Ante todo guardaos del fermento de los fariseos, que es la hipocresía. Nada hay oculto que no deba descubrirse, y nada escondido que no llegue a saberse. Por esto, todo lo que decís en las tinieblas será oído en la luz; y lo que habláis al oído en vuestros aposentos será pregonado desde los terrados.

Lucas 12,1-3


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