PRIMERA PARTE

"…Señor, pensad que no nos entendemos nosotros mismos y que no sabemos lo que queremos, que nos alejamos infinitamente de lo que deseamos."

Santa Teresa de Jesús.


Quisiera que, a pesar de su bajeza, sintierais lástima de este enemigo de los suyos, de este corazón devorado por el odio y por la avaricia; quisiera que interesara vuestro corazón. A lo largo de su amarga vida, tristes pasiones le ocultaron la cercana luz, de la cual, a veces, algún rayo le tocó e intentó quemarlo; sus pasiones… Pero primero tened piedad de los cristianos mediocres que le acecharon y a quienes él mismo atormentó. ¡Cuántos de entre nosotros rechazan así al pecador y le apartan de una verdad que, a través de ellos, no ilumina nada!

No, no era el dinero lo que este avaro acariciaba, no era la venganza de lo que este hombre estaba hambriento. Conoceréis el objeto verdadero de su amor si poseéis la fuerza y el valor de escuchar a este hombre hasta la última confesión que interrumpe la muerte…

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