Nada es ni remotamente posible sin Hilary.
Me gustaría dar las gracias también a Julio, los Broccoli, Deacon y Einstein y, como siempre, a Bear, Pook y Tinky.
Además, estoy en deuda con Jason Kaufman por su mano asesora, firme y sabia, y con Nick Ellison, quien ha conseguido que todo fuera diferente.