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Romina no sabe de qué trabaja Ernesto. Le pidieron en el colegio un essay sobre la actividad o profesión paterna. Pero ella no sabe. Sabe lo que le dicen, pero eso no es cierto. Lo llama a Juani. Él tampoco sabe. Se ríe, si tuviera que escribir sobre el trabajo de su padre sería muy sencillo para él. Sólo cuatro palabras. Myfather doesn´t work. Pero no le pidieron ese essay. Se lo pidieron a Romina, y él trata de averiguar. Pero su madre, que sabe todo de todos, le contesta con evasivas. "Dale, mamá, ¿no lo tenes anotado en tu libreta roja?" Le dice que no, pero Juani no le cree. "Vos tenes anotado todo lo que pasa en La Cascada. " "Sabes la cantidad de cosas que no tengo anotadas y pasan. De la droga, por ejemplo, no tengo ni un renglón escrito." Juani se enoja. "Qué jodida sos." Da un portazo y se va a lo de Romina. Le va a fallar. Había prometido que lo averiguaría, pero no pudo. Ella le pregunta a Antonia. "Tu papá trabaja mucho, ¿no viste que se va muy temprano y vuelve muy tarde?", le dice. Pero no le dice de qué trabaja. "Tu papá trabaja mucho", repite, y se va. La respuesta de Mariana ya la conoce: "Papá es abogado". Por eso no intenta preguntarle. Todos en Altos de la Cascada creen que es abogado, pero ella sabe que no. Mariana también tiene que saberlo. Es su mujer. Pero Mariana miente. En un essay no se miente. Por lo menos no se miente con mentiras de otros, para eso inventa las propias. Su padre se hace llamar "doctor". Y no es doctor, como tampoco es su padre. Si alguien le hace una consulta jurídica le tira una o dos generalidades, dice que él en ese tema específico no está, pero que se lo va a averiguar. Y se lo averigua. Nadie sospecha. Doctor Ernesto J. Andrade, dicen sus tarjetas. Pensar que apenas si terminó el secundario. Eso sí lo sabe, porque una vez se le escapó a su abuela, a la mamá de Ernesto. "Le va tan bien, tiene tan buen pasar, y pensar que no pudo terminar el secundario." Romina sabe que tiene una oficina en el centro, alguna vez fue. Con chapa de bronce en la puerta. Y una secretaria y dos abogados que trabajan para él, aunque tampoco está segura de que sean abogados. La chapa dice "Estudio Andrade y Asociados", y lo mismo dice la secretaria cuando atiende. El teléfono de Ernesto suena todo el día. Celular, la línea general de la casa, la línea reservada que tiene para "asuntos de trabajo". Un día Romina atiende la línea privada, y del otro lado le dicen: "Decile al hijo de puta de Andrade que se cuide el orto, que atrás de las barreras también se lo vamos a romper". No se lo dice, para hacerlo tendría que blanquear que atendió el teléfono que no debía. Y no cree que el orto de Ernesto esté en real peligro, por más que quieran no van a poder pasar por las barreras. Nadie puede, piensa Romina. Por un tiempo no atendió ese teléfono. Después se le pasó, o no hubo más llamados. No se acuerda.

Romina está frente a la hoja en blanco. Juani le sugiere que mienta. Ella duda. Pinta culitos color flúo. A algunos les dibuja una florcita como saliendo de la raya, y a otros corazoncitos en los cachetes. A Juani le causa gracia. Le pide que le regale el dibujo. Romina se lo regala. "¿Querés que mienta por vos?", le pregunta Juani. Romina dice que sí. Miente la mentira que todos quieren oír para que Romina no tenga problemas en el colegio. Escribe en idioma inglés: Mi padre es un prestigioso abogado, se dedica al derecho penal, civil y comercial. Tiene un estudio que lleva casos muy renombrados. Y sigue. Uno, dos, tres párrafos más. No importa mucho qué dice, a quién nombra, qué títulos usa, ni qué palabras. Total es todo mentira. Excepto esos culitos que Romina le regaló y él ya guardó en su bolsillo.

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