Impreso del siglo XVII sin pie de imprenta conservado en la Sección «Condado de Guadalmedina» del Archivo y Biblioteca de los Duques del Nuevo Extremo (Sevilla).
Procurador que sólo por la mosca
procuras en ochavos o doblones,
rufián archimandrita entre ladrones,
sanguijuela voraz, golosa y tosca.
Tu pluma, péñola grosera, fosca,
perpetra zafiedad en sus borrones;
eres doctor en versos motilones,
lameculos infame que se enrosca,
muladar trompetero donde estira
la soberbia lujurias de macaco,
pedorro de la hiel y la mentira,
zurrapa de las musas, gran bellaco;
te importa más la bolsa que la lira,
y más que Apolo te emparenta Caco.
Mientras por competir con tu cabello
oro bruñido al sol relumbra en vano;
mientras con menosprecio en medio
el llano mira tu blanca frente el lirio bello;
mientras a cada labio, por cogello,
siguen más ojos que al clavel temprano,
y mientras triunfa con desdén lozano
del luciente cristal tu gentil cuello,
goza cuello, cabello, labio y frente,
antes que lo que fue en tu edad dorada
oro, lirio, clavel, cristal luciente,
no sólo en plata o víola troncada
se vuelva, mas tú y ello juntamente
en tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada.
Desmayarse, atreverse, estar furioso,
áspero, tierno, liberal, esquivo,
alentado, mortal, difunto, vivo,
leal, traidor, cobarde y animoso;
no hallar fuera del bien centro y reposo,
mostrarse alegre, triste, humilde, altivo,
enojado, valiente, fugitivo,
satisfecho, ofendido, receloso;
huir el rostro al claro desengaño,
beber veneno por licor süave,
olvidar el provecho, amar el daño;
creer que un cielo en un infierno cabe,
dar la vida y el alma a un desengaño;
esto es amor: quien lo probó lo sabe.