A los abuelos Sebastián, Amelia, Pepe y Cala:
por la vida, los libros y la memoria.
Va de cuento: nos regía
un capitán que venía
malherido, en el afán
de su primera agonía.
¡Señores, qué capitán
el capitán de aquel día!
E. Marquina
( En Flandes se ha puesto el sol )