Me gustaría manifestar mi agradecimiento a las siguientes personas por la ayuda inconmensurable que me han prestado y los consejos que me han dado para esta obra: a Rosie de Courcy, a Mari Roberts, a Simon Bainbridge, a Victoria Leacock, a Kelley Ragland, a Mark Poltimore (director de pinturas de los siglos xix y xx de Sotheby's), a Louis van Tilborgh (conservador de cuadros del Museo Van Gogh), a Gregory DeBoer, a Rachel Rauchwerger (directora de Art Logistics), al National Art Collections Fund, al Courtauld Institute of Art, a John Power, a Jun Nagai y a Terry Lenzer.