9. Patricia insiste

– Bien -observo Templar rompiendo un largo silencio con la mayor delicadeza-,?que hacemos ahora, Patricia?

Ella se solto de su mano y ocupo de nuevo el sillon; el Santo acerco una silla y se sento enfrente. La joven se desanimo al ver la gravedad con que el Santo volvio a hablar del asunto, pero mas tarde se dio cuenta de que antes no quiso insistir demasiado para no contrariaria.

– Yo tambien tengo algo que contarle -observo Patricia-. Lo supe anoche.

Y le dio amplios detalles de la confesion de Agata Girton.

Pese a su locuacidad, Templar sabia escuchar a los demas. Era un lado de su caracter que Patricia aun no conocia. Reclinado en su sillon, no la interrumpio una sola vez; pero cuando ella hubo terminado, el Santo fruncio el entrecejo.

– Es muy curioso -dijo-.?De modo que tia Agata pertenece a la pandilla? Sin embargo, me gustaria saber en que sentido se puede cometer chantaje con ella. Hablando con el debido respeto, no puedo imaginarme que haya sido hermosa ni siquiera de joven para tener algo asi como lo que podriamos llamar un pasado oscuro.

– Parece absurdo, pero…

El Santo se rasco la cabeza.

– ?Que sabe usted de ella?

– Muy poco, a decir verdad -repuso Patricia-. Mi madre murio cuando yo tenia doce anos; mi padre, tres anos antes, en una caceria. Agata Girton fue nombrada mi tutora. Casi no la vi hasta recientemente. Ella solia pasar la mayor parte del tiempo viajando por el sur de Francia, pues tenia una villa en Hyeres. Yo permaneci en el colegio hasta muy tarde, y las vacaciones las pasaba aqui sola o con algunas amigas mias, porque mi tia seguia de viaje. No hizo mucho por mi, pero mis facturas fueron siempre atendidas con regularidad. Ademas, me escribia cada quince dias.

– ?Cuando se establecio definitivamente en Baycombe?

– Al regresar de Africa del Sur. Hace cosa de seis anos recibi carta de ella desde Port-Said, en la que me decia que iba camino de El Cairo. Estuvo ausente un ano y apenas escribio. De pronto, un dia aparecio diciendo que ya estaba cansada de viajar y que se quedaba a vivir en Baycombe.

– ?Y lo hizo asi?

– Alguna que otra vez emprendio un viaje corto.

– ?Cuando fue el ultimo?

Patricia reflexiono.

– Hace cosa de dos anos, poco mas o menos. No recuerdo la fecha exacta.

– De modo que en realidad no la vio usted desde los doce anos, cuando le fue presentada como su tutora, hasta que regreso de El Cabo, y tenia usted dieciseis o diecisiete anos.

– Casi diecisiete.

– Durante esos anos,?Dios sabe lo que habra pasado!

Patricia se encogio de hombros.

– En efecto, pero es ridiculo…

– Claro que lo es -convino el Santo-. Todo el asunto es demasiado ridiculo para expresarlo en palabras. Es ridiculo que el Tigre haya saqueado el Banco Confederado de Chicago y llevase el oro a traves del Atlantico, trayendolo aqui a Baycombe para disponer de el. Es ridiculo pensar que estemos casi tocando un monton de oro. Es ridiculo, pero es la realidad. Lo que hemos de tener presente es que en este asunto no hay nada que sea demasiado ridiculo. Eso me recuerda una cosa:?que sabe usted de las casas viejas de Baycombe? Debe de haber alguna bastante antigua para que Fernando creyese suficiente direccion el nombre de la "Casa Vieja".

Le sorprendio la rapidez de la respuesta de la joven.

– Hay dos a las que les va bien el nombre -dijo-. Una esta en las afueras. Antiguamente fue una fonda, cuyo nombre era "Casa Vieja". Ahora amenaza ruina; nadie sabe a quien pertenece. Se dice que hay fantasmas. Las ventanas estan cegadas con tablas, y facilmente podrian vivir alli doce hombres sin despertar la atencion si entrasen y saliesen de noche.

El Santo se mostro muy satisfecho.

– Muy bien, Patricia. Y yo que estaba pensando que habiamos Llegado a un punto muerto.?Si aun no ha empezado!…?Y la otra casa?

– Esta en la islita mas alla del espigon. -Al decirlo, senalo hacia el este-. Los pescadores la llaman "Casa Vieja", pero nadie diria que es antigua viendola desde tierra. Desde el mar, si. Es de construccion rara, porque el primer piso es mas grande que la planta baja, y la parte saliente da encima del agua.

El Santo se levanto y fue hasta el borde del risco, para ver la islita. Estaba a una milla de la costa y formaba un enorme bloque de roca cubierta de arbustos y arboles achatados. Templar volvio junto a la joven, lleno de satisfaccion.

– Podria ser cualquiera de las dos casas -dijo-, y tambien ambas. El Tigre acaso tenga su guarida en la antigua fonda y guarde el oro en la casa de la isla. Examinaremos las dos. Pensandolo bien, creo que se puede suponer que el oro esta en la isla, porque, como recordara, piensan embarcarlo, y nada mas facil que hacerlo desde alli. Pero no…, espereme un minuto.

Rapidamente entro en el torreon y volvio a poco con unos anteojos, con los que empezo a escudrinar el horizonte de oeste a este.

– Me parece que ya lo he encontrado -murmuro.

Despues entrego los anteojos a la joven y senalo al nordeste.

– Vea que le parece.

– ?Mastiles?

– En efecto -asintio Templar-. A la altura de Baycombe pasa la ruta de Bristol, pero como aqui la costa forma una especie de bahia, no creo que el barco se acerque tanto. Ahora nos cercioraremos.

Recogio los anteojos y entro en el torreon, seguido de Patricia. Saco de la cocina un trozo de carton, restos de una caja de embalaje, y lo coloco sobre el alfeizar de la ventana, nivelandolo con trocitos de periodico; encima coloco los anteojos, miro a traves de ellos y fijo la posicion de uno de los mastiles con dos alfileres clavados en el carton.

– Esperaremos cinco minutos.

Patricia comprendio en seguida el alcance de la operacion.

– ?Usted cree que los del barco esperan la noche para acercarse a la costa?

– En efecto. El camarada Bloem no ha hecho todo lo que convenia con la acciones de la mina T. T. Deeps, pero durante las semanas que empleen en llevar el oro a Africa tiene tiempo de operar en la Bolsa. Y no se atreve a dejar el botin por mas tiempo aqui, por si la suerte me continua favoreciendo y no pueden quitarme de en medio. He logrado que el Tigre se ponga nervioso.

No apartaba los ojos del reloj; los minutos transcurrian lentamente.

– ?El doctor Cam es inspector de policia? -pregunto Patricia.

– Lo ha adivinado usted -confirmo el Santo-. Pero haga como si no lo supiera. No estaria bien darle al pobre semejante disgusto.

– ?Entonces, usted no es inspector? -exclamo Patricia, asombrada y azorada-. Crei que eran ustedes rivales, pero amigos… Es la unica explicacion que se me ocurrio anoche.

El Santo sonrio.

– Rivales somos y tambien mas o menos amigos -dijo-, Pero no soy inspector de policia ni nunca lo he sido. Trabajo por cuenta propia, con gran cantidad de dinero que ganar si todo sale bien, y, si pierdo, todo el mundo tratara de patearme. Mi profesion es la de caballero aventurero, es decir, disponible para todo trabajo que implique la posibilidad de ganar mucho dinero y de correr grandes riesgos, conveniente a un hombre que no se preocupa mucho de la ley y que esta dispuesto a aceptar la derrota sin poner el grito en el cielo. Este soy yo. Un ejemplo: encuentro casualmente a Fernando, y cuando me entero de su caso, me dirijo a Chicago, donde me entrevisto con el director del banco. Le digo: "Ha pasado un ano desde el gran robo y la policia no ha podido devolverles ni un centimo.?Que les parece si me dejan a mi buscar el oro? Mis condiciones son estas: veinte por ciento de comision si recupero el botin; nada si fracaso. Trabajare solo, sin obligacion de consultar con nadie." Claro esta que aceptaron encantados.

Mientras hablaba no quitaba los ojos de Patricia, pero esta no mostro ninguna emocion. El Santo jamas habia sido embustero, y aprovecho el momento para revelarse tal cual era, para que ella no se llamase a engano.

– De este modo he vivido durante muchos anos -continuo con franqueza-. Y, bien mirado, no me ha ido mal. De manera que si en este asunto de ahora tambien salgo airoso, podre retirarme y vivir de renta el resto de mi vida. Durante los anos que vengo ejerciendo mi profesion he transgredido la mitad de las leyes que hay en el Codigo… a expensas de los criminales. Es un juego muy interesante… de hombre a hombre, y, naturalmente, por motivos obvios, ninguno de los dos bandos invita a la policia a intervenir. Bloem ha sido el primero en faltar a esta regla, pero el Tigre no es mas que un hombre codicioso, sin chispa de nobleza. Sin embargo, dudo de que sus amigos llegaran a apreciar mis exitos en esta carrera de aventurero.?Sigue decidida a tomar parte en el negocio?

Patricia suspiro.

– Santo, usted es tonto -dijo-. Y si continua revelando sintomas de imbecilidad virulenta, le despido y tomare yo misma el mando.

– ?Ja! -exclamo Templar dandole la espalda y fingiendo enfado.

Con gran cuidado, para no alterar la posicion del carton, volvio a examinar los mastiles del buque a traves de los anteojos.

– Tenemos suerte -dijo-. No se ha movido un milimetro, y eso los delata. No saben nada de navegacion. Pero, en fin, las equivocaciones del Tigre nos benefician a nosotros.

– A la caida del sol, el buque empezara a acercarse a la costa, y entonces…

– Estare yo alli -concluyo el Santo-. Magnifica carrera de natacion. Los cachorros del Tigre me guiaran hasta el escondite del tesoro… Pero…?Me estaran esperando alli! -Patricia le miro sorprendida-. Si, porque saben que voy a ir.

– ?Por que?

– Porque saben que conozco lo de la "Casa Vieja". Yo mismo se lo dije, tonto de mi?Que manera de meter la pata! Fue anoche, en casa de Bittle; queria sonsacar a Bloem hablando de Fernando, y mencione lo de la "Casa Vieja". Ahora se figuraran que lo se todo. No he visto una estupidez mas grande en mi vida.?En que estaria yo pensando?

Patricia se mordio los labios nerviosamente.

– Pero el barco va a entrar -insistio.

– Si… y estaran sobre aviso, armados hasta los dientes. Si hubiesen estado seguros de mi aparente ignorancia, me habria sido facil cogerlos de improviso; pero ahora el Tigre estara satisfecho de su nuevo plan para librarse de mi y, al mismo tiempo, poner a salvo el botin. Bien…, le voy a dar el mayor disgusto de su vida. Estese quieta mientras reflexiono.

Se dejo caer en la silla, encendio un cigarrillo y se puso a pensar en el nuevo aspecto del problema. Creyo haber comprendido bien. El Tigre se proponia matar dos pajaros de un tiro, y esto habia que evitarlo de un modo u otro. Pero?como? El Santo no tenia mas que decir una palabra a Carn y el Tigre estaba listo, pero tambien el Santo. Habia que abandonar esta idea.

Templar estaba dispuesto a ir nadando hasta la "Casa Vieja", con "Ana", en el brazo, confiando en la inspiracion del momento para encontrar el modo de vencer a la banda, aun en el caso de que estuviesen esperandole. Era jugarse la vida a cara o cruz, pero Templar corria tales riesgos sin inmutarse. Mas, por otra parte, le gustaba disponer cuando menos de alguna probabilidad de retirada en caso de necesidad; no queria fracasar por imprevision.?Como prepararse la retirada? Las fuerzas del Tigre eran grandes, disponia de mucha gente, y el Santo solo podia contar con Horacio y la muchacha. No deseaba que esta estuviese en primera linea, por mucha valentia que demostrara. El modo de hacer que tres personas realizasen el trabajo de un peloton era un problema digno de un gran general. Era obvio que no se podia alcanzar nada por medios ordinarios. Por lo tanto, habia que proceder con cautela.

El Tigre tenia, ademas, la ventaja de ser el que atacaba. Era una importante ventaja para el. El Tigre estaba quieto en su guarida, ideando planes y haciendo salidas a su antojo, mientras que el Santo, desde fuera, habia de estar atento a los ataques y rechazarlos como podia. El Santo habia atacado una vez…?Por que no repetirlo? El enemigo barruntaba que volveria aquella noche; bien, tal vez lo haria si la oportunidad se presentaba y estaba de humor para ello. Pero esto no implicaba de ninguna manera una tregua. Mientras tanto podrian librarse muchas escaramuzas antes de llegar a la batalla decisiva; todos los golpes molestarian al Tigre y debilitarian sus huestes para el ataque final. No habia ningun motivo para que las cosas sucediesen solo como el Tigre queria que sucedieran. ?Donde se podria empezar? Inmediatamente recordo la "Casa Vieja". De seguro le esperaban alli, pero no antes de la noche, porque era razonable que no se acercase a ella en pleno dia. Por eso precisamente era posible cogerlos desprevenidos. La antigua fonda podia ser tambien una pista falsa…, en cuyo caso solo el estado de sus propios nervios podria impedirle hacer una visita a Bloem. El asunto empezaba a adquirir importancia, y el Santo se incorporo sonriente.

– Casi lo tengo todo resuelto -anuncio.

– ?Oigamos el plan!

Patricia, exultante, tenia las mejillas sonrosadas y los labios entreabiertos. Parecia una joven y esplendida Diana, un cuadro que en abstracto hubiese encantado al pagano Templar, pero que en concreto le dio un sobresalto, pues temia que ella quisiera acompanarle a todos los sitios peligrosos.

– Se trata solo del principio de un plan para cazar a toda la banda cuando vayan por el botin -mintio pensando al mismo tiempo en como despistar a la joven-. Hay que tener en cuenta que el oro pesa mucho; de manera que tendran que embarcarlo en pequenas cantidades. Esto significa que emplearan, cuando menos, tres lanchas, porque, si cargasen demasiado, los botes se hundirian. La tripulacion sera reducida. Un buque movido a vapor no necesita mucha tripulacion; por otra parte, les conviene que haya poca gente a bordo, porque raro es el marinero que no se va de la lengua en los puertos. Si tenemos suerte, el capitan estara en tierra para recibir ordenes del Tigre, y asi hay uno menos. Tambien puede ser que el Tigre vaya a bordo para intervenir personalmente; entonces habra uno mas a quien despachar…, aunque, siendo un pez gordo, vale la pena arriesgarse. En todo caso, la idea es esta: vamos a correr el riesgo metiendonos en la boca del lobo esta noche.

El Santo era capaz de sorprenderse a si mismo. El plan de campana esbozado en un momento de apuro para despistar a la muchacha le iba pareciendo excelente mientras lo desarrollaba.

– ?Una idea brillante! -exclamo Patricia-.?Oh Santo, va a ser la aventura mas emocionante que jamas haya sucedido… si logramos salir airosos!

El Santo la contemplo con animo entristecido. Habia ocurrido lo que temia: en vez de despistarla, aun la habia entusiasmado mas.

– Yo puedo nadar dos millas con gran facilidad -aseguro la joven.

– ?Puede usted trepar tambien seis metros por la cadena del ancla despues de haber nadado dos millas? -pregunto Templar-.?Se atreve usted luego a dejar inconsciente a un hombre con un solo golpe antes de que tenga tiempo de gritar??Puede usted defenderse con una cabilla en caso de que el ataque se generalice?

Patricia se exalto de nuevo:

– Santo, usted quiere que no tome parte en el asunto, despues de que me prometio lo contrario. Es posible que no haya encontrado aun a una mujer como yo y no sepa de lo que soy capaz. No quiero que me envuelvan en algodones. Donde vaya usted ire yo, a correr los mismos riesgos.

El Santo no se dio por vencido.

– Vamos a ver -dijo sin alterarse-.?Que le pareceria hallarse prisionera en ese buque, a merced de una pandilla de criminales? Tenga en cuenta que tambien podemos perder.?Pienselo bien!

– No se preocupe. Llevare un revolver y reservare la ultima bala.

El Santo apreto los punos y los labios; sus ojos llamearon. Su expresion beatifica cayo como una mascara, porque no era en realidad mas que esto. Patricia lo vio por primera vez hecho una furia.

– ?Y usted cree…, usted cree… -las palabras le salian a borbotones- que voy a permitir que corra ese riesgo?

– ?Hay algun motivo para que no me lo permita?

– ?Claro que lo hay! -grito Templar-. Y si sigue asi, lo tendra que oir, pase lo que pase.

Ella echo la cabeza atras.

– Bueno,?que es?

– Es… -el Santo le clavo los ojos en son de reto-?que la amo!

– Pero?mire que es usted idiota! -exclamo Patricia-.?No se le ha ocurrido pensar que el unico motivo por el que me meto en todo esto es porque tambien le quiero?

El Santo se quedo mirandola, sin saber que decir. Luego:

– ?Caray! -exclamo con voz temblorosa-. Podia haberlo dicho antes,?no?

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