Para Kathleen

El amor de los sombríos amantes sublunares

(cuya alma es sentimiento) no puede admitir

la ausencia, porque no hace desaparecer

aquellas cosas que lo sustentan.

Pero el amor nos refina tanto

que nosotros mismos no sabemos lo que es,

seguros de nuestras mentes,

descuidados, con ojos, labios y manos a los que echar de menos.

Nuestras dos almas por lo tanto, que son una sola,

aunque debas irte, no padecerán

una ruptura, mas se extenderán

como el oro finamente batido.

John Donne

«Una despedida: dolor prohibido

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