utilizarlo siempre como sustantivo; de ahí que en algunas ocasiones lo haya empleado como adjetivo o como adverbio.

caballeros. Los equites eran los miembros de lo que Cayo Graco denominó la ordo equester. Bajo los reyes de Roma, los equites habían formado el segmento de caballería del ejército romano; en esta época los caballos eran escasos y costosos, lo que tuvo como consecuencia que el Estado dotase de caballos públicos a las dieciocho centurias originales en las que se agrupaban los caballeros. Cuando comenzó y fue creciendo la República, la importancia de la caballería romana disminuyó, aunque el número de centurias formadas por caballeros en la primera clase fue en aumento. En el siglo II a. J.C. Roma ya no tenía tantos caballos estatales, y los caballeros se convirtieron en un grupo social y económico que tenía poco que ver con los asuntos militares. Los caballeros ahora eran definidos por los censores solamente en términos económicos, aunque el Estado seguía proporcionando un caballo público a cada uno de los mil ochocientos equites de mayor categoría. Las dieciocho centurias de origen mantuvieron el número de cien caballeros cada una, pero el resto de las noventa y una centurias ecuestres (es decir, la primera clase) aumentaron hasta contener cada una muchó más de cien hombres. Estas setenta y tres centurias de mayor volumen estaban organizadas de una manera distinta de las Dieciocho; setenta de ellas eran de carácter tribal y había una centuria de seniors y una centuria de juniors por cada tribu. Al votar, a una de las Dieciocho nunca se le concedía la praerogativa; esto era exclusivamente para una de las centurias tribales de juniors.

Hasta el 123 a. J.C. los senadores eran también caballeros, pero ese año Cayo Graco separó el Senado como un cuerpo aparte formado por trescientos hombres. Era, en el mejor de los casos, como un proceso artificial; todos los miembros no senatoriales de familias senatoriales seguían siendo clasificados como caballeros, mientras que los propios senadores no sólo formaban parte de las tres centurias de senadores, sino que quedaban para propósitos electorales en las centurias que hubieran ocupado siempre.

El insoluble rompecabezas es: ¿quiénes eran los tribuni aerarii? Los ingresos exigidos para que el censo considerase a alguien caballero eran de cuatrocientos mil sestercios de ingresos, mientras que el tribunus aerarius exigía un censo de trescientos mil sestercios. Al principio yo creía que posiblemente eran funcionarios públicos -supervisores del Tesoro y cosas por el estilo-, pero después he llegado a convencerme de que Mommsen tenía razón. El apuntaba que había por lo menos dos escalones de caballeros de la primera clase: los que tenían un censo de cuatrocientos mil sestercios y los que lo tenían de trescientos mil sestercios; y los caballeros con menores ingresos eran los tribuni aerarii. ¿Significa eso que sólo los mil ochocientos caballeros que tenían caballo público poseían un censo de cuatrocientos mil sestercios o más? Yo también dudaría eso. Había miles de hombres muy ricos en Roma, y ningún censo podría dividir tan netamente un grupo con unos ingresos de otro en un punto de corte con cifras redondas. Quizás se tratase más bien de que un caballero senior dotado de caballo público había de tener por lo menos cuatrocientos mil sestercios de ingresos para propósitos de censo. Mientras que las otras setenta y tres centurias de la primera clase contenían una mezcla de caballeros plenos y de tribuni aerarii. Las centurias de juniors, es de imaginar, contenían más tribuni aerarii que las centurias de seniors. ¡Pero nadie lo sabe con certeza!

No había nada que impidiera que un caballero estuviera cualificado para tener el millón de sestercios (completamente extraoficial) necesario para convertirse en senador bajo el sistema antiguo, que era por lo que los censores se guiaban para suplir las vacantes que quedaban en el Senado; el hecho de que muchísimos caballeros no aspirasen a entrar en el Senado se debía puramente al amor que los caballeros le tenían a los oficios y al comercio, cosa que era fruto prohibido para los senadores, que sólo podían dedicarse a las tierras y a las propiedades.

caballo de octubre. En los idus de octubre (que era aproximadamente cuando finalizaban las campañas) se elegían los mejores caballos guerreros del año y se enganchaban por parejas a carros. Luego se celebraban carreras con ellos en el césped del Campo de Marte en lugar de hacerse en uno de los circos. El caballo situado a la derecha de los dos que formaban la pareja ganadora se sacrificaba a Marte en un altar erigido especialmente junto al curso de la carrera. Se mataba al animal con una lanza, después de lo cual se le cercenaba la cabeza y sobre ella se amontonaban pasteles pequeños, mientras la cola y los genitales se llevaba apresuradamente a la Regia, en el Foro Romano, y se dejaba que la sangre chorrease sobre el altar del interior de la Regia. Cuando acababan las ceremonias llevadas a cabo en torno a la cabeza cubierta de pasteles del caballo, ésta se arrojaba a dos grupos que competían por conseguirla, uno formado por habitantes de Subura y el otro por habitantes de la vía Sacra. Si ganaba la vía Sacra, la cabeza se clavaba en la pared exterior de la Regia, y si ganaba Subura, se clavaba en la pared exterior de la Turris Mamilia (el edificio más señalado de Subura). No se conoce el motivo que había detrás de todo esto y puede que los romanos de la República tardía sólo supieran que tenía alguna relación con el final de la temporada de campañas. No sabemos si los caballos de guerra eran públicos o no, pero quizás se nos perdone si suponemos que lo eran.

caballo niseano. La especie más grande de caballo conocido en la antigüedad. Su tamaño se desconoce, pero se cree que debía de ser por lo menos tan grande como la bestia medieval que llevaba a lomos a un caballero con armadura, ya que los reyes de Armenia y los partos confiaban en niseanos para transportar sus cataphracti (caballería ataviada con cota de malla de la cabeza a los pies, igual que los caballos). Procedían de la zona situada al sur y al oeste del mar Caspio, en Media, pero en la época de la República tardía había caballos niseanos en la mayor parte del mundo antiguo.

caballo público. Caballo que pertenecía al Estado, al Senado y al pueblo de Roma. Remontándonos hasta la época de los reyes de Roma, los gobiernos habían seguido siempre la política de abastecer a los mil ochocientos caballeros de las dieciocho centurias más importantes con caballos para montar durante el combate, teniendo presente que el origen de la Asamblea de las centurias era militar y que las centurias más importantes habían estado formadas por soldados de caballería. El derecho de estos importantes caballeros a tener un caballo público se tenía en alta consideración y se defendía con denuedo. Que un miembro del Senado, por el hecho de serlo, perdiera automáticamente su derecho a un caballo público es muy discutible.

calendas. El primero de los tres días que tenían nombre cada mes, los cuales representaban los puntos fijos del mes. Las fechas se calculaban hacia atrás a partir de esos tres días; calendas, nonas e idus. Las calendas siempre eran el primer día del mes. Estaban consagradas a Juno y en origen se habían hecho coincidir con la aparición de la luna nueva.

Campo de Marte. En latín Campus Martius. Situado al norte de las murallas Servias, el Campo de Marte limitaba al sur con el Capitolio y al este con la colina Pincia; el resto estaba rodeado por una enorme curva que describía el río Tíber. En tiempos de la República no era un suburbio habitado, sino que era el lugar donde esperaban los ejércitos hasta que se celebraba el desfile triunfal, donde se entrenaban los jóvenes en las prácticas militares, donde se encontraban los establos de los caballos que se enganchaban a los carros de carreras y donde se entrenaba a dichos caballos, donde tenían sus barracones los esclavos públicos, donde se reunía la Asamblea de las centurias y donde estaban los mercados de jardinería que rivalizaban con parques de recreo. En el vértice del recodo del río se encontraban los pozos llamados Trigario, lugar público donde los romanos iban a nadar, y justo al norte del Trigario había unos manantiales de agua caliente con propiedades curativas llamadas el Tarento. La vía Lata (vía Flaminia) cruzaba el Campo de Marte hacia el puente Mulvio, y la vía Recta cruzaba la vía Lata perpendicularmente.

Carinae. Una de las zonas residenciales más elitistas de Roma. El Fagutal formaba parte de las Carinae, que se hallaban situadas en el extremo norte del monte Opio, en su ladera oeste. Se extendía por el terreno situado entre la Velia y el Clivus Pullius, Tenía vistas al sudoeste, a los pantanos del Palus Ceroliae, en dirección al monte Aventino.

Cástor. El más importante y nunca olvidado hermano gemelo celestial. Aunque el imponente templo del Foro Romano era en realidad el templo de Cástor y Pólux (también llamado los Dioscuri), los romanos siempre se referían a él como el templo de Cástor. Esto provocaba muchos chistes referentes a empresas iniciadas entre dos en las cuales uno era relegado a un segundo plano. Desde el punto de vista religioso Cástor y Pólux se encontraban entre las principales deidades a las que los romanos rendían culto, quizás porque, como Rómulo y Remo, eran gemelos.

catamita. Joven utilizado para propósitos homosexuales.

celtíbero. Término general que se refería a todas las tribus que habitaban la Hispania norte y centro-norte. Como sugiere ese nombre, racialmente eran una amalgama de celtas emigrados de la Galia y de los pueblos íberos indígenas, más antiguos. Sus poblados se hallaban en su mayoría erigidos sobre riscos, colinas o montículos rocosos que eran fáciles de fortificar, y eran maestros consumados en la guerrilla.

censor. El censor era el más augusto de todos los magistrados romanos, aunque carecía de imperio y por ello no tenía derecho a ser escoltado por lictores. La Asamblea de las centurias elegía dos censores que habían de servir durante un período de cinco años (llamado lustrurn); no obstante, la actividad censorial se limitaba a los primeros dieciocho meses del lustrurn principalmente, y se iniciaba con un sacrificio especial, la suovetaurilia, de cerdo, oveja y buey. Ningún hombre podía presentarse candidato a censor a menos que antes hubiese sido cónsul, y normalmente sólo los consulares de notable auctoritas y dignitas se tomaban la molestia de presentarse. Los censores inspeccionaban y regulaban quiénes habían de ser miembros del Senado y de la ordo equester, y llevaban un censo de los ciudadanos romanos de todo el mundo romano. Tenían potestad para transferir a un ciudadano de una tribu a otra así como de una clase a otra. Se guiaban para ello por los medios económicos del ciudadano. También era responsabilidad de los censores llevar a cabo los contratos estatales en todos los campos, desde la recaudación de impuestos hasta las obras públicas. En el año 81 a. J.C. Sila abolió este cargo, pero los cónsules Pompeyo y Craso lo instauraron de nuevo en el 70 a. J.C. El censor vestía una toga de color púrpura oscuro, que era llamada toga purpurea.

centurión. Oficial regular profesional de las legiones de ciudadanos romanos y de infantería auxiliar. Es un error equipararlo a los modernos sargento o cabo; los centuriones disfrutaban de una condición relativamente elevada que no estaba complicada por las modernas distinciones sociales. Un general romano derrotado apenas se inmutaba aunque perdiera tribunos militares de categoría superior, pero se mesaba los cabellos si perdía centuriones. El rango de centurión tenía graduación; el de categoría inferior mandaba una centuria corriente de ochenta legionarios y veinte ayudantes no combatientes, pero no se sabe exactamente cómo ascendía en lo que aparentemente era una cadena compleja de progresiva superioridad en el rango. En el ejército republicano tal como fue reorganizado por Cayo Manio, cada cohorte tenía seis centuriones (en singular, centurio), con el hombre de rango superior, el pilus prior, al mando de la centuria de categoría superior y al mismo tiempo de la cohorte en su totalidad. Los diez hombres que mandaban las diez cohortes que componían una legión completa también tenían diferentes graduaciones, y el centurión de mayor categoría de la legión, el primus pilus (término que más tarde se redujo a primipilus) sólo tenía que rendir cuentas ante el comandante de su legión (que era o bien uno de los tribunos de los soldados electos o uno de los legados del general). Durante los tiempos de la República el ascenso a centurión provenía de entre los soldados rasos. El centurión tenía ciertas insignias reconocibles de su cargo: llevaba canilleras, una cota de escamas en lugar de la cota de malla y un yelmo con penacho transversal en lugar de longitudinal; llevaba también un robusto bastón de madera de parra y muchas condecoraciones.

Circus Flaminius. Era el circo situado en el Campo de Marte, no lejos del Tíber y del Foro Holitorium. Construido en el año 221 a. J.C., a veces se utilizaba como lugar de reunión de los comicios, cuando la plebe o el pueblo tenían que reunirse fuera del pomerium. Parece que se usaba mucho para celebrar en él los juegos, pero para acontecimientos donde la afluencia de público era menor que la del Circus Maximus, pues sólo tenía cabida para cincuenta mil espectadores.

Circus Maximus. Era el antiguo circo construido por el rey Tarquinio Prisco antes del comienzo de la República. Ocupaba todo el Valis Murcia, un declive que se extendía entre el Palatino y el Aventino. Aunque tenía capacidad por lo menos para ciento cincuenta mil espectadores, existe amplia evidencia de que durante los tiempos republicanos a los ciudadanos que eran esclavos manumitidos se les clasificaba como esclavos en lo concerniente a su admisión en el Circus Maximus, a quienes les era denegada la entrada. Eran demasiadas las personas que querían presenciar los juegos del circo. A las mujeres se les permitía sentarse con los hombres.

ciudadanía. En lo que se refiere a esta serie de libros, se trata de la ciudadanía romana. Estar en posesión de dicha ciudadanía daba derecho a todo hombre a votar en su tribu y en su clase (si es que estaba económicamente cualificado para pertenecer a alguna) en todas las elecciones romanas. No se le podía azotar, tenía derecho al proceso judicial romano y también tenía derecho a la apelación. El ciudadano varón estaba sujeto al servicio militar al cumplir los diecisiete años. Después de la lex Minicia del año 91 a. J.C., al hijo fruto de la unión entre un ciudadano romano de cualquier sexo y una persona no romana se le obligaba a asumir la ciudadanía del progenitor no romano.

clases. Las clases eran cinco, y representaban las divisiones económicas de posesión de bienes o de percepción de ingresos regulares de los ciudadanos romanos. Los miembros de la primera clase eran los más ricos y los de la quinta los más pobres. Los ciudadanos romanos que formaban parte del capite censi o proletariado eran demasiado pobres; por ello no estaban cualificados para pertenecer a ninguna clase y no podían votar en la Asamblea de las Centurias. Y mucho menos los miembros de la cuarta o de la quinta clases.

cliente. En latín cliens. El término se refiere a los hombres libres o manumitidos (que no tenían por qué ser ciudadanos romanos) que se ponían bajo la tutela de otro hombre al que llamaban su patrono. De la manera más solemne y vinculante, el cliente se comprometía a servir a los intereses y a obedecer los deseos de su patrono. A cambio recibía ciertos favores: normalmente regalos en dinero, un empleo o ayuda legal. El esclavo manumitido pasaba automáticamente a ser cliente de su antiguo amo hasta que éste le descargaba de su obligación… si es que alguna vez lo hacía. Una especie de código de honor regía la conducta del cliente en relación a su patrono, y se atenía a él con notable consistencia. Ser cliente no significaba necesariamente que un hombre no pudiera ser a su vez patrono; más bien lo que no podía ser era patrono último, pues técnicamente sus propios clientes eran también clientes de su patrono. Durante la República no había leyes formales concernientes a la relación entre cliente y patrono porque no eran necesarias: ningún hombre, cliente o patrono, podía esperar tener éxito en la vida si se supiera que no era honorable en aquella función vital. Sin embargo había leyes que regulaban la relación de los clientes extranjeros con su patrono: los estados extranjeros o los reyes clientes que reconocían a Roma como su patrono estaban legalmente obligados a pagar el rescate de cualquier ciudadano romano que fuera secuestrado en sus territorios, hecho en el que los piratas se apoyaban para obtener una fuente de ingresos adicional. Así pues, no solamente los individuos podían ser clientes; ciudades enteras, e incluso países; lo eran también a menudo.

clivus. Calle en cuesta.

cochinillo. Latín, porcella. Se usaba con ironía o en sentido cariñoso y se refería a los genitales femeninos.

coercitio. Derecho que tenía un magistrado curul a exigir obediencia de sus mandatos mediante medidas punitorias. Un ciudadano no podía apelar contra un magistrado que invocase coercitio a menos que fuera plebeyo y les pidiese a los diez tribunos de la plebe que lo rescatasen. Las medidas acostumbradas eran multas o confiscación de bienes; que un magistrado castigase con penas físicas era verdaderamente infrecuente.

cognomen. Era el último nombre de un varón romano ansioso por distinguirse de todos sus colegas que poseyeran idénticos nombres de pila (praenomen) y apellido (nomen). Podía adoptarlo él mismo, como hizo Pompeyo con el cognomen Magnus, o simplemente continuar con un cognornen que llevase generaciones en su familia, como ocurría con el cognomen César en la familia de los Julios. En algunas familias se hacía necesario llevar más de un cognomen: por ejemplo, Quinto Cecilio Metelo Pío Corneliano Escipión Nasica, que era hijo adoptivo de Metelo Pío el Cochinillo. Quinto era su primer nombre (praenomen); Cecilio era el nombre de su familia (nomen); Metelo Pío eran cognomina pertenecientes a su padre adoptivo; Corneliano indicaba que tenía sangre Cornelia; y Escipión Nasica eran los cognomina de su padre biológico. El cognomen, además, a menudo ponía de relieve alguna característica física o idiosincrásica: orejas como jarros, pies planos, joroba, piernas hinchadas; o bien conmemoraba alguna gran hazaña, como en el caso de los Cecihos Metelos, que recibieron los cognomina de Dalmático, Baleárico, Macedónico, Numídico, relativos al país que cada uno de ellos había conquistado. Los mejores cognomina tenían una enorme carga de sarcasmo: Lépido, que significaba tipo estupendo, aplicado a un auténtico cabrón; a veces eran muy ingeniosos, como ocurría con el ya poseedor de múltiples cognomina Cayo Julio César Estrabón Vopisco, el cual se ganó un nombre adicional, Sesquiculo, que significaba que era más que un tonto, era tonto y medio.

cohorte. La unidad táctica de la legión. Constaba de seis centurias, y cada legión tenía diez cohortes. Cuando se refería a movimientos de tropas los generales solían hablar de sus ejércitos en términos de cohortes más que de legiones, lo cual indica que, por lo menos hasta los tiempos de César, el general desplegaba o separaba las cohortes en orden de batalla. El manípulo, formado por dos centurias (había tres manípulos en cada cohorte), dejó de tener significación desde los tiempos de Mario. colegio. Colectivo o sociedad de hombres que tenían algo en común. Roma poseía colegios sacerdotales (tales como el Colegio de los Pontífices), colegios políticos (como el Colegio de los Tribunos de la plebe), colegios civiles (como el Colegio de los Lictores) y colegios de oficios (por ejemplo, el gremio de directores de pompas funebres). Ciertos grupos de hombres de todas las esferas de la vida, incluidos los esclavos, se agrupaban en lo que se conocía por colegios de encrucijada para cuidar de las encrucijadas más importantes de Roma y organizar la fiesta anual de las encrucijadas, las Compitalia.

Comicios. Gran foso redondo en el cual se celebraban las reuniones para los comitia. Estaba situado en el Foro Romano inferior adyacente a los escalones de la Cámara del Senado y la basílica Emilia, y bajaba del nivel del suelo en una serie de escalones que formaban gradas sobre las cuales los hombres permanecían de pie; en las reuniones comiciales los hombres nunca se sentaban. Cuando estaba muy lleno, el foso podía dar cabida quizás a dos o tres mil hombres. La tribuna o plataforma de los oradores estaba situada en uno de los lados.

comitia. Véase asamblea.

condemno. Palabra empleada por un jurado para emitir un veredicto de «culpable». Era un término que se limitaba al ámbito de los tribunales; tanto los tribunales como las asambleas tenían sus jergas específicas.

conducto. La conexión entre la conducción principal y las tuberías que llevaban el agua desde dicha conducción hasta el interior de los edificios, fueran de propiedad pública o privada. El tamaño o el calibre del conducto estaba estrictamente regulado por la ley, y quedaba bajo la autoridad de los ediles. Los romanos conocían el comportamiento del agua como volumen, pero no conocían la presión del agua. Sin embargo, sí apreciaban el tubo de alimentación basado en la gravedad, y colocaban los depósitos de agua de la ciudad en el terreno más elevado.

confarreatio. La más antigua y estricta de las tres formas de matrimonio romano. En los tiempos de César, la práctica de confarreatio quedaba limitada a los patricios y no era obligatoria. Uno de los principales motivos por los que el matrimonio confarreatio perdió popularidad era porque la esposa pasaba de la patria potestad de su padre a poder del marido, y así tenía mucha menos libertad que las mujeres casadas del modo corriente; no podía controlar su propia dote ni dirigir negocios. Otro motivo radicaba en la extraordinaria dificultad para disolverlo; el repudio (diffareatio) era tan arduo desde el punto de vista religioso y desde el punto de vista legal que no merecía la pena tanta molestia a menos que las circunstancias no dejasen otra alternativa.

cónsul. El cónsul era el magistrado romano de más categoría entre los que poseían imperium, y el cargo de cónsul (los eruditos modernos no se refieren a él como «consulado» porque el consulado es una institución diplomática moderna) era el peldaño más alto del cursus honorum. Cada año se elegían dos cónsules en la Asamblea de las centurias que servían durante un único año. Asumían el cargo el día de año nuevo (el 1 de enero). Uno de ellos, el senior, era superior al otro; era el que sacaba primero el número de centurias que tenía que conseguir como requisito imprescindible. El cónsul senior tenía las fasces (véase) durante el mes de enero, lo cual significaba que su colega junior permanecía como observador. En febrero el cónsul junior ostentaba las fasces, e iban alternándose mes a mes a lo largo de todo el año. Ambos cónsules tenían una escolta de doce lictores, pero sólo los lictores del cónsul que tenía las fasces durante aquel mes llevaban las fasces al hombro cuando le precedían adondequiera que dicho cónsul fuese. En el último siglo de la República podían ser cónsules tanto los patricios como los plebeyos, aunque nunca dos patricios juntos. La edad apropiada para ser cónsul era la de cuarenta y dos años, doce después de haber entrado en el Senado, aunque existen pruebas convincentes de que en el año 81 a. J.C. Sila concedió a los senadores patricios el privilegio de presentarse a cónsul dos años antes que cualquier plebeyo, lo cual significaba que los patricios podían ser cónsules a los cuarenta años de edad. El imperium de un cónsul no tenía límites y operaba, además de en Roma y en Italia, en todas las provincias, y superaba el imperium del gobernador proconsular que hubiese en ellas. El cónsul podía mandar cualquier ejército.

consular. Era el nombre que se daba a un hombre después de haber sido cónsul. El resto del Senado tenía en especial estima a esos hombres, y hasta que Sila se convirtió en dictador siempre se les concedía a los consulares la palabra o se les pedía que dieran su opinión en la Cámara por delante de los pretores, de los cónsules electos, etc. Sila lo cambió, pues prefirió exaltar a los magistrados en el cargo y a los elegidos para asumir los cargos a continuación. El consular, no obstante, en cualquier momento podía ser enviado a gobernar una provincia si el Senado requería de él ese servicio. También podía pedírsele que asumiera otros deberes, como ocuparse del abastecimiento de grano.

consultum. Término para un decreto senatorial, aunque era expresado con más propiedad como senatus consultum. No tenía fuerza de ley. Para que un consultum se convirtiera en ley tenía que ser presentado por el Senado ante alguna de las asambleas, tribal o de centurias, y entonces ésta votaba para decidir si pasaba a ser una ley o no. No obstante, muchos consulta (plural de consultum) nunca se sometían a ninguna asamblea y por ello nunca se promulgaban, pues no se votaban, pero eran aceptadas como leyes por toda Roma; entre estos consulta estaban las decisiones acerca de los gobernadores de las provincias, la declaración y la realización de las guerras y todo lo concerniente a asuntos extranjeros. En el año 81 a. J.C. Sila concedió a estos particulares decretos senatoriales la categoría formal de leyes.

contio. Plural, contiones. Era la reunión preliminar de una Asamblea de los Comicios para discutir la promulgación de un proyecto de ley o de cualquier otro asunto comicial. A las tres asambleas se les requería debatir una medida en contio, la cual tenía que ser convocada por un magistrado con potestad para ello, aunque no se llevaba a cabo votación.

contubernalis. Cadete militar; subalterno de menor rango y edad inferior en la jerarquía de los oficiales militares romanos, pero de ésta quedaban excluidos los centuriones. Ningún centurión era nunca cadete; era un soldado experimentado.

coraza. Armadura que encerraba la parte superior del cuerpo de un hombre sin tener que formar una camisa. Consistía en dos placas de bronce, acero o cuero endurecido; la frontal protegía el tórax y el abdomen, y la otra cubría la espalda desde los hombros hasta las vértebras lumbares. Las placas se sujetaban una con otra mediante correas o bisagras en los hombros y a lo largo de los costados, debajo de los brazos. Algunas corazas estaban exquisitamente cortadas y se ajustaban a los contornos del torso del individuo en cuestión, mientras que otras servían para cualquier hombre de un tamaño y físico en particular. Los hombres de más elevado rango -generales y legados- llevaban corazas labradas en relieve y bañadas en plata (en ocasiones, aunque era raro, chapadas en oro). Seguramente como símbolo de imperium, el general, y quizás los legados de mayor categoría, llevaban una fina banda roja alrededor de la coraza, a medio camino entre los pezones y la cintura; esa banda tenía nudos y vueltas rituales.

corona cívica. La segunda condecoración militar más alta de Roma. Era una corona o guirnalda hecha de hojas de roble que se concedía a aquel que salvaba las vidas de soldados compañeros y se mantenía en el puesto donde hacía tal cosa durante el resto de la batalla. No se podía conceder a menos que los soldados salvados prestasen juramento formal ante su general o declarasen que decían la verdad acerca de sus circunstancias. L. R. Taylor argumenta que entre las reformas constitucionales que llevó a cabo Sila había una referente a los ganadores de coronas militares importantes; que, siguiendo la tradición de Marco Fabio Buteo, ascendió a tales hombres y les hizo formar parte del Senado, lo cual responde a la enojosa pregunta acerca de la condición de senador de César (complicada como era debido al hecho de que, siendo flamen Dialis, había formado parte del Senado desde el mismo momento en que vistió la toga virilis). Gelzer estuvo de acuerdo con esta teoría, pero por desgracia sólo en una nota a pie de página.

corpus animusque. Cuerpo y alma.

criselefantino. Obra de arte confeccionada con una combinación de oro y marfil.

cuestor. El escalón más bajo del cursus honorum senatorial. Siempre era un cargo electo, pero hasta que Sila estableció durante su dictadura que en el futuro el cuestorado sería el único modo para que un hombre entrase en el Senado, no hacía falta ser cuestor para ser senador. Sila aumentó el número de cuestores de doce hasta veinte, y dispuso que un hombre no podía ser cuestor hasta que cumpliera treinta años. Los principales deberes de un cuestor eran de carácter fiscal. Podía ser trasladado (por sorteo) al Tesoro dentro de Roma, destinado a recaudar derechos de aduana, derechos portuarios y rentas en cualquier lugar de Italia o servir como administrador del dinero de un gobernador provincial. Un hombre que iba a gobernar una provincia podía solicitar un cuestor concreto. El año en el cargo de un cuestor empezaba el quinto día de diciembre.

cunnus. Palabrota latina extremadamente ofensiva: «coño».

Curia Hostilia. Era la Cámara del Senado. Se creía que había sido construida por el misterioso tercer rey de Roma, Tulo Hostilio, de ahí el nombre: «la casa de reuniones de Hostilio».

cursus honorum. Véase magistrados.

custos. Delegado oficial para supervisar un procedimiento de votación en uno de los comitia.

Dacia. Gran extensión de tierra que comprende la zona de Hungría que queda al este del río Tisa, el oeste de Rumania y Transilvania. Los orígenes raciales de sus primeros pobladores son oscuros, pero cuando Roma tuvo conocimiento de Dacia en el último siglo a. J.C., sus gentes eran celtas, por lo menos en cuanto a su cultura y habilidad para la extracción y refinería de metales se refiere. Los dacios estaban organizados en tribus, eran sedentarios y practicaban la agricultura. Tras la subida al trono del rey Burebistas en la década de los años 60 a. J.C., las tribus dacias empezaron a hacer incursiones en zonas dominadas por Roma del norte de Macedonia y de Iliria, y se convirtieron por ello en motivo de cierta preocupación para Roma.

damno. Término que se empleaba en la Asamblea de los Comicios para dar el veredicto de «culpable». No se usaba en los tribunales.

Danubio, río. También llamado el Danuvius por los romanos; para los griegos era el Ister, aunque los griegos nunca conocieron su nacimiento ni su curso hasta que el río se aproximaba a su desembocadura en el mar Euxino (Negro). Los romanos de la época de César conocían vagamente que era un río grande y larguísimo, y que fluía por Panonia, el sur de Dacia y el norte de Mesia. Hoy día recibe los diversos nombres de Danubio, Donan, Duna, Dunar, Dunarea y Dunay.

demagogo. Originalmente un concepto griego, el demagogo era un político cuyo principal atractivo estaba entre las multitudes. El demagogo romano (casi inevitablemente tribuno de la plebe) prefería la arena del Foso de los Comicios a la Cámara del Senado, pero no entraba en su política «liberar a las masas», y en conjunto los que acudían en multitud para escucharle no formaban parte de las clases más humildes. El término simplemente indicaba «el que complace a la multitud». denarius. En plural, denarii. Excepto una o dos muy raras emisiones de monedas de oro, el denario era la más extensa denominación de moneda en tiempos de la República. Era de plata pura, contenía aproximadamente 3,5 gramos de ese metal y tenía aproximadamente el tamaño de una moneda norteamericana de diez centavos actual. Había seis mil doscientos cincuenta denarios en un talento de plata. De las monedas en circulación, probablemente la mayoría eran denarii.

derechos latinos. Condición ciudadana intermedia entre el nadir de los aliados italianos y el cenit de la ciudadanía romana. Los que tenían derechos latinos compartían muchos privilegios en común con los ciudadanos romanos: el botín se repartía a partes iguales, podían establecer contratos con ciudadanos plenos y buscar protección legal para dichos contratos, se les permitía casarse con ciudadanos romanos y tenían el derecho a apelar contra la condena de pena capital. Sin embargo no tenían derecho al suffragium -derecho a votar en las elecciones romanas- ni podían formar parte de un jurado romano. Después de la revuelta de Fregelas en el año 125 a. J.C., a los magistrados de las ciudades y zonas en los que había derechos latinos se les concedió el derecho a asumir plena ciudadanía ellos mismos y sus descendientes directos.

diadema. No era ni una corona ni una tiara, sino simplemente una gruesa cinta blanca de aproximadamente una pulgada (25 milímetros) de anchura, cada uno de cuyos extremos estaba bordado y a menudo rematado con una orla. Era el símbolo de la soberanía helénica; sólo el rey y/o la reina podían llevarla. Las monedas muestran que se llevaba o bien en la frente o bien detrás del nacimiento del cabello, y se anudaba en la nuca, por debajó del occipucio; los dos extremos colgaban sobre los hombros.

Dieciocho. En este libro se utiliza el término para referirse a las dieciocho centurias más importantes de la primera clase. Véase también caballeros.

dies agonales. Había cuatro dies agonales en el calendario republicano; el 9 de enero, el 17 de marzo, el 21 de mayo y el 11 de diciembre. El significado exacto de agonalis (plural, agonales) es discutido, pero lo que puede constatarse es que en los cuatro dies agonales el Rex Sacrorum sacrificaba un carnero en la Regia. Los dioses que tenían que ver con ello parece ser que eran Júpiter, Jano, Mare, Vediovis y Sol Indiges.

dies nefasti. Unos cincuenta y ocho días del calendario republicano eran señalados nefasti. Durante esos días los ciudadanos no podían entablar un pleito en el tribunal ni en la jurisdicción del pretor urbano, ni tampoco podían celebrarse reuniones de los comitia para votar. Sin embargo, el Senado podía reunirse en dies nefasti, podían celebrarse pleitos en los tribunales permanentes y podían tener lugar contiones en los comitia.

dies religiosi. Días de mala suerte y de malos auspicios. Los había de varias clases, entre los que se encontraban los tres días del año en los cuales el mundus (véase) se abría para permitir que los muertos salieran a deambular, los días en que el santuario de Vesta permanecía abierto en el mes de junio y los días de los ritos de los Salios (véase), sacerdotes de Marte. En los dies religiosi se consideraba malo o traía mala suerte hacer cualquier cosa que se creyese necesaria, como casarse, emprender un viaje para reclutar soldados o celebrar reuniones de los comitia. Tres de esos días cada mes (los días posteriores a las calendas, las nonas y los idus) se consideraban tan aciagos que recibían un nombre especial: dies atri, o los días negros.

dignitas. Como auctoritas (véase), el término latino dignitas tiene connotaciones que no posee la palabra derivada de él en español: «dignidad». Era el prestigio o influencia personal de un hombre en el mundo romano más que su posición política, aunque la posición política se veía muy reforzada si se poseía una gran dignitas. También era la suma total de la integridad, el orgullo, la familia y antepasados, la palabra, la inteligencia, las hazañas, la capacidad, la sabiduría y la valía de un hombre. De todos los valores que un noble romano podía poseer, la dignitas era, probablemente, aquélla acerca de la cual se sentía más protector y sensible. He preferido dejar el término sin traducir en mi libro.

dolabra. Plural, dolabrae. Era la herramienta para cavar que tenían los legionarios, un instrumento híbrido que se parecía en cierto modo a un pico en un extremo y a un azadón en el otro. A no ser que se le encomendase que llevara otra clase de herramienta, cada soldado llevaba una de éstas en el petate.

dórico. Uno de los tres órdenes arquitectónicos griegos. El capitel de una columna dórica (que podía ser lisa o aflautada) era el más sencillo de los tres y se parecía un poco a laparte inferior del platillo de una taza.

dracma. Es el nombre que he escogido para hablar de la moneda helénica en lugar de la romana, porque el dracma es lo que más se aproxima al denario en lo referente al peso, alrededor de 4 gramos. Roma, no obstante, estaba ganando la carrera monetaria a causa del carácter centralizado y uniforme de las monedas romanas; durante la República tardía el mundo empezaba a preferir utilizar monedas romanas en lugar de helénicas.

duumviri. Literalmente «dos hombres». Solía referirse a dos hombres del mismo rango de magistratura a los que se designaba como jueces o se elegía como magistrados superiores de un municipium (véase).

¡Ecastor! ¡Edepol! Las más suaves e inofensivas de las exclamadones romanas de sorpresa o asombro, parecidas a ¡caray! o ¡caramba! Las mujeres empleaban ¡Ecastor! y los hombres ¡Edepol! Su raíz sugiere que invocaban a Cástor y a Pólux.

ecuestre. Perteneciente a los caballeros.

edicta. Singular, edictum. Eran las normas mediante las cuales un magistrado elegido resumía el modo como iba a desarrollar sus deberes de magistrado. Cada magistrado las publicaba cuando comenzaba a ejercer el cargo y se suponía que debía atenerse a ellas durante todo el tiempo que ocupase la magistratura. El hecho de que a menudo no fuera así hizo que se legislase la obligación de hacerlo.

Elimea. Gran franja de tierra muy fértil al este del curso inferior del río Tigris. Se extendía desde el mar Eritreo (Mare Erythraeum, véase) hasta las colinas que rodeaban Susa, y se encontraba en los dominios del rey de los partos.

Eneas. Príncipe de Dardania, en la Tróade. Era hijo del rey Anquises y de la diosa Afrodita (Venus para los romanos). Cuando Troya (Ilium para los romanos) cayó derrotada por las fuerzas de Agamenón, Eneas huyó de la ciudad en llamas llevando a su anciano padre a hombros y el Paladión bajo el brazo. Tras muchas vicisitudes, llegó al Lacio y fundó la raza de la que los verdaderos romanos creían implícitamente ser descendientes. Su hijo, llamado indistintamente Ascanio o Julo, era el antepasado directo de la familia de los Julios; por ello la identidad de la madre de Julo es de cierta importancia. Virgilio dice que Julo era en realidad Ascanio, hijo de Eneas y de Creusa, su esposa troyana, que había acompañado a Eneas en todos sus viajes. Por otra parte, Livio dice que Julo era hijo de Eneas y de Lavinia, su esposa latina. No se sabe lo que creía la familia de los Julios en los tiempos de César. Me inclino del lado de Livio, quien, en conjunto, parece una fuente más fiable que Virgilio; Virgilio estaba demasiado bajo la influencia de Augusto.

epicúreo. Perteneciente al sistema filosófico del griego Epicuro. Originalmente Epicuro había propugnado una clase de hedonismo tan exquisito y refinado que se aproximaba al ascetismo en uno de sus aspectos; es decir, los placeres de un hombre se experimentan mejor de uno en uno y espaciados, saboreándolos tanto que cualquier exceso frustraba la práctica. La vida pública o cualquier trabajo que produjese tensión estaban prohibidos. Estos dogmas sufrieron considerables modificaciones en Roma, de manera que un noble romano podía considerarse epicúreo y aun así desempeñar la carrera política. En los últimos tiempos de la República los principales placeres de un epicúreo eran la comida y el vino.

epítome. Sinopsis o resumen de una obra más larga que consistía más en comprimir la máxima cantidad de información en el menor número de palabras posible que en el estilo literario o en la excelencia literaria. El objetivo del epítome era dar la posibilidad a un individuo de reunir unos conocimientos enciclopédicos sin necesidad de tomarse el trabajo de leer la obra en toda su extensión. Bruto fue muy conocido como autor de epítomes.

esclavo manumitido. También llamados libertos. Aunque técnicamente era un hombre libre (y, si su anterior amo era ciudadano romano, él mismo era ciudadano romano), el esclavo manumitido permanecía bajo el patronazgo de su anterior amo, que era el primero que tenía derecho a disponer de su tiempo y de sus servicios. Tenía pocas oportunidades de ejercer su derecho al voto en cualquiera de las dos asambleas tribales, pues invariablemente se le colocaba en una de las dos grandes tribus urbanas, la Suburana o la Esquilina. No obstante, algunos esclavos que eran extraordinariamente hábiles o faltos de escrúpulos llegaban a amasar grandes fortunas y poder como hombres libres, y así podían asegurar su voto en la asamblea de las Centurias; tales libertos solían lograr que se les trasladase además a una tribu rural, y de este modo podían ejercer por completo el derecho al voto.

espelta. Harina blanca muy fina que se usaba en repostería, nunca para hacer pan. Se obtenía moliendo una variedad de trigo que ahora se conoce como triticum spelta.

estoico. Seguidor de la escuela filosófica fundada por el fenicio Zenón en el siglo III a. J.C. El estoicismo como sistema filosófico de pensamiento no atraía particularmente a los romanos. El supuesto básico sólo se ocupaba de lavirtud (fortaleza de carácter) y de su opuesto, la debilidad de carácter. La virtud era lo único bueno, la debilidad de carácter lo único malo. Dinero, dolor, muerte y las otras cosas que agobian al hombre no se consideraban importantes, porque el hombre virtuoso es un hombre esencialmente bueno; así pues, por definición debe ser un hombre feliz y contento… aunque sea pobre, tenga dolor perpetuo o se encuentre sentenciado a muerte. Como ocurría con todas las cosas griegas que adoptaron, los romanos no hicieron más por modificar esta filosofía que evadir sus concomitantes desagradables mediante razonamientos muy bonitos, aunque vanos.

estopa. Conjunto de fibras rudamente apisonadas, que en la antigüedad se obtenían de plantas lanosas, «algodón de arce» o las fibras más toscas de la planta de lino. De vez en cuando se utilizaba para calafatear, pero su uso principal era para fabricar mechas para lámparas.

ethnarch. Palabra griega usada en general para el magistrado que regía una ciudad o un pueblo. Se utilizaban también otros nombres más específicos, pero no considero necesario aumentar la confusión de los lectores empleando una terminología más variada.

Euxino, mar. El moderno mar Negro. A causa del enorme número de ríos importantes que desembocaban en él (especialmente antes de que el volumen de agua fuera regulado mediante presas), el mar Euxino contenía menos sal que otros mares; la corriente que atravesaba el Bósforo tracio y el Helesponto siempre fluía desde el mar Euxino hacia el Mediterráneo (el Egeo), lo cual facilitaba las posibilidades de salir del Euxino, pero dificultaba entrar en él.

facción. Es el término que mejor describe al conjunto de los partidarios de un político romano; en modo alguno podría describirse como un partido político en el sentido moderno. Una facción se formaba alrededor de un hombre que poseía auctoritas y dignitas, y no era más que la evidencia de la habilidad de ese individuo para atraer y mantener seguidores. Las ideologías políticas no existían, y tampoco existían líneas directrices de partido.

fasces. Las fasces eran haces de treinta varas (una por cada curia) de abedul que se ataban de manera ritual formando un dibujo entrelazado mediante correas de cuero rojas. En origen eran el emblema de los reyes etruscos, y luego pasaron a las tradiciones de la naciente Roma, persistieron en la vida romana durante toda la República y pasaron a la época del Imperio. Transportadas por hombres llamados lictores, las fasces precedían al magistrado curul (y también al propretor y al procónsul) como símbolo externo de su ¡mperium. Dentro del pomerium sólo había varas formando los haces para dar a entender que el magistrado curul tenía poder para castigar, pero no para ejecutar; fuera del pomerium se insertaban hachas en los haces para significar que el magistrado curul o promagistrado sí tenía poder de ejecutar. El único hombre al que se le permitía insertar las hachas en medio de las varas dentro del pomerium era el dictador. El número de fasces indicaba el grado de imperium: el dictador tenía veinticuatro, a un cónsul o procónsul, doce; un lugarteniente un pretor o un propretor, seis; y los ediles curules, dos. Sila, por cierto, fue el primer dictador que se hizo preceder por veinticuatro lictores que portaban veinticuatro fasces; hasta entonces los dictadores habían utilizado el mismo número que los cónsules, doce. Véase también lictor.

fasti. Los fasti eran originariamente días en los que podían despacharse asuntos, pero el término llegó a significar otras cosas, el calendario, las listas de fiestas y festejos y la lista de cónsules (esto último probablemente porque los romanos preferían llevar la cuenta de los años recordando quiénes habían sido cónsules en un año determinado). La entrada fasti en el glosario de El primer hombre de Roma contiene una explicación más amplia del calendario de lo que el espacio me permite aquí.

fellator. Plural, fellatores. La persona que chupa el pene.

feriae. Fiestas. Aunque la asistencia a las ceremonias públicas en tales días de fiesta no era obligatoria, las feriae exigían por tradición que los negocios, el trabajo y los pleitos fueran interrumpidos, y que las peleas, incluso las privadas, se evitasen también. El descanso en las labores normales se extendía a los esclavos y también a algunos animales, incluidos los bueyes, pero quedaban excluidos los equinos en todas sus variedades.

feriae Latinae. Festival latino de carácter anual que se celebraba en el monte Albano. Era una fiesta móvil, cuya fecha era fijada por los cónsules entrantes del día de año nuevo durante la reunión del Senado convocada en el templo de Júpiter Optimo Máximo. El dios era Júpiter Latiaro.

flamen. Plural, flamines. Estos hombres eran probablemente los sacerdotes más antiguos de Roma, remontándose por lo menos a la época de los reyes. Había quince flamines, tres mayores y doce menores. Los tres flamines mayores eran el Dialis (de Júpiter Optimo Máximo), el Martilais (de Marte) y el Quirinalis (de Quirino). Excepto el pobre flamen Dialis, ninguno de los flamines parecía estar rodeado de prohibiciones ni de tabúes, pero los tres flamines mayores recibían un salario público, casa estatal y eran miembros del Senado. La esposa del flamen se conocí a con el nombre de flaminica. El flamen y la flaminica Dialis tenían que ser de condición patricia, aunque aún no he descubierto si esto se aplicaba también a los demás flamines, mayores o menores. Para no caer en el error, he decidido que todos los nombrados fueran patricios. El de flamen era un cargo vitalicio.

foro. Lugar de reunión de los romanos, un espacio abierto rodeado de edificios, muchos de los cuales eran de carácter público.

Foro Romano. Este espacio abierto y alargado era el centro de la vida pública romana y se dedicaba en gran medida, igual que los edificios que lo rodeaban, a la política, a la ley, a los negocios y a la religión. No creo que el espacio libre del Foro Romano tuviera siempre el estorbo que suponía un despliegue permanente de barracas, puestos y carretillas; las numerosas descripciones de constante actividad política y judicial en la mitad inferior del Foro dejaría poco espacio para tanto aparato. Había dos grandes zonas de mercado en el lado del Foro Romano próximo al Esquilmo, separados del propio Foro por una barrera de edificios, y sería allí, sin duda, donde se situarían más libremente puestos y barracas. Más bajo que los barrios que lo rodeaban, el Foro era más bien húmedo, frío y poco soleado… pero muy vivo en lo referente a actividad pública humana. Véase mapa en la página 28.

Fortuna. Una de las deidades de Roma más importantes y veneradas. En general se la consideraba una fuerza femenina y tenía muchas invocaciones diferentes. El jefe de los dioses romanos era usualmente muy específico. Fortuna Primigenia era la primogénita de Júpitcr, Fors Fortuna era de particular importancia para los de condición humilde, Fortuna Virilis ayudaba a las mujeres a ocultarles a los hombres sus imperfecciones físicas, Fortuna Virgo era venerada por las recién casadas, Fortuna Equestris cuidaba de los caballeros y Fortuna Huiusque Diei (la fortuna del día presente) era objeto especial de culto por los jefes militares y políticos preeminentes que contaban entre sus antepasados con militares. Pero aún había más Fortunas. Los romanos creían implícitamente en la suerte, aunque no la consideraban exactamente del mismo modo que nosotros; un hombre forjaba su suerte, pero tenía buen cuidado de no ofender a la diosa Fortuna -aun en el caso de hombres de inteligencia tan formidable como Sila y César-, por no hablar además de lo supersticiosos que eran. Ser favoritos de la Fortina se consideraba una indicación de todo lo que un hombre representaba.

Galia, galos. Los romanos rara vez, si es que lo hacían alguna, se referían a los celtas por el nombre de celtas; llamaban a los celtas, galos. Las partes del mundo donde vivían los galos eran conocidas como alguna clase de Galia, aunque el terreno estuviera en Anatolia (Galacia). Antes de las conquistas de César, la Galia Transalpina -es decir, la Galia situada en el lado occidental francés de los Alpes- se dividía, grosso modo, en Galia Comata y Galia de cabellera larga (que no había sido helenizada ni romanizada), una franja costera mediterránea con una extensión saliente por el valle del río Ródano (que sí había sido helenizada y romanizada), llamada la Provincia, y una zona alrededor de la ciudad portuaria de Narbo llamada la Galia Narbonesa (aunque no se llamó así oficialmente hasta el principado de Augusto). Yo me refiero a la Galia Ulterior como la Galia del otro lado de los Alpes, pero más apropiadamente era la Galia Transalpina. A la Galia conocida como Galia Cisalpina, porque estaba situada en la parte italiana de los Alpes, la llamo la Galia italiana. Esta Galia estaba dividida en dos partes por el río Padus (el Po). No hay duda de que los galos y los romanos estaban íntimamente emparentados racialmente, pues sus idiomas eran de un tipo parecido y también muchas de sus tecnologías, especialmente el trabajo de los metales. Lo que había enriquecido a los romanos en perjuicio de los galos era su contacto a lo largo de muchos siglos con otras culturas mediterráneas.

Galia Cisalpina. Véase Galia.

gens. En sentido amplio, el clan o familia de un hombre. La gens era indicada por el nomen, tal como Cornelio o Julio, pero era de género femenino, y de aquí que se hablase habitualmente de gens Cornelia o de gens Julia.

gladiador. Soldado del serrín, atleta militar profesional que luchaba ante el público para celebrar juegos funerarios en honor de los muertos. Durante la época de la República sólo había dos tipos de gladiadores: los galos y los tracios; éstos eran estilos de combate, no nacionalidades. Bajo la República, las peleas de gladiadores no eran a muerte. Entonces los gladiadores no eran propiedad del Estado; pocos eran esclavos. Pertenecían a inversores privados y costaba mucho dinero adquirirlos, entrenarlos y mantenerlos… demasiado dinero, desde luego, como para querer verlos muertos. La brutalidad de pulgar arriba, pulgar abajo de los tiempos del Imperio no existía. A un gladiador se le reclutaba joven y peleaba entre cinco y seis combates al año, hasta hacer un total de treinta peleas como máximo. Después era libre para retirarse (aunque no se le otorgaba automáticamente la ciudadanía romana) y normalmente sus pasos lo conducían a una gran ciudad, donde alquilaba sus servicios como matón, guardaespaldas o gorila. Durante la República casi todos los gladiadores eran romanos de raza, en su mayor parte desertores o amotinados de las legiones; de vez en cuando algún hombre libre adoptaba la profesión por puro placer (no estaba obligado a renunciar a la ciudadanía si lo hacía).

gobernador. Término muy útil para describir al promagistrado -procónsul o propretor- al que se enviaba a dirigir, mandar y administrar una de las provincias de Roma. El plazo de su mandato se fijaba en un año, pero a menudo era prorrogado, a veces (como en el caso de Metelo Pío en la Hispania Ulterior) durante muchos años.

Gracos. Eran los hermanos Gracos, Tiberio Sempronio Graco y su hermano menor, Cayo Sempronio Graco. Hijos de Cornelia (la hija de Escipión el Africano y de Emilia Paula) y de Tiberio Sempronio Graco (cónsul en el 177 y en el 163 a. J.C. y censor en el 169 a. J.C.), tuvieron opción al consulado, al alto mando militar y al cargo de censor por derecho de cuna. Pero ninguno de los dos pasó más allá de tribuno de la plebe debido a una peculiar combinación de altos ideales, creencias iconoclastas y un tremendo sentido del deber para con Roma. Tiberio Graco, tribuno de la plebe en el 133 a. J.C., se propuso enderezar los entuertos que veía en la manera como el Estado romano estaba administrando el ager publicus; su meta era llegar a conceder esas tierras a la población civil pobre de Roma, animándolos mediante la concesión de terrenos a que engendrasen hijos y trabajasen con ahínco. Cuando vio que al finalizar su año en el cargo no había logrado realizar su obra, Tiberio Graco incumplió la tradición al tratar de presentarse por segunda vez al cargo de tribuno de la plebe. Lo mataron a garrotazos en el Capitolio.

Cayo Graco, diez años más joven que Tiberio, fue elegido tribuno de la plebe en el 123 a. J.C. Más capaz que su hermano, aprendió de los errores de Tiberio y prometió cambiar el rumbo de la ultraconservadora Roma de su tiempo. Sus reformas fueron mucho más amplias que las de Tiberio y abarcaron no sólo el tema del ager publicus. sino que también hizo que se diera grano a bajo precio al populacho (medida que no iba dirigida sólo a los pobres, porque no recurrió a la prueba de los medios económicos de las personas), reguló el servicio en el ejército, fundó colonias romanas en el extranjero, realizó obras públicas en toda Italia, separó los tribunales del Senado, instituyó un nuevo sistema de recaudación de impuestos en la provincia de Asia y reforzó la condición de ciudadanía para los latinos y los italianos. Cuando acabó su año como tribuno de la plebe, Cayo Graco emuló a su hermano y se presentó candidato por segunda vez. Pero en lugar de conseguir que lo matasen por semejante atrevimiento, salió elegido de nuevo. Al final de su segundo año decidió presentarse una vez más, pero fue derrotado en las elecciones. Impotente para intervenir, tuvo que ver cómo todas sus leyes y reformas empezaban a desmoronarse. Como se le impedía valerse de medios pacíficos, Cayo Graco recurrió a la violencia. Muchos de sus partidarios resultaron muertos cuando el Senado aprobó por primera vez en su historia un «decreto último» (véase senatus consultum de re publica defendenda), pero el propio Cayo Graco optó por suicidarse antes de permitir que le apresasen.

El glosario adjunto a La Corona de hierba contiene un artículo mucho más completo sobre los Gracos.

groma. Plural, gromae: instrumento usado para medir terrenos.

helénico, helenizado. Términos que se refieren a la expansión de la cultura y costumbres griegas después de la época de Alejandro el Grande. Incluía el estilo de vida, la arquitecturas el modo de vestir, el gobierno, los usos mercantiles y el idioma griego. hermanos Gracos. Véase Gracos.

hombre libre. Hombre nacido libre y nunca vendido en esclavitud, aunque podía ser vendido como un nexus o esclavo a causa de las deudas. Sin embargo esto último era raro dentro de la península Itálica durante la República.

idus. El tercero de los tres días que tenían nombre en el mes y que representaban los puntos fijos del mes. Las fechas se calculaban hacia atrás a partir de esos tres días: calendas, nonas e idus. Los idus caían en el decimoquinto día de los meses largos (marzo, mayo, julio y octubre), y el decimotercer día de los demás meses. Los idus estaban consagrados a Júpiter Óptimo Máximo y se señalaban con el sacrificio de una oveja en el Arx del Capitolio por el flamen Dialis.

Iliria. Agrestes y montañosas tierras que bordeaban el mar Adriático en su lado oriental. Los nativos pertenecían a la raza indoeuropea de los llamados ilirios, estaban organizados en tribus y detestaban primero las incursiones griegas y luego las romanas. La República romana se tomó pocas molestias con Iliria a menos que algunas tribus agitadas empezasen a amenazar el este de la Galia Cisalpina, ocasiones en que el Senado enviaba un ejército para castigarlas.

imago. Plural, imagines. Una imago era una máscara bellamente coloreada hecha de cera de abeja refinada; estaba equipada con una peluca y era asombrosamente realista (cualquiera que haya visitado un museo de cera comprenderá el realismo que pueden llegar a poseer las imágenes de hechas con este producto, y no hay motivo para pensar que una imago romana fuera inferior a los rostros de cera victorianos). Cuando un noble romano alcanzaba cierto nivel de distinción pública adquiría el ius imaginis, que era el derecho a encargar que se hiciera su imagen en cera. Algunas autoridades modernas dicen que el ius imaginis se otorgaba a los hombres una vez que habían ocupado un cargo curul, cargo que podría haber sido el edil curul. Otros entendidos optan por el cargo de pretor, y otros por el de cónsul. Yo me quedo con la opción de pretor, y también opino que ostentaban ese derecho aquellos que poseían la corona cívica o la de hierba, los flamines mayores, y el pontífice máximo. Todas las imagines pertenecientes a una misma familia se guardaban en templos en miniatura concienzudamente construidos en el atrio de la casa, y se les ofrecían sacrificios con regularidad. Cuando algún miembro de una familia preeminente que poseía el ius imaginis moría, las máscaras de cera se sacaban y se las ponían actores elegidos a causa del parecido fisico, en estatura y constitución, con los hombres a quienes representaban las máscaras. Las mujeres, desde luego, no tenían derecho a poseer el ius imaginis, ni siquiera Cornelia, la madre de los Gracos. La virgen vestal jefe, no obstante, sí tenía ese privilegio.

imperium. Era el grado de autoridad que ostentaba un magistrado curul o un promagistrado. Significaba que un hombre tenía la autoridad propia de su cargo y no se le podía contradecir siempre que actuase dentro de los límites de su nivel concreto de imperium y dentro de las leyes que gobernasen su conducta. El imperium se confería por medio de una lex curiata y duraba solamente un año. Las extensiones para los gobernadores que eran prorrogados habían de ser ratificadas por el Senado y/o por el pueblo. Los lictores que llevaban al hombro las fasces indicaban el imperium de un hombre; cuantos más lictores, más alto era el imperium.

imperium maius. Grado de imperium tan elevado que el que lo ostentaba tenía más autoridad incluso que los cónsules de aquel año.

in absentia. En el contexto empleado en estos libros la expresión describe una candidatura para un cargo aprobada por el Senado (y el pueblo, si era necesario) y una elección llevado a cabo en ausencia del propio candidato. El candidato in absentia podía encontrarse esperando en el Campo de Marte porque su imperium le impedía cruzar el pomerium, como ocurrió con Pompeyo y Craso en el año 70 a. de J.C., o podía encontrarse ausente cumpliendo servicio militar en una provincia, como ocurrió con Cayo Memmio cuando fue elegido cuestor.

inepte. Tonto incompetente.

insubres. Una de las tribus gálicas de la Galia Cisalpina que se concentraba en el confín occidental alrededor de Mediolano y del río Ticinus. Sus tierras se extendían al norte del río Padus (el Po), y no recibieron la plena ciudadanía romana hasta el 49 a. J.C., cuando César concedió el derecho al voto y la ciudadanía plena a toda la Galia Cisalpina.

insula. Significa isla. Como estaba rodeado por los cuatro costados de calles, callejones o callejas, a los edificios de viviendas se les conocía por el nombre de ínsula. Las ínsulas romanas eran muy altas (hasta l00 pies -30 metros- de altura) y la mayoría lo bastante grandes como para incorporar un patio de luces interior; muchas eran tan grandes que contenían múltiples patios de luces. Las ínsulas que pueden verse hoy día en Ostia no son una indicación real de la altura que alcanzaban las ínsulas dentro de la ciudad de Roma; sabemos que Augusto trató en vano de limitar la altura de las ínsulas de la ciudad de Roma a 100 pies.


Insula de Aurelia


insulsus. Insípido, no apetecible, completamente aburrido.

in suo anno. Literalmente «en su año». La expresión se aplicaba a hombres que alcanzaban un cargo curul a la edad exacta que prescribían la ley y la tradición para que un hombre ostentase dicho cargo. Ser pretor y cónsul in suo anno era una gran distinción, porque significaba que a un hombre se le elegía la primera vez que lo intentaba; muchos cónsules y no pocos pretores tenían que presentarse varias veces antes de lograr el éxito, mientras que a otros las circunstancias les impedían presentarse al cargo a la edad más temprana permitida. A los que forzaban la ley para alcanzar un cargo a una edad inferior de la prescrita tampoco se les otorgaba la distinción de estar in suo anno. irrumator. En plural irrumatores. Hombre que hace que le chupen el pene.

iudex. Juez.

iugerum. En plural, iugera. Unidad romana de medición de terreno. En términos modernos el iugerum equivalía a 0,623 (cinco octavos) de acre, o 0,252 (un cuarto) de hectárea. El lector moderno acostumbrado a hablar en acres se hará una idea muy aproximada dividiendo por dos el número de iugera.

iuniores. Juniors, de categoría inferior.

ius. En el sentido en el que se utiliza en este libro, derecho inalienable bajo la ley o bajo la mos maiorum.

jónico. Uno de los tres órdenes arquitectónicos griegos. El capitel de una columna jónica (que podía ser liso o aflautado) tenía el aspecto de dos rollos de papel parcialmente desenrollados llamados volutas.

juegos. En latín ludi. Los juegos eran una institución romana y un pasatiempo que se remontaba por lo menos a los primeros tiempos de la República, y probablemente mucho más atrás. Al principio se celebraban sólo cuando un general hacía el desfile triunfal, pero en el año 336 a. J.C. los ludí Romani se convirtieron en un acontecimiento anual, y más tarde se fueron añadiendo un número siempre creciente de otros juegos en el transcurso del año. Todos los juegos tendían a ser cada vez más largos. En un principio los juegos consistían esencialmente en carreras de carros; luego, poco a poco, llegaron a incorporar la lucha con animales y las representaciones teatrales que se efectuaban en teatros levantados temporalmente para la ocasión. Los juegos siempre iban precedidos de una solemne pero espectacular procesión religiosa por todo el Circo que se celebraba el primer día, después de lo cual venían una o dos carreras de carros y luego algo de boxeo y lucha libre, que se limitaba a ese primer día. Los días sucesivos estaban ocupados por actividades teatrales; la comedia era más popular que la tragedia, y con el tiempo lo que más triunfó fueron los espontáneos mimos atelanos y las farsas. Cuando los juegos llegaban a su fin, lo que privaba eran las carreras de carros, con luchas con animales intercaladas para dar variedad al programa. Los combates de gladiadores no formaban parte de los juegos de la República (eran organizados por individuos privados, normalmente en memoria de un pariente muerto, y se celebraban en el foso, no en el circo). Normalmente era el Estado el que se encargaba de costear los juegos, aunque los hombres que ambicionaban que su nombre fuera célebre se rascaban bien el bolsillo cuando ocupaban el cargo de edil para hacer que «sus» juegos fueran más espectaculares de lo que los fondos asignados por el Estado permitían. La mayoría de los grandes juegos se celebraban en el Circus Maximus, y algunos de los más pequeños en el Circus Flaminius. Podían asistir los ciudadanos romanos libres, hombres y mujeres (no se cobraba la entrada), y éstas se sentaban aparte en el teatro, pero no en el circo; no les era permitida la entrada ni a los esclavos ni a los libertos, porque ni siquiera el Circus Maximus, con capacidad para por lo menos ciento cincuenta mil personas, era lo suficientemente grande para dar cabida a libertos y a hombres libres.

Júpiter Estator. Es la invocación de Júpiter dedicada a detener a los soldados que huían del campo de batalla. Era un culto militar de generales. El principal templo de Júpiter Estator estaba en la esquina de la Velia donde la vía Sacra torcía en ángulo recto para bajar por la cuesta que llevaba al Palus Ceroliae; era tan grande que podían celebrarse en él reuniones del Senado.

laena. Capa parecida a un poncho mejicano, cortada en forma de círculo, que tenía un agujero pan sacar la cabeza. Normalmente se hacía de lana engrasada de Liguria, y era bastante impermeable. La usaban las legiones como prenda reglamentaria (pero ellos la llamaban sagum). Doblemente espesa y multicolor, la laena era una prenda que vestía el flamen Dialis (véase flamen).

lar. En plural, lares. Se contaban entre los más romanos de todos los dioses y no tenían forma, sexo, número ni mitología. Eran numina. Había muchas clases diferentes de lares, que podían funcionar como espíritus protectores o fuerzas protectoras de una localidad (como ocurría con el lar privado de la familia, el lar familiaris), de los viajes por mar (los lares permarini) o de una nación entera (Roma tenía lares públicos, los lares praestites). A finales de la República, sin embargo, la gente había dado en considerar a los lares como dos jóvenes varones acompañadospor un perro; así se les representa en las estatuas. Es dudoso, no obstante, que un romano en realidad creyera que los lares eran sólo dos o que tenían forma o sexo; quizás esto se debiera a que la creciente complejidad de la vida hacía conveniente etiquetarlos.

latifundia. Grandes extensiones de tierra pública arrendada por una persona y llevada como una sola unidad a la manera de una finca moderna. La actividad era más pastoril que agrícola. Los que trabajaban en los latifundia eran normalmente esclavos que solían ir encadenados en grupos y a los que por la noche se encerraba en barracones llamados ergastula. Dirigir latifundia era una ocupación senatorial más que ecuestre.

legado. En latín legatus. Los miembros de más categoría entre el personal de un general romano eran sus legados. Todos los hombres clasificados como legados eran miembros del Senado; sólo respondían ante el general, y eran superiores a todo tipo de tribunos militares. Sin embargo no todos los legados eran jóvenes. Algunos eran consulares que parece ser que se ofrecían voluntarios para alguna guerra interesante porque añoraban la vida militar, o porque eran amigos del general.

legión. En latín legio. La legión en la unidad militar romana más pequeña capaz de librar una guerra por sí sola, aunque rara vez tenía que hacerlo. Era autosuficiente en cuestión de mandos, material e instalaciones para hacer una guerra. Entre dos y seis legiones juntas constituían un ejército, rara vez contaba con más de seis legiones. El número total de hombres de una legión con plena capacidad de acción era de unos seis mil, de los cuales quizás unos cinco mil eran soldados propiamente dichos y el resto estaban clasificados como no combatientes. La organización interna de una legión consistía en diez cohortes de seis centurias cada una; en circunstancias normales había una modesta unidad de caballería adscrita a cada legión, aunque a partir de la época de Sila la caballería tendió más a agruparse junta como un cuerpo compacto separado de la infantería. Cada legión tenía a su cargo varias piezas de artillería, que no se empleaban en el campo de batalla, ya que su uso se limitaba a operaciones de asedio. Cuando una legión era de uno de los cónsules, estaba mandada por hasta seis tribunos de los soldados, que se iban turnando. Si la legión pertenecía a un general que no era cónsul en activo, estaba mandada por uno de los legados del general o por el propio general. Los oficiales regulares de la legión eran los centuriones, de los cuales había unos sesenta. Aunque las tropas pertenecientes a una legión acampaban juntas, no vivían masificadas; se dividían en unidades de ocho hombres que compartían la tienda y el rancho. Véase cohorte.

legionario. Soldado corriente (miles gregarius) perteneciente a una legión romana.

lemures. Fantasmas o espíritus de los muertos que moraban en el inframundo.

lex. Plural, leges. Ley o leyes. La palabra lex también puede aplicarse al plebiscito (plebiscitum) que se aprobaba en la Asamblea Plebeya. Una lex no era válida hasta que había sido inscrita en bronce o piedra y depositada en las cámaras debajo del templo de Saturno. Sin embargo el tiempo de permanencia allí debía de ser breve, pues el espacio era limitado y el templo de Saturno albergaba también el Tesoro. Cuando estuvo terminado el nuevo Tabulario de Sila, las leyes se depositaban allí en lugar de (era lo más probable) por toda la ciudad. Una ley llevaba el nombre del hombre u hombres que la promulgaban y conseguían que fuera ratificada, pero siempre (puesto que lex es palabra femenina en latín) con la terminación femenina del nombre o nombres. Este iba seguido de una descripción general de aquello sobre lo que trataba la ley. Las leyes podían ser -y a veces lo eran- revocadas en fecha posterior.

lex Caecilia Didia. En realidad hubo dos leyes con este nombre, pero sólo una tiene relevancia en este libro, promulgada por los cónsules del año 98 a. J.C., estipulaba que tenían que transcurrir tres nundinae o intervalos de mercado entre la votación de la asamblea donde se convertía en ley y su ratificación de hecho. Hay cierto debate en cuanto a si el período de espera consistía en veinticuatro o diecisiete días; yo he optado por diecisiete.

lex Didia. Véase lex Caecilia Didia.

lex Domitia de sacerdotiis. Fue aprobada en el año 104 a. J.C. por Cneo Domicio Ahenobarbo, más tarde pontífice máximo. Especificaba que los nuevos pontífices y augures debían ser elegidos por una Asamblea Tribal que comprendiera diecisiete de las treinta y cinco tribus elegidas por sorteo. Hasta que se promulgó esta ley, los pontífices y augures eran elegidos por cooptación por los miembros del colegio. Sila, una vez que fue dictador, revocó esta ley; pero el tribuno de la plebe Tito Labieno volvió a ponerla en vigencia en el año 63 a. J.C.

lex frumentaria. Término general para una ley del grano. Hubo muchas, comenzando por la de Cayo Graco. Todas las leyes del grano se ocupaban del abastecimiento del grano del Estado, es decir, el grano que el Estado compraba y era distribuido por los ediles. La mayoría de tales leyes procuraban un precio bajo para el grano, pero algunas incluso lo quitaban.

lex regia. Ley promulgada por uno de los reyes de Roma, por lo tanto anterior a cualquier ley republicana. La mayoría de las leges regiae fueron perfectamente válidas hasta el final de la República, pues no era habitual que los romanos revocasen las leyes.

lex rogata. Ley promulgada en una asamblea por directa cooperación entre el magistrado que ocupaba la presidencia y los miembros de la asamblea. En otras palabras, la ley no se presentaba ante la asamblea completamente redactada y acabada, sino que se redactaba mediante contio en la asamblea.

lex rogata plus quam perfecta. Ley redactada en una asamblea por el magistrado convocante que no sólo invalidaba una ley previa, sino que hacía que a aquellos responsables de hacer la ley o de utilizarla se les castigase.

lex sumptuaria. Cualquier ley que regulase la adquisición y consumo de objetos de lujo. Eran populares entre los magistrados que deploraban las tendencias al excesivo amor al lujo, pero rara vez se ponían en práctica. Los artículos más comúnmente legislados en contra eran las especias, las pimientas, los perfumes, los inciensos, los vinos importados y la auténtica púrpura de Tiro.

lex Voconia de mulierum hereditatibus. Aprobada en el 169 a. J.C., esta ley recortaba severamente el derecho de una mujer a heredar por testamento. Bajo ninguna circunstancia se la podía designar heredera principal, aunque fuera hija única de su padre; sus parientes por línea masculina más cercanos (es decir, por parte de padre) la suplantaban. Cicerón cita un caso en el que se argüía que la lex Voconia no venía a cuento porque las propiedades del difunto no se habían registrado en el censo; pero el pretor (Cayo yerres) rechazó el argumento y se negó a concederle a la muchacha en cuestión la herencia. La ley, ciertamente, podía pasarse por alto -porque tenemos noticia de varias grandes herederas- mediante la oblención de un consultum senatorial que prescindiese de la lex Voconia; o al morir sin testamento, en cuyo caso prevalecía la ley antigua y los hijos heredaban sin tenerse en cuenta el sexo ni los parientes de la línea paterna. Hasta que Sila como dictador estableció quaestiones permanentes, no parece que existiera un tribunal que se ocupase de las disputas testamentarias, lo cual significaba que el pretor urbano debía tener la última palabra.

libero. Palabra que se empleaba en los juicios celebrados en las asambleas para registrar un veredicto de perdón.

lictor. Hombre que asistía formalmente a un magistrado curul cuando iba a ejercer su cargo; lo precedía en hilera o en fila de a dos para abrir paso o para estar a mano mientras el magistrado atendía sus asuntos, por si necesitaba contener o castigar a alguien. El lictor tenía que ser ciudadano romano y era empleado del Estado, aunque no parece que su condición social fuera demasiado elevada; probablemente el salario que percibía era tan bajo que dependía de la generosidad de su magistrado en las propinas. Sobre el hombro izquierdo llevaba el haz de varas llamado fasces (véase).

Dentro de la ciudad de Roma llevaba una toga blanca lisa, que se cambiaba por una toga negra en los funerales; fuera de Roma llevaba una túnica escarlata ceñida por un ancho cinturón de cuero negro con clavos de latón, y llevaba hachas insertadas entre las varas.

Había un Colegio de los Lictores, aunque se desconoce cuál era la sede del mismo. Existía un diminuto collegium adyacente a la fachada de la basílica Emilia, pero no se sabe con qué propósito; yo lo he convertido en estación de espera para los lictores. He situado su cuartel general detrás del templo de los lares Praestites, en el lado oriental del Foro Romano, contiguo a la gran posada que había en la esquina del Clivus Orbius, pero no hay evidencia basada en hechos de ningún tipo que apoyen esta localización. Dentro del colegio los lictores (debía de haber trescientos de ellos, posiblemente más) estaban organizados en decurias de diez hombres, cada una encabezada por un prefecto, y las decurias eran supervisadas colectivamente por varios presidentes de colegio.

litera. Cubículo cubierto equipado con patas sobre las que descansaba cuando se depositaba en el suelo. De cada esquina sobresalía un poste horizontal por delante y por detrás; la transportaban cuatro u ocho hombres que la levantaban mediante estos postes. La litera era una forma de transporte lenta, pero era con mucho la más cómoda conocida en el mundo antiguo. ¡Supongo que era mucho más cómoda que la mayoría de los medios de transporte modernos!

literatus. Plural, literati. Hombre de letras.

lituus. Bastón que llevaban los augures. Tenía una longitud de unos tres o cuatro pies (aproximadamente un metro), forma curvada y terminaba en un bucle.

ludi. Véase juegos.

macellum. Mercado. Véase también Cuppedenis, mercado.

magistrado curul. Magistrado que poseía imperium, y por lo tanto derecho a sentarse en una silla curul.

magistrados. Representantes elegidos por el Senado y el pueblo de Roma. Encarnaban el brazo ejecutivo del gobierno, y a excepción hecha de los tribunos de los soldados, todos pertenecían automáticamente al Senado desde la época de la dictadura de Sila en adelante. El diagrama adjunto muestra claramente la naturaleza de cada magistratura: su categoría, quién lo elegía y si el magistrado poseía o no imperium.



Los magistrados de Roma


*Nota del corrector: Descripción del diagrama:

Sin imperium: Censor; elegido por la Asamblea centuriada. Edil Plebeyo y Tribuno de la plebe; elegidos por la Asamblea plebeya.

Con imperium: Dictador; nombrado por el Senado.

Consul y Pretor; elegidos por la Asamblea centuriada. Mestre del caballo;*Magister Equitum* nombrado por el Dictador. Edil curul, Cuestor y Tribuno de los soldados (presenatorial); elegidos por la Asamblea del pueblo. *Fin

El cursus honorum o carrera de cargos procedía en línea recta desde cuestor pasando por pretor hasta llegar a cónsul; el censor, ambas clases de edil y el tribuno de la plebe eran secundarios en el cursus honorum. Excepto el censor y el dictador, todos los magistrados ocupaban el cargo durante un año solamente. El dictador era un magistrado nombrado por el Senado, en lugar de elegido, para que se encargase de actuar en una emergencia civil o militar; nombraba también un lugarteniente para que estuviera a su servicio, y no tenía responsabilidad alguna sobre las consecuencias de sus actos dictatoriales.

maiestas. Traición. Los matices legales de traición introducidos por Saturnino (véase) en el año 103 a. J.C. fueron en gran parte anulados por la ley que Sila puso en las tablillas cuando fue dictador; ésta explicaba con absoluta claridad las ofensas que Roma consideraría traición a partir de aquel momento. Véase también perduellio.

manumisión. Acción de liberar a un esclavo. Si el amo del esclavo era ciudadano romano, este acto otorgaba automáticamente al esclavo liberto la ciudadanía. Su voto, no obstante, no solía ser útil. El esclavo manumitido adoptaba el nombre de su antiguo amo y añadía su propio nombre como cognomen; de aquí el nombre de Lucio Cornelio Chrysogono, el infame liberto de Sila. Un esclavo podía ser manumitido de cualquiera de las varias maneras existentes: comprando su libertad con lo que ganaba; como un gesto especial del amo con motivo de alguna gran ocasión familiar, como por ejemplo un cumpleaños que marcase la mayoría de edad; al cabo de un número de años de servicio acordado de antemano o mediante un testamento. Muchos esclavos encontraban muy deseable la ciudadanía romana a pesar de sus limitaciones, principalmente en beneficio de sus descendientes nacidos libres. No era poco corriente que hombres con determinadas habilidades se vendieran a sí mismos como esclavos, particularmente entre los griegos. Durante el resto de su vida el esclavo liberto tenía que llevar un casquete ligeramente cónico en la parte posterior de la cabeza, el llamado gorro de la libertad. Véase también esclavo manumitido o liberto.

Mare Erythraeum. El moderno golfo Pérsico. No lo he traducido como mar Rojo porque lo que hoy conocemos por el nombre de mar Rojo para los romanos era el Sinus Arabicus.

medidas y pesos. La mayoría de las medidas se basaban en partes del cuerpo; de ahí el pie, el palmo, el paso. El pie romano de 196 milímetros era sólo un poco inferior a 12 pulgadas modernas, y se dividía en 12 pulgadas. Cinco pies constituían un paso, y la milla romana de 1.000 pasos era unos 285 pies más corta que la milla inglesa, así 20 millas romanas equivaldrían a 19 millas inglesas, una diferencia demasiado pequeña como para que fuera necesario distinguirlas en mi texto. La superficie se medía en iugera (véase iugerum).

El grano, como por ejemplo el trigo, se medía en seco en lugar de pesarse, pues podía verterse como los líquidos; las medidas secas eran el medimnus y el modius (véase).

El recipiente de volumen era el ánfora (véase), que tenía una capacidad de unos 6 galones americanos y era el volumen de un pie cúbico romano. Los cargamentos de los barcos se expresaban siempre en ánforas.

La libra romana, libra, pesaba aproximadamente siete décimas partes de una libra inglesa de 327 gramos, y se dividía en 12 onzas (unciae). Los pesos pesados se medían por talentos (véase).

medicus. Dedo corazón.

medimnus. Plural, medimni. Medida seca para granos y otros sólidos susceptibles de ser vertidos. Equivalía a 5 modii, ocupaba un volumen de diez galones americanos (40 litros) y pesaba unas 65 libras romanas (47,5 libras inglesas o unos 23 kilogramos). Esto proporcionaba grano suficiente para dos barras de pan de una libra romana al día durante unos treinta días, dado que la pérdida de peso del grano al ser molido se sustituía por agua y otros ingredientes. El romano corriente que vivía en una o dos habitaciones de una ínsula no acostumbraba a moler la harina ni a cocer el pan en casa, sino que llegaba a un arreglo con el panadero local (como de hecho se hacía en muchas partes de Europa hasta hace relativamente poco), que se cobraba en una parte de ese grano. Quizás el resultado final fuera que un medimnus de trigo proporcionase a un romano corriente una barra de pan grande al día durante treinta días.

Medio, mar. Nombre que he utilizado para el mar Mediterráneo. Los lectores observadores notarán que poco a poco ahora se ha ido introduciendo un nuevo término en la narración: Mare Nostrum. Así era como se le conocía cuando la República tocaba a su fin.

mentula. Palabra malsonante latina que significa pene.

mercado Cuppedenis. En latín macellum Cuppedenis. Mercado especializado situado detrás del Foro Romano superior, en el lado oriental, entre el Clivus Orbius y las Carinae y el Fagutal. Se vendían allí artículos de lujo como papel, especias, incienso, ungüentos, pomadas y bálsamos; también era el mercado de flores, donde cualquier romano (a todos los romanos les encantaban las flores) podía comprar de todo, desde un ramo hasta una guirnalda para llevar alrededor del cuello o una corona para llevar en la cabeza. Hasta que fue vendido para financiar la campaña de Sila contra el rey Mitridates, aquel terreno había pertenecido al Estado. Estaba flanqueado en el lado del Aquilino por horrea pipierata, almacenes donde se guardaban especias y hierbas aromáticas.

metae. Pilares u obeliscos colocados a cada extremo de la línea central divisoria, la spina, de una pista en el circo.

militar, hombre. El vir militaris. Lo que podría llamarse «oficial de carrera». Toda su vida giraba en tomo al ejército, y continuaba sirviendo en él después de cumplir el número de años de servicio o campañas obligatorias. Si entraba en el ruedo político de Roma se basaba en su reputación militar para conseguir votos, pero muchos militares nunca se molestaron en entrar en el mundo de la política. Sin embargo, si un militar quería ser general de un ejército, no tenía más remedio que ocupar el cargo de pretor, que era la magistratura más baja que llevaba implícito el mando de un ejército. Cayo Mario, Quinto Sertorio, Tito Didio, Cayo Pontino y Publio Ventidio fueron todos militares; pero César el dictador, el militar más grande de todos ellos, nunca fue militar de carrera.

minim. Pigmento rojo vivo que se hacía con cinabrio (sulfuro de mercurio) con el que el general que desfilaba triunfalmente se pintaba el rostro, por lo visto para imitar el rostro de terracota de la estatua de Júpiter Óptimo Máximo en el templo del Capitolio.

modius. Plural, modii. La acostumbrada medida de grano. Un modius ocupaba el volumen de 2 galones americanos u 8 litros, y pesaba unas 13 libras romanas (aproximadamente 4 kilogramos). El grano público se repartió con un incremento de 5 modii al mes, que era el equivalente a 1 medimnus (véase esta entrada para información sobre el pan).

Moecia. Tierras ahora ocupadas por Servia y el noroeste de Bulgaria. Sus gentes eran tracios, estaban organizados en tribus y vivían en poblados. Los dárdanos y los tribalos, dos de las principales tribus, atacaban constantemente las fronteras de la Macedonia romana. Se dedicaban a la agricultura y al pastoreo.

mola salsa. Torta sagrada hecha con espelta (harina blanca fina de trigo viejo) mezclada con sal, agua y sin levadura. Las vírgenes vestales estaban obligadas a hacerla, y ellas mismas tenían que cultivar y cosechar el trigo, evaporar y hacer la sal, y acarrear personalmente el agua desde el pozo de Juturna.

monorreme. Nave con una sola hilera de remos.

Mormolyce. Duende de la niñez.

mos maiorum. Orden de cosas establecido; describía las costumbres y tradiciones de las instituciones públicas y gubernamentales. Quizás la mejor definición sea decir que la mos rnaiorum era la constitución no escrita de Roma. Mos significaba costumbre establecida; y en este contexto maiores significa ancestros o antepasados. En resumen, la mos maiorum era cómo se habían hecho siempre las cosas… ¡y cómo deberían hacerse en el futuro también!

mundus. Foso en forma de panal que estaba dividido en dos partes y normalmente se mantenía tapado. Su finalidad exacta es un misterio, pero parece ser que en los últimos tiempos de la República se creía que era la entrada al otro mundo. La tapa se levantaba tres veces al año en dies religiosi (véase) para permitir que las sombras de los muertos vagasen por la ciudad. Todavía existe en el Palatino un pozo en forma de panal.

municipium. Plural, municipia. Originariamente eran distritos dentro de Italia aliados de Roma pero que no poseían la ciudadanía romana. Cuando la ciudadanía se hizo universal para todos los pueblos de la península Itálica, un municipium pasó a significar principalmente una ciudad y la zona en la que había conservado sus poderes de gobierno propio y todavía poseía sus terrenos públicos. Un municipium elegía a sus propios magistrados y tenía sus propios registros y archivos, así como sus fuentes de ingresos, aunque estaba sometido a inspección por prefectos enviados desde Roma, seguramente de parte del Estado.

myoparo. Plural, myoparones. Pequeña galera de guerra que era con mucho la favorita de los piratas antes de que empezasen a formar bandas en barcos mucho mayores para navegar como auténticas flotas, con almirantes capaces de atacar y derrotar a ejércitos navales profesionales. El myoparo es un misterio en cuanto a forma y tamaño, pero parece que suponía una mejora con respecto a la hemiolia y se prefería a ésta. El único dibujo de ese tipo de barco que se tiene no resulta informativo, aunque sí parece indicar que el myoparo tenía sólo una hilera de remos alineados por encima de la parte superior del borde, en lugar de asomar por troneras, y también poseía un mástil y una vela.

nefas esse. «Hallado sacrílego».

niseano. Véase caballo niseano.

Nola. Ciudad del sur de Campania que estaba extraordinariamente bien fortificada. El primer idioma hablado allí era el osco, y Nola siempre simpatizó con la causa de los samnitas. Cuando estalló la guerra entre los aliados italianos y Roma en el año 91 a. J.C., Nola se puso de parte de Italia. El nombre de Nola se convirtió en sinónimo de resistencia perpetua al ataque, porque continuó haciendo frente al asedio de varios generales romanos durante más de diez años y fue la última plaza en rendirse. Sila se ganó la corona de hierba ante las murallas de Nola. Uno de los bulos que corrieron acerca de Clodia (hermana de Publio Clodio, esposa de Metelo Celer, amante de Catulo y Celio) consistía en que ella era una «Nola en el lecho», es decir, imposible de asaltar.

nomen. Nombre gentilicio, de clan o de familia; era el nombre de la gens que los hombres llevaban en forma masculina. Cornelio, Julio, Domicio, Licinio eran todos nomina (plural).

nonas. El segundo de los tres días del mes que tenían nombre y que representaban los puntos fijos del mes. Las fechas se calculaban hacia atrás a partir de cada uno de estos puntos: calendas, nonas e idus. Las nonas caían en el séptimo día de los meses largos (marzo, mayo, julio y octubre) y el quinto día en los demás meses, y estaban consagradas a Juno.

Noricum. Nórica, lo que hoy día podría llamarse el este del Tirol y los Alpes yugoslavos. Sus gentes se llamaban tauriscos y eran celtas. El principal asentamiento era Noreia.

nundinae. Días de mercado, que tenían lugar cada ocho días; el singular, nundinus, se utilizaba mucho menos que el plural, nundinae. Bajo circunstancias normales los tribunales estaban abiertos en nundinae, pero no las asambleas. nundinum. El intervalo entre un día de mercado y el siguiente: la semana romana era de ocho días. Excepto las calendas, las nonas y los idus, los días del calendario romano no tenían nombres; en los calendarios se les asigna una letra entre la A y la H, y, presumiblemente, A era el día de mercado. Cuando las calendas de enero coincidían con el día de mercado, el año se consideraba aciago, pero eso no ocurría muy a menudo a causa de las intercalaciones y al hecho de que la serie de letras que marcaban los ocho días continuaba sin interrupción entre el último día del año viejo y el primero (calendas) del año nuevo.

obstruccionista. Palabra moderna para una actividad política tan antigua por lo menos como el Senado de Roma. Consistía, entonces como ahora, en «prolongar la discusión de una moción de modo que no se pudiera votar»; el obstruccionista peroraba sin parar acerca de todo, desde su infancia hasta los planes que tenía para su funeral, y de este modo impedía que otros hombres hablasen hasta que el peligro político hubiera pasado. ¡E impedía también la votación!

opus incertum. La manera más antigua que tenían los romanos para fabricar paredes compuestas. Se construía una superficie de piedrecitas irregulares unidas con mortero con una cavidad hueca dentro; este hueco se rellenaba con mortero compuesto de pozzolana negra y cal mezcladas con un añadido de escombros y piedras pequeñas (llamado caementa). Incluso en la época de Sila, opus incertum seguía siendo el modo más popular de construir una pared. Probablemente fuera también más barato que hacerla de ladrillo.

ordo equester. Nombre dado a los caballeros (véase) por Cayo Graco. orichalcum. Latón.

Oro de Tolosa. Quizás varios años después del 278 a. J.C. un segmento de la tribu de los volcos tectosagos regresó desde Macedonia a su tierra de origen, en las cercanías de la Tolosa aquitana (la moderna Tolosa), transportando el botín acumulado tras el saqueo de numerosos templos. Este botín fue fundido y almacenado en los lagos artificiales que salpicaban los alrededores de los templos de Tolosa; el oro se dejó intacto debajo del agua, mientras que la plata se fue sacando a intervalos regulares; le habían dado la forma de gigantescas piedras de molino que utilizaban para moler el trigo. En el año 106 a. J.C. el cónsul Quinto Servilio Cepión recibió la orden durante su consulado de hacer la guerra contra los germanos emigrados que se habían establecido alrededor de Tolosa. Cuando llegó a la zona se encontró con que los germanos ya no estaban, porque se habían peleado con sus anfitriones, los volcos tectosagos, que les habían ordenado que se marchasen. En lugar de librar una batalla, el cónsul Cepión encontró una inmensa cantidad de oro y plata en los lagos sagrados de Tolosa. La plata ascendía a diez mil talentos (250 toneladas inglesas), incluidas las piedras de molino, y el oro a quince mil talentos (370 toneladas inglesas). La plata fue transportada hasta el puerto de Narbo y desde allí se llevó en barco a Roma, después de lo cual las carretas regresaron a Tolosa y se cargaron de oro; el convoy de carretas iba escoltado por una cohorte de legionarios romanos, unos quinientos veinte hombres. Cerca de la fortaleza de Carcaso los bandidos atacaron el convoy; la escolta de soldados fue masacrada y el convoy desapareció, junto con su preciosa carga, y nunca volvió a verse.

En aquella época no se sospechó de Cepión el cónsul, pero después del odio que suscitó debido a su conducta en la batalla de Arausio un año después, empezó a correr el rumor de que Cepión el cónsul había organizado el ataque al convoy y había depositado el oro en Esmirna a su nombre. Aunque nunca fue sometido a juicio por el atraco del gran convoy, sí que se le juzgó por la pérdida de su ejército; se le declaró culpable y fue enviado al exilio. Optó por pasar el exilio en Esmirna, donde murió el año 100 a. J.C. La historia del Oro de Tolosa se narra en fuentes antiguas, que no afirman categóricamente que el cónsul Cepión lo robase. Sin embargo parece lógico. Y no cabe duda de que los Servilios Cepiones que sucedieron a Cepión el cónsul hasta los tiempos de Bruto (el último heredero) fueron fabulosamente ricos. Ni tampoco cabe duda de que la mayor parte de Roma consideró a Cepión el cónsul responsable de la desaparición de más oro del que poseía el Tesoro de Roma.

padres conscriptos. Cuando fue fundado por los reyes de Roma (según decía la tradición, por el propio Rómulo), el Senado estaba formado por cien patricios que recibían el título de patres (padres). Luego, cuando se añadieron senadores plebeyos durante los primeros años de la República, se decía que eran conscripti (elegidos sin otra alternativá). Cuando los miembros patricios y plebeyos estuvieron juntos se les llamó patres et conscripti; poco a poco estos dos términos, que empezaron utilizándose para establecer una distinción, se acabaron juntando, y a todos los miembros del Senado se les llamaba simplemente los padres conscriptos.

Panonia. Tierra muy rica y fértil que se extendía por el este de la moderna Austria y Hungría hasta el río Tisa. Sus gentes eran ilíricos de raza y estaban organizados en tribus que vivían en poblados y se dedicaban a la agricultura y al pastoreo. Los modernos Drava y Danubio eran sus principales ríos.

paterfamilias. El cabeza de la unidad familiar. Su derecho a hacer lo que le placiera con los diversos miembros de su familia estaba muy protegido por la ley.

pater patriae. Padre de la patria.

patricios, patriciado. El patriciado era la aristocracia de los orígenes de Roma. Para un pueblo como el de los romanos, consciente de su cuna y venerador del linaje, la importancia de pertenecer a una estirpe de patricios ha de tenerse muy en cuenta. Las familias patricias más antiguas eran aristócratas antes de los reyes de Roma, y la más moderna de todas (los Claudios) parece que surgió al principio de la República. Durante toda la República mantuvieron el título de patricios, así como un prestigio que era inalcanzable para cualquier plebeyo; pero a pesar de la nobleza, surgió una «nueva aristocracia» que se ennobleció situándose por encima de la condición plebeya por el hecho de tener cónsules en la familia. Sin embargo, en el último siglo de la República un patricio gozaba de poco prestigio aparte de su sangre; la riqueza y la energía de las grandes familias plebeyas habían erosionado inexorablemente los primitivos derechos de los patricios. Sila, que era patricio, parece que intentó, en aspectos poco importantes, elevar a los patricios por encima de sus hermanos plebeyos, pero no se atrevió a legislar privilegios importantes. Sin embargo los títulos y los privilegios que establecía la constitución le importaban un bledo a la mayoría de los romanos: sabían que el patricio era mejor. Durante el último siglo de la República, las siguientes familias patricias seguían produciendo senadores y algunos pretores y cónsules: los Emilios, Claudios, Cornelios, Fabios (pero sólo por adopción), Julios, Manlios, Pinarios, Postumios, Sergios, Servilios, Sulpicios y Valerios.

patrón, patronazgo. La sociedad romana de la República estaba organizada en un sistema de patronazgo y clientela (véase también cliente). Aunque quizás los negociantes más pequeños y los humildes de Roma no siempre participaban en dicho sistema, éste, no obstante, prevalecía a todos los niveles de la sociedad, y no todos los patronos procedían de las esferas más elevadas de la sociedad. El patrono se comprometía a ofrecer protección y favores a aquellos que se reconocían como clientes suyos. Los esclavos libertos estaban bajo el patronazgo de sus antiguos amos. Ninguna mujer podía tener clientes. Muchos patronos eran a su vez clientes de un patrono más poderoso que ellos mismos, lo cual técnicamente hacía que sus clientes fueran también clientes de su propio patrono. El patrono podía pasarse años sin hacer nada por obtener ayuda o apoyo de su cliente, pero un día el cliente sería llamado a hacerle un favor a su patrono: votar por él, hacer campaña a su favor o llevar a cabo alguna tarea especial. Era costumbre que el patrono recibiera a sus clientes al amanecer en su casa en los días que el calendario marcaba como de «negocios»; en aquellas sesiones matinales los clientes le pedían ayuda o favores, o asistían sólo para presentar sus respetos u ofrecer sus servicios. Un patrono rico y generoso a menudo regalaba dinero a sus clientes cuando se reunían en esas ocasiones. Si un hombre se hacía cliente de otro hombre al que en otro tiempo hubiera odiado hasta el punto de existir entre ellos una enemistad implacable, dicho cliente a partir de entonces serviría a su antiguo enemigo, ahora su patrono, con completa fidelidad incluso hasta la muerte (por ejemplo César el dictador y Curión el joven).

pavo. Pavo real. Cayo Mario llamó a César «pavo».

peccatum. Pecado venial.

peculatus. Malversador. Cesar llamó así a Catulo cuando acusó a éste de haber malversado los fondos para construir el templo nuevo de Júpiter. peculium. Cantidad de dinero que se pagaba como salario o regularmente a una persona que no podía poseerlo legalmente; un esclavo, por ejemplo, o un niño menor de edad que ganase intereses o dividendos. El peculium era, por tanto, retenido por el guardián legal o por el amo de la persona hasta que dicha persona era libre de manejarlo por sí mismo.

pedarius. Senador de las filas de atrás (véase Senado).

perduellio. Alta traición. Hasta que primero Saturnino y después Sila volvieron a definir el término traición y promulgaron nuevas leyes al respecto, la perduellio era la única forma que tenía la traición en el derecho romano. Lo bastante antiguo como para haber existido ya en tiempos de los reyes de Roma, conllevaba un asunto muy engorroso que requería un juicio o un proceso de apelación en la Asamblea de las Centurias.

peristilo. Jardín cerrado o patio que estaba rodeado por una columnata y constituía la zona al aire libre de una casa.

phalerae. Discos de plata o de oro redondos, grabados con cincel y decorados, de unas 3 o 4 pulgadas (de 75 a 100 milímetros) de diámetro. En origen los llevaban como insignias los caballeros romanos, y también formaban parte de las galas de su caballo. Poco a poco se convirtieron en condecoraciones militares que se concedían por actos de bravura excepcional en la batalla. Normalmente se otorgaban en series de nueve (tres filas de tres cada una) montados sobre un arnés de cuero decorado hecho con correas para llevarlos sobre la cota de malla o la coraza.

Picenum. Parte oriental de la península Itálica que más o menos ocupaba la zona del músculo de la pantorrilla en la pierna que es la península Itálica. Su límite occidental lo formaba la cordillera de los Apeninos; limitaba al norte con Umbría, y con Samnio al sur. Los primitivos habitantes eran de estirpe italiota e ilírica, pero existía la tradición de que los sabinos habían emigrado al este de la cordillera de los Apeninos y se habían asentado en Picenum llevándose consigo a su dios tutelar Pico, el pájaro carpintero, del que había tomado el nombre la región. Una tribu de galos llamados senones se estableció también en la zona en la época en que Italia fue invadida por el rey Breno 1, en el año 39 a. J.C. Políticamente Picenum se dividía en dos partes: el norte de Picenum, íntimamente aliado con el sur de Umbría, estaba bajo el dominio de la gran familia que tenía por nombre Pompeyo; y el Picenum que quedaba al sur del Flosis, o río Flussor, quedaba bajo el dominio de otros pueblos aliados con los samnitas.

pilus prior. Véase centurión.

pipinna. Pene de niño pequeño.

Pisidia, pisidiano. Esta región quedaba al sur de Frigia y era todavía más salvaje y más atrasada que ésta. Extraordinariamente montañosa y llena de lagos, se decía que tenía un clima muy saludable. Existía poca industria y escasos asentamientos populosos; el campo estaba cubierto por espesos bosques de magníficos pinos.

Sus pobladores eran, al parecer, una antigua rama indígena emparentada con los tracios y su idioma era único. Los pocos pisidianos que llegaron a conocimiento de Roma y de los romanos fueron famosos por sus extravagantes creencias religiosas.

Plebeya, Asamblea. Véase asamblea.

plebeyo, plebe. Todos los ciudadanos romanos que no eran patricios eran plebeyos, es decir, pertenecían a la plebe. En los primeros tiempos de la República ningún plebeyo podía ser sacerdote, magistrado ni siquiera senador. Esta situación duró muy poco tiempo; una a una las instituciones exclusivamente patricias fueron derrumbándose ante el empuje de la plebe, que superaba por mucho el número de patricios y amenazó varias veces con secesionarse. Hacia el final de la República había poca, si es que había alguna, ventaja por el hecho de ser patricio… excepto que todos sabían que los patricios eran mejores.

plebiscito. Nombre correcto de una ley promulgada en la Asamblea Plebeya.

población de Roma. Enojosa cuestión sobre la que se ha vertido mucha tinta por parte de los eruditos modernos. Yo creo que existe una tendencia a calcular por lo bajo el número de personas que en realidad moraban dentro de la propia Roma, y son pocos, si es que hay alguno, los eruditos que admiten que el número alcanzase el millón. El consenso general parece ser de medio millón. Sin embargo sí que conocemos las dimensiones de la ciudad republicana dentro de las murallas Servias: más de un kilómetro de anchura y más de dos kilómetros de longitud. Entonces, como ahora, Roma era una ciudad cuyos moradores vivían en apartamentos, y eso nos da una consistente pista sobre la población real. De ciudadanos romanos -es decir, varones inscritos en las listas del censo- había quizás un cuarto de millón, a lo que hay que añadir las esposas, los hijos y además los esclavos. Una casa que no tuviera por lo menos un esclavo a su servicio se encontraba en la más absoluta penuria; parece ser que el proletariado también poseía esclavos. Luego estaban los no ciudadanos, de los cuales Roma tenía verdaderas hordas, con sus mujeres, hijos y esclavos: judíos, sirios, griegos, galos, de todas clases. Roma rebosaba de gente, las ínsulas eran multitudinarias. Entre no ciudadanos, sus esposas, hijos y esclavos debía de elevarse el número de ese cuarto de millón de ciudadanos hasta bien por encima del millón. De otro modo las ínsulas habrían estado medio vacías y la ciudad cubierta de parques. Yo creo que la cifra podría establecerse más bien en dos millones.

podex. Palabra grosera para el orificio posterior fundamental; agujero del culo en lugar de ano.

Pólux. El siempre olvidado Gemelo Celestial. Véase Cástor.

pomerium. Límite sagrado que rodeaba la ciudad de Roma y que estaba marcado por unas piedras blancas llamadas cippi. Se decía que había sido inaugurado por el rey Servio Tulio y permaneció sin cambios hasta la dictadurade Sila. El pomerium no seguía exactamente el trazado de las murallas Servias, un buen motivo para que sea dudoso que las murallas Servias fueran construidas por el rey Servio Tulio… que ciertamente habría hecho que sus murallas siguieran la misma línea que su pomerium. El conjunto de la antigua ciudad fundada por Rómulo sobre el Palatino quedaba dentro del pomerium, mientras que el Aventino quedaba fuera del recinto, igual que el Capitolio. La tradición sostenía que el pomerium podía ser ampliado, pero sólo por un hombre que incrementase significativamente el tamaifo de los territorios romanos. En términos religiosos, la propia Roma era la única que quedaba dentro del pomerium; todo lo que quedase fuera del mismo no era más que territorio romano.

pontifex. Plural, pontifices. Muchos etimólogos latinos creen que en épocas muy primitivas el pontífice era el que construía puentes (pons: puente) y que la construcción de puentes se consideraba un arte místico, pues ponía al constructor en íntimo contacto con los dioses. Pero aunque así sea, cuando llegó la República el pontífice era ya un sacerdote. Incorporado a un colegio especial, sérvía como consejero de los magistrados y de los comitia de Roma en todos los aspectos religiosos… e inevitablemente él mismo llegaba a ocupar un cargo de magistrado. Al principio los pontífices tenían que ser patricios, pero una lex Ogulnia del año 300 a. J.C. estipuló que la mitad del Colegio de los Pontífices tenían que ser plebeyos. Durante los períodos en los que los pontífices (y los augures) se elegían por cooptación dentro del colegio por los demás miembros, los nuevos nombramientos solían recaer en hombres muy por debajo de la edad senatorial; era muy frecuente que tuvieran poco más de veinte años. Así pues, el nombramiento de César a los veintiséis años no tiene nada de raro ni extraordinario. El cargo de pontífice era vitalicio.

pontífice máximo, En latín, pontifex maximus. Era el jefe de la religión de Roma administrada por el Estado y el sacerdote de más categoría de todos. Parece que fue una invención de los primeros tiempos de la República, una manera típicamente magistral de los romanos para rodear un obstáculo sin demolerlo ni herir los sentimientos de nadie. En la época de los reyes de Roma, el rex sacrorum había sido el jefe de los sacerdotes, título que ostentaba el propio rey. Al parecer, considerando que no era prudente abolir el rex sacrorum, los gobernantes antimonárquicos de la nueva República de Roma se limitaron a crear un nuevo sacerdote cuyo papel y condición fueran superiores a las del rex sacrorum. A este nuevo sacerdote se le dio el título de pontifex maximus. Para reforzar su posición de hombre de estado, se estableció que debía ser elegido, no cooptado (todos los demás sacerdotes se nombraban por cooptación). Al principio probablemente se requeriría que fuera patricio, pero pronto también pudo fácilmente ser plebeyo. Supervisaba a todos los miembros de los diversos colegios sacerdotales… y a las vírgenes vestales. El Estado le concedía la casa más imponente que tenía para que fuera su residencia, pero en la época republicana la compartía con las vírgenes vestales, aparentemente al cincuenta por ciento. Su sede oficial tenía categoría de templo inaugurado: la pequeña y antigua Regia situada en el Foro Romano justo a la puerta de su residencia estatal. El cargo de pontífice máximo era vitalicio.

Popular, Asamblea. Véase asamblea.

popularis. Término empleado por Cicerón y otros escritores posteriores para referirse a la facción del Senado y del pueblo que era, a falta de una descripción mejor, más liberal en sus puntos de vista políticos que la facción de los boni, que eran los ultraconservadores. He atribuido la génesis del término a Cicerón, pero no puedo jurar que fuera él quien lo acuñase.

pórtico. Término que he elegido para designar un gran porche cubierto que formaba la entrada de un edificio o de un templo.

porticus. No era un porche, sino todo un edificio que tenía alguna clase de gran patio central. El edificio en sí solía ser más largo que ancho y se construía según el principio de la columnata. El pórtico Margaritaria, que estaba situado en la parte superior del Foro Romano, albergaba las tiendas más caras de Roma. El pórtico Emilia, situado en el puerto de Roma, era un edificio muy largo que albergaba empresas y agentes que se dedicaban al negocio del transporte por barco, a la importación y exportación.

praefectus fabrum. Era uno de los hombres más importasites en un ejército romano, técnicamente el praefectus fabrum ni siquiera formaba parte del mismo; era un civil nombrado por el general para ocupar el puesto. El praefectus fabrum era el responsable de equipar y aprovisionar al ejército en todos los aspectos, desde los animales y el forraje para los mismos, hasta los hombres y la comida. Como establecía contratos con hombres de negocios y fabricantes para comprar el material y las provisiones, era una figura muy poderosa, y, a menos que fuera un hombre de una integridad superior, estaba en una posición perfecta para enriquecerse. La prueba del praefectus fabrum de César, el banquero gaditano Lucio Cornelio Balbo, da una idea de cuán importantes y poderosos eran estos abastecedores de los ejércitos.

praenomen. El primer nombre de un romano. Había muy pocos praenomina (plural) en uso, quizás unos veinte, y la mitad de ellos no eran corrientes o quedaban confinados a una gens particular, como ocurría con el de Mamerco, confinado a los Emilios Lépidos. Cada gens o clan tenía ciertos praenomina favoritos, quizás dos o tres nada más de entre los veinte. Un erudito moderno a menudo puede saber por el praenomen de un hombre si era un auténtico miembro de la gens: los Julios, por ejemplo, solían llamarse Sexto, Cayo y Lucio solamente, con lo cual un hombre que se llamase Marco Julio resulta altamente sospechoso. Los Licinios eran Publio, Marco y Lucio; los Pompeyos tenían como praenomen Cneo, Sexto y Quinto; los Cornelios se llamaban Publio, Lucio, y Cneo; los Servilios de la gens patricia tenían como favoritos Quinto y Cneo. Apio pertenecía en exclusiva a los Claudios. Uno de los grandes rompecabezas de los eruditos modernos es el concerniente a un tal Lucio Claudio que fue rex sacrorum a finales de la República; Lucio no era un praenomen de la familia patricia Claudia, pero el rex sacrorum era ciertamente un patricio Claudio. Yo he postulado que había una cierta rama de los Claudios que llevaba el praenomen Lucio, rama que tradicionalmente proporcionó el rex sacrorum de Roma. Todo el tema de los praenomina me hace morir de risa siempre que miro una de esas películas épicas de romanos hechas en Hollywood. ¡Siempre están equivocados!

praerogativa. Derecho a ser el primero.

praetor peregrinus. Lo he traducido como «pretor para asuntos extranjéros» porque se ocupaba de los no ciudadanos. En la época de Sila sus deberes se confinaron a los litigios y a la dispensa de decisiones legales; viajaba por toda Italia al tiempo que se ocupaba de juicios en los que estaban implicados no ciudadanos dentro de la propia Roma.

praetor urbanus. Era el pretor urbano, cuyos deberes en la República tardía consistían casi exclusivamente en los litigios; Sila definió esto aún más al confinar al pretor urbano a los pleitos civiles en lugar de a los criminales. Su imperium no iba más allá de cinco millas alrededor de Roma, y no se le permitía estar ausente de Roma más de diez días seguidos. Si ambos cónsules se encontraban fuera de Roma, él era el magistrado de mayor categoría de Roma, y por tanto tenía poder para convocar al Senado, para tomar decisiones acerca de la ejecución de la política gubernamental e incluso para organizar la defensa de la ciudad en caso de encontrarse bajo amenaza inminente de ataque.

pretor. Esta magistratura era la segunda en la jerarquía de magistrados romanos. Muy al comienzo de la República, los dos magistrados más altos eran conocidos como pretores. Al final del siglo IV a. J.C., sin embargo, el término cónsul había empezado a utilizarse para los magistrados más altos y los pretores fueron relegados al segundo puesto. Un pretor fue el único representante de esta posición durante muchas décadas; obviamente se trataba del pretor urbano, pues sus deberes quedaban confinados a la ciudad de Roma, dejando así libres a los cónsules para que cumplieran obligaciones como líderes en guerras fuera de la ciudad. En el año 242 a. J.C. un segundo pretor, el praetor peregrinus, fue creado para encargarse de los asuntos relativos a las naciones extranjeras y a Italia en lugar de a los asuntos de Roma. A medida que Roma fue adquiriendo provincias se fueron creando más pretores para que las gobernasen, quienes se marchaban a la provincia en cuestión durante el año en que ocupaban el cargo, en lugar de hacerlo después en calidad de propretores. En el último siglo de la República había, la mayoría de los años, seis pretores elegidos, pero algunos años hubo ocho, dependiendo de las necesidades del Estado. Sila elevó el número de pretores a ocho durante su dictadura, y limitó sus deberes durante el año en que ocupaban el cargo a los tribunales legales.

primus pilus. Véase centurión.

príncipe del Senado. En latín, princeps senatus. Era el líder de la Cámara. Lo nombraban los censores de acuerdo a las normas de la mos maiorum: tenía que ser patricio, líder de su decuria, haber sido interrex más veces que nadie, poseer una moral e integridad intachables y tener la mayor auctoritas y dignitas. El título de príncipe del Senado no se concedía de por vida, sino que estaba sujeto a revisión por cada nuevo par de censores. Sila despojó al líder de la Cámara de una considerable cantidad de su auctoritas, pero continuó teniendo mucho prestigio.

privatus. Plural, privati. En las páginas de este libro se emplea para describir a un hombre que era senador y no ocupaba en la actualidad ninguna magistratura.

procónsul. Quien servía al Estado con el imperium de un cónsul pero no en el cargo de cónsul. El imperium proconsular normalmente se otorgaba a un hombre cuando terminaba su año de cónsul y se iba a gobernar una provincia proconsule. La permanencia de un hombre en el cargo de procónsul duraba normalmente un año, pero era frecuente que fuera prorrogada (véase prórroga), a veces durante varios años; Metelo Pío fue procónsul en Hispania Ulterior desde el año 79 al 71 a. J.C. El imperium proconsular estaba limitado a la provincia del procónsul, y éste lo perdía en el momento en que cruzaba el pomerium y entraba en Roma.

procuestor. El que servía al Estado como cuestor pero no ocupaba el cargo. Este cargo no comportaba imperium, pero bajo circunstancias normales un hombre elegido cuestor podía permanecer en la provincia como procuestor, si cl gobernador que hubiese permanecido en su provincia más de un año se lo pedía personalmente y el cuestor se volvía a Roma cuando volviera su superior.

proletariado. El capite censi o proletarii. Eran los humildes de Roma. Llamados así en latín porque cuando se realizaba un censo lo único que los censores hacían era «contar cabezas». Demasiado pobres para pertenecer a ninguna de las cinco clases, el proletariado urbano solía pertenecer a una tribu urbana, por lo que no poseía votos útiles. Esto los hacía inútiles desde el punto de vista político y sólo había que asegurarse de que estuvieran alimentados y entretenidos lo suficiente para no provocar disturbios. El proletariado rural, aunque normalmente poseía un valioso voto tribal, rara vez podía permitirse acudir a Roma en época de elecciones. El proletariado ni entendía de política, ni tenía ningún interés en cómo estuviera gobernada Roma y no estaban oprimidos como en el contexto de la Revolución Industrial. He evitado asiduamente el término de«las masas» para no aplicar conceptos posmarxistas a las clases humildes de la antigüedad. En realidad parece que estaban atareados y contentos, en gente descarada y nada servil que tenía una excelente idea de su propia valía, y a los que los grandes de Roma les inspiraban escaso respeto. Sin embargo tenían sus héroes públicos; el principal de ellos parece que fue Cayo Mario… hasta el advenimiento de César, a quien adoraban. Esto, a su vez, podría sugerir que no eran insensibles al poderío militar y al concepto de que Roma fuera la Más Grande.

proletarii. Ciudadanos romanos que eran demasiado pobres para pagar impuestos al Estado, tener obligaciones o prestar sus servicios. Lo único que podían darle al Estado era proles: hijos (véase proletariado).

promagistrado. El que servía al Estado desempeñando un papel de magistrado sin serlo realmente. Los cargos de cuestor, pretor y cónsul (las tres magistraturas del cursos honorum formal) eran los únicos importantes.

pronuba. Matrona de honor en una boda. Tenía que ser una mujer que sólo se hubiera casado una vez.

propretor. El que servía al Estado con el imperium de pretor pero no ocupaba dicho cargo. El imperium propretoriano normalmente se le otorgaba a un hombre cuando terminaba su año como pretor y se iba a gobernar una provincia propraetore. La permanencia como propretor generalmente duraba un año, pero podía prorrogarse.

prórroga. Significaba prolongar la permanencia de un hombre en un cargo promagisterial más allá del plazo normal de un año. Afectaba a procónsules y propretores, pero también a los cuestores.

provincia. Originariamente significaba la esfera de los deberes de un magistrado o promagistrado que ostentase imperium, y por lo tanto se aplicaba tanto a cónsules y pretores en el cargo dentro de Roma como a los que se encontraban en el extranjero, Luego la palabra vino a significar el lugar donde se ejercía el imperium por aquel que lo ostentaba, y finalmente se aplicó al lugar, y adoptó el significado de que pertenecía a Roma.

publicani. Recaudadores de impuestos o recaudadores contratados para recoger los ingresos públicos de Roma. Tales contratos eran extendidos por los censores cada cinco años aproximadamente. Los publicani se organizaban en compañías y solían ser caballeros poderosos.

pueblo de Roma. Este término comprendía a todos los romanos que no eran miembros del Senado; se aplicaba tanto a patricios como a plebeyos, y tanto al proletariado como a la primera clase. Sin embargo yo lo he utilizado a veces refiriéndome a aquéllos cuyos votos tenían valor.

pulex. Pulga.

púnico. Perteneciente a Cartago y a los cartagineses. Deriva de la tierra de origen de los cartagineses, Fenicia.

quintilis. En origen era el quinto mes, cuando el año nuevo romano empezaba en marzo, pero conservó el nombre cuando el comienzo del año nuevo en el mes de enero lo convirtió en el séptimo mes. Nosotros lo conocemos, naturalmente, como el mes de julio, y también lo conocieron por ese nombre, como conmemoración, los romanos después de la muerte del gran Julio. quiris. Ciudadano romano.

quirites. Ciudadanos romanos. Parece ser que el término se reservaba para los civiles; no se aplicaba a los soldados.

República. La palabra en origen fueron dos -res publica-, las cuales significaban las cosas que constituyen el pueblo como un todo; es decir, el gobierno.

retórica. Arte de la oratoria, algo que griegos y romanos convirtieron en ciencia. Un orador debía hablar de acuerdo con unas normas y disposiciones cuidadosamente establecidas que iban mucho más allá de las meras palabras; el lenguaje corporal y los gestos formaban parte intrínseca de ello. Había diferentes estilos de retórica; el asiánico era florido y dramático, el ático más refrenado y de enfoque más intelectual. Debe tenerse siempre en cuenta que la audiencia que se congregaba para escuchar un discurso público -ya fuera en relación con la vida política o con los tribunales legales- estaba formada por entendidos en retórica. Los hombres que escuchaban y miraban lo hacían con una actitud extraordinariamente crítica; ellos también habían aprendido todas las reglas y técnicas y no resultaban fáciles de complacer.

rex sacrorum. Durante la República era el segundo en categoría de los miembros del Colegio de los Pontífices. Reliquia de la época de los reyes de Roma, el rex sacrorum tenía que ser patricio y estaba rodeado de tantos tabúes como el flamen Dialis.

Rhenus, río. El moderno Rin. En la antigüedad era la frontera natural entre Germania y las tribus de germanos y la Galia y sus tribus gálicas. Era tan ancho, profundo y fuerte que se consideraba imposible tender puentes sobre él.

Rhodanus, río. El moderno Ródano. Su valle, grande, fértil y habitado por tribus célticas de galos, recibió pronto la influencia romana; después de las campañas de Cneo Domicio Ahenobarbo en los años 122 y 121 a. J.C., el valle del Ródano, hasta las tierras de los eduos y de los ambarros, se convirtió en parte de la provincia romana de la Galia Transalpina -es decir, de la Galia situada más allá de los Alpes- o Galia Ulterior.

róbalo. Pez de agua dulce del río Tíber. El animal se encontraba sólo entre el puente de madera y el Pons Aemilius, donde acechaba alrededor de los desagües de las grandes cloacas y se alimentaba de lo que salía por ellos. Por lo visto estaba tan bien alimentado que era tristemente famoso por lo difícil que resultaba su captura. Quizás por eso era considerado como una exquisitez por los epicúreos de Roma.

Roma. Nombre latino correcto. Es femenino.

Rómulo y Remo. Eran gemelos, hijos de Rhea Silva, hija del rey de Alba Longa y del dios Marte. El tío de ésta, Amulio, que había usurpado el trono, puso a los gemelos en una cesta hecha de juncos y la envió a la deriva por el Tíber (¿reminiscencias de Moisés?). Fueron arrojados a la orilla por el agua debajo de una higuera al pie del monte Palatino; una loba los encontró y los amamantó en una cueva cercana. Fáustulo y su esposa Acca Larentia los rescataron y los criaron hasta hacerse hombres. Tras deponer a Amulio y devolver al trono a su abuelo, los gemelos fundaron un poblado en el Palatino. Una vez que las murallas estuvieron construidas y bendecidas, Remo saltó por encima de ellas, cosa que, por lo visto, era un espantoso acto de sacrilegio. Rómulo le dio muerte. Como no había gente para habitar su ciudad sobre el Palatino, Rómulo emprendió la tarea de buscarla, y para ello fundó un refugio en la depresión que queda entre las dos jorobas del Capitolio. Este asilo atrajo a criminales y esclavos… ¡lo cual dice bastante acerca de los orígenes de Roma! Sin embargo seguía sin tener mujeres. Estas las obtuvo engañando a los sabinos del Quirinal para que llevasen a sus mujeres a un banquete; Rómulo y sus proscritos las raptaron. Rómulo gobernó durante mucho tiempo. Luego un día salió a cazar a los pantanos de la Cabra, en el Campo de Marte, y le sorprendió una terrible tormenta; al ver que no regresaba, se creyó que se lo habían llevado los dioses y que lo habían hecho inmortal.

rostra. Espolones. Un rostrum era el saliente de roble reforzado de las galeras de guerra que se usaba para embestir a otros barcos. Cuando en el año 338 a. J.C. el cónsul Cayo Menio atacó a la flota volsca en el puerto de Ancio, la derrotó por completo. Para marcar el fin de los volscos como un poder rival de Roma, Menio arrancó los espolones de los barcos que había hundido o capturado y los clavó en la pared del Foro donde se encontraba la tribuna de los oradores, que estaba embutida en el costado del Foso de los Comicios. Desde entonces a la tribuna de los oradores se la conoció por el nombre de rostra: espolones de barcos. Otros almirantes victoriosos siguieron el ejemplo de Menio, pero cuando no pudieron davarse más espolones en aquella pared, se instalaron sobre elevadas columnas erigidas alrededor de la tribuna.

roxolanos. Pueblo que habitaba parte de la moderna Ucrania y Rumania, una rama de los sármatas. Organizados en tribus, eran pueblos jinetes que tendían a la vida nómada excepto en las zonas donde las colonias costeras griegas de los siglos VI y V a. J.C. los afectaron lo suficiente para iniciarlos en la agricultura. Todos los pueblos que vivían alrededor del Mediterráneo los despreciaban, pues los consideraban bárbaros, pero después de conquistar las tierras que rodeaban el mar Euxino, el rey Mitrídates VI los utilizó como tropas, principalmente de caballería.

saepta. «Corral de ovejas». La palabra estaba en plural y se refería a las divisiones que se utilizaban para transformar el espacio del Campo de Marte, donde las Centurias o las tribus se reunían para votar en un laberinto de pasillos.

salios. Colegios de sacerdotes al servicio de Marte; el nombre significaba «bailarines saltarines». Eran veinticuatro y estaban agrupados en dos colegios de doce. Tenían que ser obligatoriamente patricios. sátrapa. Era el título que daban los reyes de Persia a sus gobernadores provinciales o territoriales. Alejandro el Grande se apoderó del término y lo empleó, como hicieron después los reyes de los partos y los reyes de Armenia. La zona administrada por un sátrapa se llamaba satrapía.

Saturnino. Lucio Apuleyo Saturnino, tribuno de la plebe en los años 103, 100 y 99 a. J.C. El principio de su carrera se vio mancillado por una acusación de estafa de grano mientras era cuestor de abastecimiento de grano en Ostia, y esa mancha permaneció con él durante el resto de su vida. Durante su primer cargo como tribuno de la plebe se alió con Cayo Mario y logró conseguir tierras de África para asentar a los veteranos de Mario. También definió una nueva clase de traición: la maiestas minuta o «traición pequeña», y estableció un tribunal especial para juzgar ese delito. En su segundo cargo corno tribuno de la plebe en el 100 a. J.C. también estuvo aliado con Mario, para el cual obtuvo más tierras para veteranos después de la campaña germana. Pero al final Saturnino se convirtió más bien en un estorbo que en una ayuda para Mario, así que éste lo repudió públicamente; entonces Saturnino se volvió contra Mario.

Hacia finales del año 100 a. J.C. Saturnino empezó a conquistarse al proletariado; en aquella época había hambruna y el proletariado estaba inquieto. Hizo aprobar una ley del grano que no pudo llevar a la práctica, pues no había grano del que disponer. Cuando se celebraron las elecciones de tribunos de la plebe para el 99 a. J.C., Saturnino volvió a presentarse, con éxito. Agitadas por la hambruna y por la oratoria de Saturnino, las multitudes del Foro se volvieron un peligro suficiente para obligar a Mario y a Escauro, el príncipe del Senado, a aliarse y lograr la aprobación de un último decreto del Senado. Cuando fueron aprehendidos después de haber cortado el abastecimiento de agua del Capitolio, a Saturnino y a sus amigos se les encerró en la Cámara del Senado hasta que pudieran celebrarse los juicios y se les mató con una lluvia de tejas del tejado de la Cámara del Senado. Luego se anularon todas las leyes de Saturnino. Después siempre se dijo que Saturnino había intentado convertirse en rey de Roma. Su hija Apuleya se casó con el patricio Marco Emilio Lépido.

Para una narración más completa de la carrera de Saturnino, véase la entrada en el glosario de La corona de hierba.

seléucida. Nombre de una de las ramas dinásticas de la casa real de Siria, cuyos soberanos eran descendientes de Seleuco Nicator, uno de los compañeros de Alejandro el Grande, aunque no uno de sus generales célebres. Después de la muerte de Alejandro, Seleuco puso los cimientos de un reino que con el tiempo se extendería desde Siria y Cilicia hasta Media y Babilonia; tenía dos capitales, Antioquía y Seleucia del Tigris. Tuvo dos esposas, la macedonia Estratonice y la bactriana Apama. El último siglo a. J.C. el reino de los partos había usurpado las tierras orientales, y Roma la mayor parte de Cilicia; el reino de los seléucidas se vio reducido solamente a Siria. Luego Pompeyo convirtió Siria en provincia romana, lo que hizo que el último de los seléucidas ocupase el trono de Comagene.

Senado. En latín, senatus. Originalmente era un cuerpo formado sólo por patricios que primero contenía cien miembros y después trescientos. A causa de su antigüedad, no existía una definición clara de sus derechos, poderes y obligaciones. El carácter de miembro del Senado era vitalicio (a menos que un hombre fuera expulsado por los censores por conducta inadecuada o por empobrecimiento), lo cual predisponía a la forma oligárquica que adquirió. A lo largo de su historia sus miembros lucharon denodadamente por conservar la preeminencia en el gobierno. Hasta que Sila prohibió la entrada en el Senado a todo aquel que no hubiera sido cuestor, el nombramiento quedaba a criterio de los censores, aunque desde mediados de la época de la República en adelante la admisión en el Senado se llevaba a cabo en seguida después de ser cuestor; la lex Atinia disponía que los tribunos de la plebe entrasen automáticamente en el Senado tras ser elegidos. Esta era una selección de entrada completamente extraoficial; se suponía que un senador debía disfrutar de unos ingresos de un millón de sestercios.

Sólo los senadores podían llevar sobre la túnica el latus clavus; éste era una banda ancha de color púrpura que bajaba por el hombro derecho. Calzaban zapatos cerrados de cuero marrón y llevaban un anillo que en origen había sido de hierro, pero que después fue de oro. El auto senatorial consistía en llevar sobre la túnica la banda estrecha de los caballeros. Sólo los hombres que habían ostentado una magistratura curul llevaban una toga con orla púrpura; los senadores corrientes la llevaban blanca, lisa.

Las reuniones del Senado debían celebrarse en locales debidamente consagrados; el Senado tenía su propia curia o casa de reuniones, la Curia Hostilia, pero también era dado a reunirse en cualquier otra parte a capricho del hombre que convocase la reunión:

se suponía que dicho hombre tenía motivos fundados para escoger un lugar que no fuera la Cámara del Senado, como, por ejemplo, que necesitara reunirse en un lugar fuera del pomerium. Las ceremonias, la reunión y el banquete del día de año nuevo siempre se celebraban en el templo de Júpiter Óptimo Máximo. Las sesiones podían tener lugar solamente desde la salida del sol hasta la puesta del sol, y no podían celebrarse los días en que se reunieran las otras asambleas, aunque sí estaban permitidas en días comiciales si no se reunía ninguna de las otras asambleas.

Hasta que Sila reorganizó esto, como hizo con otras muchas cosas, la rígida jerarquía del orden en que hablaban los senadores siempre había colocado en primer lugar al príncipe del Senado y a los consulares, por delante de hombres que ya hubieran salido elegidos para un cargo pero no lo hubieran asumido aún, mientras que después de Sila los cónsules y los pretores electos hablaban por delante de dichos consulares; tanto antes como después de Sila, un patricio siempre precedía a un plebeyo de igual categoría en la jerarquía para hablar. El privilegio de hablar no se les concedía a todos los miembros de la Cámara. Los senatores pedanii (he usado la expresión de «los de los bancos de atrás» para describirlos, pues se sentaban detrás de los hombres a los que se les permitía hablar) podían votar, pero no participaban en los debates. No había restricciones de tiempo ni en lo referente al contenido del discurso, así que el obstruccionismo al hablar de cualquier cosa era algo corriente. Si un tema no tenía importancia o era evidente que todos estaban a favor, la votación podía expresarse verbalmente o a mano alzada, pero una votación formal se realizaba mediante una división de la cámara, lo cual significaba que los senadores abandonaban sus puestos y se agrupaban a ambos lados del estrado curul según el voto fuera sí o no, y entonces se les contaba. Como siempre fue un cuerpo consejero más que auténticamente legislativo, el Senado emitía sus consulta o decretos en forma de peticiones a las restantes asambleas. Si el tema era grave, tenía que haber quórum antes de votar, aunque no sabemos el número exacto que constituía dicho quórum. Ciertamente la mayoría de las reuniones no tenían mucha concurrencia, pues no había ninguna norma que dijera que un hombre nombrado senador tuviera que asistir a las reuniones, ni siquiera de modo irregular.

En algunas áreas el Senado tenía supremacía, a pesar de su falta de poder legislativo: el fiscus estaba controlado por el Senado, lo mismo que el Tesoro; los asuntos extranjeros estaban reservados para el Senado; el nombramiento de los gobernadores de las provincias, la regulación de los asuntos de las mismas y las guerras recibían solamente atención del Senado.

senatus consultum. Véase consultum.

senatus consultum de re publica defendenda. Era el decreto último del Senado, y se conoció así hasta que Cicerón abrevió el título entero llamándolo senatus consultum ultimum. Databa del año 121 a. J.C., cuando Cayo Graco recurrió a la violencia para impedir que sus leyes fueran abolidas; el decreto último quería decir que en emergencias civiles el Senado podía, aprobándolo, anular la autoridad de todos los demás cuerpos de gobierno. Este decreto último proclamaba la soberanía del Estado y establecía lo que de hecho era la ley marcial. En realidad era un modo hábil de evitar nombrar un dictador.

senatus consultum ultimum. Era el nombre que en la época de que trata este libro se daba con mayor frecuencia al senatus consultum de re publica defendenda. Ciertamente Cicerón lo empleó, y a él le atribuyo yo el origen, aunque sólo es una suposición.

sestercio. Aunque el denario era una moneda más corriente en circulación que el sestercio, los procedimientos aritméticos romanos siempre se expresaban en sestercios. En los textos latinos aparece abreviado como RS. Era una moneda pequeña de plata que pesaba menos de un gramo; el sestercio era la cuarta parte de un denario. sextilis. En origen era el sexto mes, cuando el año nuevo romano empezaba en marzo; mantuvo el nombre después de que el hecho de empezar el año en enero lo convirtiera en el octavo mes. Nosotros lo conocemos como agosto, y así lo conocieron también los romanos, pero no hasta la época de Augusto.

silla curul. La sella curulis era la silla de marfil reservada exclusivamente para los magistrados que tenían imperiurn. Bellamente tallada en marfil, la silla propiamente dicha tenía patas curvadas que se cruzaban formando una equis ancha, de manera que podía pIegarse. Estaba equipada con brazos bajos, pero no tenía respaldo.

socius. Plural, socii. Un socius era un hombre que pertenecía a una ciudadanía que tenía condición de aliada con Roma.

Sol Indiges. Era uno de los dioses italianos más antiguos, aparentemente (el sol), marido de Telo (la tierra). Aunque se conocen pocas cosas acerca de su culto, parece ser que era enormemente reverenciado. Los juramentos hechos en su nombre eran asuntos muy serios.

spina. Franja central divisoria de la pista o arena de un circo.

spinther. Actor famoso en Roma por hacer papeles secundarios. Referirse así a alguien era clasificar de secundaria la eficacia o la obra de esa persona.

stibium. Versión antigua de máscara. Hecha a base de antimonio negro soluble en agua, el stibium se usaba para ennegrecer las cejas y las pestañas o para trazar una línea alrededor del perímetro del ojo. Sería interesante saber cuán recientemente se sustituyó el stibium por una sustancia más benigna, pero, por desgracia, ninguna obra de referencia me lo indica.

stips. Pequeño pago a cambio de servicios prestados.

strigilis. Era un instrumento romo, bastante parecido a un cuchillo con la hoja curva, y se usaba para raspar el sudor y la suciedad durante un baño caliente.

Subura. La parte de la ciudad de Roma más pobre y más densamente poblada. Quedaba al este del Foro Romano, en el declive que había entre el espolón Opiano del monte Esquilmo y la colina del Viminal. Su gente era tristemente célebre por ser políglota y de vecinos muy liberales; muchos judíos vivían en Subura, que en la época de Sila contenía la única sinagoga de Roma. Suetonio dice que César, el dictador, vivió en Subura.

sui iuris. En sus propias manos o en control de su propio destino. Distinto de vivir bajo la autoridad del paterfamilias u otro guardián legal.

¡ Tace! Plural, tacete. ¡Calla!

¡ Tace, inepte! ¡Cállate, tonto!

talento. Era la carga que podía llevar un hombre. Los lingotes de oro y plata y las sumas muy grandes de dinero se expresaban en talentos, pero el término no se refería sólo a los metales preciosos y al dinero. El talento pesaba de 50 a 55 libras (25 kilogramos). Un talento de oro pesaba igual que un talento de plata, pero era mucho más valioso, desde luego. Taprobane. La Isla de Sri Lanka (Ceilán). Tarpeya, roca. Dónde se encontraba exactamente es una cuestión muy debatida, pero sabemos que era bien visible desde el Foro Romano inferior, pues las personas a las que se despeñaba desde allí podían verse desde la tribuna. Seguramente debía de ser un saliente en lo alto de los acantilados capitolinos, pero como la caída desde allí no era de mucho más de 80 pies (25 metros), la roca Tarpeya debía de estar situada encima de algún promontorio escarpado; no tenemos pruebas de que nadie sobreviviera nunca a la caída. Era el lugar tradicional donde se ejecutaba a los ciudadanos romanos traidores y asesinos, que o bien eran despeñados desde la roca u obligados a saltar. Los tribunos de la plebe eran muy aficionados a amenazar a los senadores que les estorbaban con despeñarlos desde la roca Tarpeya. Yo la he situado en alineación con el templo de Ops.

Tarquinio el Soberbio. El séptimo y último rey de Roma. Terminó y consagró el templo de Júpiter Optimo Máximo, pero tuvo más fama como guerrero que como constructor. Su ascenso al trono era un cuento espeluznante sobre asesinatos y una mujer (Tulia, hija del rey Servio Tulio), y su deposición fue una cosa por el estilo. Un levantamiento de patricios encabezados por Lucio Junio Bruto hizo que escapase de Roma y que se estableciera la República. Tarquinio el Soberbio buscó refugio en varios líderes locales antirromanos sucesivamente, y acabó muriendo en Cumae. Se cuenta una curiosa anécdota de cómo Tarquinio el Soberbio acabó la guerra contra la ciudad de Gabies: cuando le preguntaron qué quería hacer con los hombres preeminentes de Gabies, no dijo ni palabra; en cambio fue a su jardín, sacó la espada y les cercenó la cabeza a todas las amapolas que sobresalían más que las demás; su hijo, que se encontraba en Gabies, interpretó el mensaje correctamente y decapitó a todos los sabios de mérito. Poca gente conoce hoy los orígenes de la expresión «síndrome de la amapola alta», aunque se usa en sentido metafórico para referirse al característico asesinato de aquellos hombres y mujeres de superior capacidad o preeminencia.

tata. Diminutivo latino de padre, parecido a nuestro «papá». Yo he elegido, por cierto, utilizar el casi universal «mamá» para madre, pero el auténtico nombre en latín era mamma.

terra incógnita. Tierra desconocida.

tetrarca. Jefe de la cuarta parte de cualquier estado o territorio. Las tres tribus de Galacia -tolitobogos, trocmos y voleos testosagos- se dividían cada una en cuatro partes, y cada una de esas cuatro partes estaba encabezada por un tetrarca.

tingitano, mono. Macaco terrestre y sin cola. Los monos y primates no eran muy comunes en el Mediterráneo, pero el macaco que aún hoy día se encuentra en Gibraltar siempre estuvo presente en el norte de Africa.

tirocinium fori. Aprendizaje de derecho y retórica de un joven en el Foro.

toga. Prenda que sólo un ciudadano romano tenía derecho a utilizar. Se hacía de lana ligera y tenía una forma peculiar (que es el motivo por el que los romanos togados de las películas de Hollywood nunca presentan el aspecto correcto). Después de exhaustivos y brillantes experimentos, la doctora Lillian Azilson, de John Hopkins, ideó un tamaño y una forma que daban el aspecto perfecto de una toga. Para sentarle bien a un hombre de 5 pies y 9 pulgadas (175 cm) de altura que tuviera una cintura de 36 pulgadas (89,5 cm), la toga tenía unos 15 pies (4,6 metros) de ancho y 7 pies y 6 pulgadas (2,25 metros) de largo. La longitud se toma desde el eje de altura del hombre y la medida de anchura se toma envolviéndola a su alrededor. ¡Sin embargo, la forma no era ni mucho menos rectangular! Tenía el siguiente aspecto:



A menos que la toga estuviera cortada como muestra la ilustración, no se lograría en modo alguno hacer que colgase en pliegues del modo que se contempla en las estatuas antiguas. La toga republicana del último siglo a. J.C. era muy grande (el tamaño varió considerablemente durante los mil años en que fue el atuendo tradicional de los romanos). ¡Y un hombre envuelto en los pliegues de semejante toga no podía llevar taparrabos ni ninguna otra ropa interior!

toga candida. Toga especialmente blanqueada que llevaban los candidatos a un cargo de magistrado. Su pura blancura se lograba blanqueando la prenda al sol durante muchos días y luego impregnándola de fino polvo de yeso.

toga praetexta. Toga bordada en púrpura de los magistrados curules. Estos hombres seguían llevándola incluso cuando el plazo de su cargo ya había cumplido. Era también la toga que llevaban los niños y las niñas.

toga trabea. La «toga multicolor» de Cicerón. Era la toga a rayas que llevaban los augures y muy probablemente también los pontífices. Igual que la toga praetexta, tenía una cenefa púrpura a todo su alrededor, pero también tenía unas franjas anchas alternativas rojas y púrpura a lo largo. toga virilis. Toga lisa blanca que llevaban los varones romanos. También se llamaba toga alba o toga pura.

togado. Palabra que describe a un hombre ataviado con su toga.

tribu, tribus. Desde el principio de la República, la palabra tribus para un romano significaba no una agrupación étnica de sus gentes, sino una agrupación política de servicio sólo al Estado. Había treinta y cinco tribus en total; treinta y una eran rurales, sólo cuatro eran urbanas. Las dieciséis tribus realmente antiguas llevaban los nombres de las gentes de origen patricio, y de ese modo se indicaba que los ciudadanos que pertenecían a tales tribus o eran miembros de las familias patricias o habían vivido en tierras pertenecientes a esas familias patricias. Cuando los territorios pertenecientes a Roma en la península empezaron a expandirse durante la primera mitad de la República, se fueron añadiendo tribus para colocar a los nuevos ciudadanos dentro del cuerpo político de Roma. Colonias enteras de ciudadanos romanos también formaron el núcleo de nuevas tribus. Se suponía que las cuatro tribus urbanas habían sido fundadas por el rey Servio Tulio, aunque probablemente su origen sea un poco más tardío. La última de las treinta y cinco tribus se creó en el año 241 a. J.C. Todos los miembros de una tribu tenían derecho a depositar el voto en una asamblea tribal, pero esos votos sólo ayudaban a determinar en qué sentido votaba una tribu completa, porque cada tribu emitía un solo voto, el de la mayoría de sus miembros. Eso significaba que en ninguna asamblea tribal el enorme número de ciudadanos que componían las cuatro tribus urbanas podía inclinar el voto en ningún sentido, pues las tribus urbanas sólo tenían cuatro votos en el total de las treinta y cinco tribus. A los miembros de las tribus rurales no se les prohibía vivir en Roma ni se les obligaba a alistar a su progenie en una tribu urbana. La mayoría de los senadores y de los caballeros de la primera clase pertenecían a tribus rurales. Era una marca de distinción.

tribuni aerari, tribunus aerarius. Véase caballeros.

tribuno de la plebe. Estos magistrados empezaron a existir al principio de la historia de la República, cuando la plebe estaba en un continuo altercado con el patriciado. Elegidos por el cuerpo tribal de plebeyos que constituía el concilium plebis o comitia plebis tributa (Asamblea Plebeya), prestaban juramento para defender las vidas y las propiedades de los miembros de la plebe y rescatar a cualquier miembro de la misma de las garras de un magistrado (todos patricios en aquellos tiempos). Hacia el año 450 a. J.C. eran ya diez los tribunos de la plebe. Una lex Atinia de tribunis plebis in senatum legendis del año 149 a. J.C. estipulaba que un hombre elegido para ser tribuno de la plebe entraba automáticamente en el Senado. Como no eran elegidos por el pueblo (es decir, por patricios y plebeyos conjuntamente), no poseían poder bajo la no escrita constitución romana y no eran magistrados del mismo modo que los tribunos de los soldados, los cuestores, los ediles curules, los pretores, los cónsules y los censores; su magistratura era de la plebe y el poder de su cargo residía en el juramento que toda la plebe pronunciaba para defender el sacrosanto carácter -la inviolabilidad- de sus tribunos electos. El poder del cargo también estaba en el derecho a interponer el veto contra casi cualquier aspecto del gobierno: un tribuno de la plebe podía vetar las acciones o las leyes de sus nueve colegas tribunos o de cualquier -¡o todos!- magistrado, incluidos los cónsules y los censores; podía vetar la celebración de elecciones, la aprobación de cualquier ley y cualquier decreto del Senado, incluso los que se ocupaban de asuntos extranjeros y la guerra. Sólo los dictadores (y quizás el interrex) no estaban sujetos al veto tribunicio. Dentro de su propia Asamblea Plebeya, el tribuno de la plebe podía incluso condenar a muerte si se le negaba el derecho a cumplir con sus deberes.

El tribuno de la plebe no tenía imperium, y la autoridad que le confería su cargo no iba más allá de la piedra que señalaba la primera milla fuera de la ciudad de Roma. Según la costumbre, un hombre sólo podía ocupar una vez cl cargo de tribuno de la plebe, pero Cayo Graco puso fin a eso; aun así, no era frecuente que ninguno se presentase más de una vez. El auténtico poder de dicho cargo era negativo -el veto (que se llamaba intercessio)-; el papel que desempeñaban los tribunos de la plebe, más que constructivo, era más bien de obstrucción al gobierno. Los elementos conservadores del Senado aborrecían a los tribunos de la plebe, aunque siempre empleaban a su servicio a unos cuantos.

El Colegio de los Tribunos de la plebe entraba en ejercicio el décimo día de diciembre de cada año y tenía su sede en la basílica Porcia. En el año 81 a. J.C., Sila, como dictador, despojó a los tribunos de la plebe de todos sus poderes excepto del derecho a rescatar a un miembro de la plebe de las garras de un magistrado, pero los cónsules Pompeyo y Craso restauraron todos los poderes del cargo en el año 70 a. J.C. El cargo era demasiado importante para poder pasar sin él. Véase también plebeyo.

tribuno de los soldados. Dos docenas de hombres de entre veinticinco y veintinueve años de edad eran elegidos cada año por la Asamblea Popular para ejercer como tribuni militum o tribunos de los soldados. Eran verdaderos magistrados, demasiado jóvenes para pertenecer al Senado, y eran los representantes gubernamentales de las legiones de los cónsules (las cuatro legiones que pertenecían a los cónsules en el cargo). Se asignaban seis tribunos de los soldados a cada una de las cuatro legiones, y normalmente eran los que las mandaban. El mando se compartía de manera que siempre hubiera uno de los tribunos de los soldados de guardia en el mando, pero aparentemente uno de los seis (probablemente el que hubiera sacado el mayor número de votos, o por sorteo) era superior a los otros.

tribuno militar. Los que pertenecían al servicio del general que no eran elegidos tribunos de los soldados, pero cuyo rango era superior al de cadete e inferior al de legado. Si el general no era un cónsul en el cargo, los tribunos militares podían mandar legiones. Si no reaiizaban diversos trabajos para algún general, los tribunos militares también servían como comandantes de caballería, llamados prefectos.

triclinium. Comedor. Para más información, véase el glosario de cualquiera de mis libros anteriores.

trogloditas. En la antigüedad, gente que vivía no tanto en cavernas como en viviendas que excavaban en la roca blanda. La parte egipcia del Sinus Arabicus (ahora el mar Rojo) tenía fama de tener trogloditas, y la blanda piedra de toba de las gargantas capadocias proporcionaba viviendas para los pueblos locales desde tiempos prehistóricos.

Tulo Hostilio. Tercer rey de Roma, y personaje muy misterioso. Hombre guerrero, atacó, capturó y destruyó Alba Longa; luego llevó a la población a Roma y la añadió al populacho; la clase gobernante de Alba Longa se convirtió en parte del patriciado. Tulo Hostilio también construyó la Cámara del Senado, que se llamó Curia Hostilia en su honor.

túnica. Prenda común a todos los pueblos antiguos del Mediterráneo, incluidos los griegos y los romanos; los pantalones se consideraban vestimenta de bárbaros. La túnica romana solía ser más bien amplia y sin forma, sin pinzas que señalasen la cintura; cubría el cuerpo desde los hombros y antebrazos hasta las rodillas. Probablemente llevaba mangas (los antiguos sabían coser, cortar el paño y hacer ropa cómoda), a veces largas. La túnica a menudo se ceñía con un cordón o con un cinturón de cuero con hebilla, y las de los romanos eran por delante ocho centímetros más largas que por detrás. Las clases romanas altas llevaban siempre la toga fuera de su propia casa, pero existe poca duda acerca de que los humildes sólo llevaran la toga en ocasiones especiales, como los juegos o las elecciones. Si el tiempo era húmedo se prefería una capa de algún tipo a la toga. El caballero llevaba una tira púrpura en el hombro derecho, llamada el augustus clavus; la banda púrpura del senador era más ancha, y se llamaba latus clavus. Cualquiera cuyos ingresos fueran inferiores a trescientos mil sestercios no podía llevar banda alguna. El tejido acostumbrado para la túnica era la lana, del color normal avena pálido que tiene la lana sin teñir.

Venus Erucina. Aspecto de Venus que regía el acto del amor, particularmente en su sentido más libre y menos moral. En la fiesta de Venus Erucina las prostitutas se ofrecían a ella, y el templo de Venus Erucina a las puertas de Roma, en el exterior de la puerta Colina, solía recibir regalos de dinero de las prostitutas que tenían éxito.

verpa. Palabrota latina usada para insultar. Se refería al pene, por lo visto en estado erecto solamente y con el prepucio retirado, y tenía connotación homosexual.

Vesta, vírgenes vestales. Vesta era una diosa romana muy antigua e incorpórea, sin mitología ni imagen. Era el hogar, el centro de la vida familiar, y la sociedad romana estaba cimentada en la familia. Su culto público estaba oficialmente supervisado por el pontífice máximo, pero era tan importante que tenía su propio colegio pontificio, las seis vírgenes vestales. La virgen vestal se entregaba a los siete u ocho años de edad, hacía votos de completa castidad y servía durante treinta años, tras los cuales era liberada de los votos y devuelta a la sociedad todavía en edad de tener hijos. Pocas vestales llegaban a casarse; se consideraba aciago hacerlo. La castidad de las vírgenes vestales era la suerte pública de Roma: un colegio casto era favorecido por la Fortuna. Cuando a una vestal se la acusaba de impureza se la juzgaba formalmente ante un tribunal reunido especialmente; su supuesto amante o amantes se juzgaba en otro tribunal. Si se la hallaba culpable se la arrojaba en una fosa que se cavaba especialmente para ella; luego la fosa se sellaba y a la vestal se la dejaba allí para que muriera. En tiempos republicanos las vírgenes vestales compartían la misma residencia que el pontífice máximo, aunque estaban separadas de éste y de su familia. La Casa de Vesta -que no era un templo consagrado- estaba cerca de dicha residencia y era pequeña, redonda y muy antigua. Estaba adyacente a la Regia del pontífice máximo y junto al pozo de Juturna, que proporcionaba agua a las vestales, quienes tenían que sacar el agua cada día en persona; al final de la República esto era solamente un ritual. Una hoguera ardía permanentemente dentro de la casa de Vesta simbolizando el fuego del hogar; lo cuidaban las vestales y no podía apagarse por ningún motivo.

via. Camino o carretera principal.

vicus. Calle de buen tamaño.

vilicus. Supervisor. En este libro se utiliza para describir al custodio de un colegio de encrucijada.

vir militaris. Véase militar.

votación. La votación romana era timocrática, el poder del voto dependía de la situación económica, y no se hacía al estilo de «un hombre, un voto». Si un individuo votaba en las centurias o en las tribus, su voto personal sólo influía en el veredicto de esa centuria o esa tribu. Los resultados de las votaciones eran determinados por el número de votos centuriados o tribales que iban en una dirección particular; así, en las Centurias de la primera clase sólo había noventa y nueve votos en total, el número de centurias que formaban la primera clase, y en las asambleas tribales sólo había treinta y cinco votos en total, el número de tribus. La votación jurídica era diferente. El voto de un miembro del jurado sí que orientaba el resultado de un juicio, pues el jurado tenía un número impar de hombres y la decisión se tomaba por mayoría, no por unanimidad. Si por algún motivo el jurado era de número par y el voto resultaba un empate, el veredicto había de ser el perdón. No obstante, la votación del jurado también era timocrática, pues un hombre que no gozase de una elevada posición económica no tenía oportunidad de sentarse en un jurado.

Zenón. Griego que fundó la filosofía estoica.

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