Nota histórica

El 9 de junio de 1870 Charles Dickens murió de un derrame cerebral a los cincuenta y ocho años de edad en su finca familiar de la campiña inglesa. Fue probablemente el novelista más leído de su tiempo. Después de su muerte, algunos observadores culparon de su deteriorada salud al esfuerzo de su gira de despedida por los Estados Unidos, mientras que otros señalaban a la tensión a la que le tuvo sometido su último libro. Antes de derrumbarse, había escrito las primeras seis entregas de las doce que iban a constituir El misterio de Edwin Drood, la novela inacabada más famosa de la historia de la literatura.

El último Dickens se propone retratar a Charles Dickens y el ambiente que rodeó su vida y su muerte tan fielmente como sea posible. El lenguaje, comportamiento y personalidad de Dickens tal como aparece en este libro incorporan muchas conversaciones y hechos reales. La recreación de su histórica gira de despedida por los Estados Unidos (1867-1868) está inspirada en visitas a lugares como el hotel Parker House, donde se alojó Dickens en Boston (ahora el Omni Parker House), y enriquecida con la investigación de correspondencia, programas de teatro, artículos de periódicos y recuerdos de participantes como George Dolby y James Fields y su mujer Annie. Así, la mayor parte de los incidentes aquí descritos son históricos, incluido el rescate por parte de Dickens de los animales en peligro y su visita con Oliver Wendell Holmes a la facultad de Medicina de Harvard.

El incidente de la acosadora que se relata en los mismos capítulos está basado en una serie de encontronazos reales con una admiradora de la buena sociedad de Boston llamada Jane Bigelow, en la que se inspira Louisa Barton, pasada por el prisma de la ficción. Un recaudador de impuestos chantajeó al personal de Dickens y planeó su arresto por evasión de los impuestos federales del espectáculo. El diario de bolsillo de Dickens del año 1867 desapareció verdaderamente en Nueva York casi al mismo tiempo, reapareciendo sin explicación más de cincuenta años después en una subasta (hoy forma parte de la colección Berg de la Biblioteca Pública de Nueva York).

Entre los personajes históricos de esta novela se encuentran James R. Osgood, los Fields, los Harper, Frederic Chapman, John Forster, Georgina Hogarth, Frederick Leypoldt, el personal de gira de Dickens -Dolby, Henry Scott, Richard Kelly, George Allison- y los hijos de Dickens -Frank, Katie y Mamie-, todos ellos recreados aquí a través de la investigación de sus vidas personales y profesionales. Los personajes de ficción, entre los que se encuentran Tom Branagan, Rebecca y Daniel Sand, Arthur Grunwald, Jack Rogers, Herman Cabeza de Hierro y Marcus Wakefield, se han desarrollado a partir de la investigación de la época. Rebecca refleja los avances y retos reales de una nueva clase de mujer soltera trabajadora en el Boston de mediados a finales del siglo xix, así como de las mujeres divorciadas. El comercio internacional de opio y sus movimientos en Inglaterra y la India británica tal como se retratan, lo mismo que el sector de los libros, reflejan momentos decisivos en la historia.

La empresa de Fields, Osgood & Co. se convirtió en la editorial americana autorizada de Charles Dickens en 1867, una circunstancia que inflamó la polémica con su rival Harper & Brothers. Dickens realmente se ofreció a contarle el argumento de El misterio de Edwin Drood a la reina Victoria antes de que llegara al público, pero parece ser que ella declinó la invitación. Con Drood incompleto, las dramatizaciones teatrales y las secuelas «espirituales» florecieron y se multiplicaron. Se empezó a correr el rumor de que Dickens había escrito más de lo que se había publicado de la novela. Mientras que, en El último Dickens, los esfuerzos de Osgood por encontrar pistas que le condujeran al resto de la novela de Dickens son producto de la imaginación, muchos de sus elementos claves surgieron de la historia y el estudio. Dickens se inspiró fielmente para su fumadero de opio y sus personajes en un establecimiento auténtico de Londres que visitó, y que dirigía una mujer llamada Sally u «Opium Sal»; también es posible que entre sus fuentes de inspiración para la desaparición de Edwin Drood se incluyera una leyenda de Rochester sobre los restos humanos del sobrino de un hombre que se encontraron en las paredes de su casa. El dueño del Falstaff Inn, situado enfrente de la finca de Dickens, era William Stocker Trood y tenía un hijo llamado Edward. La figura de Dickens Turco sentado fumando opio se vendió en subasta con el resto de sus pertenencias en Christie, Manson & Woods, Londres, el 8 de julio de 1870. La figura, junto a la pluma que Dickens empleó para escribir Drood, pueden verse hoy en el Museo Charles Dickens de Londres; su bastón de paseo con el tornillo en la empuñadura se encuentra en la Biblioteca Houghton de la Universidad de Harvard.

Chapman & Hall publicó El misterio de Edwin Drood en forma de libro a finales de 1870 en Londres y Fields, Osgood & Co. lo hicieron en Boston; a su publicación en Boston le siguió una edición no autorizada de Harper & Brothers en Nueva York. Como se muestra en el libro, a finales de 1870 Fields se retiró y Osgood se convirtió en el propietario de James R Osgood & Co. En 1926 Chapman & Hall manifestó que conservaba su contrato original con Dickens para la publicación de El misterio de Edwin Drood guardado en su caja fuerte, pero no lo quería mostrar. Menos de un año después declaró que ya no conseguía encontrarlo. En los años posteriores a la muerte de Dickens las diversas pruebas que han ido apareciendo han arrojado escasa luz sobre sus intenciones con respecto a El misterio de Edwin Drood. Las preguntas sobre la novela y su final siguen estando hoy tan candentes como siempre.

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