Agradecimientos

Quiero dar las gracias.

Como siempre, a Antonia Kerrigan por ser la mejor agente del mundo, así como a Lola Gulias y Víctor Hurtado por su trabajo impecable.

En Vigo, a Juan Carlos González, quien me dio la idea para esta novela.

En Munich, a Isold y Berdy Brugmann, que no se cansaron de hacerme patear la ciudad; al individuo desconocido que me robó la cartera en el autobús, ya que me permitió conocer las comisarías de Baviera por dentro y a los agentes Schmidt y Ziegler quienes, cuando les conté el objeto de mi investigación, me enseñaron el piso de Hitler en Prinzregenten Platz, una planta por debajo del piso de la familia Tannenbaum. El piso pertenece ahora a la policía y el único mueble que ha quedado del dictador es una estantería que soporta los trofeos deportivos de la comisaría.

En Nueva York, a Tom y Elaine Colchie, a quienes no sólo debo la posición de privilegio de la que gozan mis libros en el mundo anglosajón sino también el cariño y la atención con los que leen y aconsejan.

En Madrid, a Eric Frattini, a quien le debía una desde Espía de Dios.

En Santiago de Compostela, a Manuel Soutiño, que pierde horas de sueño para leerse mis manuscritos en nombre de la amistad.

En Pontevedra, a Manel Loureiro, que cree que Brunhilda es demasiado mala. Y lo dice un autor de novelas de terror que hace campar por ellas a millones de zombis.

En Bueu, a Araceli y Sebastián, quienes me cuidaron y alimentaron con las mejores sardinas y consejos del mundo en la fase final de la escritura del libro. ¡Sin ellos no hubiera sido posible!

En Málaga, a Javier Sierra, periodista inquieto, escritor superventas, rarólogo. Tú fuiste el primero de esta generación que hemos vendido literatura española por el mundo, y además eres un buen amigo.

En mi propia casa, a Katuxa, por escuchar y enseñarme, especialmente en esta novela que ha sido tan difícil de escribir y para la que ha tenido que hacer un sacrificio especial por el que estaré siempre -¡más aún!- en deuda con ella.

A Andrea y Javi, por recordarme a diario qué es lo más importante del mundo.

Y a ti, lector. Por haber convertido mis dos primeras novelas en éxitos en cuarenta países, por haber llegado hasta esta página, por escribirme contándome qué te ha parecido el libro. Gracias de verdad.

juan@juangomezjurado.com

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