A mi agente, Nat Sobel, y su esposa Judith, por creer en mí desde la primera repetición. En algunos momentos Nat conocía mejor a John Rain que yo (lo cual resultaba un tanto inquietante) y Rain nunca habría sido un personaje tan complejo sin la perspicacia y orientación de Nat.
A Walter LaFeber de la Universidad de Cornell, por ser un gran maestro y amigo y escribir The Clash: A History of U.S.-Japan Diplomatic Relations, el estudio definitivo sobre este tema, que me ofreció parte de la base histórica para el nacimiento de John Rain.
A mis profesores, formales e informales, y compañeros de randori del Kodokan de Tokio, el alma del judo mundial, por transmitirme algunas habilidades que forman parte del arsenal mortífero de John Rain.
A Benjamín Fulford, jefe de la oficina de Forbes en Tokio, por sus artículos valientes e implacables sobre la corrupción que asola Japón, corrupción que sirve de telón de fondo de esta novela y que debería merecer más atención por parte de quienes la sufren directamente.
A Koichiro Fukasawa, diplomático con alma de artista y la persona más bicultural que he conocido jamás, por compartir sus impresiones sobre todo lo japonés y por iniciarme en tantas de las maravillas de Tokio.
A Dave Lowry, por su espléndida Autumn Lightning: The Education of an American Samurai, que influyó en mi forma de entender el shibumi y las artes marciales y que, por consiguiente, son un elemento de la educación de John Rain.
Al omnidireccional Carl, veterano de las guerras secretas, por enseñarme a actuar primero, pronto, temprano y a menudo, cuya mera presencia me hizo encaminar mi pensamiento en la dirección adecuada.
Especialmente a mi esposa, Laura, por soportar que escriba y otras obsesiones y por hacer muchas otras cosas para apoyar y alentar la creación de este libro. A través de innumerables conversaciones en paseos, largos viajes en coche y a veces entrada la madrugada con un whisky de malta en la mano, Laura me ayudó como nadie más habría podido a encontrar la historia, los personajes, las palabras, la voluntad.