Absolvo. Término latino que utilizaba el jurado para declarar inocente al acusado.
aedile. Había cuatro magistrados romanos con el cargo de ediles; dos de ellos eran los ediles plebeyos y dos los ediles curules. Sus obligaciones se circunscribían a la ciudad de Roma. Los ediles plebeyos se instituyeron en 494 a. JC., elegidos por la Asamblea plebeya para ayudar en sus tareas a los tribunos de la plebe, pero más en concreto para proteger los derechos de la plebe respecto a su sede, el templo de Ceres en el foro Romano. Pronto heredaron la responsabilidad de conservar todos los edificios de la urbe, la custodia del archivo de los plebiscitos aprobados en la Asamblea plebeya y todos los decretos senatoriales (consulta) relativos a la aprobación de los plebiscitos. En 367 a. JC. se crearon dos ediles curules elegidos por la Asamblea del pueblo entre las tribus, para que los patricios compartieran la custodia de los edificios públicos y los archivos, pero no tardaron mucho los cuatro ediles en ser indistintamente plebeyos o patricios. A partir del siglo iii a. JC., los cuatro tenían a su cargo el mantenimiento de las calles de Roma, el abastecimiento de agua, los desagües y alcantarillados, el tráfico, los edificios, monumentos y dependencias públicos, los mercados, los pesos y medidas (cuyos modelos originales se guardaban en el templo de Cástor y Pólux), los juegos y el abastecimiento público de grano. Tenían poder para multar tanto a todos los ciudadanos como a los que no lo fueran por la infracción de cualquier precepto relacionado con lo anterior, y guardaban en sus arcas esos fondos para contribuir a los juegos. La edilidad -plebeya o curul- no formaba parte del cursus honorum, pero debido a los juegos constituía un medio útil para que un pretor adquiriese popularidad.
ager gallicus. Literalmente, tierra gálica. No se conocen la localización exacta ni la extensión de estas tierras, pero estaban situadas en las costas adriáticas, parte en la península italiana y parte en la Galia. Posiblemente la frontera sur fuese el río Aesis y la norte estaría próxima a Ariminum. Era la primitiva patria de la tribu gala de los senones que allí se asentaron después de la invasión del primer Breno en 390 a. JC., y se incorporó al ager publicus romano al recuperar Roma la región. En 232 a. JC. Cayo Flaminio repartió las tierras, que dejaron de formar parte del patrimonio público de Roma.
ager publicus. Tierra de propiedad pública romana, adquirida en su mayoría por derecho de conquista o por expropiación a sus propietarios en castigo por deslealtad, sobre todo en el caso del ager publicus situado en la península italiana. La arrendaba el Estado por medio de los censores, en una modalidad que favorecía el latifundio. Había ager publicus romano en todas las provincias y en la Galia itálica además de la península, aunque gran parte del existente en las provincias estaba sin cultivar.
Agger. El tramo doble de muralla enormemente fortificado que protegía a Roma por su lado más vulnerable, el campus Esquilinus y que formaba parte de la muralla serviana.
ágora. Espacio abierto, generalmente rodeado de columnas o edificios públicos, que en las ciudades griegas o helénicas servía de centro cívico para reuniones y asambleas. Su equivalente romano es el foro.
aliados. Cualquier nación, pueblo o individuo a quien oficialmente se concedía el título de «Amigo y Aliado del Pueblo de Roma». El título solía conllevar ciertos privilegios en el ámbito del comercio y la política. (Véase socii.)
Amor. Es lo mismo que Roma al revés y los romanos de la época de la república solían creer que «Amor» era el nombre críptico vital de su ciudad.
Anatolia. Aproximadamente la Turquía asiática actual. Se extendía desde la ribera sur del mar Euxino (mar Negro) hasta la costa norte del Adriático y comprendía las antiguas regiones de Bitinia, Misia, provincia de Asia, Frigia, Pisidia, Panfilia, Cilicia, Paflagonia, Galacia, Ponto, Capadocia y Armenia Parva.
Anco Marcio. Cuarto rey de Roma que la familia Marcio (en particular la rama apellidada Rex) se arrogaba como antepasado y fundador, cosa poco probable, dado que los Marcios eran plebeyos. Se atribuía a Anco Marcio la colonización de Ostia, aunque existen dudas al respecto, o el haber arrebatado a los etruscos las minas de sal de la desembocadura del Tíber. Durante su reinado, Roma floreció y la única obra que le sobrevivió fue el puente de Madera o puente Sublicio. Murió en el 617 a. JC., dejando dos hijos que no heredaron el trono, lo que fue motivo de complicaciones.
animus. Según el diccionario latino de Oxford: «La mente como contraria al cuerpo, la mente o alma que, unida al cuerpo, constituye la persona.» Hay otras definiciones, pero adopto ésta como la más adecuada al contexto en que se usa la obra. No hay que pensar, no obstante, que los romanos creyesen en la inmortalidad del alma.
Armenia Magna. La antigua Armenia Magna se extendía desde el sur del Cáucaso hasta el río Araxes, en el extremo oriental del mar Caspio y hasta las fuentes del Éufrates en el Oeste. Era una región muy montañosa y fría.
Armenia Parva. A pesar de su denominación, que significa pequeña Armenia, comprendía las regiones accidentadas y montañosas del alto Éufrates y del Arsanius y no formaba parte del reino de Armenia. Hasta su conquista por Mitrídates VI de Ponto, contaba con su propia monarquía, siempre aliada al Ponto y no a la verdadera Armenia.
Asamblea (Comitia). Las reuniones del pueblo romano, convocadas para tratar asuntos gubernativos, legislativos o electorales. En la época de Sila había tres tipos de asamblea: la centuriada, la del pueblo y la de la plebe.
La asamblea centuriada (comitia centuriata) ordenaba al pueblo -patricio y plebeyo- en clases, determinadas con arreglo a sus recursos económicos. Como ésta en origen era una agrupación militar, cada clase se configuraba en forma de centurias (que, salvo las dieciocho primitivas, en tiempos de Sila estaban constituidas por mucho más de cien individuos por centuria, ya que se había decidido mantener el mismo número de ellas en cada clase). La asamblea centuriada se reunía para elegir cónsules, pretores y censores (éstos cada cinco años). También lo hacía en casos de juicios encausados por alta traición (perduellio), y podía aprobar leyes. Debido a su volumen y su origen militar, la asamblea centuriada tenía que convocar sus reuniones fuera del pomerium en el campo de Marte en un lugar llamado la saepta; en tiempos normales no se convocaba para aprobar leyes ni decidir en juicios.
La asamblea del pueblo (comítia populi tributa) permitía la participación de todos los patricios y era de cariz tribal. Se convocaba a las treinta y cinco tribus en que estaban encuadrados los ciudadanos romanos. La convocaba un cónsul o un pretor y era la que elegía a los cuestores, a los ediles curules y a los tribunos de los soldados. Podía formular leyes y celebrar juicios. Su lugar habitual de reunión era la hondonada del bajo Foro.
La asamblea plebeya (comitia plebis tributa o concilium plebis) no permitía la asistencia de patricios y reunía a las treinta y cinco tribus. El único magistrado con poder para convocarla era el tribuno de la plebe. Tenía potestad para promulgar leyes (en puridad, plebiscitos) y celebrar juicios, si bien de esto último se vio privada al establecer Sila tribunales permanentes. Sus miembros elegían a los ediles plebeyos y los tribunos de la plebe. El lugar habitual de reunión era la hondonada del bajo Foro.
atrium. El recibidor de un domus romano o casa privada; constaba de una abertura rectangular en el techo (el compluvium) bajo la cual había un estanque (el impluvium). En principio, el propósito del estanque era recoger agua para uso doméstico, pero ya en tiempos de la república solía ser puramente ornamental.
auctoritas. Término latino de difícil traducción, ya que significa mucho más que el vocablo «autoridad»; implica preeminencia, prestigio, jefatura, importancia pública y privada y, sobre todo, la capacidad para influir sobre los acontecimientos por simple fama pública o personal. Todos los magistrados poseían auctoritas como algo inherente a su cargo, pero la auctoritas no era exclusiva de los magistrados; el príncipe del Senado, el pontífice máximo, el rex sacrorum, los consulares y algunos particulares también poseían auctoritas.
augur. Sacerdote cuyo cometido era la adivinación más que el pronóstico. Formaba con sus colegas el Colegio de augures, un organismo oficial que, hasta 81 a. JC. en que Sila lo aumentó a quince miembros, lo formaban seis patricios y seis plebeyos. Hasta el 104 a. JC., cuando Cneo Domicio Ahenobarbo aprobó la lex Domitia de sacerdotiis, a los augures los proponían los propios miembros del colegio, pero a partir de ella los elegía la asamblea de diecisiete tribus sacadas a suertes. El augur no predecía el futuro, ni dictaba los augurios a su antojo, sino que examinaba unos determinados objetos o signos para saber si lo que se iba a realizar contaba con la aprobación de los dioses, ya fuese una asamblea, una guerra, la propuesta de una ley o cualquier otro asunto estatal, incluidas las elecciones. Existía un auténtico manual de interpretación al que se ceñían los augures. El augur vestía la toga trabea (véase ese artículo) y portaba un báculo llamado lituus.
auverneses. La tribu gala de los arverni, que ocupaba las tierras de la mitad norte del macizo de las Cevennas en la Galia Transalpina.
auxiliares. Legión incorporada al ejército romano sin que sus tropas tuviesen la categoría de ciudadanos de Roma; los que formaban este tipo de legión recibían el nombre de auxiliares, término que también se aplicaba al cuerpo de caballería. En la época de la dictadura de Sila, la mayor parte de la infantería auxiliar casi había desaparecido, mientras que la caballería seguía siendo muy importante.
báquico. Relativo al dios Baco (el Dionisos griego), patrón del vino y, por extensión, de la jarana. Hasta la mitad de la época republicana, estaban mal vistos los excesos báquicos y hasta se llegó a legislar en contra; pero en tiempos de Sila existía cierto grado de tolerancia.
bárbaro. Etimológicamente procede de un vocablo griego de claro carácter onomatopéyico, dado que cuando los griegos oyeron hablar por primera vez a esos pueblos, su lenguaje les sonaba a «bar-bar» y por ello la palabra «bárbaros» se empleó para describir razas y naciones consideradas incivilizadas y carentes de una cultura digna. Galos, germanos, sármatas y dacios se tenían por bárbaros.
basílica. Edificio importante para uso público, tal como tribunales, o dependencias comerciales, tiendas o despachos. La basílica tenía dos pisos, estaba iluminada por una lucerna cenital y daba cabida a diversas tiendas a lo largo de una especie de soportales en ambos lados; durante la república se erigía a costa de algún noble romano y su mantenimiento corría a cargo de los ediles. La primera basílica fue construida por Catón el censor y estaba en el Clivus Argentarius, junto al Senado; se llamaba basílica Porcia, albergaba casas de banca y la sede del Colegio de los tribunos de la plebe. En la época en que se desarrollan los acontecimientos de esta obra existían igualmente las basílicas Emilia, Sempronia y Opimia, todas en las inmediaciones del bajo Foro.
Belona. Diosa romana de la guerra. Su templo estaba fuera del pomerium o límite sacro de la ciudad en el Campo de Marte; consagrado en 296 a. JC. por el gran Apio Claudio Caecus, estaba a cargo de unos sacerdotes llamados los fetiales. Ante el templo de Belona había una gran explanada conocida como el Territorio Enemigo.
birreme. Embarcación de guerra propulsada a remo más que con velas, aunque llevaba un mástil al efecto, que quedaba en tierra si se preveía combate. Algunas birremes estaban cubiertas total o parcialmente, pero la mayoría eran embarcaciones sin puente. Parece ser que los remeros iban sentados en bancadas situadas a dos niveles; los remos superiores se apoyaban en toletes y los inferiores asomando por troneras en los costados de la nave. Se construían estos navíos con madera de abeto o de otras especies de pino y sólo podían navegar con buen tiempo y librar combate con mar muy en calma. La proporción de eslora y manga era de 7:1, y probablemente alcanzaba una longitud de 30 metros; iba dotada de más de cien remeros y un espolón de roble reforzado con bronce prolongaba la proa por debajo de la línea de flotación y servía para embestir y hundir los navíos enemigos. La birreme no estaba pensada para llevar tropas y entablar combate con otros navíos al estilo de la guerra en tierra. Durante la época griega, de la república y del imperio romanos, contaron con dotación de remeros profesionales y no de esclavos. El esclavo de galeras es producto de la época cristiana.
Bóreas. Viento norte.
brazalete. Los anchos brazaletes de oro o plata, concedidos como condecoraciones al valor a los legionarios, centuriones, cadetes y tribunos militares romanos.
caballería. Tropas a caballo. En los últimos tiempos de la república, la caballería del ejército romano era de carácter auxiliar y formaba sus unidades personal que no era de ciudadanía romana: germanos, galos, tracios, gálatas y númidas generalmente, pues eran pueblos con tribus acostumbradas a montar a caballo. Parece que casi siempre dispuso de suficientes voluntarios para integrarla, siendo los más numerosos galos y númidas. Se dividía en regimientos de quinientos jinetes, divididos en escuadrones de cincuenta, al mando de oficiales de las respectivas nacionalidades, aunque el comandante en jefe siempre era romano.
caballeros. Los equites, pertenecientes al ordo equester. Su origen se debe a cuando los reyes de Roma alistaron a los ciudadanos más distinguidos en un cuerpo de caballería pagado por el Tesoro público. En aquel entonces, en Italia, los caballos eran muy escasos y costosos. Ya en la época de la joven república había mil ochocientos jinetes, repartidos en dieciocho centurias. Con el auge de la república aumentó el número de caballeros, pero ya todos adquirían por su cuenta el caballo y lo mantenían; los caballeros se convirtieron en un ente social que poco tenía que ver con los asuntos militares, aunque el Estado siguió facilitando caballos públicos a los mil ochocientos veteranos. La designación de caballeros pasó a la potestad de los censores, según criterios económicos, y, mientras que las centurias formadas por esos mil ochocientos siguieron contando con cien jinetes, las nuevas centurias (en torno a setenta y una) crecieron hasta superar notablemente los cien individuos. Por eso todos los que se inscribían en el censo como caballeros quedaban incluidos en la primera clase.
Hasta el 123 a. JC. todos los senadores eran también caballeros; fue Cayo Sempronio Graco (véase Graco) quien aquel año redujo el Senado a un organismo autónomo de trescientos miembros y dio a los caballeros el título de ordo equester. Los hijos de senadores y otros miembros no senatoriales de familias ilustres siguieron considerándose caballeros. Los requisitos para ingresar en el censo de caballeros (que se efectuaba ante un tribunal especial en el Foro) eran tener propiedades o rentas superiores a 400.000 sestercios. No existían incompatibilidades en cuanto a la naturaleza de las actividades para obtener las rentas, como en el caso de los senadores.
caballo niseano. El animal de mayor tamaño conocido en la antigüedad, aunque existe polémica al respecto; pero parece ser que era tan grande al menos como el medieval susceptible de transportar a un caballero con armadura, ya que los reyes de Armenia y los partos utilizaban esta clase de caballo cuando llevaban la catafracta (armadura de escamas que cubría de pies a cabeza al caballero y al caballo). Se criaba en la Media, al suroeste del mar Caspio, pero en la última época de la república existía en casi todos los confines del mundo antiguo.
caballo de octubre. En los idus de octubre (aproximadamente cuando finalizaban las campañas) se escogían los mejores caballos de guerra y se uncían por parejas a carros para celebrar una carrera en el Campo de Marte, no en el circo. El caballo de la derecha del carro ganador se sacrificaba a Marte en un altar erigido al dios junto a la pista de la carrera; se le mataba con un venablo y se le cortaba la cabeza, que se cubría con pastelillos, mientras que la cola y los testículos se llevaban a toda prisa a la Regia del Foro, cuyo altar se regaba con la sangre. Una vez concluida la ceremonia de la cabeza adornada con pastelillos, se arrojaba a la muchedumbre, formada por dos grupos de ciudadanos: vecinos del Subura y vecinos de la Vía Sacra, que pugnaban por quedársela. Si ganaban los de la Vía Sacra, se clavaba la cabeza en el muro exterior de la Regia, y si vencían los del Subura se exponía en la Turris Mamilia (el edificio más llamativo del Subura). No se conoce el origen de esta costumbre; los eruditos actuales se inclinan por pensar que era algo relacionado con el término de la campaña en tiempos muy anteriores a la época de Sila de los que los propios romanos no debían tener una noción muy precisa. Tampoco sabemos si los caballos que participaban en la carrera eran públicos o no, pero es de suponer que sí.
caballo público. Caballo propiedad del Estado, es decir del Senado y el pueblo de Roma. Ya desde tiempo de los reyes, el Estado daba un caballo a los 1.800 caballeros romanos de mayor alcurnia de las dieciocho primitivas centurias. Posiblemente cuando se inició esta política, en Italia los caballos eran escasos y muy costosos, pues de no haber sido así, el gobierno romano, bien conocido por su negligencia, no se habría molestado en desembolsar un dinero tan precioso y se habría limitado a ordenar a los caballeros que aportasen sus propias cabalgaduras, como sucedió durante el período republicano cuando los caballeros rebasaron ampliamente ese contingente primitivo de 1.800 jinetes. Los animales se heredaban de generación en generación.
Calabria. Nombre que se presta a confusión para los que conocen la Italia actual. Hoy, Calabría es la punta de la bota, pero en la época antigua era el tacón. Sus principales ciudades eran Brundisium y Tarentum. Sus habitantes eran los mesapios ilirios.
calendas. El primer día de cada mes que representaba los puntos fijos del mismo. Las fechas se establecían hacia atrás a partir de esos puntos, calendas, nonas e idus. Las calendas estaban consagradas a Juno, pues en origen correspondían a la aparición de la luna nueva.
Campo Esquilino. Explanada fuera de las murallas servianas ante el doble tramo del Agger y entre las puertas Querquetulana y Colina, en la que se hallaba la necrópolis de Roma.
Campo Lanatario. Explanada dentro de las murallas servianas hacia el lado del Aventino, situada entre la puerta Raudusculana y la Nevia, en la que estaban los mataderos y otros almacenes.
Campo de Marte. Al norte de la muralla serviana, el Campo de Marte estaba limitado por el Capitolio al sur y la colina Pinciana al este; el resto lo cerraba la gran curva del Tíber. En la época de la república no era un suburbio, y en él acampaban los ejércitos en espera de que los generales celebrasen el triunfo, se efectuaban ejercicios militares y de instrucción para los jóvenes, estaban las cuadras de los caballos que corrían en las competiciones de carros, se celebraban las asambleas de comitia centuriata y había mercados de plantas y parques públicos. La poza del Trigarium, en la que los romanos acudían a nadar al Tíber, estaba situada en el centro de la curva, al norte de los manantiales de agua mineral llamados el Tarentum. La Vía Lata (Vía Flaminia) cruzaba el Campo de Marte en dirección al puente Mulviano y perpendicular a ella discurría la Vía Recta.
Capena, puerta. Una de las dos más estratégicas de la muralla serviana (la otra era la puerta Colina), situada al sur del circo Máximo; por delante de ella discurría la carretera que unía la Vía Appia y la Vía Latina.
capite censi. Literalmente «censo por cabezas» (véase ese artículo).
carcer. Calabozo. Era el otro nombre que se daba al Tullianum.
Carinae. Uno de los barrios más elegantes de Roma. La Carinne (que incluía el Fagutal) eran los altos del monte Opiano en su lado oeste y se extendía entre la Velia y el Clivus Pullius, con vistas al sudoeste, a las marismas de Palus Ceroliae y al Aventino.
cartucho. Jeroglífico personal distintivo de los faraones de Egipto, encerrado en un óvalo o un rectángulo de esquinas redondeadas, usado también por los reyes de la dinastía de los Ptolomeos.
Cástor. El mayor de los dioses gemelos. Aunque el gran templo del Foro estaba consagrado a Cástor y Pólux (los Dioscuros), los romanos siempre decían el templo de Cástor. Esta dualidad era motivo de chistes en los que uno de los fundadores llevaba las de perder. Cástor y Pólux eran una de las principales deidades a quien daban culto los romanos, quizás por ser gemelos como Rómulo y Remo.
cavea. Véase el artículo teatros.
cella, cellae. Literalmente «habitación». Las habitaciones en las casas, en su mayoría, han adquirido un nombre propio de su función, pero un cuarto que no tuviera nombre era una cella. Las habitaciones de los templos se denominaban cellae.
Celtíberos. Nombre dado a un contingente de raza celta que cruzó los Pirineos y se estableció principalmente en las regiones central, occidental y noroeste de la península ibérica. Casi todas sus ciudades estaban construidas en altos fortificados y eran un pueblo dado a la guerrilla.
censo. Cada cinco años, los censores ponían al día los rollos del listado de los ciudadanos romanos. En ellos figuraban los nombres de todos con los detalles de la tribu a que pertenecían, su clase económica, propiedades, rentas y familia. Ni las mujeres ni los niños figuraban inscritos como ciudadanos romanos, aunque existen casos documentados en las fuentes antiguas en los que se concede a una mujer la ciudadanía por derecho propio. El censo de la ciudad de Roma se efectuaba en el Campo de Marte en un estrado especial levantado al efecto; los que vivían fuera de Roma, tenían que acudir ante las autoridades del municipio más próximo, y los residentes en el extranjero, presentarse ante el gobernador. No obstante, hay pruebas de que los censores del 97 a. JC., Lucio Valerio Flaco y Mario Antonio Orator, modificaron el procedimiento de inscripción de los itálicos que vivían fuera de Roma.
censor. El más alto magistrado romano, aunque no tenía imperium y, por lo tanto, no llevaba escolta de lictores. Nadie que no hubiese sido previamente cónsul podía aspirar al cargo de censor, y sólo los consulares con una enorme auctoritas y dignitas solían atreverse a ser candidatos. Ser elegido censor era la culminación de la carrera política de un particular, porque el cargo le confería la categoría de uno de los primeros hombres de Roma. El censor (se elegían dos a la vez) ocupaba su cargo durante cinco años (el lustrum) aunque sólo se entregaba de lleno a sus funciones el primer año y medio; él y su colega efectuaban el escrutinio de los que accedían al Senado, se encargaban del ordo equester (los caballeros) y de los depositarios de los caballos públicos (los mil ochocientos caballeros más antiguos) y efectuaban un censo general de ciudadanos romanos, no sólo en Roma, sino en toda Italia y en las provincias romanas. El censor entendía también en cuanto al cambio y a los requisitos económicos de las categorías censales, las contratas estatales y diversas obras y edificios públicos. En 81 a. JC. Sila abolió temporalmente el cargo.
censo por cabezas o por personas. Los capite censi o proletarii, que constituían la clase más baja de Roma. Demasiado pobres para pertenecer a una clase, los pertenecientes al censo urbano por cabezas se reunían en una tribu urbana y su voto no contaba, lo que les hacía políticamente inútiles siempre que tuvieran para comer y estuvieran distraídos para no provocar disturbios. El censo por cabezas rural sí que tenía un voto tribal a tener en cuenta, pero raras veces podía acudir a Roma para participar en las elecciones.
centunculus. Abrigo acolchado a base de trozos de diversos colores.
centuria. Es un término que puede aplicarse a cualquier conjunto de cien hombres. En sus origenes significaba cien soldados, unidad basíca en que estaba organizado el ejército romano. Las clases de la Asamblea centuriada estaban también divididas en centurias, que con el tiempo llegaron a contar mucho más de cien miembros.
centuriada, asamblea. Véase Asamblea.
centurión (centurio, centuriones). El oficial corriente en las legiones de ciudadanos romanos y auxiliares. Es un error equipararlo al suboficial contemporáneo; los centuriones eran auténticos profesionales de categoría muy distinta a la de la oficialidad actual. Un general romano derrotado apenas se preocupaba si perdía tribunos militares, pero se mesaba los cabellos si perdía centuriones. El grado de centurión tenía varios niveles; el centurio más bisoño mandaba un grupo de ochenta soldados y veinte no combatientes, llamado centuria. En el ejército de la época republicana, reorganizado por Cayo Mario, cada cohorte tenía seis centuriones, y el más antiguo, el pilus prior, mandaba la centuria más antigua de la cohorte y toda la cohorte. Los diez hombres que mandaban las diez cohortes que constituían una legión tenían también grados de antigüedad, siendo el centurión más veterano, el primus pilus (término apocopado posteriormente en primipilus), el único responsable ante el comandante de la legión (uno de los tribunos elegidos de los soldados, o uno de los lugartenientes del general). En tiempos de la república podía llegar a serlo un soldado raso. Los centuriones tenían diversos signos distintivos, como las canilleras, una cota de escamas en lugar de malla, una cresta transversal en el casco en vez de longitudinal y un bastón de mando de rama de parra. Iban, además, profusamente condecorados.
cidro. La madera más preciada en carpintería fina en el mundo romano. Se obtenía de las enormes raíces del Callitris quadrivavis vent., un árbol parecido al ciprés que crecía en las altiplanicies africanas desde el septentrional oasis de Ammonium y la Cirenaica hasta el Atlas mauritano; hay que señalar que el árbol no guarda relación con el naranjo ni el limonero. Con su madera se hacían principalmente tapas de mesa (generalmente sobre pedestal criselefantino), pero también se torneaba para hacer cuencos. No se han conservado mesas, pero existen algunos cuencos en los que puede comprobarse que este tipo de madera era de excepcional belleza.
cimbros. Una vasta confederación de tribus germánicas establecida en la parte norte del Quersoneso Címbrico (la actual península de Jutlandia). Estrabón dice que la invasión de sus tierras por el mar les obligó a abandonar su patria en aproximadamente 123 a. JC. Junto con sus vecinos del sur, los teutones y un grupo mixto de germanos y celtas (los marcomanos, los queruscos y los tigurinos), iniciaron una épica migración por toda Europa hasta que tropezaron con Roma y Cayo Mario, siendo virtualmente aniquilados en Vercellae en el 101 a. JC.
circo Flaminius. El circo situado en el Campo de Marte, no lejos del Tíber y el Forum Holitorium. Se construyó en el 221 a. JC. y a veces sirvió de sede a las asambleas de la plebe o el pueblo con ocasión de las elecciones, cuando la plebe o el pueblo tenían que reunirse fuera del pomerium. Parece que en él se celebraban juegos, pero de menor afluencia que los celebrados en el Circo Máximo; su capacidad era de unos cincuenta mil espectadores.
Circo Máximo. El antiguo circo construido por el rey Tarquinio Prisco antes de la época republicana. Ocupaba todo el Vallis Murcia, entre el Palatino y el Aventino y tenía una capacidad entre 100.000 y 150.000 espectadores aun en tiempos de la república; durante la misma, sólo se permitía la entrada a los ciudadanos romanos y existen fundadas pruebas para pensar que los ciudadanos libertos seguían siendo considerados esclavos en lo que respecta a la admisión al circo; imagino que a los libertos se les negaba la entrada por el exceso de público que deseaba ver el espectáculo. Las mujeres podían sentarse entre los hombres.
citocacia. Blasfemia leve que significa pestilencia.
clámide. Especie de capa corta que usaban los griegos.
clases. Las cinco divisiones económicas relativas a propiedades o rentas fijas de los ciudadanos romanos. Los miembros de la primera clase eran los más ricos y los de la quinta, los más pobres. Los capite censi no pertenecían a ninguna clase y no podían votar en la asamblea centuriada. En realidad, era raro que se convocase a votación en ella a la tercera clase, y menos aún a los de la cuarta y quinta.
cliente. En latín, cliens. El término denota a un hombre libre o a un liberto (aunque no tenía que ser ciudadano romano) que se comprometía con otro que se llamaba patrón (patronus). El cliente se obligaba, por la más solemne vinculación moral, a servir los intereses y a obedecer a los deseos del patrón a cambio de diversos favores (generalmente sumas de dinero, cargos o ayuda legal). El esclavo liberto se convertía automáticamente en cliente de su antiguo amo, excepto en el caso de que se le eximiera de la obligación. Una especie de estructura de honor regía la conducta del cliente en relación con su patrón, y era notable el respeto que le merecía. Ser cliente no significaba necesariamente que uno no pudiera ser patrón, aunque era más difícil ser el patrón supremo, porque sus propios clientes lo eran a su vez de su patrón. Durante la república no existían leyes propiamente dichas que regulasen la relación cliente-patrón, pues no eran necesarias, y nadie podía esperar prosperar en la vida si transgredía esa función social. No obstante, si que había leyes para regular la relación entre un cliente extranjero y el patrón, y respecto a los reinos extranjeros que tenían a Roma como patrón, existía la obligación legal de pagar rescate por los ciudadanos romanos secuestrados en su territorio, un hecho que aprovechaban los piratas como fuente adicional de ingresos. Así, no sólo los individuos se convertían en clientes, sino también ciudades y países.
clivus. Calle en cuesta.
codo. Medida griega y asiática de longitud no muy corriente entre los romanos; equivalía a la distancia entre el codo y la punta de los dedos y debía medir unos 45 cm.
cofradía. Organismo formado por profesionales, comerciantes o esclavos con el propósito de garantizar a sus miembros las mejores condiciones en su profesión e incluso que contasen con medios adecuados para pagar un entierro decente.
cognomen, cognomina. Apellido o sobrenombre de los varones que deseaban distinguirse de los que tenían el nombre y el gentilicio igual al suyo. En algunas familias se hicieron necesarios más de un cognomen; por ejemplo, Quintus Caecilius Metellus Pius Scipio Nasíca. Quintus era el nombre (praenomen, o de pila, como decimos nosotros), Caecilius era el gentilicio (nomen) y Metellus Pius Scipio Nasica eran cognomina. El cognomen solía denotar cierto rasgo físico o de carácter -grandes orejas, pies planos o joroba- o era la reminiscencia de alguna hazaña, como en el caso de los Cecilios Metelos que llevaban el sobrenombre de Dalmático, Baleárico o Numídico. Muchos cognomina eran notablemente sarcásticos e ingeniosos.
cohorte. Tras las reformas introducidas por Cayo Mario en el ejército romano, la cohorte era la unidad táctica de la legión romana formada por seis centurias; en circunstancias normales, una legión constaba de diez cohortes. Tratándose de movimientos de tropas, era costumbre referirse a la potencia de un ejército romano definiéndolo en función de sus cohortes en vez de sus legiones; así, veinticinco cohortes en lugar de dos legiones y media o cinco cohortes en lugar de media legión.
colegio. Entidad formada por la asociación de determinado número de personas con algo en común. Había, así, colegios sacerdotales (de pontífices), colegios políticos, como el de los tribunos de la plebe, colegios civiles, como el de los lictores, y colegios de oficios (el gremio de sepultureros). Determinados grupos de todos los estratos sociales (incluidos los esclavos) se agrupaban en colegios que cuidaban de las encrucijadas y celebraban sus fiestas anuales, las Compitalia.
columnata. Paseo con soportales anexo a un edificio o con dos hileras de columnas si estaba aislado.
comitia. Véase Asamblea.
Comitia. La amplia hondonada circular en que se celebraban las reuniones de los comitia, situada en el bajo Foro junto a la escalinata del Senado y a la basílica Emilia, y formada por una serie de gradas. Algo apretados, podía dar cabida a unas tres mil personas. En un lateral de la misma estaban los rostra o tribuna de arengas.
condemno. Una de las palabras que utilizaba el jurado al deliberar sobre el veredicto de culpabilidad. La otra era damno (véase este artículo).
con farreatio. La modalidad más antigua y estricta del matrimonio romano. En tiempos de Sila, sólo los patricios recurrían a ella, aunque no todos, pues no era obligatoria. En la con farreatio, la novia pasaba de la potestad paterna a la del marido y no adquiría independencia alguna; por eso la con farreatio no era popular como las otras formas de matrimonio que conferían a la mujer mayor control sobre sus negocios y la dote. La dificultad para divorciarse era la otra razón de su impopularidad; el divorcio (diffarreatio) era un trámite muy laborioso desde el punto de vista religioso y legal, al que nadie quería recurrir, salvo en caso de no existir otra solución.
cónsul. El cónsul era la más alta magistratura romana con imperium, y el consulado (los eruditos modernos no lo denominan así, porque el consulado es una institución diplomática moderna) se consideraba el escalón más alto del cursus honorum. Cada año, la Asamblea centuriada elegía dos cónsules que ocupaban el cargo durante un año. El primer cónsul -el que más votos había obtenido- ostentaba los fasces durante el mes de enero, lo que quería decir que actuaba mientras su colega observaba. El día de la toma de posesión del cargo de cónsul era el día de Año Nuevo, el 1 de enero. Cada cónsul tenía una escolta de doce lictores, pero sólo los lictores del cónsul en activo durante el mes correspondiente llevaban los fasces al hombro. En el último siglo de la república, los cónsules podían ser patricios o plebeyos, y no podían asumir el cargo dos patricios a la vez. La edad para ser cónsul era la de cuarenta y dos años, doce años después de ingresar, a los treinta, en el Senado. El imperium del cónsul no tenía límites, pues era vigente en Roma, en Italia y en las provincias, e invalidaba el imperium de cualquier gobernador proconsular. El cónsul podía mandar cualquier ejército.
consular. Título atribuido al que había sido cónsul. Gozaba de especial estima por parte de los miembros del Senado, se le concedía la palabra antes que a los magistrados más jóvenes y en cualquier momento se le podía nombrar gobernador de una provincia si el Senado requería sus servicios. Igualmente se le podía encomendar otros asuntos, como el abastecimiento de grano.
consultum, consulta. Es el término con que se denominan los decretos senatoriales. Estos decretos no tenían fuerza de ley; para que se convirtiese en ley, un consultum debía ser presentado a la Asamblea de la plebe, o Asamblea plebeya, la cual daba, o negaba, fuerza de ley al mismo. Sin embargo, muchos consulta no pasaban por las asambleas de las tribus y se aceptaban como ley. Era el caso de las decisiones senatoriales nombrando gobernadores de provincias, las declaraciones de guerra o de su continuación o el nombramiento del comandante de un ejército. Los asuntos extranjeros solían despacharse mediante consulta senatoriales no ratificados. En 81 a. JC., Sila dio rango de ley a estos decretos senatoriales.
contio, contiones. Las reuniones preliminares de todas las asambleas para discutir la promulgación de una ley o cualquier asunto de su incumbencia. Los tres tipos de asamblea tenían la obligación de discutir cualquier medida en el contio, el cual, aunque no se celebrase votación, lo convocaba el magistrado con potestad respecto a la asamblea en cuestión.
con tubernalis. Término latino aplicado a un cadete, a un subalterno de la condición más inferior de la jerarquía militar, excluidos los centuriones; un centurión no era nunca un cadete, sino un soldado experimentado.
coraza. Dos planchas, generalmente de bronce o hierro y a veces de cuero curtido; una protegía el tórax y el abdomen y la otra la espalda desde los hombros hasta las vértebras lumbares. Se sujetaban con correas en los hombros y de axilas para abajo; algunas estaban primorosamente adaptadas a los relieves del torso y otras se adaptaban a una talla general determinada. Los oficiales de alto rango solían llevar corazas de relieve perfectamente cincelado, en hierro plateado o bronce a veces dorado; generales y lugartenientes portaban, además, un estrecho fajín rojo con vueltas y nudos rituales.
corona cívica. Confeccionada con hojas de roble y concedida al que hubiese salvado la vida a sus compañeros sin perder el terreno de la hazaña durante el resto de la batalla. Era la segunda condecoración en importancia del ejército romano, y no se otorgaba si los compañeros del héroe no juraban ante el general que se habían dado las circunstancias. L. R. Taylor argumenta que entre las reformas constitucionales de Sila se incluye una relativa a los condecorados con coronas y que, siguiendo la tradición de Marco Fabio Buteo, les concedió el privilegio de ingresar en el Senado, lo que explicaría la polémica sobre la condición senatorial de César (complicada por el hecho de que fuese flamen dialis al tiempo que senador desde que vistió la toga virilis). Geltzer confirma la opinión de esta autora, aunque brevemente en una nota a pie de página.
corona gramínea u obsidionalis. La más alta condecoración militar romana. Era la corona de hierba, confeccionada con gramíneas del campo de batalla (o a veces con trigo si el combate se libraba en un campo sembrado). Se concedía in situ y era la más preciada de todas las condecoraciones militares, pues únicamente la ceñía el que hubiese salvado a toda una legión o un ejército. Quinto Sertorio y Sila fueron condecorados con ella.
criselefantino. Obra de arte en oro y marfil.
ctónico. Relativo al más allá; aciago.
cultarius. Sirviente público en las ceremonias religiosas cuya única tarea parece haber sido degollar a la víctima sacrificial. Sin embargo, en la Roma republicana debió ser una ocupación de plena dedicación con plantilla fija, dadas las numerosas ceremonias que requerían sacrificios de animales; lo más probable es que también tuviera como cometido tirar los restos de la víctima y cuidar de las herramientas del sacrificio.
cunnus. Obscenidad muy ofensiva como epíteto, al significar el órgano genital femenino.
Cuppedenis, mercado. Una zona situada detrás del alto Foro, en su lado este, entre el Clivus Orbius y el linde del Fagutal/Carinae. En él se vendían artículos de lujo, tales como especias, incienso, bálsamo y ungüentos; era también mercado de flores, y en él los romanos podían comprar ramos y guirnaldas pectorales o diademas para el pelo. Hasta que fue vendido el solar para subvenir a la campaña de Sila contra Mitrídates, fue tierra del Estado.
Curia Hostilia. Sede del Senado. Se atribuía su construcción al rey Tulio Hostilio, el tercero de existencia misteriosa desde la fundación de Roma, y de ahí su nombre («casa de reunión de Hostilio»).
damno. La otra palabra que se empleaba en las asambleas para dar el veredicto de culpabilidad; no se empleaba en los tribunales, quizás porque éstos no tenían la potestad para dictar condena de muerte.
decuria. Grupo de diez hombres. Los ordenados romanos solían dividir los grupos de varios centenares en decurias a efectos de administración y dirección. El Senado, por ejemplo, estaba organizado en decurias dirigidas por un senador patricio, así como el colegio de lictores y probablemente los otros colegios profesionales de servidores públicos. Se ha sugerido que la centuria de las legiones estaba también dividida en decurias de soldados que compartían una tienda, pero las pruebas parecen dar a entender que eran sólo ocho. Como una centuria militar constaba de ochenta hombres y no de cien, resultarían diez grupos de ocho soldados; aunque quizás a cada ocho legionarios correspondieran dos auxiliares u ordenanzas, con lo que se completaría el número de diez.
demagogo. En origen es un concepto griego que denota un político que atrae peculiarmente a las multitudes. Los demagogos romanos preferían la palestra del Foro a la del senado, pero no formaba parte de su política «liberar a las masas», ni tampoco, en general, los que los escuchaban eran en rigor los más humildes de la sociedad. Era un término empleado por los grupos ultraconservadores del Senado para referirse a los tribunos de la plebe más radicales.
denarius, denarii. Salvo un par de emisiones de monedas de oro, el denario era la denominación general de las monedas que acuñaba Roma en el periodo republicano. Era de plata pura, contenía unos 3,5 gramos de dicho metal y su tamaño era pequeño, semejante a la moneda norteamericana de diez centavos actual. Un talento constaba de 6250 denarios.
diadema. La diadema era una cinta ancha blanca de unos veinticinco milímetros con los extremos bordados y que a veces acababa en una orla. Se llevaba en la cabeza, sobre la frente o sobre la línea del pelo y se ataba al occipucio, cayendo los extremos sobre los hombros. Era signo de la realeza helenística.
dieciséis órdenes de remos, galera de. Navío de la antigüedad potente para el combate. No se considera viable que tuviese más de tres bancos de remos, por lo que podía estar configurada de dos maneras: a guisa de una birreme con dos bancos y ocho hombres al remo, o como trirreme con tres bancos de seis hombres al remo en los bancos superiores y cuatro al remo de los bancos inferiores. Un solo banco es tan imposible como cuatro porque la envergadura y el ángulo de un remo impide que lo manejen más de ocho hombres. Si los remos estaban pensados para que los accionasen más de ocho hombres, habrían tenido que ser de unos 57 pies de largo, y un remo para seis medía unos 45 pies. Esta clase de embarcación tenía una eslora de unos 200 pies y una manga aproximada de 25 a 28 pies, lo que permitía acomodar bastantes tropas, piezas de artillería y varias torres altas de asalto. Por la documentación se deduce que esta supergalera tenía menos remos que una galera pequeña por estar compensado su menor número por la mayor potencia de cada remo; seguramente el número de remeros sería 500 u 800, y es posible que pudiera transportar 400 soldados. No era un navío adecuado para el combate naval, pues su tamaño y sus condiciones de navegabilidad limitaban su empleo a los abordajes y al lanzamiento de proyectiles; como todas las grandes galeras iba provista de arietes. El rey Mitrídates tenía especial debilidad por esta clase de galera, como se cuenta en El primer hombre de Roma.
dies religiosi. Eran días del año considerados aciagos en los que no se debía emprender nada ni celebrar ceremonias religiosas. Algunos de ellos conmemoraban derrotas, había tres dies religiosi en que el mundus (puerta del más allá) estaba abierto, en otros se cerraban determinados templos y en ciertos de ellos el hogar de Vesta quedaba abierto. Todos los meses, los días siguientes a las calendas, nonas e idus, eran dies religiosi y se los consideraba tan aciagos que se denominaban días negros.
diffarreatio. Véase el término con farreatio.
dignitas. Un genuino concepto romano que no traduce el significado exacto de «dignidad». Era la categoría personal del individuo dentro de la sociedad, implicaba su valía moral y ética y su derecho al respeto y a un adecuado tratamiento. La auctoritas era de índole pública y la dignitas algo personal, un acervo de ascendiente y categoría dimanante de las virtudes y logros del individuo. De todos los valores que un noble romano poseía, la dignitas era el más sensible, y para defenderla debía estar dispuesto a ir a la guerra o al destierro, a suicidarse, a ejecutar a su esposa o a su hijo. He preferido dejarlo sin traducir en el texto.
diverticulum, diverticula. En los dos libros anteriores utilicé el término únicamente en el sentido de «circunvalación» que en Roma conectaba todas las carreteras radiales. En Favoritos de la fortuna se emplea también para indicar tramos secundarios de una carretera del sistema radial que salían de ésta para alcanzar ciudades importantes no servidas por dicho· sistema, para después volver a unirse a la vía principal, como era el caso de los dos diverticula de la Vía Flaminia que ya debían de existir a finales de la época republicana, aunque no se les suele atribuir existencia hasta tiempos del imperio. De no haber existido el diverticulum a Spoletum, por ejemplo, ni Carrinas ni Pompeyo habrían podido llegar allí tan rápido.
divinatio. Literalmente conjetura. Era una consulta efectuada por un equipo de jueces especialmente designado para determinar la idoneidad de un individuo para procesar a otro. No se aplicaba de no ser que tal idoneidad fuese puesta en tela de juicio por la defensa. El término debe su origen a que los jueces llegaban a la conclusión sin tener pruebas feacientes y por lo tanto conjeturaban.
doce tablas. Eran algo parecido a los diez mandamientos. Las originales (quizás de madera, aunque su última versión fuese en bronce) eran un código de leyes establecido hacia 450 a. JC. durante los primeros tiempos de la república por un comité denominado los decemviri legibus scribundis; de ellas se derivaban todas las leyes romanas e incluían la mayor parte de las facetas de la ley civil y criminal, pero de un modo bastante ingenuo que debió de hacer reír a los escolares del último siglo a. JC. cuando se las hacían aprender de memoria, ya que por entonces las leyes habían evolucionado notablemente.
doctor. El encargado del entrenamiento y el buen estado físico de los gladiadores.
dracma. Es el término que empleo cuando hablo de la moneda griega porque el dracma se aproximaba bastante al denario con su peso de unos 4 gramos. De todos modos, la hegemonía de la moneda la iba conquistando Roma al tener un sistema monetario uniforme y centralizado, y a finales de la república en todo el orbe comenzaban a imponerse las acuñaciones romanas.
ecastor, edepol. Las exclamaciones de sorpresa y asombro más comunes en el mundo romano. Las mujeres empleaban ¡Ecastor! y los hombres ¡Edepol! Su raíz sugiere que eran invocaciones a Cástor y Pólux.
electrum. Metal compuesto de oro y plata. En la época anterior a la república, se creía que el electrum era un metal puro, pero ya en la época republicana se sabía que era un compuesto y se separaba el oro de la plata por cementación con sal o un sulfuro metálico.
Eneas. Príncipe de Dardania, en la Tróade, hijo del rey Anquises y de la diosa Venus (Afrodita), que huyó de Troya (Ilium), al caer ésta en manos de Agamenón, con su anciano padre a cuestas y el Paladión bajo el brazo. Tras numerosas aventuras, llegó al Lacio y fundó la raza de la que descendían los verdaderos romanos. Virgilio dice que su hijo Iulus era en realidad Ascanio, habido de su esposa troyana Creusa, a quien se trajo de Troya con él; por otra parte, Livio cuenta que Iulus era hijo de la esposa latina, Lavinia. No sabemos lo que creían los romanos de la familia de los Julios en tiempos de César. Yo doy más crédito a Livio, que parece ser una fuente mucho más fiable que Virgilio.
Epicuro, epicúreo. Adscrito a la escuela filosófica fundada por el griego Epicuro a principios del siglo iii a. JC. En realidad, Epicuro propugnaba una modalidad de hedonismo tan refinada que se aproximaba al ascetismo por un extremo, por así decir. Los placeres había que disfrutarlos y prolongarlos y todo exceso invalidaba el propósito del ejercicio. La vida pública y cualquier tipo de ocupación agobiante estaban prohibidos. Especialmente en Roma, estos principios sufrieron notable modificación, al extremo de que un noble podía calificarse de epicúreo y optar por la carrera pública. A final del período republicano, el principal placer de un epicúreo era la gastronomía.
epulones. Era una institución sacerdotal de entidad secundaria cuyo cometido era organizar los banquetes senatoriales que se celebraban en las festividades de Júpiter Optimus Maximus y los festines públicos celebrados durante los juegos y otras fiestas.
Escipión el Africano. Publio Cornelio Escipión el Africano nació en el 236 a. JC. y murió hacia el 184 a. JC. Fue un patricio de familia de alcurnia, que ya desde muy joven se distinguió en el combate y a la edad de veintiséis años, siendo un simple ciudadano, fue investido con imperium proconsular por el pueblo en vez de serlo por el Senado y fue enviado a luchar contra los cartagineses en Hispania. Allí los combatió con gran éxito durante cinco años, conquistando para Roma las dos provincias de Hispania. Siendo cónsul a los treinta y un años, hizo caso omiso de la oposición senatorial e invadió AÁfrica a través de Sicilia. Tanto la isla como Africa cayeron finalmente en sus manos y a Escipión se le invitó a adoptar el cognomen de Africano. Fue elegido censor y nombrado príncipe del Senado en el 199 a. JC.; volvió a ser cónsul en el 194 a. JC. Escipión el Africano, que era tan clarividente como brillante, advirtió a Roma que Antioco el Grande podía invadir Grecia; cuando esto sucedió, nombró legado a su hermano menor Lucio y acompañó al ejército romano que partió a la guerra contra Antioco, pero incurrió en la enemistad con Catón el censor, quien se dedicó a perseguir a todos los Cornelios Escipiones y en particular al Africano y a su hermano, circunstancia que parece haber provocado la precoz muerte de éste. Escipión el Africano estaba casado con Emilia Paula, hermana del conquistador de Macedonia; una de sus dos hijas fue Cornelia, madre de los Gracos. De sus dos hijos, ninguno se distinguió especialmente.
escitas. Pueblo probablemente de origen germánico, con idioma indoeuropeo; habitaba las estepas asiáticas situadas al este del río Tanais, que se extendían hasta el Cáucaso. Su organización social incluía la monarquía y eran reputados orfebres.
espelta o escanda. Una variedad de trigo que daba una harina muy fina y blanca, no apta para hacer pan pero excelente para pastelería. Era el llamado triticum spelta.
éter. Parte superior de la atmósfera impregnada por la fuerza divina; el aura de un dios. Significaba también el cielo, en particular el diurno.
etnarca. Término griego que solía aplicarse a la máxima autoridad de una ciudad.
Euxino, mar. El actual mar Negro. Dado los caudalosos ríos que desaguan en él (sobre todo antes de que sus cursos fuesen regulados por presas), siempre fue menos salado que otros mares y la corriente que discurría por el Bósforo tracio y el Helesponto fluía siempre del Euxino al Egeo, lo que era un factor favorable al salir de él y desfavorable al navegar hacia él.
exeunt omnes. Literalmente «¡Salgan todos!»; locución profusamente empleada desde siempre en las acotaciones de los dramaturgos.
facción. Es el término que mejor describe a los grupos políticos romanos de la época; las facciones se constituían en torno a alguien con auctoritas y dign itas y eran expresión manifiesta de la capacidad de tal individuo para atraerse partidarios. No existían ideologías políticas propiamente dichas ni directrices partidistas, y por ello he evitado, y seguiré evitándolos, los términos optimate y popularis, pues dan una falsa impresión de la agrupación política romana en el sentido moderno de un partido político.
fasces. Eran unos haces de varas de abedul, ritualmente sujetas por unas correillas de cuero rojo en zigzag. Emblema, en origen, de los reyes etruscos, se usaron en la vida pública romana desde tiempos de la república hasta el imperio. Los llevaban los llamados lictores que precedían a los magistrados curules (así como al procónsul y al pretor) como símbolo de su imperium. Dentro del pomerium, los haces sólo constaban de las varillas para indicar que el magistrado curul únicamente tenía poder para castigar; fuera de él, en los haces se introducían unas hachas, para indicar que el magistrado curul tenía poder también para ejecutar. El único con potestad para introducir las hachas dentro del pomerium era el dictador. El número de fasces indicaba el grado de imperium: un dictador disponía de veinticuatro, un cónsul o procónsul de doce, un pretor o propretor de seis y un edil de dos. Por cierto que Sila fue el primer dictador que se hizo preceder por veinticuatro lictores con veinticuatro fasces; hasta entonces, los dictadores habían usado doce, igual que los cónsules.
fasti. Término latino para señalar los días «útiles», pero significaba varias otras cosas: el calendario, listas relativas a fiestas y festivales y listas de cónsules (esto último probablemente porque los romanos de la época republicana conocían los años tanto por los consules en el cargo como por la numeración correlativa). En El primer hombre de Roma se da una explicación más amplia del calendario romano.
fellator. ¡Mea culpa, mea culpa, mea maxima culpa! Ha sido culpa exclusivamente mía que en los dos volúmenes anteriores se aplique un epíteto erróneo al que recibía por detrás. Y es que todos nos equivocamos con los términos opuestos, como sucede con derecha-izquierda, según las agujas del reloj-en dirección contraria a las agujas del reloj. Una aberración mental como otra cualquiera. El hecho es que estaba equivocada. El fellator era el que chupaba el pene a otro, el irrumator aquél a quien se lo chupaban.
feriae. Fiestas. Aunque la asistencia a ceremonias públicas no era obligatoria, las feriae exigían que se interrumpiese el comercio, el trabajo y los procesamientos, y debían evitarse las pendencias, aun las íntimas. El resto de las labores, en los días feriae, las efectuaban los esclavos y algunos animales, incluidos los bueyes, pero los equinos estaban totalmente excluidos.
fetiales. Colegio sacerdotal cuyos miembros tenían encomendado el servicio a Belona, diosa de la guerra. Aunque era un honor ser nombrado fetialis, durante los últimos tiempos de la república los ritos para hacer la guerra o la paz derivados del culto a la diosa perdieron su importancia; fue el sobrino de César, Augusto, quien reinstauró el colegio en todo su esplendor.
fiebre intermitente. Denominación de la malaria antes de su diagnosis moderna.
flamen, flamines. Sacerdote perteneciente a una clase particular. Había quince flamines, tres mayores y doce menores. Los tres mayores eran el flamen dialis (sacerdote de Júpiter Optimus Maximus), el flamen martialis (sacerdote de Marte) y el flamen quirinalis (sacerdote de Quirino). Excepto el flamen dialis -de cuyo cometido se habla en el texto-, ninguno de ellos debía tener obligaciones muy onerosas; al menos en el caso de los tres mayores, el Estado se encargaba de darles vivienda y manutención y eran miembros del Senado. La esposa del flamen era la flaminica; ambos habían de ser de condición patricia, aunque no he podido averigúar si era requisito también en los otros flamines.
Fortuna. La diosa romana de la fortuna y una de las deidades más adoradas del panteón romano. Había diversos templos dedicados a esta diosa en sus diversas advocaciones, pero la modalidad de fortuna que más interesaba a políticos y generales era la Fortuna Huiusque Diei -«La fortuna del día presente»-. Había otras encarnaciones de la deidad, como la Fortuna Primigenia, primogénita de Júpiter; la Fors Fortuna, muy popular entre los humildes; la Fortuna Virilis, que ayudaba a las mujeres a ocultar a los hombres sus imperfecciones físicas; la Fortuna Virgo, patrona de las novias; la Fortuna Equestris, veladora de los caballeros. Los romanos creían por naturaleza en la suerte, aunque no lo consideraban con arreglo a nuestros parámetros: un hombre labraba su propia suerte, pero tenía sumo cuidado -aun en el caso de hombres de valía y preclara inteligencia, que no eran supersticiosos, como Sila y César- en no ofender a la Fortuna.
foro. El lugar público de reunión en el mundo romano; solía estar rodeado de edificios, en su mayoría públicos.
Foro Romano. Era el centro de la vida pública romana y estaba formado por un amplio espacio abierto dedicado a la política, las leyes, los negocios y la religión. Creo que en tiempos de Sila y César no había tenderetes y puestos anexos en las basílicas. Es muy probable que la profusión de actividades políticas -y no digamos jurídicas- habría sido entorpecida con la presencia de estructuras provisionales. En las cercanías de dos grandes mercados -el general, Macellum, junto a la basílica Emilia, y el Macellum Cuppedenis, detrás del Clivus Orbius- debía sin duda haber espacio para instalar puestos y tenderetes. Estaba situado en una depresión del terreno y era frío y húmedo y le daba poco el sol, pero bullía siempre en actividad.
forum Boarium. Mercados para la venta de carne; estaban situados del lado del poste de salida del circo Máximo, por debajo del Germalus palatino. En el forum Boarium estaba el gran altar de Hércules y distintos templos de este dios que lo tenía bajo su protección.
forum Holitorium. Mercados de verduras; estaban situados en la orilla del Tíber, frente a las murallas servianas al pie del Capitolio. Había tres puertas que daban al forum Holitorium: la Triumphalis (por la que únicamente entraban desfiles triunfales), la Carmentalis y la Flumentana. Se suele aceptar que las murallas servianas del forum Holitorium estaban reducidas a ruinas a finales de la época republicana, pero yo no lo creo. Sólo la amenaza germana fue incentivo para efectuar diversas reparaciones en las mismas.
galería. Tiendas a ambos lados de un pasadizo. Es muy posible que el bazar de Estambul sea lo más parecido, aunque mucho mayor en tamaño.
Galia, galos. Los romanos rara vez utilizaban el término celta, para ellos todos eran galos. Las zonas del orbe en que vivían galos las consideraban una determinada Galia, aun en el caso (como el de Galacia) en que la región estaba en Anatolia. Antes de las conquistas de César, la Galia Transalpina, o Galia al oeste de los Alpes italianos, se dividía en dos partes: la Galia Comata o Cabelluda, que no estaba helenizada ni romanizada, y una franja costera que en el valle del Ródano se prolongaba hacia el interior, denominada la Provincia, helenizada y romanizada. El nombre de Galia narbonense que utilizo en la obra no fue oficial hasta la época de Augusto, si bien, probablemente, la Galia en torno al puerto de Narbo sí que debía conocerse por ese nombre. He optado por denominar Galia itálica a la Cisalpina o situada en el lado italiano de los Alpes, que a su vez estaba dividida en dos partes por el río Padus (el actual Po), y las he denominado Galia al otro lado del Padus y Galia a este lado del Padus. Tampoco existe duda de que los galos eran racialmente muy afines a los romanos, ya que su lengua era parecida y lo mismo sucedía con muchas de sus tecnologías. Lo que diferenciaba a los romanos en detrimento de los galos era su secular contacto con otras culturas mediterráneas.
gens, gentes. Familia o clan romano con el mismo apellido; Julius, Domitius, Cornelius, Aemilius, Servilius, Livius, Porcius, Junius y Licinius, por ejemplo, son gentilicios. Era palabra del género femenino, por lo que en latín se decía la gens Julia, la gens Cornelia, la gens Servilia.
gladiador. El término queda suficientemente explícito en la obra. Baste con decir que, en la época republicana, había únicamente dos clases de gladiadores -tracios y galos- y que el combate entre ellos no solía ser «a muerte». El «alzar o bajar el pulgar» de la época imperial no existía, tal vez porque el Estado no poseía ni mantenía gladiadores en dicha época y muy pocos de ellos eran esclavos. Los gladiadores eran de propiedad privada, y costosos de adquirir y mantener. Durante la república, casi todos los gladiadores eran romanos, generalmente desertores o amotinados de las legiones. Era una profesión fundamentalmente voluntaria.
gobernador. Palabra adecuada para referirse al cónsul, pretor, procónsul o propretor que, generalmente durante un año, mandaba en una provincia romana en nombre del Senado y del pueblo de Roma. A veces se prorrogaba su mandato varios años, como el caso de Metelo Pío en la Hispania Ulterior.
Gracos. Los hermanos Gracos, Tiberio Sempronio y su hermano menor, Cayo Sempronio. Eran hijos de Cornelia, hija de Escipión el Africano y Emilia Paula, y de Tiberio Sempronio Graco, cónsul en 177 a. JC. y 163 a. JC., censor en 169 a. JC. por derecho de cuna. Ninguno de los dos hermanos superó el cargo de tribuno de la plebe debido a una curiosa mezcla de idealismo, heterodoxia y hondo sentido de servicio a Roma. Tiberio Graco fue tribuno de la plebe en 133 a. JC., centró sus esfuerzos en corregir el modo en que Roma administraba su ager publicus, con el propósito de entregarlo a los ciudadanos pobres para incentivarlos al darles tierras que pudieran trabajar y heredar sus hijos; como al término del año de su mandato no hubo logrado la reforma, desafió la costumbre ancestral y quiso presentarse por segunda vez candidato al cargo. Fue apaleado hasta morir en el Capitolio.
Cayo Graco, diez años más joven, fue elegido tribuno de la plebe en 123 a. JC.; era más capaz que su hermano y supo aprender la lección, prometiéndose cambiar la dirección de la política de Roma por los ultraconservadores de la época. Sus reformas fueron mucho más amplias que las de Tiberio y comprendieron no sólo el ager publicus, sino el reparto de trigo barato al pueblo, la regulación del servicio en el ejército, la fundación de colonias romanas en el extranjero, numerosas obras públicas en Italia, la separación de los tribunales del Senado, un nuevo sistema de recaudación de impuestos en la provincia de Asia y el acceso a la ciudadanía romana de latinos e itálicos. Finalizado su año de tribuno de la plebe, Cayo Graco emuló a su hermano y se presentó por segunda vez al cargo, y, en lugar de morir por su pretensión, fue de nuevo elegido. Al término de este segundo mandato volvió a presentarse candidato, pero fue derrotado en la elección. Privado de todo poder, hubo de ver cómo se iban desmoronando sus leyes y reformas, y, al no disponer de medios pacíficos para oponerse, recurrió a la violencia. Muchos de sus partidarios fueron ejecutados por efecto del primer decreto «inapelable», pero él prefirió suicidarse antes que ser aprehendido.
En el glosario de La corona de hierba figura este mismo término mucho más ampliado.
helenístico. Término empleado para referirse a la cultura que Alejandro Magno tan espectacularmente difundió por el mundo antiguo.
hemiolia. Pequeña birreme ligera y muy rápida que usaban los piratas antes de organizarse en flotas y dedicarse al ataque generalizado de navíos y pueblos costeros. La hemiolia era un barco sin cubierta; llevaba un palo con vela en la crujía a popa, reduciendo así el número de remeros del banco superior a la parte anterior.
herma. Pedestal o estípite sobre el que en origen se colocaba la cabeza del dios Hermes y, posteriormente un busto o una escultura. Solía adornarse en la parte delantera con los testículos y el pene erecto.
hermanos Graco. Véase Gracos.
hubris. Palabra griega que aún se usa y significa orgullo despechado.
hipocausto. Sistema de calefacción central mediante un suelo elevado sobre columnas por las que ascendía el calor de un horno. Los hipocaustos comenzaron a usarse para calefacción doméstica en tiempos de Cayo Mario y se empleaban también para caldear los baños públicos y privados.
idus. Tercero de los tres días de referencia del mes. Los romanos calculaban las fechas hacia atrás a partir de esos tres referentes de calendas, nonas e idus. Los idus coincidían con el decimoquinto día de los meses largos (marzo, mayo, julio y octubre) y con el decimotercero de los otros meses. Los idus estaban dedicados a Júpiter Optimus Maximus, y en ellos el flamen dialis le sacrificaba un carnero en el Arx del Capitolio.
Illium. Nombre romano de Troya.
Illyricum. Las tierras montañosas y salvajes del este del Adriático superior. Sus habitantes pertenecían a la raza indoeuropea de los ilirios, tenían sistema tribal y resistieron tenazmente las incursiones costeras de griegos y romanos. La Roma republicana no se preocupó mucho por estas belicosas tribus hasta que comenzaron a constituir un peligro para la Galia Cisalpina, momento en que el Senado envió un ejército para someterlas.
imago, imagines. Máscaras artísticamente pintadas y con peluca de un antepasado consular (o quizás pretor). Se hacían con cera de abejas y las conservaban los descendientes en una urna a guisa de templo en miniatura y eran objetos muy respetados. Cuando un noble romano alcanzaba cierto nivel de prestigio público, adquiría el ius imaginis o derecho a hacerse la máscara; algunos eruditos modernos sostienen que el ius imaginis se adquiría al llegar al cargo curul de edil, mientras que otros se inclinan a creer que se adquiría al llegar al pretorado o al consulado. Yo creo que se otorgaba al llegar al consulado, ganar la corona cívica o de hierba, o asumir el cargo de flamen mayor o el de pontífice máximo. Cuando moría alguien de la familia, se contrataban los servicios de actores que portaban las diversas máscaras con peluca que encarnaban a los antepasados difuntos en el cortejo mortuorio. Las mujeres no tenían el derecho al ius imaginis, ni siquiera Cornelia, madre de los Gracos.
imperator. Literalmente, «comandante en jefe» o «el general» de un ejército romano. No obstante, el término se fue aplicando paulatinamente a un general que hubiese obtenido una gran victoria; sus tropas tenían que aclamarle imperator para que pudiese optar al triunfo. Su aplicación en este sentido se documenta por primera vez referido a Lucio Emilio Paulo.
imperium. El imperium era el grado de autoridad que se concedía a un magistrado curul o a un promagistrado. Tener imperium quería decir que esa persona poseía la autoridad del cargo y no se le podía contradecir (siempre que actuase dentro de los límites de su imperium y con arreglo a las leyes que regían su conducta). Se confería por una lex curiata y sólo duraba un año; las prórrogas tenía que ratificarlas el Senado y/o el pueblo en el caso de los promagistrados que no hubieran cumplido en el plazo de un año lo que se les hubiera encomendado. Los lictores con fasces significaban que el que les seguía poseía imperium.
in absentia. Aprobación por el Senado (o por el pueblo, en caso necesario) del nombramiento de un candidato en elecciones celebradas estando él ausente. Podía darse el caso de que tuviera que hallarse en el Campo de Marte debido a que su imperium le impedía cruzar el pomerium, como sucedió con Pompeyo y Craso en 70 a. JC., o encontrarse en servicio militar en una provincia, como fue el caso de Cayo Memio cuando fue elegido cuestor.
in loco parentis. Locución que aún se usa aunque la semántica haya modificado el sentido. En la Roma republicana, in loco parentis (literalmente, en lugar de un pariente) significaba que una persona asumía la titularidad de un pariente y las responsabilidades inherentes.
in suo anno. Literalmente, en su año. Se empleaba la locución para denotar a los que accedían al cargo curul a la edad exacta marcada por la ley y la costumbre. Ser pretor y cónsul in suo anno era una gran distinción, pues significaba que el candidato había ganado la elección al primer intento; muchos cónsules y no pocos pretores tenían que presentarse varias veces para conseguirlo, y a otros, las circunstancias les impedían acceder a los cargos a la edad más joven establecida. A los que circunvenían la ley para obtener el cargo a edad más temprana de lo prescrito no se les aplicaba la distinción de haberlo obtenido in suo anno.
insula, insulae. Literalmente «isla», dado que estaba rodeada de calles. Eran casas de viviendas de varios pisos. Las de Roma llegaban a tener treinta metros; algunas eran tan grandes que disponían de varios patios de luz. Las que actualmente existen en Ostia no dan idea de la altura que éstas alcanzaban en Roma; sabemos que Augusto intentó en vano limitar su altura en la urbe a cien pies.
interrex, interreges. Significa «entre los reyes» y data de los tiempos de la monarquía cuando el Senado patricio, al morir el rey, nombraba a uno de sus miembros regente provisional hasta la entronización del nuevo soberano; antes de que existieran los cónsules, era el senador patricio dirigente de una decuria quien gobernaba durante cinco dias.
Iol. La actual Cherchel, en Argelia.
Italia. La península del mismo nombre. Hasta que Sila estableció la frontera de la Galia itálica al este de los Apeninos por el río Rubicón, el lado adriático seguramente tenía su confín en el río Metaurus.
itálicos, aliados. Los pueblos, tribus o naciones que habitaban la península itálica sin gozar de plena ciudadanía romana hasta que se sublevaron contra Roma en 91 a. JC. (una guerra que se detalla en La corona de hierba). Se les denominaba socii, es decir, aliados de Roma. Hasta que Sila fue proclamado dictador a finales del 82 a. JC. no se les concedió la ciudadanía romana.
iudex. En latín significa juez.
iugerum, iugera. Medida romana de superficie equivalente a 0,252 hectareas.
Iulus. Primer rey de Alba Longa, hijo de Eneas. Los de la gens Julia le consideraban su directo antepasado. Virgilio dice que Iulus era, en realidad, Ascanio, hijo de Eneas y de su esposa troyana Creusa, que le acompañó en sus viajes. Livio, por el contrario, afirma que Iulus era hijo de Eneas y de su esposa latina Lavinia. No sabemos lo que pensaría en su día la familia de César. Yo suscribo la tesis de Livio, dado que Virgilio era proclive a cambiar los hechos históricos para complacer a su patrono Augusto.
ius. Derecho irrebatible o ley conforme al mos maiorum; de él proceden el ius auxilii ferendi, el ius imaginis (véase imago), etc.
ius auxilii ferendi. El cometido primitivo de los tribunos de la plebe era proteger a los miembros de la plebe de actos lesivos por parte del patriciado, grupo de aristócratas que constituían el Senado y la magistratura. El ius auxilii ferendi era el derecho que tenía cualquier plebeyo a pedir a los tribunos de la plebe que le arrancasen de las garras de un magistrado.
juegos. Ludi en latín. Institución romana para esparcimiento que se remonta como mínimo a los primeros tiempos de la república y muy posiblemente a antes. Al principio, los juegos o ludi se celebraban únicamente en coincidencia con el triunfo de un general, pero en 336 a. JC., los ludi romani, como se denominó a los primeros, se convirtieron en acontecimiento anual en honor de Júpiter Optimus Maximus y a ellos se fueron añadiendo otros a lo largo del año. Al principio consistían fundamentalmente en carreras de carros, para paulatinamente ir incorporando lucha con animales y representaciones en teatros levantados al efecto. El primer día de los juegos tenía lugar una procesión religiosa por el circo, después se celebraban una o dos carreras de carros y luego los combates de boxeo y lucha. Los días siguientes había representaciones teatrales a base de comedias -ya que las tragedias no gozaban del favor del público- farsas y mimos. Luego, conforme se aproximaba su fin, las carreras de carros era lo que primaba, alternando con cacerías de animales salvajes. Los combates de gladiadores no formaban parte de los juegos durante la república, pues sólo tenían lugar con ocasión de los juegos funerarios y los organizaban particulares en el Foro en vez de en el circo. El gasto de los juegos corría por cuenta del Estado, aunque los ediles ambiciosos, para ganar fama, recurrían a los fondos públicos para celebrar durante su mandato juegos más espectaculares de lo que permitían los presupuestos estatales. Casi todos los juegos se celebraban en el circo Máximo y los menos importantes en el circo Flaminius. Los ciudadanos romanos libres y sus esposas podían asistir (no se cobraba entrada) y las mujeres se sentaban aparte en los teatros pero no en los circos; no se permitía la entrada a esclavos ni libertos, probablemente porque la capacidad de unas 150.000 personas del circo Máximo no daba más que para la admisión de hombres libres.
Júpiter Stator. Literalmente, Júpiter Protector; una advocación relacionada con los asuntos bélicos, en el sentido del que detiene las retiradas y concede valor a los soldados para resistir y combatir sin perder terreno. El principal templo a Júpiter Stator era uno muy antiguo en la esquina en que la Vía Sacra doblaba en ángulo recto para descender hacia los Palus Ceroliae, y que era lo bastante grande para permitir las reuniones del Senado.
lanista. Era el propietario de una escuela de gladiadores, aunque no necesariamente el dueño. Era el lanista quien dirigía la escuela y en ocasiones él mismo se encargaba del entrenamiento de los luchadores, pero esta tarea la efectuaban los llamados doctores.
lar, lares. Eran los más romanos de todos los dioses y no tenían forma, sexo, número ni mitología. Eran numina y había muy diversas modalidades de lares, que desempeñaban el papel de espíritus o fuerzas protectoras de un lugar (como eran encrucijadas y lindes), un grupo social (como en el caso del lar familiaris o de la familia), una profesión (como los lares permarini) o toda una nación (como los lares públicos de Roma llamados lares praestites). A fines del período republicano se los representaba en forma de grupo estatuario formado por dos jóvenes con un perro, pero es dudoso que los romanos creyesen que sólo existían dos o que adoptasen exclusivamente tal forma, y seguramente la creciente complicación de la vida hizo conveniente tal representación.
latifundium, latifundia. Grandes extensiones de tierra pública arrendadas y explotadas por un solo individuo para la ganadería. Solían trabajarlas esclavos que progresivamente fueron tratados como cordadas de presos a los que por la noche se encerraba en las ergastula.
Latium. (Lacio.) La región de Italia en que se hallaba Roma; nombre derivado de sus indígenas, los latiní. Limitaba al norte con el Tíber, al sur con un punto que se internaba desde el puerto de Circei hasta el interior y al este con las tierras de los sabinos y los marsos. Se convirtió en región totalmente romanizada con el sometimiento de volscos y ecuos en el 300 a. JC.
lectus funebris. El imponente túmulo sobre el que se colocaba el cadáver de un hombre o una mujer pudientes capaz de pagar un funeral organizado por una empresa de sepelios que vestía y arreglaba el aspecto del fallecido. Se alzaba sobre unas patas y era de ébano o de madera pintada de negro, con adornos dorados y paños y cojines negros.
legado (legatus). Los miembros de más alta categoría del estado mayor de un general eran los legados. Para ostentar tal cargo había que tener categoría senatorial y con frecuencia consular (parece ser que los viejos senadores a veces buscaban una incorporación pasajera a la vida militar y prestaban voluntariamente sus servicios a un general que estuviera al frente de una campaña interesante). Los legados eran responsables directos ante el general y estaban por encima de los tribunos militares.
legión (le gio). La unidad militar romana más reducida capaz de hacer la guerra (aunque en raras ocasiones se le encomendaba). Era completa en cuanto a hombres, pertrechos y servicios. Un ejército solía constar de entre dos y seis legiones, y eran excepcionales los casos en que contaba más de seis. Formaban la legión unos seis mil hombres, de los que unos cinco mil eran los combatientes y el resto auxiliares; la legión se dividía en diez cohortes de seis centurias, y, en circunstancias normales, disponía de una unidad auxiliar de caballería, aunque a partir de la época de Sila la caballería fue configurándose en cuerpo autónomo de la infantería. Cada legión llevaba su propia artillería y máquinas de guerra; si la legión era de un cónsul, la mandaban seis tribunos electos de los soldados; si era de un general sin cargo de cónsul, la mandaba un legado o el propio general. Los oficiales de una legión eran los centuriones en número de unos sesenta. Aunque las tropas de una legión acampaban juntas, no se mezclaban ni convivían, sino que se repartían en unidades de ocho hombres.
legionario. Soldado raso (miles gregarius) de las legiones romanas.
lex, le ges. Ley, en latín, se aplicaba también a los plebiscita (plebiscitos) aprobados por la Asamblea plebeya. Una lex no se consideraba vigente hasta que no quedaba inscrita en bronce o en piedra y depositada en las cámaras del sótano del templo de Saturno; sin embargo, por lógica, la estancia de la ley en el templo de Saturno sería muy breve porque en sus cámaras no habría cabido la asombrosa colección de tablillas de toda la legislación, ya que los mismos sótanos alojaban el Tesoro. Una vez terminada la construcción del Tabularium de Sila, en él se guardaron las tablillas. Las leyes recibían el nombre (en femenino) del que o de los que las promulgaban y lograban que fuesen ratificadas; ese nombre iba seguido de una descripción concisa del espíritu de la ley. A veces las leyes eran derogadas posteriormente.
le ges cecilia Didia. Eran dos, pero sólo una es de relevancia en la obra. Aprobada por los cónsules en 98 a. JC., la que nos concierne estipulaba que habían de transcurrir tres nundinae o días de mercado entre el primer contio para promulgar una ley en cualquiera de las asambleas y la votación en la misma con la que adquiría rango de ley vigente. Existe cierta disparidad de criterios en si el período de espera era diecisiete o veinticuatro días; yo he optado por el plazo más corto.
lex Domitia de sacerdotiis. Ley aprobada en 104 a. JC. por Cneo Domicio Ahenobarbo durante su tribunado de la plebe. Establecía la elección de los miembros del colegio de pontífices y del de augures por una asamblea especial tribal en la que participaban diecisiete tribus sacadas a suertes.
lex frumentaria. Término general que se aplicaba a las leyes relativas al abastecimiento de trigo. Hubo muchas a partir de la promulgada por Cayo Graco. Todas las leyes frumentarias correspondían al grano que compraba el Estado y que distribuían los ediles; en su mayoría eran para estipular la venta de trigo a precio bajo, pero algunas para prohibirlo.
lex Genucia. Aprobada hacia 91 a. JC.; existe cierta duda sobre si se debe a un tal Minicius o a un Minucius. Estipulaba que en los matrimonios entre dos personas, una de las cuales no tenía la ciudadanía romana, independientemente del cónyuge que la tuviera, los hijos adquirían la ciudadanía del que no fuese romano.
lex Plautia Papiria. Aprobada por la Asamblea plebeya en el 89 a. JC. para ampliar la plena ciudadanía a todos los socii itálicos cuyo nombre figurase en los rollos del registro municipal (si era un insurrecto se le obligaba a deponer las armas), a condición de que el interesado plantease el caso ante el pretor urbano de Roma en un plazo de sesenta días a contar desde la promulgación.
lex rogata. Ley promulgada en una asamblea por acuerdo directo entre sus miembros y el magistrado que la presidía. Es decir, que la ley no se presentaba a la asamblea ya redactada sino que su redactado se llevaba a cabo durante el contio asambleario.
lex sumptuaria. La dispuesta para regular la cantidad de artículos de lujo y/o manjares que un romano podía adquirir o tener en su casa por rico que fuese. Eran muy apegados a esta clase de leyes los magistrados contrarios al lujo, pero rara vez funcionaban en la práctica. Los principales artículos a que afectaban eran las especias, perfumes, incienso, vinos de importación y la púrpura de Tiro. La ley suntuaria de Sila llegó a estipular lo que una familia podía gastar en un entierro o un banquete.
lex Villia annalis. Aprobada en el 180 a. JC. por el tribuno de la plebe Lucius Villius. Estipulaba unas edades mínimas para desempeñar las magistraturas curules (probablemente treinta y nueve años para pretor y cuarenta y dos para cónsul) y por lo visto establecía también que mediasen dos años como mínimo entre el pretorado y el consulado.
Liber Pater. El dios primitivo itálico de la fertilidad que cuidaba del esperma de los hombres y de la germinación de las plantas. Se llegó a identificar con el vino y el buen tiempo, con Baco y con Dionisos, pero dentro de un culto respetuoso. Los aliados itálicos en guerra contra Roma adoptaron por dios tutelar a Liber Pater.
libero. El veredicto de inocencia pronunciado en los juicios celebrados en las asambleas.
liberto. Esclavo manumitido, aunque de hecho libre (y si su antiguo amo era ciudadano romano, también lo era él), el liberto seguía obligado por el patronazgo de su dueño y pocas posibilidades tenía de votar pues pertenecía a una de las tribus urbanas, la suburana y la esquilina. Había casos en que los libertos de notables cualidades, o de pocos escrúpulos, llegaban a ser inmensamente ricos y poderosos y con ello podían votar en la Asamblea centuriada; a veces lograban que los trasladasen a las tribus rurales y alcanzaban pleno derecho a voto.
libre. Hombre nacido libre y que nunca era vendido como esclavo (salvo como nexus o esclavo por deudas, cosa rara entre los ciudadanos romanos de la última época de la república).
lictor. Uno de los tradicionales funcionarios al servicio del Senado del pueblo romano. Había un colegio de lictores del que no se sabe con certeza el número de componentes, pero debían ser suficientes para proveer la tradicional escolta en fila a todos los que poseían imperium dentro y fuera de Roma, y llevar a cabo otras tareas. Es muy posible que fuesen dos o tres centenares. Los lictores tenían que ser ciudadanos romanos de pleno derecho, aunque es casi seguro que eran de clase baja, pues su sueldo era escaso y dependían de la magnanimidad del escoltado. Dentro del colegio, los lictores se dividían en grupos de diez (decurias) al mando de un prefecto, y había varios presidentes del mismo por encima de los prefectos. Dentro de Roma, vestían una simple toga blanca, y fuera de ella, una túnica carmesí con un ancho cinturón negro adornado con latón; sobre el hombro izquierdo llevaban los fasces. En los funerales vestían toga negra. Por pura conveniencia, he ubicado el Colegio de los lictores detrás del templo de los lares praestites, a la derecha del Foro, junto a la gran hospedería de la esquina del Clivus Orbius, pero no hay pruebas de que estuviera allí.
litera. Cubículo cubierto con patas para depositarlo en tierra y dos varas laterales; lo transportaban entre cuatro y ocho hombres. Era una modalidad lenta de transporte, pero la más cómoda de la antigüedad.
lubina. Se pescaba en el Tíber entre el puente de Madera y el puente Aemilius, donde rondaba a la caza de los desperdicios desaguados por las cloacas. Al parecer se desarrollaba mucho y era difícil de capturar; estaba considerada uno de los manjares más preciados de la época.
ludi. Véase juegos.
ludi romani. Véase juegos.
lusitanos. Los habitantes del sudoeste y el oeste de la península ibérica, que opusieron tenaz resistencia a la penetración de Roma; eran de organización tribal y parece que se dedicaban a la agricultura y al pastoreo.
macellum. Mercado.
magistrados. Representantes electos del Senado y el pueblo de Roma. Constituían el brazo ejecutivo del gobierno y, con excepción de los tribunos de los soldados, todos pertenecían automáticamente al Senado desde el momento de su elección a partir de la época de la dictadura de Sila. El diagrama adjunto explica más detalladamente la naturaleza de los cargos y la jerarquía, quién los elegía y si poseían imperium. El cursus honorum seguía un curso ascendente desde cuestor hasta pretor o cónsul; los censores, los dos tipos de ediles y el tribuno de la plebe eran cargos complementarios al cursus honorum. Todos los magistrados tenían un mandato de un año, salvo el censor. El dictador era un caso especial que se explica debidamente en el texto de la obra.
Magna Mater. La Gran Madre. Igual que Kubala Cibeles, la gran diosa de la tierra era una deidad sincrética originaria de Carquemis a través de Frigia, donde tenía su santuario en Pessinus. En 204 a. JC., hacia finales de la segunda guerra púnica, fue llevada desde este santuario a Roma la piedra umbilical de la Gran Madre y su culto cobró gran importancia a partir de entonces. Tenía el templo en el Palatino, sobre el circo Máximo, sus sacerdotes eran eunucos y en su culto había ritos flagelatorios.
maiestas. Traición. Las sutilezas legales introducidas por Saturnino en 103 a. JC. fueron anuladas en su mayor parte por la ley promulgada por Sila durante la dictadura, que especificaba con absoluta claridad los delitos que se consideraban traición. Véase también perduellio.
manumisión, manumiso. La manumisión era el acto de conceder la libertad a un esclavo. Cuando el amo del esclavo era ciudadano romano, la manumisión confería automáticamente a aquél la ciudadanía romana y el manumiso adoptaba el nombre del amo como suyo propio, añadiendo su nombre primitivo de esclavo a guisa de cognomen; es el caso de Lucio Cornelio Crisógono, el famoso liberto de Sila. Un esclavo se manumitía de diversas maneras: comprando su libertad con sus ahorros, como gesto especial del amo en ocasiones señaladas, como podía ser la celebración de una mayoría de edad, tras determinados años de servicio o por testamento. Muchos esclavos ansiaban la ciudadanía romana, a pesar de sus limitaciones, por legar la libertad a sus descendientes. No era infrecuente que hombres especializados en algo se vendieran ellos mismos como esclavos; este fenómeno se daba bastante entre los griegos. El manumiso debía llevar para todo el resto de su vida un solideo ligeramente cónico: el gorro de la libertad. Véase también liberto.
marsos. Uno de los pueblos itálicos más importantes. Los marsos habitaban en torno al lago Fucine, que consideraban propio. Se extendieron hasta las montañas de los Apeninos. Su historia da a entender que habían sido leales a Roma hasta las hostilidades de la primera guerra mársica. Los marsos adoraban serpientes y eran famosos encantadores de las mismas.
medidas y pesas. La mayoría de ellas se basaban en partes del cuerpo: el pie, la mano, el paso. El pie romano medía 296 mm. y se dividía en doce pulgadas. Un paso se componía de 5 pies, y la milla romana, de 1.000 pasos.
Las áreas se medían por iugera (véase el término).
Los granos, como el trigo, se medían en vez de pesarse, ya que se vertían como líquidos; las medidas para áridos eran el medimnus y el modius (véase esos términos).
El recipiente más común era el amphora, con una capacidad de unos 25 litros, equivalente al volumen de un pie cúbico romano.
Los cargamentos marítimos se expresaban siempre en amphorae.
La libra romana pesaba unos 327 gramos y se dividía en 12 onzas (unciae). Los pesos mayores se medían en talentos (véase ese término).
medimnus. Medida para áridos y otros productos sólidos; equivalía a 5 modii y ocupaba un volumen de 37,85 litros con un peso de unas 65 libras romanas. Con él había trigo suficiente para cocer dos panes de una libra durante 30 días, dado que la merma al molerlo se compensaba con el agua y otros ingredientes. El romano corriente, con una vivienda de una o dos habitaciones en una insu la, no solía moler el trigo y hacerse el pan en casa, sino que lo arreglaba con el horno local (como se hacía hasta hace poco en muchas localidades de Europa), pagando una parte del grano (la maquila).
Mediterráneo. Es el nombre que he adoptado para el mar que en tiempos de Sila se llamaba Mare Internum. Observarán los lectores que ahora aparece en el texto con el nombre de Mare Nostrum, que es la denominación que adquirió hacia la época final de la república.
mentula, mentulae. La palabra obscena con que en latín se designaba el pene.
mercante, barco. Los barcos mercantes de la época eran más cortos de eslora y más anchos de manga que la galera, en una proporción aproximada de 4:1; estaban construidos en madera de pinus parecido al abeto y su estructura estaba pensada más para navegar a vela que para ser impulsados a remo, aunque iban equipados con un banco de remos para las calmas chichas o para huir de los piratas. Llevaba una sola vela y a veces otra más pequeña anterior; solía gobernarse con dos grandes timones a ambos lados de la popa, en donde el navío era más elevado. Eran navíos con puente para protección de la carga, con una cabina en el centro y otra a popa. Si era grano o vino, la carga se transportaba en ánforas, grandes recipientes de barro de fondo en punta para que se asentara en serrín y evitar su desplazamiento durante la navegación. Un barco de esta clase solía transportar cien toneladas; aunque podían navegar de día y de noche -y con un capitán, llegaban a hacerlo a mar abierto- eran navíos que no se apartaban de la costa y entraban en puerto al anochecer. Quizá los únicos mercantes que navegaban regularmente día y noche y por alta mar, eran los de las flotas trigueras, que a veces servían también para el transporte de tropas.
miles gloriosus. Miles es la palabra latina que significa soldado, y, en contra de lo que parece, gloriosus solía emplearse en las comedias para denotar el militar fanfarrón y vanaglorioso.
militar. El vir militaris era el que seguía la carrera de las armas y continuaba sirviendo como oficial en el ejército después del período de campañas obligatorio. Estos ciudadanos entraban en la liza política sirviéndose ante los electores del prestigio de su historial bélico, aunque muchos de ellos no intervenían nunca en política; un vir militaris que aspirase a mandar un ejército tenía que alcanzar la dignidad de pretor. Cayo Mario, Quinto Sertorio, Tito Didio, Cayo Pomptino, Publio Ventidio fueron militares, mientras que Cayo Julio César, el dictador, el mejor de todos ellos, no fue un militar.
minium. Pigmento color tierra roja o minio con el que el general triunfante se embadurnaba la cara, probablemente para adoptar el aspecto de la estatua de Júpiter Optimus Maximus, que tenía el rostro de terracota.
minutus. Menudo de cuerpo.
modius, modii. Medida de cereales romana, equivalente a unos seis kilogramos.
mos maíorum. El orden establecido, la tradición. Quizás la mejor definición del mos maiorum es decir que era la constitución de Roma no escrita. De mos, costumbre establecida, y maiores, antepasados, era el modo de hacer las cosas «como es debido».
mundus. Era un pozo hexagonal dividido en dos y generalmente tapado. No se sabe cuál era su significado, pero parece ser que en la época final de la república se creía que era una entrada al más allá. La tapa se quitaba tres veces al año en dies religiosi para que los espíritus de los muertos entrasen en la ciudad.
myoparo. Pequeña galera de guerra muy utilizada por los corsarios antes de que se unieran formando flotas capaces de atacar a auténticas escuadras. Se desconoce el tamaño y el aspecto del myoparo, pero debió de ser una mejora de la hemiolia (véase ese término); en el único dibujo existente no se aprecian detalles, pero parece deducirse que sólo llevaba un banco de remos que se apoyaban en la regala en vez de ir en escálamo en una tronera; el myoparo tenía un solo palo con vela.
nefas. Palabra latina con el significado de monstruosidad, sacrilegio.
Nemi, lago. Pequeño lago volcánico de los montes Albanos, junto a la Vía Apia. Estaba situado en un bosque sagrado y en su orilla se alzaba un templo a Diana, atendido por un sacerdote llamado rex Nemorensis, que era un esclavo huido que llegó al sacerdocio después de mancillar el bosque cortando una rama y matar en combate al anterior rex Nemorensis.
niseano, caballo. Véase caballo niseano.
noble (nobilis). Vocablo empleado para designar a un individuo y a sus descendientes una vez obtenido el consulado; era una aristocracia artificial inventada por los plebeyos para disminuir aún más la distinción respecto a los patricios, ya que durante la segunda época de la república accedían al consulado más plebeyos que patricios.
nombre secreto de Roma. Roma, posiblemente en su encarnación divina, tenía un nombre críptico del que era depositaria una diosa particular, Diva Angerona, cuya estatua, en el altar del templo de Volupia, tenía la boca tapada con una mordaza. En él se celebraban misteriosos ritos en el que se pronunciaba ese nombre, pero era tabú pronunciarlo en público y en él creían hasta las personas más cultivadas. Lo más probable es que ese nombre críptico fuese Amor, que es el nombre de Roma escrito al revés.
nomen, nomina. El nombre de la familia, o gentilicio, de la gens.
non pro consule, sed pro consulibus. La famosa frase de Lucio Marcio Filipo proponiendo que se diera a Pompeyo el mando en la Hispania Citerior en la guerra contra Quinto Sertorio. Es un dechado de habilidad con la que ganó el apoyo de los senadores reacios a entregar un mando proconsular a alguien que no pertenecía al Senado. La traducción aproximada sería «no como quien aspira al consulado, sino como quien actúa en nombre de los cónsules del año».
nonas. Era el segundo de los tres días referentes del mes. Los romanos determinaban las fechas hacia atrás a partir de los tres referentes, calendas, nonas, idus. Las nonas se producían el séptimo día de los meses largos (marzo, mayo, julio y octubre) y el quinto día de los otros meses; estaban consagradas a Juno.
nundínus, nundinae. Era el día de mercado cada ocho días. Se usaba más en plural que en singular; en circunstancias normales, los tribunales estaban abiertos en los nundinae pero las asambleas no.
nundinum. El intervalo entre un día de mercado y el siguiente, o semana romana de ocho días. Con excepción de las calendas, nonas e idus, los días no tenían nombre en el calendario romano y en ellos figuraban con una letra de la A a la H, siendo probablemente esa A la que indicaba el día de mercado. Cuando las calendas de enero coincidían con el día de mercado, se consideraba un año adverso, pero sucedía pocas veces debido a las intercalaciones y al hecho de que la serie de letras para los ocho días se continuaba sin interrupción entre el último día del año viejo y el primero (calendas) del año nuevo.
Olimpia. El famoso templo de Zeus no estaba junto al monte Olimpo de Tesalia, sino en el río Alfeo en la Élida del Peloponeso occidental.
Opus incertum. Una de las modalidades más antigua de construcción de los muros romanos. Se levantaban dos mampuestos toscos de piedras sin labrar y mortero y el hueco entre ambos se rellenaba con mortero compuesto de puzolana y cal mezcladas con cascajo y cantos (caementa). El opus incertum seguía siendo en tiempos de Sila el método más común para levantar muros, y es de suponer que fuese más barato que hacerlos de ladrillo.
ordo equester. Véase caballeros.
osco. La lengua hablada por los samnitas, lucanos, frentanos, pulIeses, brutii y campani de la Italia peninsular. Era un idioma indoeuropeo que tenía algo en común con el latín, pero era muy distinto. Algunos de los pueblos que hablaban osco se valían del alfabeto latino para escribir, pero la mayoría (entre ellos los samnitas) poseían un alfabeto derivado del etrusco. Lo hablaban muchos romanos, y a veces los mimos atelanos representaban su espectáculo hablando osco.
padres conscriptos. Según lo establecido por los reyes de Roma, el Senado constaba de cien patricios llamados patres, es decir, padres. Cuando se incorporaron a él plebeyos en los primeros tiempos de la república, se les denominó conscripti. Patricios y plebeyos eran patres et conscripti, y paulatinamente los dos términos se fundieron y todos pasaron a denominarse padres conscriptos.
paean. Himno de júbilo, compuesto en honor de un dios y en ocasiones en elogio a una persona.
paludismo. Enfermedad infecciosa causada por cuatro variedades del plasmodium y transmitida por la hembra de un mosquito del género Anopheles; era endémica en Italia. Los romanos sabían que se producía con distintas manifestaciones: fiebres cuartanas, tercianas y una modalidad más grave intermitente; sabían igualmente que la enfermedad era muy común en las zonas pantanosas -de ahí su aprehensión por las marismas pontinas y el lago Fucino- lo que ignoraban era que se producía por la picadura de un mosquito.
panteón. Palabra actual con la que se designa el conjunto de dioses de las religiones politeístas.
paterfamilias. El cabeza de familia con derecho a hacer su voluntad con los miembros de la misma, firmemente protegido por las leyes del Estado romano.
patricios. La primitiva aristocracia romana. Los patricios eran ciudadanos distinguidos antes de que Roma tuviera reyes, y conservaron para siempre ese título y un prestigio vedado a cualquier ciudadano plebeyo (por muchos cónsules que hubiese tenido en la familia, ennobleciéndola). No obstante, conforme fue evolucionando la república y aumentando el poder plebeyo en consonancia con su riqueza, los patricios fueron perdiendo inexorablemente privilegios y títulos. Sila, que era patricio, intentó elevar la condición de los patricios por encima de los plebeyos, pero no legisló para concederles privilegios importantes. En cualquier caso, al margen de los derechos y privilegios constitucionales, los romanos aceptaban a los patricios como personas superiores. En el último siglo del régimen republicano, las siguientes familias patricias seguían dando senadores (cuando no cónsules y pretores): los Emilios, Claudios, Cornelios, Fabios (aunque sólo a través de adopciones), Julios, Manlios, Pinarios, Postumios, Sergios, Servilios, Sulpicios y Valerios.
patronazgo. La sociedad de tiempos de la república romana estaba organizada con arreglo a un sistema de patronazgo y clientela (véase cliente). Aunque tal vez los pequeños comerciantes y los trabajadores de las capas más bajas no estaban integrados en el sistema, éste prevalecía a todos los niveles sociales y no todos los patrones eran de clase alta. El patrón se comprometía a dar protección y conceder favores a los que se declaraban clientes suyos. Los esclavos libertos pasaban a ser clientes de su antiguo amo; ninguna mujer podía asumir el patronazgo y muchos patronos eran a su vez clientes de otros más poderosos, con lo cual sus clientes lo eran en realidad del que estaba por encima de ellos. Aunque este sistema no estaba sancionado por la ley, implicaba un arraigado principio de honor y eran contados los clientes que defraudaban o engañaban al patrón. Podían transcurrir años sin que éste obtuviera ayuda o apoyo del cliente, pero llegaba un día en que le pedía un favor: voto, presión política o una gestión particular. Era costumbre que el patrón «despachase» con los clientes al amanecer de los días hábiles, mañanas que los clientes dedicaban a solicitar favores o a simplemente presentarle sus respetos u ofrecerle sus servicios. Era la ocasión para que, si el patrón era rico y generoso, obsequiara a sus clientes con regalos o dinero. Si un individuo se convertía en cliente de alguien a quien anteriormente había detestado y considerado enemigo, le servía con absoluta fidelidad, llegando incluso a dar la vida por él (César el dictador y Curión el joven).
parvus. Insignificante.
pedarius, pedarii. Véase Senado.
perduellio. Alta traición. Hasta que en los últimos tiempos de la república se adoptó la forma más mitigada de traición denominada maiestas (véase Saturnino) y Sila promulgó nuevas leyes al respecto, el perduellio era la única modalidad de traición especificada en la ley romana. Por su antigüedad figura en las doce tablas y conllevaba un farragoso proceso público ante la Asamblea centuriada, que caso de culpabilidad se traducía en la pena capital por crucifixión sobre un madero atado a un árbol de mal agüero (que no había dado fruto).
peristilo. Jardín o patio interior rodeado de columnas.
phalerae. Adorno guerrero, generalmente un disco de oro o plata cincelado de unos siete o diez centímetros de diámetro. En origen los llevaban los caballeros romanos como insignia, y con ellos adornaban también sus caballos. Con el tiempo fueron convirtiéndose en condecoraciones militares concedidas por excepcionales actos de valor en combate. Generalmente se entregaban en juegos de nueve (tres filas de tres) sobre un arnés de correas de cuero con adornos, preparado para portarlo sobre la cota de mallas o la coraza.
piaculum. Sacrificio ofrecido en desagravio.
Picenum (Piceno). Era la zona central de la península italiana que se extendía aproximadamente por lo que constituye el músculo de la pantorrilla. Limitaba al oeste con los Apeninos, al norte con Umbría y al sur con el Samnio. Los primitivos pobladores eran de origen italiota e ilírico, pero existía la tradición de que los sabinos de la vertiente opuesta de los Apeninos habían migrado asentándose en Picenum, llevando a su dios tutelar Picus del que la región tomó el nombre. También se asentó en ella una tribu de galos llamados senones en la época en que Italia fue invadida por el primer rey Breno en 390 a. JC. La región estaba dividida en dos partes: Picenum norte, muy vinculado a la contigua Umbría y dominado por la antigua familia de los Pompeyos, y Picenum sur, separado del norte por el río Flosis, más vinculado espiritualmente al Samnio.
pilum, pila. El venablo de la infantería romana, en particular el modificado por Cayo Mario. Tenía una punta muy pequeña e incisiva de hierro con un asta también de hierro de unos tres pies (un metro), unidas a un palo de madera conformado para asirlo cómodamente. Mario lo modificó haciéndolo más débil en la unión entre el segmento de hierro y de madera para que, al arrojarlo y clavarse en el escudo, en un cuerpo o en el suelo, se partiese y no pudiera aprovecharlo el enemigo. De todos modos, los armeros de las legiones los reparaban rápidamente al final de las batallas para volver a usarlos.
pitagórico. Adscrito a la filosofía de Pitágoras, quien, a finales del período republicano, tenía en Roma fama de excéntrico y chiflado. Su doctrina propugnaba la creencia de la transmigración de las almas después de la muerte o metempsícosis hacia otros cuerpos más o menos perfectos, a menos que hubiera pertenecido a un hombre cuya vida hubiera estado dedicada a salvarla; los pitagóricos abogaban por el silencio, la castidad, la contemplación, el vegetarianismo, etc. Se invitaba a seguir esta regla de vida a las mujeres igual que a los hombres. El neopitagorismo practicado en Roma se había desviado de la doctrina original, pero se seguía manteniendo la doctrina central de la teoría de los números y el régimen de vida. Lamentablemente, uno de los alimentos que los pitagóricos recomendaban consumir en grandes cantidades eran las habichuelas y, por ello, un fuerte aroma de metano envolvía a los seguidores de esta filosofía, haciéndoles muy frecuentemente objeto de crueles chanzas.
plebeyo, plebe. Designaba a todos los ciudadanos romanos que no fuesen patricios, es decir, que pertenecían a la plebe. En los primeros tiempos de la república, ningún plebeyo podía ser sacerdote, magistrado curul ni senador. La situación se mantuvo muy poco tiempo, pues las instituciones patricias fueron cayendo una tras otra ante la presión de la plebe y a finales del período republicano pocas o nulas eran las ventajas de ser patricio, salvo el criterio de superioridad en el seno de la sociedad.
plebeya, asamblea. Véase Asamblea.
población de Roma. Es objeto de una gran controversia que ha hecho correr ríos de tinta entre los eruditos modernos. Yo creo que existe una tendencia a subestimar el número de habitantes de la urbe, que a mí, en los casos en que admiten la cifra de un millón, me parecen pocos. La opinión más generalizada es que tendría medio millón de habitantes. En cualquier caso, se conoce la extensión de la ciudad que circundaban las murallas servianas en tiempos de la república: algo más de un kilómetro de ancho y más de dos kilómetros de largo. Entonces, igual que ahora, Roma era una ciudad con población fija. Debía de haber quizás doscientos cincuenta mil ciudadanos romanos -los varones inscritos en los rollos del censo- más las mujeres, niños y esclavos. Tenían que ser muy pobres los hogares en que no hubiese esclavos, pues hasta los miembros del censo por cabezas los poseían. Luego, habría que tener en cuenta a los no ciudadanos, que en Roma constituían legión: judíos, sirios, griegos, galos y naturales de otros muchos países; con las mujeres, niños y esclavos, la citada cifra de un cuarto de millón debía incrementarse hasta más de un millón. De no ser así, las insulae habrían estado medio vacías y la urbe llena de parques. En mi opinión la cifra más acertada sería dos millones de habitantes.
podex. Palabra obscena que en latín significaba el trasero.
Pólux. El hermano gemelo de Cástor.
pomerium. Límite sacro de la ciudad de Roma, marcado por unos mojones llamados cippi, cuya creación se atribuye al rey Servio Tulio; permaneció intacto hasta la dictadura de Sila. El pomerium no seguía exactamente el perímetro de las murallas servianas y uno de los motivos principales es que es dudoso que dichas murallas las construyera Servio Tulio, quien sin duda habría hecho que éstas siguieran el itinerario del pomerium. Toda la antigua ciudad palatina de Rómulo quedaba dentro del pomerium, pero no el Aventino ni el Capitolio. La tradición decía que el pomerium sólo podía ampliarlo aquel que aumentase considerablemente los territorios que poseía Roma, pues en términos religiosos, Roma sólo existía dentro del pomerium y todo lo que quedaba fuera de él eran posesiones.
pontifex. Palabra latina que significa sacerdote y ha perdurado incorporándose a casi todos los idiomas europeos. Muchos filólogos consideran que en los primeros tiempos de Roma, el pontifex era un constructor de puentes, por considerarlos estructuras mágicas. Sea lo que fuere, en tiempos de la república, el pontifex era un sacerdote especial, colegiado, que servía de asesor a los magistrados romanos en cuestiones religiosas, ya que la religión romana la administraba el Estado. Al principio todo pontifex había de ser patricio, pero en el 300 a. JC. la lex Oguinia dispuso que la mitad de los miembros del colegio fuesen plebeyos. En las épocas en que pontífices y augures eran nombrados por el propio colegio, los nuevos miembros no solían alcanzar la edad senatorial y venían a tener poco más de veinte años; el nombramiento de César a los veintisiete cae dentro de lo normal.
pontífice máximo. Máximo representante de la religión estatal y el sacerdote más antiguo. Parece ser que fue invención de la recién constituida república y es una característica maniobra romana para superar un obstáculo sin herir susceptibilidades, pues el rex sacrorum (título ostentado por el rey de Roma) había sido el sumo sacerdote. En lugar de soliviantar al populacho aboliendo el rex Sacrorum, los nuevos gobernantes, por medio del Senado, crearon un nuevo pontifex, cuyo papel y categoría eran superiores a las del antiguo cargo. Se le llamó pontífice máximo y se le elegía en vez de designársele, para reforzar su posición gubernamental. Al principío, seguramente se le exigía ser patricio, pero ya a mediados de la república es muy probable que fuese plebeyo. Tenía encomendada la supervisión de los diversos colegios sacerdotales -pontífices, augures, flamines, fetiales- de otros sacerdotes menores y de las vírgenes Vestales. El Estado le dotaba de una imponente mansión para residencia, pero en tiempos de la república parece ser que compartía sede con las Vestales en la modesta y reducida Regia del Foro.
popa. Era un sirviente público adscrito a tareas religiosas y su cometido concreto parece que fue descargar sobre la víctima la maza sacrificial, ya que quien la degollaba era el cultarius (véase el término).
porticus. Columnata cubierta, simplemente longitudinal o en forma rectangular, rodeando un patio (peristilo). Eran lugares en que solían realizarse negocios y había comercios; el Porticus Margaritaria dominando el Foro, debía su nombre a los mercaderes de perlas que allí tenían sus tiendas; el Porticus Aemilia en el puerto de Roma era un gran edificio que albergaba las oficinas de los que se dedicaban a la exportación e importación.
praefectus fabrum. «El que supervisaba el obraje.» Uno de los personajes de mayor importancia en el ejército romano, aunque no formase parte de él; era un civil nombrado por el general, cuyo cometido como praefectus fabrum consistía en el equipamiento e intendencia del ejército en todos sus aspectos, desde los animales y el forraje hasta la tropa y el rancho. Como subarrendaba a particulares la contrata de pertrechos y abastecimientos, era muy influyente y se hallaba, de no ser un hombre íntegro, en una posición ideal para enriquecerse. Elocuente ejemplo de ellos es el caso del banquero gadetano Lucio Cornelio Balbo, praefectus fabrum de César.
praenomen, praenomina. El nombre de los romanos, equivalente al nuestro de pila. Había pocos nombres, quizás un máximo de veinte, la mitad de los cuales no eran muy comunes. Cada gens o familia tenía preferencia por ciertos praenomina, lo que a su vez reducía el número. Los eruditos actuales suelen ser capaces de saber por el praenomen si el interesado era o no miembro de la gens; los Julios, por ejemplo, mostraban preferencia por Sexto, Cayo y Lucio, por lo que alguien llamado Marco Julio difícilmente sería un auténtico Julio de la gens patricia; los Licínios tenían preferencia por Publio, Marco y Lucio; los Pompeyos, por Cneo, Quinto y Sexto; los Cornelios, por Publio, Lucio y Cneo; los Servilios de gens patricia, por Quinto y Cneo. Uno de los rompecabezas para los eruditos actuales lo constituye aquel Lucio Claudio que fue rex sacrorum en los últimos tiempos de la república, porque Lucio no es un praenomen de los Claudios, pero, dada la seguridad de que era patricio, sí que debió de ser un Claudio; yo he sugerido que posiblemente existiera una rama de la gens Claudia con el praenomen Lucio, que tradicionalmente ocupara el cargo de rex sacrorum.
praetor. El pretorado era el penúltimo peldaño en la jerarquía romana del cursus honorum. En los inicios de la república, los dos magistrados de mayor categoría se llamaban pretores, pero a finales del siglo IV a. JC. comenzó a emplearse la palabra «cónsul» para referirse a tales magistrados. Un pretor fue el único representante de esta alta magistratura durante muchas décadas; a partir de entonces, el praetor urbanus, pues su potestad se circunscribía a la ciudad de Roma (dejando así libres a los cónsules para actuar en la guerra). En el 242 a. JC. se creó el cargo de segundo pretor, el praetor peregrinus. A ello siguió la adquisición de posesiones en el extranjero que requerían gobernación, y en el 227 a. JC. se crearon otros dos cargos de praetor para gobernar Sicilia y Cerdeña. En el 197 a. JC. aumentaron de cuatro a seis para hacer frente al gobierno de las dos Hispanias. A finales de la república había años en que se nombraban seis, ocho en otros, según las necesidades del Estado. Fue Sila quien aumentó a ocho el número de pretores durante su dictadura.
praetor peregrinus. Lo he traducido como «pretor de extranjeros» porque sólo intervenían en cuestiones legales y procesos en los que una de las partes no era un ciudadano romano. En tiempos de Sila sus funciones consistían en mediar en los litigios y en dictaminar los veredictos. El praetor peregrinus iba por toda italia y a veces fuera de ella, aparte de entender en los procesos de ciudadanos no romanos en la propia Roma.
praetor urbanus. Lo he traducido por «pretor urbano». A finales de la república, sus funciones eran casi exclusivamente mediar en los litigios. Sila redujo las funciones del praetor urbanus al ámbito civil más que al criminal. Su imperium no excedía la quinta piedra miliar a partir de la urbe y no podía estar fuera de Roma más de diez días seguidos. Si se ausentaban los dos cónsules al mismo tiempo, era él el magistrado supremo con potestad para convocar el Senado, adoptar decisiones a propósito de la ejecución de la política gubernamental y organizar la defensa de la ciudad en caso de ataque.
príncipe del Senado. Lo que hoy se denomina presidente de la cámara. Los censores elegían, conforme al mos maiorum, a un senador patricio de intachable conducta moral -y elevada dignitas y auctoritas- para dicho cargo. Parece ser que no era un título vitalicio y se revisaba cada cinco años cuando se elegían los dos nuevos censores. Sila despojó al princeps senatus de notable auctoritas, pero siguió siendo un cargo prestigioso.
privatus. Un ciudadano sin cargos oficiales; lo que nosotros llamamos un particular. En la obra se emplea en el sentido de un miembro del Senado sin funciones de magistrado.
procónsul. El que tenía imperium de cónsul pero sin ostentar el cargo. Esta potestad solía concedérsele al que hubiese concluido su año de cónsul al asignársele la gobernación de una provincia o el mando de un ejército en nombre del Senado del pueblo romano. El cargo de cónsul solía durar un año, pero muchas veces se prorrogaba varios años. Metelo Pío fue procónsul en la Hispania Ulterior del 79 al 71 a. JC. El imperium del procónsul era vigente tan sólo en la provincia del mandato y el procónsul expiraba en cuanto cruzaba el pomerium de la ciudad de Roma.
procuestor. El que, al servicio del Estado, asumía el cargo de cuestor sin serlo. Era un cargo sin imperium, pero en circunstancias normales el que era elegido cuestor, si se lo requería el gobernador que tenía que prorrogar su mandato en la provincia más de un año, podía quedarse en ella hasta que la abandonaba el gobernador.
Procusto. Bandido mitológico del Atica -supuestamente en la ruta del istmo de Corinto- que sometía a sus víctimas al suplicio de tenderlas en un lecho de hierro, cortándoles las extremidades si sobresalían de aquél, o estirándoselas con cuerdas hasta alcanzar la longitud del lecho si eran más cortas. Fue Teseo quien le dio muerte, aplicándole el mismo suplicio que él había dado a sus víctimas.
proletarii. Otro de los apelativos del más bajo estrato de los ciudadanos romanos, los capite censi, del censo por cabezas o por personas. La palabra proletarius se deriva de proles, que significa progenie, retoños, hijos y se aplicaba a esas clases humildes porque era lo único que podían dar a Roma.
promagistrado. El que servía al Estado en un cargo de magistrado sin serlo. Los cargos de cuestor, pretor y cónsul (las tres magistraturas principales del cursus honorum) eran los únicos relevantes.
propraetor. El que desempeñaba las funciones de pretor. Era una potestad que se concedía a un pretor cuyo plazo había concluido para darle autoridad para gobernar una provincia o, en caso necesario, dirigir la guerra. El cargo solía ser por un año, pero podía prorrogarse.
prorrogar. Ampliar el plazo del cargo o magistratura más allá de lo normal. Se aplicaba a casos de gobernación o de mando militar y no al magistrado en concreto, y afectaba a los procónsules y propretores.
provincia. Ambito de potestad de un magistrado o promagistrado con imperium y, por lo tanto, aplicada tanto a cónsules y pretores con cargo en Roma como a los que servían en campaña. Por extensión, la palabra vino a significar el lugar en que se ejercía dicha potestad, es decir, el territorio o posesión de Roma y finalmente a ese territorio para indicar que era propiedad de Roma.
ptery ges. Tiras de cuero que pendían desde la cintura a las rodillas a guisa de faldilla, y desde los hombros hasta el antebrazo a modo de mangas. A veces tenían flecos en los extremos. Eran privilegio de los oficiales superiores y generales del ejército romano y no las llevaba la tropa.
público, caballo. Véase caballo.
publicanii. En singular es publicanus. Eran los recaudadores, encuadrados en grandes empresas privadas con sede en Roma, que recaudaban los impuestos en todos los territorios del imperio romano. El Estado extendía esos contratos por un periodo de cinco años, aunque parece ser que Sila lo suspendió al anular el cargo de censor; aunque, sin duda, establecería otro tipo de contratas.
pueblo (de Roma). El término englobaba a todos los ciudadanos que no fuesen miembros del Senado; se aplicaba tanto a patricios como a plebeyos, al censo por cabezas como a la primera clase.
puente de Madera. Nombre con que se conocía el Pons Sublicius, construido totalmente de madera y el más antiguo de Roma.
púnico. Es el adjetivo con que se designaba a lo propio de Cartago y sus habitantes, y en especial el empleado para referirse a las tres guerras que enfrentaron a Roma con Cartago. Se deriva de Phoenicia, el antiguo nombre de Cartago.
pusillus. Muy pequeño, insignificante.
questio. Tribunal de justicia o organismo de investigación judicial.
quintilis. En origen era el quinto mes cuando el nuevo año romano comenzaba en marzo, y conservó el nombre aun cuando al iniciarse el año nuevo en enero se convirtió en el séptimo mes, julio, así denominado a partir de la muerte del gran Julio.
quinquerreme. Galera de cinco órdenes de remos muy empleada en la antigüedad. Al igual que la birreme y la trirreme, era de mucha mayor eslora que manga y era un navío estrictamente destinado a la guerra. Se suele creer que la quinquerreme tenía cinco bancos de remeros, pero actualmente casi todos los especialistas coinciden en que ninguna de estas embarcaciones tenía más de tres, y lo más corriente es que sólo tuvieran dos. La quinquerreme debía de recibir tal denominación por llevar cinco hombres en cada remo, o, si tenía dos bancos de remos, manejarían tres hombres los superiores y dos los inferiores. Si eran cinco hombres por remo, sólo el que lo servía en la punta debía ser muy hábil, pues era el que lo guiaba y efectuaba el auténtico esfuerzo, mientras que los otros cuatro no hacían sino secundarle con la fuerza muscular. Sin embargo, cinco hombres al remo significaba que al iniciar el movimiento, los remeros habían de estar de pie, sentándose en el banco al propulsar el navío; una quinquerreme en la que los remeros pudiesen ir sentados habría requerido tres bancos como en la trirreme, con dos al remo en los superiores y uno en el inferior. Parece ser que se empleaban estas tres clases de quinquerremes, y cada país o pueblo tenía sus preferencias. La quinquerreme, además, era un navío con cubierta y un palo con una vela, que solían dejarse en tierra si iba dispuesta al combate. Tendría unos 270 remeros, unos 30 marineros y si el almirante contaba con abordar otros navíos, podía transportar unos 120 soldados con catapultas y torres de asalto. Sus remeros eran profesionales y no esclavos.
quirites. Ciudadanos romanos sin cargos públicos.
quod erat demonstrandum. «Como queda demostrado.»
Regia. El antiguo y modesto edificio del Foro, de curiosa estructura y orientado al Norte, que servía de despacho al pontífice máximo y era sede del Colegio de pontífices. Era un templo y albergaba los altares o relicarios de algunos de los dioses romanos sin rostro más antiguos: Opsiconvisa, Vesta, Marte de los escudos y lanzas sagrados. En la Regia guardaba el pontífice máximo sus archivos, pero nunca fue su residencia.
república. En origen se trataba de dos palabras, res publica, o «cosa Pública», que afecta a todo el pueblo, es decir, al gobierno.
retórica. Arte de la oratoria, que tanto griegos como romanos convirtieron en algo casi científico. Un buen orador hablaba con arreglo a preceptos y convencionalismos muy minuciosos que trascendían las simples palabras; los movimientos del cuerpo y la gesticulación formaban parte intrínseca del arte. Había distintos estilos retóricos; el asiánico, florido y espectacular, el ático, más contenido e intelectual. No hay que olvidar que el público que se congregaba a escuchar un discurso público -ya fuese político o jurídico ante los tribunales- estaba formado por gente que entendía de retórica, y, por lo tanto, escuchaban con gran sentido critico pues conocían las reglas y recursos y eran muy exigentes.
rex sacrorum. Durante la república era el segundo pontífice de la jerarquía sacerdotal. Se exigía que fuese patricio y debía soportar tantos tabúes como el flamen díalis.
rey-cliente. Un monarca extranjero podía ofrecer sus servicios como cliente a Roma, que al actuar de patrón concedía al reino el título de Amigo y Aliado del Pueblo de Roma. Había veces en que algún rey se comprometía como cliente con un particular romano, como lo hicieron algunos con Lúculo y Pompeyo.
Ria. Plutarco dice que el nombre de la madre de Quinto Sertorio era Rea, pero no es nombre gentilicio latino. No obstante, incluso hoy día, «Ria» es diminutivo de «Maria», que si es un nombre gentilicio latino. Es el apellido de la familia de Cayo Mario. La amistad de Quinto Sertorio hacia Cayo Mario en sus primeros tiempos en el ejército, y que perduró hasta la época en que la conducta de Mario se hizo repulsiva incluso para sus más leales partidarios, me ha hecho pensar en este enigmático nombre materno; Plutarco dice que Sertorio tenía gran afecto a su madre. ¿Por qué, pues, la madre de Sertorio no habría sido una tal «Maria», llamada Ria, pariente de Cayo Mario? Si así fuera se explicarían muchas cosas y, como parte de mi licencia de novelista, he adoptado la tesis de que la madre de Sertorio era, efectivamente, pariente de Cayo Mario, pero he de admitir que es pura especulación, sin pruebas que lo demuestren.
Rómulo y Remo. Los hijos gemelos de Rea Silvia, hija del rey Numitor de Alba Longa, y del dios Marte. Su tío Amulio, que había usurpado el trono, puso a los niños en una cesta de juncos y la echó al Tíber; la cesta se detuvo bajo una higuera al pie del Palatino y fue hallada por una loba que los amamantó en su cueva. Los rescataron el pastor Faustulo y su esposa Aca Larentia, con quienes vivieron hasta que fueron mayores. Después de destronar a Amulio y reinstaurar al abuelo en el trono, los gemelos fundaron un asentamiento en el Palatino; una vez construidas las vallas, Remo las saltó y fue ejecutado por Rómulo, so pretexto de sacrilegio. A continuación, Rómulo salió a buscar súbditos para su ciudad, para lo cual estableció un refugio para hombres en el declive entre los dos promontorios capitolinos, en el que acogía a criminales fugitivos. La población femenina la obtuvo engañando a los sabinos del Quirinal para que acudiesen a una fiesta con sus mujeres, a las que los hombres raptaron para hacerlas esposas suyas. Rómulo reinó mucho tiempo; un día que salió de caza por los pantanos de la Cabra en el Campo de Marte le sorprendió una fuerte tormenta y, al no regresar a casa, se interpretó que se lo habían llevado los dioses haciéndole inmortal.
Rosea rura. La tierra más fértil de Italia en las afueras de la ciudad sabina de Reate se llamaba rosea rura; parece ser que no se araba, quizás porque en ella crecía una hierba estupenda que la regeneraba y nunca consumían pastando los miles de yeguas y burros que alcanzaban enormes precios en subasta. Eran tierras fundamentalmente dedicadas a la crianza de las famosas mulas.
rostra. Forma plural de rostrum, que era el espolón de bronce que reforzaba, por debajo de la línea de flotación, la proa de las naves de guerra y que, a modo de ariete, embestía a las naves enemigas para hundirLas. Cuando el cónsul Cayo Menio, en el 388 a. JC., se enfrentó a la flota de los volscos en el puerto de Antium, obtuvo una brillante victoria que quebró definitivamente el poder de ese pueblo, y en conmemoración del triunfo mandó arrancar los espolones de las naves capturadas y ponerlos en el muro que había en la tribuna de oradores del Foro, en la hondonada de comicios y asambleas. Desde entonces la tribuna fue conocida con el nombre de rostra: los espolones.
roxolani. Pueblo que habitaba en una región de las actuales Ucrania y una demarcación de Rumania; eran de organización tribal, buenos jinetes y llevaban vida nómada salvo en los puntos de contacto con colonias costeras griegas del siglo VI y V a. JC. que influyeron en su cultura, iniciándoles a la agricultura. Todos los pueblos mediterráneos los consideraban bárbaros; cuando Mitrídates VI conquistó las tierras próximas al mar Euxino, los empleó principalmente como tropas de caballería.
sabinas, sabinos. El pueblo de idioma osco que habitaba al nordeste de Roma, desde las afueras de la ciudad hasta las cumbres de los Apeninos. La relación de los sabinos con Roma se remonta al apócrifo «rapto» y resistieron al dominio de Roma varios siglos. Las principales ciudades sabinas eran Reate, Nersia y Amiternum.
sacer. Aunque solía significar consagrado a un dios, sacer, en el sentido en que se emplea en la obra, significa un individuo cuya persona y bienes se han ofrecido a un dios por haber profanado alguna ley divina. Sila utilizó el término en sus proscripciones porque Roma era una diosa.
saepta. «El aprisco». En tiempos de la república era una zona abierta en el Campo de Marte, próxima a la Vía Lata y a la Villa Pública; era el lugar de reuniones de la Asamblea centuriada o comitia centuriata, y en ocasión de las votaciones el recinto se dividía mediante unas vallas de modo que las cinco clases votasen por centurias.
salii. Colegio de sacerdotes al servicio de Marte; el término significa «danzarines saltadores». Eran veinticuatro sacerdotes integrados en dos colegios de doce, y habían de ser patricios.
saltatríx tonsa. Literalmente «bailarina con barba»; es decir, un homosexual disfrazado de mujer que vendía sus favores eróticos.
samnitas, Samnium. Los habitantes del territorio situado entre el Lacio, Campania, Apulia y Picenum, en su mayor parte accidentado y montañoso, y no muy fértil; las ciudades no eran muy prósperas y entre ellas se contaban Caieta, Aeclanum y Bovianum. Las dos ciudades realmente prósperas, Aesernia y Beneventum, eran colonias de Roma con ciudadanos con derechos latinos. La población del Samnio la constituían varios pueblos -pelignos, marrucini, vestinos y frentanos- que ocupaban diversas zonas dentro del territorio propiamente dicho de los samnitas. Los samnitas fueron los enemigos más irreductibles de Roma, a la que infligieron aplastantes derrotas; siempre que surgía algún movimiento de revuelta contra Roma los samnitas se unían a los sublevados.
sármatas. Pueblo probablemente de origen germánico; los sármatas habitaban en las estepas del noroeste del mar Euxino, en la actual Ucrania, aunque en origen vivían al este del río Tanais (el Don). Eran un pueblo nómada y ecuestre; su cultura tribal les permitía una curiosa igualdad entre hombres y mujeres, pues éstas participaban en los consejos y luchaban como los guerreros. En el siglo 1 a. JC. se habían escindido de ellos varias etnias que constituyeron naciones autónomas, como fue el caso de roxolanos y yacigios, que se asentaron más al sur. Mitrídates empleó a sármatas en sus tropas de caballería.
sátrapa. Era el título dado por los reyes persas a los gobernadores provinciales o territoriales. Alejandro Magno conservó el término en su administración, del mismo modo que los últimos reyes partos arsácidas. El territorio gobernado por un sátrapa era la satrapía.
Saturnino. Lucio Apuleyo Saturnino, tribuno de la plebe en 103, 100 y 99 a. JC., nació hacia el 135 a. JC. en el seno de una familia muy vinculada a Picenum (su hermana estaba casada con Tito Labieno, colega en su último tribunado de la plebe). El principio de su carrera política se vio ensombrecido por una supuesta malversación de grano en Ostia cuando él era cuestor; durante su primer tribunado de la plebe se alió con Cayo Mario y le consiguió tierras en Africa para el asentamiento de sus excombatientes. A él se debe la legislación sobre el delito de traición denominado maiestas minuta o «pequeña traición» y la creación de un tribunal especial para juzgarla. En su segundo mandato como tribuno de la plebe se alió también con Mario, consiguiéndole tierras para los excombatientes de las campañas contra los germanos; pero, finalmente, fue más un estorbo que una ayuda para Mario y, al repudiarle éste en público, Saturnino se hizo enemigo suyo. A finales de 100 a. JC., Saturnino comenzó a ganarse a los estratos humildes del cap ite censi, prometiéndoles trigo en un momento de escasez en que los desposeídos sufrían hambre; logró que se aprobase una ley frumentaria que no pudo llevar a la práctica pues no había trigo para el abastecimiento. Al celebrarse las elecciones de la plebe en el 99 a. JC., Saturnino volvió a ser candidato y, como esta vez no obtuvo el cargo, su inseparable amigo Cayo Servilio Glaucia organizó el homicidio de uno de los candidatos elegidos y Saturnino ocupó el tribunado en sustitución del asesinado. Era por tercera vez tribuno de la plebe en un momento en que las multitudes del Foro, acuciadas por el hambre y enardecidas por su oratoria, pusieron en delicada situación al gobierno de Roma, que se enfrentaba a una situación prerrevolucionaria. La situación propició una alianza entre Mario y Escauro de la que siguió un decreto inapelable del Senado cuya última consecuencia fue la detención de Saturnino y sus partidarios, después de que Mario cortase el suministro de agua al Capitolio, en donde la facción había buscado refugio. Los detenidos fueron confinados en el Senado, donde fueron lapidados con las tejas de la techumbre. Acto seguido, quedaron anuladas todas las leyes de Saturnino. A partir de entonces se dijo que Saturnino había querido proclamarse rey de Roma; su hija Apuleya estaba casada con el patricio Marco Emilio Lépido. En La corona de hierba figura una explicación más amplia de la vida de Saturnino.
seleúcida. Era una rama dinástica de la casa real de Siria, cuyos soberanos descendían de Seleuco Nicator, compañero de Alejandro Magno, aunque no era general suyo. Tras la muerte de Alejandro instituyó un reino que llegó a extenderse desde Siria y Cilicia hasta Media y Babilonia; contaba con dos capitales, Antioquía y Seleucis del Tigris. Seleuco Nicator tenía dos esposas, la macedonia Estratónice y la bactriana Apama. En el siglo a. JC., el reino parto había usurpado la región oriental y Roma la mayor parte de la Cilicia, por lo que el reino de los seleúcidas quedó estrictamente reducido a Siria.
Senado. Senatus en latín. El primitivo Senado era un organismo constituido por cien patricios; posteriormente llegaría a alcanzar trescientos. Debido a su antigüedad, la definición legal de sus poderes, derechos y obligaciones era imprecisa; el cargo de senador era vitalicio (salvo casos de expulsión por parte de los censores por mala conducta o empobrecimiento), lo que propició que se creara en seguida una oligarquía y que, a lo largo de la historia, sus miembros lucharan denodadamente por conservar su privilegiada posición. Hasta que Sila impidió el acceso al Senado sin un cuestorado previo, se ingresaba por los datos del censo, aunque a partir de la mitad de la época republicana el cuestorado previo solía ir seguido del ingreso en el Senado. La lex Atinia establecía que los tribunos de la plebe ingresaran automáticamente en el Senado tras su elección. Sin ser una ley formal, el requisito para ser senador era tener una renta anual de un millón de sestercios.
Sólo los senadores podían vestir la latus clavus o laticlavia con una ancha franja púrpura; llevaban también zapatos de cuero marrón y un anillo (en su origen, de hierro y después de oro). La vestimenta de luto de los senadores consistía en ponerse en la túnica la franja estrecha de caballero; sólo los que desempeñaban magistratura curul llevaban toga bordada en púrpura, y la de los senadores era una simple toga blanca.
Las reuniones del Senado debían celebrarse en lugares debidamente consagrados, ya que no siempre tenían lugar en su sede, la Curia Hostilia. Las ceremonias y la sesión del día de Año Nuevo, por ejemplo, se celebraban en el templo de Júpiter Optimus Maximus, mientras que las sesiones para tratar de la guerra, se llevaban a cabo en el templo de Belona, fuera del pomerium. Estas sesiones sólo se celebraban desde el amanecer hasta el ocaso, y se suspendían en los días reservados a las reuniones de los comitia siempre que éstas se celebrasen.
Hasta que Sila lo reorganizó, como hizo con tantas cosas, existía en el Senado una estricta jerarquía entre los que tenían voz en las sesiones, siendo el príncipe del Senado y los consulares quienes tenían preferencia a tomarla antes que los elegidos para un cargo del que no hubieran tomado posesión; después de la reforma de Sila, éstos -cónsules y pretores electos- la tomaban antes que aquéllos. En cualquier caso, los patricios siempre precedían en el uso de la palabra a los plebeyos de similar condición, y no todos los senadores tenían voz en la cámara; los senatores pedarii, que se sentaban detrás de los que tomaban la palabra, sólo podían votar. No había limitaciones en cuanto al tiempo o contenido de la oratio (discurso) y de ahí la popularidad de la maniobra actualmente denominada obstruccionismo. Si el asunto no era importante o la respuesta totalmente unánime, el voto podía ser verbal o a mano alzada, pero se recurría al voto formal cuando existían discrepancias entre los senadores, que se levantaban para situarse a un lado u otro del estrado curul, según diesen el «sí» o el «no», y así efectuar el recuento. El Senado era un organismo asesor más que legislativo y promulgaba sus consulta o decretos a petición de las distintas asambleas. Si el asunto era grave, se requería un quorum para llegar a la votación, aunque no se sabe qué proporción determinaba tal quorum. ¿Quizás un cuarto? Desde luego, la mayoría de las sesiones no contaban con una nutrida asistencia, al no existir un reglamento que especificase la obligación de asistir a todas las sesiones.
Por tradición, el Senado tenía potestad suprema en ciertas cosas, pese a su carencia de poder legislativo; así era el caso en cuestiones fiscales porque controlaba el Erario (fiscus) y el tesoro; en asuntos exteriores y en cuestiones bélicas; en administración de las provincias y en el nombramiento de sus gobernadores.
senatus consultum de re publica defendenda. Era un decreto inapelable del Senado, así denominado porque Cicerón abrevió su definición a senatus consultum ultimum. Desde 121 a. JC. en que Cayo Graco recurrió a la violencia para impedir que se derogasen sus leyes, en los casos de excepción el Senado asumía prioridad sobre todos los organismos legislativos promulgando un senatus consultum de re publica defendenda que venía a ser una especie de ley marcial y como un mecanismo para evitar el nombramiento de un dictador.
servianas, murallas. Eran los muros Servii Tullii o Tulli. Los romanos creían que las murallas que rodeaban la ciudad republicana habían sido levantadas en tiempos del rey Servio Tulio, pero la evidencia invita a pensar que fueron construidas después del saqueo de Roma por los galos de Breno el 390 a. JC. Hasta tiempos de la dictadura de César estuvieron perfectamente conservadas.
servidores públicos (funcionarios). Cuanto más amplío mis investigaciones, más convencida estoy de que en Roma había servidores públicos. No obstante, el Senado y las asambleas, que eran los organismos gubernamentales, solían detestar a esta clase de servidores, y muchas de las transacciones públicas de Roma las realizaban empresas y/o individuos particulares del sector de los negocios; esta privatización perduraba en tiempos de la república y se regulaba por medio de los censores, pretores, ediles y cuestores. Las contratas se efectuaban sobre un precio estipulado por el servicio, pero a pesar de todo, había muchos servidores públicos: oficinistas, escribas, secretarios, contables, factotums, ayudantes religiosos, esclavos públicos, oficiales electorales, oficiales de los comicios, lictores… aparte de las legiones. La caballería puede decirse que era «de alquiler». La paga y las condiciones de trabajo no serían muy buenas, pero, aparte de los esclavos públicos, todos los servidores públicos eran probablemente ciudadanos romanos. Un gran contingente de los servidores del sector de la administración eran libertos griegos.
sestercios (sestertius). La moneda romana más corriente, y unidad contable, de ahí su proliferación en los textos de la época. Su nombre deriva de semi tertius o dos ases y medio. En plural eran sestertii, se representaban con la abreviatura HS y era una pequeña moneda de plata equivalente a un cuarto de denario.
sextilis. En origen era el sexto mes cuando el Año Nuevo romano comenzaba en marzo, y mantuvo ese mismo nombre después de que se decidiera cambiar el inicio del año al mes de enero. Nosotros lo denominamos agosto, como hicieron los romanos (augustus) a partir del reinado de Augusto.
Sibila, libros de. La Sibila era un oráculo que dictaba sus profecías en trance, como casi todas las pitonisas. Esta, de gran fama, vivía en Cumas, ciudad de la costa de Campania. El Estado romano poseía una serie de profecías escritas llamadas los libros de la Sibila, adquiridos, al parecer, por el rey Tarquinio Prisco y redactados en griego en hojas de palmera (posteriormente se pasaron a papel). Según la leyenda, cada vez que el rey se negaba a comprarlas, ardía un libro y aumentaba el precio; hasta que se resignó a adquirir el resto. Estos libros tan respetados los guardaba un colegio formado por diez sacerdotes menores, los decemviri sacris faciundis, hasta que Sila aumentó su número a quince y fueron los quindecimviri sacris faciundis, a quienes en momento de crisis el Senado del Pueblo de Roma consultaba para comprobar si había alguna profecía aplicable a la situación. Estos libros se perdieron en el incendio que destruyó el templo de Júpiter el seis de julio de 83 a. JC., ordenando Sila una búsqueda de sibilas por todo el orbe para recuperar los escritos.
socius, socii. Era un extranjero que tenía categoría de aliado de Roma.
Sol Indiges. Uno de los dioses más antiguo de Roma, al parecer (el Sol) esposo de Tellus (la Tierra). Poco se sabe de su culto, pero parece ser que estaba muy difundido y los juramentos hechos en su nombre eran por asuntos serios.
sponsio. En casos de litigio civil que no requería proceso ante un tribunal, es decir, los casos en los que entendía el pretor urbano, éste sólo les daba curso si se depositaba previamente una suma llamada sponsio. La suma solía ser la equivalencia a los daños y perjuicios o la cantidad en litigio en casos de deuda. También en las quiebras bancarias o en los impagados se denominaba a esa suma sponsio. Hasta la época de la dictadura de Sila, si el querellante o su abogado no podían reunir la suma, el pretor no daba curso a la querella; Sila solventó la dificultad, permitiendo que el pretor urbano o el pretor de extranjeros tuvieran potestad para eximir el depósito de dicha cantidad. Por cierto, que él lo puso en práctica por primera vez al tratar de reforzar la constitución antes de partir para la guerra contra Mitrídates; pero sus leyes fueron pronto derogadas y sólo se conservaron las que había inscrito en tablillas durante su dictadura.
stibium. Polvo negro a base de antimonio, soluble en agua, que se usaba para pintarse cejas y pestañas y perfilar los ojos.
stimulus, stimuli. Para los romanos, un stimulus era una estaca aguzada colocada en el fondo de los fosos o trincheras de las fortificaciones; su significado se extendía a cualquier instrumento aguzado para aguijonear a un animal, e, implícitamente, un stimulus era algo que producía agudo dolor mental o preocupación.
strategoi. Plural de la palabra griega strategos; general o comandante en jefe.
Subura. El barrio más pobre y populoso de Roma. Estaba situado al este del Foro, en el declive entre el espolón Opiano del monte Aquilino y el Viminal. Un barrio en el que se hablaban todos los idiomas y de vecinos muy liberales; en el Subura vivía gran número de judíos, y en tiempos de Sila se hallaba en él la única sinagoga de la ciudad. Según Suetonio, Julio César vivió en el Subura.
Sulpicio. Publius Sulpicius Rufus fue un individuo conservador y moderado durante su época de senador y la primera parte de su tribunado de la plebe en 88 a. JC. Parece ser que la noticia de la indiscriminada matanza de Mitrídates en la provincia de Asia, en la que perecieron 80.000 romanos e itálicos, hizo que Sulpicio cambiase radicalmente en muchas cosas, y una de ellas fue su limitada visión contraria a conceder la ciudadanía a los itálicos, que era la postura mantenida por la facción ultraconservadora del Senado. Sulpicio se volvió en radical militante para su concesión, aliándose con Cayo Mario; aprobó cuatro leyes, la más importante de las cuales estipulaba que los nuevos ciudadanos romanos habían de repartirse por igual entre las treinta y cinco tribus, y la más polémica arrebatando a Sila el mando de la guerra contra Mitrídates para concedérselo a Mario. Esto provocó la marcha de Sila contra Roma por primera vez; junto con Mario, Bruto el viejo y otros, Sulpicio huyó de la urbe al caer en manos de Sila. El resto de los fugitivos pudo escapar por mar, probablemente porque Sila no tuviese intención de apresarlos, pero Sulpicio fue detenido en el puerto de Larentum y ejecutado allí mismo. Su cabeza fue enviada a Roma y fue expuesta en los rostra para acobardar al nuevo cónsul electo Cinna. Sila derogó todas las leyes de Sulpicio.
suntuaria, ley (lex sumptuaria). Eran leyes promulgadas para gravar el consumo de artículos de lujo.
Tarpeya, roca. Sigue siendo polémica su ubicación exacta, pero se sabe que era muy visible desde el Foro, y es de suponer que fuese un extraplomo de los acantilados del Capitolio. Como la caída no excedía de ochenta pies, la roca debió de estar situada sobre un precipicio de aguzados riscos. Era el lugar tradicional de ejecución de los romanos traidores y asesinos, a los que se arrojaba desde lo alto de ella o se les obligaba a saltar. Los tribunos de la plebe eran particularmente proclives a amenazar a los senadores obstruccionistas con arrojarles desde la roca Tarpeya. Yo la he situado frente al templo de Ops.
tata. El diminutivo cariñoso en latín de «padre», equivalente a «papá».
Tellus. Diosa romana de la tierra; su culto fue en decadencia al incorporarse el de la Magna Mater importado en 205 a. JC. de Pessinus. Tenía un gran templo en el Carinne, imponente en sus orígenes, que en tiempos de Sila estaba en ruinas.
teatros. En la Roma republicana los teatros no estaban autorizados en locales permanentes y se hacían de madera, alzándolos antes de los correspondientes juegos en que tenían lugar las representaciones. Durante los primeros tiempos de la república predominaba el criterio de que el teatro era una degradación moral, una influencia corruptora, actitud que perduró con leves concesiones hasta tiempos de Pompeyo. A las mujeres no se les permitía sentarse con los hombres, pero la presión pública, principalmente por parte de las clases bajas (a las que les encantaban la farsa y el mimo y que protestaban porque las representaciones no fuesen permanentes), obligó a los magistrados y al Senado a permitirlas. Aquellos locales de madera estaban construidos en forma de anfiteatro y disponían de escenario y scenae con sus bastidores y entradas y salidas ocultas para los actores. La scenae (telón de fondo) llegaba a la altura de la última grada de la cavea (el local).
tetrarca. Señor de la cuarta parte de un estado, reino o territorio. Las tres tribus de Galacia -tolistobogii, trocmi y volcos tectosagos- estaban divididas en tetrarquías al mando de un tetrarca.
toga. Prenda que sólo un ciudadano de Roma podía vestir. Estaba hecha de una lana ligera y tenía forma muy particular (por eso los romanos togados de las películas de Hollywood nunca quedan bien, pues la documentación cinematográfica norteamericana sobre la Roma antigua es muy deficiente). Lillian Wilson obtuvo un tamaño y una forma que reproduce exactamente lo que era la toga. La toga para un varón de 1,75 m, con cintura de 89,5 cm, tenía unos 4,6 m de ancho y 2,25 m de largo; la medida del largo se pliega sobre el eje de la altura del individuo y la medida mucho mayor de la anchura, sobre el cuerpo. No obstante, no tenía forma rectangular exacta, sino que presentaba el siguiente aspecto:
Si no se corta como indica la ilustración, la toga no adquiere la caída que se aprecia en las estatuas de la antigüedad. La toga republicana de tiempos de Mario y Sila era muy grande (la prenda varió notablemente de tamaño desde la época de los reyes y el año 500, un período de mil años). El romano republicano togado no llevaba calzoncillos ni taparrabos.
toga candida. Toga especial blanqueada que vestían los candidatos a un cargo público al acudir al registro. Su blancura se obtenía dejándola orear al sol varios días y luego impregnándola de fino polvillo de cal.
toga praetexta. Toga bordada de púrpura de los magistrados curules; la vestían también los que lo habían sido y los niños de ambos sexos.
toga trabea. La toga abigarrada de «colorines» de Cicerón. Era la toga a rayas del augur y seguramente del pontífice. Al igual que la toga praetexta, tenía una orla púrpura y rayas alternas rojas y púrpura a lo largo.
toga virilis. Toga de la virilidad. Era, en realidad, la toga alba o toga pura.
togado. El que viste la toga.
torca. Collar grueso, generalmente de oro macizo. No llegaba a formar un círculo, pues tenía una abertura de unos 25 mm en el centro delantero; sin duda para poder darle la vuelta y dejarla colgando, porque seguramente no se la quitaban. La torca era símbolo de los galos o celtas, aunque también la llevaban algunos germanos. Sus extremos y la abertura tenían un acabado muy decorativo, con nudos, trenzas, espirales y cabezas de animales.
Tracia. Era aproximadamente la zona de los Balcanes europeos entre el límite occidental del Helesponto y una línea al este de Filipos; tenía costa en el Egeo y en el Euxino y se extendía al norte hasta la desembocadura del Danubio. Los romanos consideraban el río Nestus como frontera occidental. Tracia nunca llegó a adquirir una organización y se mantuvo como tierra aliada de las tribus germánico-ilíricas-celtas que se asentaban en sus tierras, hasta la ocupación romana. Tanto griegos como romanos consideraban bárbaros a los tracios. Tras las guerras de la sucesión atálida en Asia Menor, hacia el 129 a. JC., la franja egea de Tracia recaía dentro de la gobernación de Macedonia, porque Roma había construido la Vía Egnatia, gran calzada entre el Adriático y el Helesponto, y necesitaba proteger tan vital ruta, que era el camino de tránsito más rápido para un ejército que se dirigiera a Asia Menor. La mayor ciudad de Tracia, y su único puerto, era la antigua colonia griega de Byzantium, en el Bósforo tracio. Los bessi eran la tribu más belicosa y antirromana, mientras que los odrisios estaban algo más helenizados y tenían un rey que se esforzaba por contemporizar con Roma.
transvectio. Era el desfile del Caballo Público celebrado en los idus de quintilis (julio); era una costumbre caída en desuso después de los acontecimientos de la época de Cayo Graco, que restableció en 70 a. JC. Pompeyo, deseoso de mostrar claramente al pueblo que era un caballero del ordo equester.
tribu, tribus. En los primeros tiempos de la república, tribus para un romano no era un grupo étnico del pueblo, sino una asociación política al servicio del Estado. Había treinta y cinco tribus; treinta y una eran rurales y cuatro urbanas. Las verdaderas dieciséis tribus primitivas ostentaban el nombre de las diversas gens patricias, indicando que los ciudadanos que pertenecían a ellas eran miembros de familias patricias o habían vivido en origen en tierras propiedad de dichas familias. En la primera y segunda etapa de la república, cuando comenzaron a aumentar los terrenos propiedad de Roma en la península italiana, se añadieron tribus para incluir los nuevos ciudadanos en el cuerpo político. Las colonias romanas con ciudadanía plena constituyeron también el núcleo de las nuevas tribus. La fundación de las cuatro tribus urbanas se atribuía al rey Servio Tulio, aunque es probable que la fecha sea posterior, a principios de la república. La última fecha en que se creó una tribu es el 241 a. JC. Todos los que pertenecían a una tribu tenían el derecho a votar en la asamblea tribal, aunque no era un voto de por sí importante; primero se contaban los votos de cada tribu, y luego la tribu entera emitía un voto nominal, lo que significaba que en ninguna asamblea tribal podía el ingente número de ciudadanos adscritos a las cuatro tribus urbanas afectar a los resultados globales, pues había treinta y una tribus rurales y cada una de ellas tenía derecho a presentar un voto tribal nominal, aunque sólo votasen dos únicos individuos de la tribu. A los que pertenecían a tribus rurales no les estaba prohibido vivir en Roma; la mayoría de senadores y caballeros, por ejemplo, pertenecían a tribus rurales.
tribuno militar (tribunus militarum). Los oficiales de grado medio en la cadena de mando del ejército romano se denominaban tribunos de los soldados o tribunos militares. El de rango superior era el tribuno electo de los soldados. Si el general no era también cónsul, y, por consiguiente, no disponía de las legiones del cónsul, el tribuno militar era el que las mandaba. Los tribunos militares no electos servían también de comandantes de los escuadrones de caballería.
tribuno de la plebe. El cargo se creó poco después de la institución de la república, cuando la orden plebeya estaba a la greña con los patricios. Elegidos por el ente tribal de los plebeyos, reunido en concilium plebis o comitia plebis tributa (asamblea plebeya) los tribunos de la plebe juraban defender las vidas y propiedades de los pertenecientes a la orden plebeya. En 450 a. JC. había diez tribunos de la plebe; la lex Atinia de tribunis plebis in senatum legendis de 149 a. JC. establecía que el elegido tribuno de la plebe ingresase automáticamente en el Senado. Como no eran elegidos por todo el pueblo (es decir, los patricios y los plebeyos), no tenían poder real con arreglo a la constitución romana, fundamentalmente no escrita; su poder residía en el juramento que prestaba la orden plebeya de defender la naturaleza sacrosanta -inviolable- de sus representantes electos. El poder de un tribuno de la plebe radicaba en su derecho a ejercer el veto contra una decisión gubernamental; podía vetar las mociones o leyes presentadas por uno de sus colegas tribunados o por todos ellos, a otros magistrados, cónsules y censores incluidos; el tribuno de la plebe podía vetar decretos del Senado e incluso cuestiones bélicas y de asuntos exteriores. Sólo un dictador (o quizás un interrex) estaba por encima del veto tribunicio. Dentro de su propia Asamblea plebeya, el tribuno de la plebe era omnipotente: podía convocar la asamblea, una reunión (contio), promulgar plebiscitos y hasta imponer la condena de muerte si bloqueaban su derecho ejecutivo. El tribuno de la plebe no tenía imperium y la autoridad de su cargo no se extendía más allá de la primera piedra miliar fuera de la ciudad de Roma; por tradición, un tribuno de la plebe sólo podía ocupar el cargo una vez, pero Cayo Graco lo ocupó tres veces. Como el auténtico poder del cargo se basaba en la oposición -el veto-, la contribución tribunicia a la gobernación de Roma era más obstruccionista que constructiva. El Colegio de tribunos de la plebe asumía el cargo el décimo día de diciembre de cada año; su sede era la basílica Porcia. Sila en el 81 a. JC. despojó al tribunado de la plebe de todos sus poderes menos el del derecho a rescatar a un miembro de su orden de las garras de un magistrado, pero los cónsules Pompeyo y Craso restituyeron todos los poderes del cargo de tribuno de la plebe en 70 a. JC. Véase también el término ius auxilii ferendi.
tribuno de los soldados. Eran veinticuatro jóvenes, entre veinticinco y veintinueve años de edad, que elegía cada año la Asamblea del pueblo para servir en las legiones del cónsul como tribunos militares (tribuni militum). Como los elegía la comitia populi tributa, o todo el pueblo, estos tribunos militares eran auténticos magistrados y quedaban incorporados a las cuatro legiones del cónsul como comandantes, en número de seis por legión. Cuando los cónsules tenían más de cuatro legiones en campaña, los tribunos de los soldados se repartían por las legiones que hubiese.
tribuno del Tesoro (tribuni aerarii). Eran hombres de la orden de los caballeros con renta de 300.000 sestercios y no de 400.000 sestercios como era lo habitual. Véase el término caballeros para mayor informacion.
triclinium. El comedor romano. Era un comedor formal (de preferencia cuadrado) en el que había tres camillas colocadas formando una U. Mirando desde la puerta al hueco que configura la U, la camilla de la izquierda se llamaba el lectus sum mus, la situada en la base de la U era el lectus medius y la que formaba el lado derecho, el lectus imus. Estas camillas eran muy anchas, quizá de 1,25 metros o más, y el doble de largas como mínimo. En un extremo tenían un brazo elevado formando cabecera. Delante de cada una de ellas se disponía a lo largo una mesa estrecha más baja que la camilla, y los comensales se tumbaban, reclinados sobre el codo izquierdo, apoyados en almohadones; comían descalzos y podían ordenar que les lavaran los pies. El anfitrión se tumbaba en la parte izquierda del lectus medius, siendo la parte derecha de dicha camilla el extremo con cabecera reservado al invitado de honor, que se denominaba locus consularis. En tiempos de Mario y Sila era poco frecuente que las mujeres se tumbasen comiendo con los hombres, de no ser mujeres de dudosa virtud y tratarse de una francachela celebrada por hombres. Las mujeres de la familia se sentaban dentro del espacio de la U, en sillas; entraban con el primer plato y abandonaban el comedor nada más retirarse el último plato. Normalmente sólo bebían agua.
trirreme. Al igual que la birreme, era la más común de las antiguas galeras de combate. Una trirreme contaba con tres órdenes de remos y con su advenimiento, hacia el 600 a. JC., aparece la invención del escálamo en la regala. Los remos de las trirremes solían tener la misma longitud, de unos quince pies o 5 metros, y habitualmente la trirreme tenía una eslora de unos 43 metros y su manga no excedía la anchura de unos 4 metros; por consiguiente la proporción entre longitud y anchura era de 10:1. El remero de la bancada inferior se denominaba en griego talamita y manejaba el remo a través de una porta abierta en el casco, tan cerca de la flotación, que iba dotada de una protección de cuero para que no entrase agua. Había unos 27 talamitas en cada lado; el remero de la bancada del medio se llamaba zygita y accionaba el remo por una tronera inferior a la borda; había igual número de éstos que de talamitas. El remero del orden superior se denominaba tranita e iba acomodado en una bancada especial en el espacio del tolete para los remos que iba montado exterior a la regala y mantenía su longitud de proyección hacia afuera en la más estrecha del casco en popa; había 31 remeros de este orden a cada lado, contra 27 de los otros dos. Por consiguiente, la trirreme tendría unos 170 remeros, y eran los tranitas los que realizaban mayor esfuerzo, dado que su remo incidía en el agua en ángulo más agudo. La trirreme llevaba remos de dos lengüetas, mayores, más fuertes y mejor armados. En el 100 a. JC., era el navío de línea de las escuadras y unía a su velocidad y potencia la maniobrabilidad. Casi todas las trirremes tenían puente y podían transportar una tropa de unos cincuenta hombres. Se construían con madera de pino, y era un navío lo bastante ligero para ser varado por la noche y a veces transportado por la tripulación en largas distancias sobre rodillos. Para limitar al máximo el agua de la sentina, se varaba todas las noches. Era un navío de guerra que, bien cuidado, tendría una vida al menos de veinte años; la isla de Rodas, por ejemplo, que contaba con marina permanente, disponía de varaderos para dejar las flotas en tierra. Por estos varaderos descubiertos por los arqueólogos, sabemos que, independientemente del número de remos, las galeras nunca superaban los 30 metros de eslora y los siete de manga.
trofeo. Los trofeos eran objetos de llamativo aspecto o famosos capturados al enemigo. Los generales romanos tenían costumbre de erigir trofeos (armaduras, estandartes) cuando ganaban una victoria señalada; se hacía en el mismo campo de batalla o, como hizo Pompeyo en los Pirineos, en un paso montañoso o en un templo que mandó construir en Roma.
trogloditas. Gentes de la antigüedad que vivían en viviendas excavadas en la roca. La franja egipcia del Sinus Arabicus (el mar Rojo) tenía fama por sus núcleos de trogloditas, y en Capadocia la blanda toba de sus formaciones pétreas ha facilitado vivienda a sus pobladores desde tiempos inmemoriales.
túnica. Era la prenda básica de casi todos los pueblos antiguos mediterráneos, incluidos griegos y romanos. La túnica romana solía ser bastante suelta, y sin sisas en la cintura; cubría el cuerpo desde los hombros a las rodillas, el cuello seguramente estaba cortado en curva para mayor comodidad en lugar de continuar en línea recta desde los hombros; solía ceñirse con un cíngulo o un cinturón con hebilla y la que usaban los romanos era unos ocho centímetros más larga en su parte delantera. Los romanos de las clases altas solían usar la toga fuera de casa, pero no cabe duda que los de clases inferiores no usaban la toga más que en contadas ocasiones, como eran los juegos o las elecciones. En caso de lluvia usaban una capa de preferencia a la toga. Los caballeros llevaban sobre la túnica una franja estrecha púrpura en el hombro derecho (que era el que descubría la toga) llamada angustus clavus, y los senadores una más ancha, también púrpura, llamada latus clavus (la laticlavia). Los que no figurasen en el censo con una renta mínima de 300.000 sestercios no llevaban ninguna clase de franja. La túnica solía ser de lana.
Venus Erucina. Era la Venus inductora del acto del amor, particularmente en su sentido más libre y menos moral. En la fiesta de Venus Erucina, las prostitutas le hacían ofrendas y su templo, situado fuera de la puerta Colina, recibía donativos en dinero de las prostitutas pudientes.
Venus Libitina. Diosa de la fuerza vital; Venus tenía muchas advocaciones y la Libitina estaba relacionada con la extinción de la fuerza vital. Era una deidad de gran importancia en Roma y su templo se hallaba fuera de las murallas servianas, aproximadamente en el centro de la vasta necrópolis de la ciudad en el Campus Esquilinus. No se sabe su ubicación exacta. El recinto del templo era espacioso, contaba con una arboleda, seguramente de cipreses (por su simbolismo funerario) y dentro de él actuaba el gremio de sepultureros y empresas funerarias, probablemente asentados en casetas o tenderetes. En el templo se guardaba el registro obituario de Roma; era un templo rico, en virtud de las tasas que cobraba por registrar las defunciones. Si no había un cónsul que los necesitase, los fasces de los lictores quedaban depositados en el templo, así como las hachas que en ellos se insertaban cuando el magistrado salía de la ciudad.
verpa. Obscenidad latina, empleada más como interjección que como ofensa. Se refería al pene -por lo visto al pene erecto con el prepucio retraído- y poseía connotaciones homosexuales.
Vesta. Diosa romana muy antigua de naturaleza incorpórea, sin mitología ni imagen. Era el fuego del hogar y de ahí su importancia en la casa y en la familia. Su culto público oficial era también importante y lo dirigía personalmente el pontífice máximo y contaba con su propio colegio sacerdotal constituido por las seis vestales.
vestales, vírgenes. Las sacerdotisas de Vesta; ingresaban a los seis u ocho años de edad, hacían sus votos de castidad y servían a la diosa durante treinta años, tras los cuales quedaban eximidas de sus votos y se integraban en la sociedad, pudiendo casarse, aunque pocas lo hacían por considerarlo nefasto. Su castidad procuraba suerte a Roma, es decir, al Estado. Cuando se creía que una vestal había roto el voto de castidad, no se la juzgaba y castigaba en seguida, sino que se le seguía proceso ante un tribunal especial y también se juzgaba a sus supuestos amantes ante otro tribunal. Si se la declaraba culpable, quedaba encerrada en una cámara subterránea tapiada, donde perecía. En tiempos de la república, las vírgenes vestales vivían en el mismo domus publicus que el pontífice máximo, aunque aparte. Cerca de esta residencia (la Regia del pontífice máximo) estaba el templo de Vesta, que era pequeño, redondo y muy antiguo, y junto a su escalinata se hallaba el pozo de Yuturna del que extraían en origen el agua las vestales para sus necesidades, hecho que a finales de la república perduraba como ritual únicamente. Dentro del templo de Vesta había constantemente un fuego que simbolizaba la tierra; lo atendían las vestales y por ningún motivo podía salir del templo.
vexillum. Vexilo; bandera o estandarte.
ida. Calle o carretera.
vicus. Bocacalle, no necesariamente corta.
Villa Publica. Trozo ajardinado del campo de Marte, frente al Vicus Pallacinae, en el que los que celebraban el desfile triunfal se concentraban antes de iniciarlo.
viri capitales. Eran tres jóvenes de edad presenatorial a quienes estaba encomendado el cuidado de las cárceles y asilos de Roma. En la sociedad romana sólo se encarcelaba a alguien provisionalmente y no era un cargo muy premioso. De todos modos, parece ser que los viri capitales andaban por el bajo Foro en los días en que no había reuniones públicas ni sesiones del Senado y se hallaban cerrados los tribunales de los pretores, de manera que se viera alguna representación de la autoridad caso de que algún ciudadano necesitase protección o ayuda, según explica Cicerón en su pro Cluentio.
vir militaris. Véase militar.
voto. El sistema de votación romano era timocrático, es decir, que en su poder influía mucho la fortuna personal y no era del tipo «un hombre, un voto». Cuando alguien votaba en las asambleas centuriadas o tribales, su voto únicamente tenía valor dentro del veredicto de la centuria o tribu en que lo ejercía. Los resultados de las elecciones estaban determinados por el número de votos de centurias que apoyaran a un candidato. El voto jurídico era distinto; en un jurado, el individuo sí que ejercía influencia directa en el resultado de la votación, dado que el jurado estaba formado por un número impar de miembros y la decisión era mayoritaria, no unánime. No obstante, era también de índole timocrática, ya que un hombre de pocos recursos poca oportunidad tenía de formar parte del jurado.
yugo. Era la pieza de madera con que se uncía a la pareja de bueyes por el pescuezo. Aplicado al ser humano vino a significar el dominio y la sojuzgación. En Roma había un yugo bajo el cual pasaban los jóvenes de ambos sexos, situado en un punto del Carinae, y que se llamaba el Tigillum, quizás como símbolo de sumisión a la vida seria de los adultos. Sin embargo, fue en el ámbito militar en el que el yugo llegó a adquirir su más profundo significado simbólico, pues los primitivos ejércitos romanos (o quizás los etruscos) obligaban al enemigo vencido a pasar bajo el yugo; se clavaban dos lanzas en el suelo y entre ellas se tendía una tercera de modo que no permitiese el paso de un hombre sin agacharse. Lamentablemente, los ejércitos enemigos adoptaron igual criterio y, en consecuencia, de vez en cuando un ejército romano se veía obligado a pasar bajo el yugo. Esto era una humillación intolerable, a tal extremo que el Senado romano prefería que sus ejércitos combatieran hasta que cayera el último hombre antes que manchar el honor y la dignitas de Roma rindiéndose y pasando bajo el yugo.