Domingo, 16 de mayo

– Esto sí que es insólito.

En eso Håkon y Hanne estaban totalmente de acuerdo. Era inexplicable.

La tan esperada y deseada llovizna fina caía por fin sobre la ciudad, tras semanas de un inusual calor tropical. El edificio de aparcamientos era del tipo abierto. Sus plantas se apoyaban sobre pilares con algunos metros de separación entre cada poste. Así pues, no existía protección alguna entre el cielo abierto y algún que otro coche abandonado en la triste edificación. A pesar de la intemperie, no daba la impresión de que la sangre se hubiera limpiado.

– ¿Nada más? ¿Ningún arma u objeto? ¿Ninguna joven desaparecida?

Las preguntas eran del fiscal adjunto, que vestía un chándal y una cazadora deportiva de marca Helly-Hansen. Bostezaba, a pesar de donde se encontraba. Una de las esquinas de la segunda planta del aparcamiento estaba rociada de sangre. Había litros y litros de sangre por todas partes.

– Gracias por llamarme -dijo, intentando ahogar otro bostezo y mirando discretamente a su Swatch.

Eran las cinco y media de la mañana del domingo. Un coche lleno de estudiantes salió volando de la nada, dejando una estela de estruendoso ruido y concierto de cornetas. Inmediatamente después, les envolvió ese silencio tan particular que se da cuando todos los trasnochadores han vuelto a sus casas y se han acostado, conscientes de que no necesitarán levantarse pronto.

– Sí, tenías que ver esto. Afortunadamente, fue una compañera de promoción que se encontraba en ese momento de guardia quien recordó que yo ya había estado presente en la primera de estas… -Hanne no sabía muy bien cómo definir estos casos absurdos- estas masacres de sábado -finalizó, tras una pequeña pausa-. Llegué hace media hora.

Los dos hombres de la Policía Científica estaban en pleno proceso de tomar huellas, recabar pruebas y tomar fotos del lugar del crimen. Llevaban a cabo la tarea con rapidez y precisión, y ninguno de los dos hablaba mientras trabajaban. Hanne y Håkon mantuvieron, a su vez, la boca cerrada un buen rato. Allá a lo lejos, el coche estudiantil se había topado con otro semejante y el encuentro provocó otra salva de rugidos y escándalo.

– Esto tiene que tener algún significado. ¡Mira allí!

Håkon intentó seguir la línea recta que partía del dedo índice de su compañera hasta la pared. Había poca luz, pero se podían discernir los números con relativa nitidez si se les prestaba la suficiente atención.

– Nueve-uno-seis-cuatro-siete-ocho-tres-cinco -recitó en voz alta-. ¿Te dicen algo estas cifras?

– Absolutamente nada, salvo que estamos hablando de la misma cantidad de números que en Tøyen, y que los dos primeros son idénticos.

– ¿No será un número de teléfono?

– No existe ese prefijo. Ya había pensado en eso.

– ¿Un número de identificación personal?

Algo desalentada, evitó contestar.

– No, por supuesto -dijo él, contestando a su propia pregunta-. Ningún mes tiene el número noventa… Además, o bien sobran dos dígitos, o bien faltan tres. Pero en muchos países la fecha de nacimiento se escribe al revés -prosiguió, entusiasmado por su descubrimiento-. ¡Empiezan con el año!

– Vale. Entonces tenemos un asesino nacido el 78 del 64 de 1991.

Se produjo un silencio embarazoso, pero Hanne poseía la suficiente sensibilidad para no dejar que durara demasiado tiempo.

– Están analizando la sangre. Además, tienen que aparecer huellas dactilares en alguna parte. Bueno, ya es hora de volver a casa, no hay mucho más que podamos hacer aquí. Espero que no te importara que te llamara. Nos vemos mañana.

– ¿Mañana? ¡Pero si mañana estamos a 17!

– ¡Mierda, es verdad! -dijo, ahogando un bostezo-. Boicoteo ese día, aunque un día libre no le viene mal a nadie.

– ¿Boicoteas el 17 de Mayo?

Estaba realmente sorprendido.

– Un día para vestir de traje regional, izar la bandera y demás chorradas nacionalistas. Prefiero arreglar las flores de la terraza.

No sabía muy bien si hablaba en serio y, en tal caso, era la primera vez que contaba algo sobre sí misma. Eso le hizo sentirse bien de regreso a casa, aunque a él le encantaba el 17 de Mayo, el Día de la Constitución, el día de la fiesta nacional noruega.

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