XII

En el palacio reina una atmósfera de partida. Ayer, Livia me preguntó a boca de jarro si sentía en mi las fuerzas necesarias para pasar el mes de verano fuera como todos los años, en Capri o en Nola. Positivo. Desde que he vuelto a ingerir alimentos regularmente, ha regresado la ida a mi cuerpo, Livia ignora los prodigios. Yo creo en ellos. ¿Pero es razón para echarme en la cama a la espera de la muerte?

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