Se levanta justo antes del alba, en una maravillosa y brumosa calma. La hospitalidad de los Cameron ha sido maravillosa pero debe marcharse. Garabatea una nota de agradecimiento y la desliza debajo de la puerta de su dormitorio. Tratemos de volver a reunimos algún día. En algún sitio. De algún modo. Querían que fuese su huésped durante un par de semanas; pero no, se siente un poco intruso aquí y, de todos modos, el universo le aguarda. Tiene que irse. Lo que importa es el viaje, no la llegada, porque ¿acaso hay algo más que viajes? La partida es inesperadamente dolorosa, pero él sabe que esa sensación pasará. Cierra los ojos. Levanta las amarras. Se entrega a su sublime inquietud. Adelante, adelante. Adiós, Elizabeth. Adiós, Chris. Volveremos a vernos. Adelante.