Las señales de vida son como las señales de tránsito: por las dudas, es mejor respetarlas. Hay momentos para parar, y momentos para seguir adelante. Cuando estamos perdidos, seguimos el flujo, mas prestando atención en alguna cosa que nos irá a indicar una dirección cierta. Cuando está prohibido seguir adelante, siempre existe un camino para rodear al obstáculo. Más, como también sucede con las señales de tránsito, muchas veces encontramos que tal indicación no sirve para nada; y no la obedecemos. Violamos la luz roja una vez, otra vez, sin que suceda nada. Y nos acostumbramos a seguir así hasta que un día…
Por eso, atención. No sea imprudente con sus sueños. No use su suerte en tonterías.