Extractos de las flores de poesía de varios ingenios de esta corte


Impreso del siglo XVII sin pie de imprenta

conservado en la Sección «Condado de Guadalmedina» del Archivo y

Biblioteca de los Duques del Nuevo Extremo (Sevilla).


De don Alonso de Ercilla

Capitán y poeta


ESTANCIA DE SU ARAVCANA FAMOSA, Y APLÍQUESE A LOS VENECIANOS


Octava rima


Yes un color, es aparencia vana

Querer mostrar que el principal intento

Fue el extender la religión cristiana

Siendo el puro interés su fundamento;

Su pretensión de la codicia mana,

Que todo lo demás es fingimiento

Pues los vemos que son más que otras gentes

Adúlteros, ladrones, insolentes.


Del señor soldado Miguel de Cervantes Saavedra


A LA HERMOSA PARTÉNOPE DE SU MOCEDAD


Tercetos encadenados


Ydíjeme a mí mismo: no me engaño;

Esta ciudad es Nápoles la ilustre,

Que yo pisé sus rúas más de un año.

De Italia gloria, y aún del mundo lustre,

Pues de cuantas ciudades él encierra

Ninguna puede haber que así le ilustre,

Apacible en la paz, dura en la guerra.


De don Francisco de Quevedo

Señor de la Torre de Juan Abad, del hábito de Santiago


A ROMA SEPVLTADA EN SUS RVINAS


Soneto


Buscas en Roma a Roma, ¡oh, peregrino!,

Y en Roma misma a Roma no la hallas:

Cadáver son las que ostentó murallas,

Y tumba de sí proprio el Aventino.


Yace donde reinaba el Palatino;

Y limadas del tiempo, las medallas

Más se muestran destrozo a las batallas

De las edades que blasón latino.


Solo el Tibre quedó, cuya corriente,

Si ciudad la regó, ya sepoltura

La llora con funesto son doliente.


¡Oh, Roma!, en tu grandeza, en tu hermosura,

Huyó lo que era firme y solamente

Lo fugitivo permanece y dura.


ATRIBUIDO AL MISMO

POLÍTICA RAZÓN

DE LOS ASVNTOS DE ITALIA


Soneto


DE la envidia el Francés quemado siga

De ver a España en el Milanesado,

Y de la Serenísima inquietado

Por Friuli el corazón, que el Austria liga.


En Flandes la campaña se prosiga

Que al hereje rebelde habrá domado

Antes de que Saboya el anhelado

Monferrato en su garra hallar consiga.


Podrá el Turco intentar poner cabeza,

Contra Sicilia en esa Lampedusa

Que entre África y Europa tiende puente;


Mas nada logrará que la entereza

De nuestra fe, si la fatiga acusa,

Quebrada sea y rinda al fin la frente.


De don Xavier Marías Franco

Hombre de letras, caballero de la Jarretera

y señor de la ínsula de Redonda


AL SEÑOR CAPITÁN ALATRISTE

Octava rima


Hubo un hombre de hierro que escribía

Su vida a tajos con el duro acero;

Ninguno le igualó la valentía

Ni tuvo firme ante su brazo fiero.

De honores regios siempre erró la vía

Y anduvo pobre, ayuno de dinero.

Fue silencioso, digno, acuchillado;

Dicho en pocas palabras: fue soldado.


Del signore dottore Francesco Ricco Manrico

de la academia florentina de la Crusca


EL CREDO DEL CAPITÁN

Soneto


No picaré en el cebo de la vida,

Turbio nombre que Dios puso a la muerte;

La farsa de la historia, de la suerte,

Me pilla con la máscara vestida,


Y la naturaleza, esa homicida,

De tanto aporrearme, se ha hecho inerte.

Naturaleza, historia y Dios, Reverte,

No harán que me desangre por su herida.


En nadie creo ya, y en nadie espero,

Y no me amo yo más que a otro del hato.

Guardo la compostura, miro y río,


Y si acaso desprecio… nada quiero.

Salvo matar el tiempo en quienes mato,

Batiendo el ala triste del hastío.


– Esto habló un capitán, hombre de chapa,

Tiró la copa y se terció la capa.


Del D.r don Alberto Montaner

Profesor de Humanas Letras,

del hábito de San Eugenio.


AVISO DE LA MVERTE, Y EMPRESA MORAL


SOBRE LA DIVISA DEL CAPITÁN ALATRISTE

Soneto


SUÉ es nacer, sino entrar en agonía?

¿Qué es vivir, sino ser para la fosa?

Viene veloz y amarga nos acosa,

Alada llega y nada la desvía.


Nunca la hora, pues se ignora el día,

Tendremos prevenida, y espantosa

De súbito vendrá, por ser la esposa

Que al tenebroso tálamo nos guía.


Ley es morir, ley es temer su acero;

Prudencia es recordar que nos reclama

Y por empresa usar su casco huero.


Si eres así de audaz, si así de fuerte,

Te hará volar el soplo de la fama

Sobre las tristes alas de la muerte.



Del doctor en armas y letras

Andrés Rey de Artieda,

que fue soldado


SOBRE LA IMPACIENCIA, MOTINES

Y PROTESTAS DE LOS MISMOS

Tercetos encadenados


Sigala gente mísera y perdida,

Digo, los capitanes y soldados

Este infelice género de vida,


Coja el primer lugar de las hileras,

Muera primero, trepe por el muro,

Gane mil estandartes y banderas;


Que dentro España quiero estar seguro

Y no volver a combatir, protesto

So pena de traidor, falso y perjuro.


Pues estos dos que osaron decir esto.

Ha seis días, cobradas cuatro pagas

Y conforme razón, puestos a gesto,


Con solas sus espadas y sus dagas,

Pasando a nado un foso, hicieron cosas,

Que plegue a Dios que en ocasión las hagas.


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