Impreso del siglo XVII sin pie de imprenta conservado en la Sección «Condado de Guadalmedina» del Archivo y Biblioteca de los Duques del Nuevo Extremo (Sevilla).
Tú, en cuyas venas laten Alatristes
A quienes ennoblece tu cuchilla,
Mientras te quede vida por vivilla,
A cualquiera enemigo te resistes.
De un tercio viejo la casaca vistes,
Vive Dios que la vistes sin mancilla,
Que si alguien hay que no pueda sufrilla,
Ese eres tú, que de honra te revistes.
Capitán valeroso en la jornada
Sangrienta, y en la paz pundonoroso,
En cuyo pecho alienta tanto fuego.
No perdonas jamás bravuconada,
Y empeñada tu fe, eres tan puntoso,
Que no te desdirás, aun siendo Diego.
En Flandes puso una pica,
Y aún puso más, porque puso
En fuga al gabacho iluso,
A gritos pidiendo arnica,
Que vello fue cosa rica,
Si sufrillo, rota triste;
Con cualquier contrario embiste,
Más no hallo de qué me espante,
Pues nadie hay más bravo en Gante
Que el Capitán Alatriste.
Vino Gales a bodas con la infanta
En procura de tálamo y princesa,
Ignorante el leopardo que esta empresa
No corona el audaz, sino el que aguanta.
A culminar la hazaña se levanta
Cual águila segura de su presa,
Sin advertir que es vana la promesa
Que por razón de Estado se quebranta.
Política lección esto os enseña.
Carlos: que en el marasmo cortesano
No navega con brío el más ufano
Piloto, ni mejor se desempeña
Donde el éxito al fin ciñe la frente
Al más gallardo no. sí al más paciente,
Al buen Roque en sufrido claudicante,
A Ignacio en caballero y en valiente.
A Domingo en batir al protestante.
Al Crisóstomo Juan en lo elocuente,
A Jerónimo en docto y hebraizante,
A Pablo en lo político y prudente.
Y en fin, hasta a Tomás sigue Quevedo,
Pues donde ve una llaga, pone el dedo.