ELLA SABÍA QUE ERA MEJOR NO EMPUJAR a Yancy cuando se trata de representaciones. Pero ella pensó que podría intentar un empujón único y firme. Al no encontrarlo en su lugar de trabajo, hizo una búsqueda rápida del trío por las salas de conferencias privadas.
Ella interrumpió a otros dos artistas policías, pero no encontró Yancy.
Ella lo localizó en la sala de descanso.
Estaba parado, apoyado en el mostrador corto, comiendo frutos secos de una bolsa, los ojos cerrados, los auriculares puestos.
Su mata de pelo rizado se curvaba atractivamente alrededor de su cara llamativa. Llevaba las mangas enrolladas, con la camisa desabrochada en el cuello, y un par de pantalones vaqueros muy gastados.
Se le ocurrió que probablemente se parecía más a un universitario que un detective de la policía.
Podría pasar por uno de veintidós o veintitrés, pensó. Joven, si trabajaba en ella.
Entonces sus ojos se abrieron, y añadió otros cinco años. Los ojos sabían demasiado para apenas dos décadas.
– ¿Cuántos años tienes?-
Levantó las cejas. -Veintiocho. ¿Por qué? -
– Sólo imaginaba algo así.-
Comió otro puñado de frutas. -Estás pensando en el sospechoso. Parece joven, pero puede ser mayor. -
– Algo como eso.- Ella echó un vistazo a la bolsa que le ofreció. -No, gracias. ¿Por qué comes eso? -
– Ojala lo supiera. Terminé con Marta. -
– Delroy, la niñera del parque. ¿Qué tienes? -
Él negó con la cabeza. -Ella no le dio una buena mirada. Ella era un juego, y trabajó en él, pero todo se reduce a una mirada rápida, y bajo la lluvia. Ella es bastante sólida en la altura y complexión, el color, el pelo. La llevé a través de él, y sale que vio su perfil. Tengo lo que se siente como real en lo que llevaba puesto, y una idea bastante buena del estilo de la airboard. Pero su cara es sobre todo la impresión. Joven, bien parecido. -
– ¿Por qué no me lo enseñas?-
Él resopló. -No vas a estar feliz.-
Pero él la llevó a su lugar de trabajo. De pie, pidió los croquis en el equipo, a continuación, expuso el dibujo que había hecho.
– Mierda. Podría ser cualquiera. Podría ser una mujer. -
Yancy levantó un dedo, como un punto. -Sí, y la segunda parte podría ser una ventaja. Era un hombre, está segura de eso, pero ella utiliza términos como lindo, y bonito. Puede ser que tiene rasgos andróginos. Las chicas se sienten seguras y se sienten atraídas por chicos con rasgos andróginos. No son una amenaza. -
– Así que puede o no puede ser un niño bonito que puede o no tener diecinueve años.-
– Tengo tu segundo testigo por venir. Ella debe estar en una media hora. Hice un rápido vínculo de calentamiento con ella. Ella es más decisiva que Marta, más enérgica, con más confianza. Puedo hacerlo mejor con ella. Y lo que tengo de ella puedo usarlo con lo que he llegado hasta aquí. Voy a mostrar el producto terminado a los dos testigos, y ver si suena. -
– Háblame de la airboard.-
– Negra, con rayas plateadas. Plata metalizada, piensa, ya que brillaba, y estaba lloviendo así que no había sol. Eso es bastante simple para un diseño de airboard. Así que hice una búsqueda. Dos fabricantes hacen que el diseño básico. Go-Scoot y Deporte Anders Street -.
– Anders-.
– Sí, ¿qué tal? ¿No fue hace tanto tiempo que estabas investigando un asesinato? -
– Un mundo pequeño, incluso para los muertos, supongo. Pero es interesante porque el segundo testigo identificó los zapatos como de marca Anders. Podría ser lealtad a la marca. Dame lo que tengas tan pronto como lo consigas. -
– Usted lo conseguirá-, dijo y sonrió.
De vuelta en su oficina ella hizo una corrida de Nattie Simpson, el marido, el chico. Como MacMasters le había dicho, Nattie estaba haciendo su tiempo en Rikers. El marido -ahora ex- se había trasladado al este de Washington, con el niño. Tenía treinta y cinco años, y no podría pasar por un adolescente. El niño tenía diez años, y no podía pasar tampoco.
Sin embargo, ella siguió adelante con una llamada a Rikers para una visión general de Nattie antes de cruzar ese punto de vista de su lista.
No hay conexión, ni pop -pensó- cuando hubo terminado.
Un callejón sin salida.
Revisó los resultados de búsqueda en delitos similares, y no encontró nada que conectase a MacMasters en los últimos cinco años.
Consideró, la adición de víctimas y los testigos, entonces decidió que su unidad de oficina probablemente explotaría ante esa gran actividad. Tendría que hacerlo en casa.
Asignaciones específicas, para más tarde. Ella comenzó las referencias cruzadas de la caja de souvenirs de Deena con la lista de Lapkoff.
Allí, ella golpeó rápido.
– Musical de primavera, Shake It Up, 15 de mayo – 18:00-
Ella pasó a través de él, escaneó fotografías, resumen del juego, las listas de reparto y el equipo, los anuncios, en caso de que Deena hubiera hecho anotaciones.
A pesar de que no encontró ninguna, registra el programa de mano como prueba, lo embolsó.
Ella continuó a través de, por lo que ordenó en montones -obras de teatro, conciertos, teatro, danza, arte de performance. Y frunció el ceño cuando vio un segundo programa de mano de Shake It Up, las mismas fechas.
– ¿Tomaste la suya, también, Deena? Mierda, mierda. -Ella agarró el sellador de su escritorio, se cubrió las manos. Ella hojeó el segundo, y encontró una pequeña anotación dentro de un corazón sobre el resumen.
D & D
5/16/60
– Uno es el suyo, uno tiene que ser.- Ella lo registró y embolsó el segundo programa de mano, luego hizo una -llamada al enlace de Jo Jennings.
Su madre respondió. Parecía agotada ahora, pensó Eve. Cansada.
– Sra. Jennings, tengo que hablar con Jo. -
– Teniente, mi niña está destrozada. Simplemente… devastada. ¿Sabe usted que se está culpando a sí misma? Se echa la culpa a sí misma por no decirle a nadie que Deena estaba viendo a un chico. Lo único que hizo fue mantener su palabra a su mejor amiga, pero ella está aplastada por la culpa de eso ahora.-
– Puede ayudarla hacer algo para ayudar. Sólo quiero la confirmación de algo, si puede dármelo. Y podría ser muy importante para la investigación. -
– Muy bien. Muy bien. -La Sra. Jennings se frotó en la frente. -Ella está en su habitación. Ella apenas ha salido desde que llegó y… Ella puede estar durmiendo. No voy a despertarla si ella está durmiendo. -
Puso el enlace en espera. Eve utilizó su computadora para enviar un mensaje de prioridad al correo electrónico de Berenski en el laboratorio.
Hay posibilidad de obtener impresiones en el homicidio de MacMasters. Entregar lo antes posible. Esta es una prioridad. No me des ninguna mierda.
– Teniente. Jo está aquí. Me voy a quedar con ella. -
– Eso está bien. Jo, necesito saber si Deena fue con el chico que estaba viendo en secreto a una producción musical en la Universidad de Columbia. En mayo, el 15-
– No lo sé. -
– ¿No te lo dijo? Sé que le gustaba el teatro, se entusiasmaba con el teatro. Ella guardó programas de mano. Tenía una gran colección de ellos. -
– Se suponía que debía ir con ella esa noche y él la mató.- Las lágrimas saltaron y se derramaron.
– Pero no era la primera vez que iban a ir a ver una obra de teatro juntos, ¿verdad?-
– El le dijo que le gustaba el teatro, también. Es sólo un mentiroso. -
Lo dijo con fiereza, con amargura. -Sólo un mentiroso.-
– Teniente, eso es suficiente.-
– Un momento. Dieciséis de mayo, Jo. Se habían estado viendo durante unas cuatro semanas. Fue un musical sobre los estudiantes universitarios hecho por estudiantes universitarios. Apuesto a que lo disfrutó. -
– Shake It Up-.
– Eso es correcto. ¿Ella fue con él? -
– Fue como un aniversario. Un mes. Ella se reunió con él para cenar, después se fueron a la obra. Le dio un pequeño perro de peluche. -
Eve recordó la recogida de animales. -¿Qué tipo de perro?-
– Uno marrón y blanco pequeño. Si usted se frota las orejas dice Te amo. Mamá. -
– Está bien, nena, está bien. Eso es todo, teniente.
– Jo, tú me has ayudado mucho. Tú ayudaste a Deena hablando conmigo, recordando. -
– ¿Lo hice?-
– Sí, lo hiciste. Gracias. -
Jo volvió la cara hacia el pecho de su madre. La Sra. Jennings asintió con la cabeza a Eve, luego apagó.
Eva cogió la bolsa de evidencia, se acercó al escritorio de Peabody. -Puede que tenga algo. Dos programas de mano para una actuación de Columbia, una de sus mejores amigas confirma que Deena asistió con el UNSUB, en mayo dieciséis. -
– ¿Dos? Ella mantuvo la suya. -
– Parece lógico. Yo los estoy llevando al laboratorio ahora, personalmente. Tengo más búsquedas, pero esta unidad no se ocupará de ellas. Estoy trabajando desde casa después de ir al laboratorio-.
– Roarke está en EDD.-
– Mierda. Bueno, voy a verlo en casa más tarde. También tengo que ir por la escena. Le dio a Deena uno de los juguetes de peluche. Podría tener suerte allí. Voy a correr, a conseguir la cosa para el laboratorio a primera hora mañana. -
– Si llego a algo, mientras tanto, serás la primera en saberlo.-
– Sí, haz una secundaria, y agrega un airboard Anders. Negro con franjas de carreras plateadas. Deporte de calle. Es posible que lo haya comprado junto con los zapatos. -
– Lo tengo.-
Eva sacó su vínculo mientras se dirigía hacia el garaje.
Teniente-dijo Roarke.
– Tengo un trabajo de campo, luego voy a trabajar desde casa. Estoy saliendo ahora., ¡ah, Simplemente para tu información. -
Levantó la ceja. -Entonces, supongo que tendré que volver a casa. -
– Lo siento. Cuando lo hagas… vamos a hablar de eso después. -
– Si tú lo dices. Voy a estar allí… con el tiempo. Come algo, y no esperes por mí-, ordenó y cortó la transmisión.
Ella frunció el ceño ante la pantalla en blanco. Estaba molesto cuando lo oyó. No debería haber pedido un trabajo policial si iba a estar molesto porque no podía llevarlo de regreso a casa.
Ella lo cocinó todo el camino hasta el laboratorio, y entró preparada para masticar el corazón de Dickhead, si él le daba algún pero.
– ¿Qué es?- Ladró ante ella. -Es el puto final de la jornada para mí, ya me tienes aquí…- Se detuvo, palideciendo un poco mientras se deslizaba a una distancia segura. -Jesús, Dallas, ¿me acabas de gruñir?-
– Voy a hacer algo más que gruñir. Voy a arrancar tu hígado con mis propias manos y me lo comeré. -Ella golpeó los dos programas de mano sellados hacia abajo. -Uno de ellos va a tener sus huellas. Quiero sus malditas impresiones y a la mierda tu final del turno-.
– Hey, hey, hey. Hubieras utilizado al menos un soborno decente. No es que me gustara tener uno, en virtud de las circunstancias -, añadió a toda prisa. -Simplemente decía-.
Con los hombros encorvados, tomó uno de los programas de mano con las pinzas, lo colocó en una gasa estéril. Corrió un escáner en la parte delantera, introdujo algo en su computadora. Dejó escapar un largo suspiro de sufrimiento.
– Tengo manchas, muchas de ellos, algunas parciales, -un par decentes y eso sólo en la cubierta de uno. ¿Sabes cuántas personas manejan este tipo de cosas? ¿Tienes las personas para compararlos, empaque, embarque, desempaque, distribución, entrega?. -
– Quiero todas las impresiones, y las manchas en ellos, dentro y fuera analizado e identificado-.
– No es un complemento de mierda. Lo haremos, vamos a lograr que se haga, pero no es muy fácil con esta mierda, muchas manos sobre ellos-.
– Sólo consigue las impresiones. Yo voy a hacer la eliminación. -
– Por supuesto que lo harás. -Señaló a donde ella estaba -o se sentaba- en sus trece. -Tenemos lo que pediste esta mañana. He trabajado yo mismo, y puse dos de mis mejores en ella. Hicimos nuestro trabajo, y vamos a hacer esto, también. Así que no saltes a mi garganta. -
Debido a que respetaba su enojo y su orgullo mucho más que su lloriqueo y mentira, ella asintió con la cabeza. -El hijo de puta que mató a Deena MacMasters manejó uno de estos. Tuvo que hacerlo. No tengo una cara, no tengo un nombre. Tengo líneas, avenidas y ángulos, pero no tengo un sospechoso viable. Vamos a llegar el final de las primeras cuarenta y ocho horas, y no tengo ningún sospechoso. -
– Vamos a conseguir lo que necesitas-.
Dio un paso atrás, las manos en los bolsillos. -Dos puestos en caja, al lado de la base tercera, los Yankees, primer partido en casa en julio.-
Él le enseñó los dientes en una sonrisa. -Eso está mejor.-
Qué demonios, pensó mientras caminaba de regreso a su coche. Él se lo había ganado.
Empezó a dirigirse de nuevo a la parte alta, hacia la casa, entonces se dio cuenta que no estaba tan lejos, no realmente, de la nueva casa de Louise en el West Village. Un desvío rápido, y podía cumplir con su deber.
Probablemente Louise ni siquiera estaba en casa. Probablemente. Y si Charles estaba podía decir que paró en el camino a casa para ver si había algo que podía hacer para el sábado.
Ella se había descolgado, y no estaría más de treinta minutos.
Excelente plan. Ella pidió la dirección, que no podía recordar, en el tablero, y comenzó a manejar esquivando, su camino hacia el sector más de moda.
Frondosos árboles, piedra arenisca, ladrillo viejo y pequeños patios delanteros ordenados hacían de este segmento de la Villa Occidental un atractivo barrio. Flores abiertas, perritos haciendo cabriolas en los extremos de la correa en manos de personas que podían permitirse el lujo de pasear en una tarde de lunes a viernes. Vehículos, de la variedad inteligente y brillante, se alineaban en las aceras. Ella consiguió un lugar a dos esquinas de su destino y utilizó el tiempo de caminata para ejecutar probabilidades.
En su perfil, Mira dijo que trabajaba, y puesto que era mejor que el promedio en e-competencias, tal vez trabajaba en ese campo. El equipo dio a la idea algún mérito con setenta y dos puntos de probabilidad.
Va con eso, pensó, si hubiera asistido a Columbia, había tomado cursos electrónicos. Más, sin duda, de lo que se requería para algún grado. Posiblemente, se especializó en algunos e-campos.
Tocaría la fuente allí, pensó, y refinaría su solicitud de búsqueda a Peach Lapkoff para incluir a estudiantes de los estados del sur que se habían especializado en o tenido un fuerte enfoque en e-grados.
Inmersa, podría haber seguido si Louise no la hubiera saludado.
– ¡Dallas! Tienes que ser la última persona que esperaba ver pasar por aquí. -
Distraída, Eve se detuvo, miró por encima. Y allí estaba la novia -la que sería la novia-, con sus cabellos de sol con una gorra de color rosa, con una camiseta manchada de tierra y un par de pantalones de algodón holgados. El médico tenía una especie de pequeña pala en la mano mientras que las flores florecían a sus pies.
– Yo estaba en el barrio. Más o menos. ¿Sabes realmente hacer eso? -Eve señaló al montón de flores que se entendían detrás de una puerta de hierro.
– Yo lo hice. ¿Quién si no lo haría? -Riéndose, Louise se quitó los guantes del mismo color de su gorra. -Yo iba a conseguir a alguien para hacerlo, entonces pensé, por el amor de Dios, si puedo penetrar en el abdomen de alguien, debo ser capaz de cavar en un poco de suciedad. Es muy divertido! -
– Está bien.- No estaba segura acerca de esa parte, pero los resultados eran bastante magníficos. -Se ve muy bien.-
– Quería que todo estuviera listo antes de la boda. Algunos de los invitados de fuera de la ciudad vienen por la cena de mañana a la noche. Tengo que estar loca añadiendo una cena a la lista, pero no puedo detenerme. ¡Adelante! Tienes que ver la casa. -
– Yo solo pasaba-, dijo Eva cuando Louise abrió la puerta. -Estoy en camino a casa. Para el trabajo. Pero yo pensé en ver si hay algo que necesitas, o que podría hacer para ayudarle antes de la ceremonia-.
– Creo que todo va según lo previsto, lo que es una ayuda por el hecho de que estoy hiper ridícula y fuera de mi mente. No tenía idea sobre que sería tan loca en cada pequeño detalle. -Ella abrió el camino por el sendero a través de las flores hacia la puerta principal. -Tengo una lista de listas. Y estoy disfrutando cada minuto de ella. -
– Esto lo demuestra. Pareces tontamente feliz. En el buen sentido. -
– Lo soy, exactamente. Lo somos. Charles está en su oficina con clientes. Tendrá para una hora por lo menos. -
– ¿Cómo le va a él?-
– Le va fenomenal, y es mucho lo que quiere ahora. Todo esto es lo que queremos. -Abrió la puerta, señaló a Eve el hall de entrada.
Suave, Eve habría dicho, con paredes en colores cálidos y sutiles, acentuados con espejos aerodinámicos y arte intrépido. Una mesa elegante contenía botellas delgadas y sinuosas en varios tamaños y colores vivos.
El tema continuaba con esa mezcla de audaz y tranquilo cuando Louise le agarró la mano para tirar de ella a una sala de estar con más elegancia en las líneas del sofá y en la forma curva de las sillas.
La impresión era lo que ella supuso que sería la lujosa elegancia urbana, con toques personales de fotos, flores, piezas que ella recordaba haber visto en sus apartamentos individuales.
– Este lugar estaba vacío cuando lo compraron, ¿verdad?-
– Sí-. Brillaban de placer los ojos plateados de Louise. -Hemos pasado el mayor tiempo en amueblarlo y decorarlo. Todavía tenemos los toques finales, pero-
– Parece terminado.-
– Oh, no todavía, pero está evolucionando. Te voy a enseñar el resto. -
Imposible decir que no, así que Eve se perdió por la casa, y trató de hacer las observaciones pertinentes o ruidos cuando Louise explicaba acerca de cómo se había enamorado de una lámpara o una silla en especial. En todo momento, el ambiente era de estilo, pulido, y de alguna manera calmo.
– Charles se queda aquí por ahora.- Luisa abrió una puerta. -Esta es una manía de novia.-
Eve no lo habría llamado la manía, sino caos organizado. En lo que se supone serviría como una habitación, Louise había establecido su cuartel general de boda. Dos maletas abiertas, parcialmente embaladas estaban en la cama mientras las cajas de regalo y envío se apilaban ordenadamente o dispuestas en un rincón. Regalos de boda, Eve supuso, que no habían encontrado todavía su lugar. En un escritorio al lado de un mini CD había un montón de discos, con un montón de fichas.
En el centro de la habitación había un gran tablero, dos caras cubiertas con trozos de tela, fotografías de flores, trajes, peinados, comida, cuadros y líneas de tiempo.
Con los ojos entrecerrados, Eve lo rodeó, sólo ligeramente sorprendida de ver una imagen generada por computadora de sí misma con el vestido amarillo.
– Es como un tablero de asesinato-, murmuró, y luego hizo una mueca. -Lo siento, mala comparación.-
– No del todo. Es el mismo principio. Todo ello se aplica, hasta la toma de oliva para la recepción. Estoy obsesionada-.
Ella se rió un poco desesperada mientras apretaba sus manos a su corazón. -Tengo cartas y hojas de cálculo en el equipo para realizar un seguimiento de los regalos, las respuestas, número de asientos, incluida la luna de miel. Es como una droga. -
– Tú no me necesitas.-
– No para los detalles, pero chica, de lo contrario.- Louise agarró la mano de Eve otra vez, luego la soltó para envolver sus brazos alrededor de sí misma. Los movimientos rápidos y bruscos estaban completamente fuera de lugar.
– Tal vez necesitas un medicamento-, sugirió Eve.
– Ja. Estoy nerviosa, y nunca esperé estarlo. Estamos cambiando nuestras vidas cada uno, para hacer una vida juntos. Es lo que quiero, y lo quiero más cada día que estoy con él.-
– Eso es bueno.-
– Es muy bueno. Pero estoy nerviosa porque quiero que la boda -que ese día- sea tan perfecto, tan exacto que me estoy poniendo nerviosa por todas las cosas que pueden salir mal. Tonta. Estoy atrapada en el cuento de hadas del día. -
– Porque no estás nerviosa o preocupado por lo que viene después de ella. Ustedes ya han cambiado sus vidas, hicieron su vida. Está aquí en esta casa. -
Para preocupación de Eve los ojos de Louise se humedecieron. -Oh Dios, yo te necesito. -Ella le echó los brazos alrededor de Eve. -Así es, estás en lo correcto. Lo hicimos, lo tenemos. No solo yo. -
Desconcertada, Eve acarició de nuevo a Louise. -Está bien.-
– Yo puedo preocuparme porque la limusina llegue tarde a recogerme en el hotel, o las flores que estén en la sombra, o por el tamaño de las copas de champán, porque casarse con Charles no me pone nerviosa en absoluto. Me hace feliz, resuelta y contenida. Gracias a ti. -
– No hay problema.-
– Vamos a salir de aquí. Vamos a bajar y tomar un café. -
– Realmente no puedo. Tengo que volver al trabajo. -
Louise dio un paso atrás, sus ojos grises se pusieron sombríos. -Es por la chica joven, ¿no? La que fue violada y asesinada en su propio dormitorio. He oído el informe, y dijeron que llevabas la investigación-.
– Sí-.
– Espero que lo encuentren rápidamente-, dijo Louise, mientras caminaban hacia abajo. -Sus padres deben estar devastados.-
– Estamos trabajando en algunos ángulos.-
– Entonces no te detendré, aunque me gustaría que pudieras quedarte. Estoy tan contenta de que pasaste por aquí. Ahora puedo estar nerviosa, sin estar nerviosa acerca de por qué estoy nerviosa-.
– Si tú lo dices.- Eve se detuvo en la puerta cuando algo hizo clic. -¿En qué hotel?-
– ¿Cómo?-
– ¿Por qué necesitas un coche para que te recoja en un hotel?-
Louise se encogió de hombros, y su expresión se volvió tímida. -Más obsesión. No quiero que Charles me vea antes de la boda por el mito ridículo de la mala suerte. Pero tal vez no es un mito, ¿y por qué arriesgarse? Y como voy a necesitar todo el día para prepararme y hacer frente a los detalles, decidí que me quedaría en un hotel la noche anterior, conseguir mis servicios de spa allí, que Trina vaya a hacerme las uñas, cabello, maquillaje, ese tipo de cosas. -
En este caso, Eve se dio cuenta, eso era algo que podía hacer, que debía hacer como madrina de honor. -Cancela eso. No puedes permanecer en una habitación de hotel, sola, la noche antes de la boda. Puedes permanecer en la casa, donde todo va a suceder de todas formas. -Y ella pensó, aquí estaba el gran sacrificio de la amistad. -Trina puede hacer lo que necesitas allí. Tal vez quieras un par de amigas contigo. Es algo ritual, ¿no? -
Con el rostro resplandeciente, aturdido, Louise disparó sus manos para agarrar a Eve. -Eso sería absolutamente increíble. Absolutamente perfecto. Significaría mucho para mí. -
– Entonces se hace.-
– Gracias-. Louise abrazó a Eve de nuevo. -Gracias.-
– Regístralo en tu tablero. Nos vemos el viernes. -
– A las cinco ensayo,- dijo Louise.
– Claro que sí.- Qué era, se preguntó Eve. ¿Ensayo? Jesús, ¿Tenía que hacerlo todo dos veces? Ella pasó una mano por su cabello mientras caminaba de regreso al coche. Probablemente tendría más gráficos y líneas de tiempo, y…
– ¡Mierda!- Haciendo caso omiso de la mirada insultante del par de mujeres que pasaban, Eve sacó su comunicador. -Feeney, mira de nuevo en la seguridad. A ver si hay otro fallo, cualquier cosa, un retraso, cualquier anomalía antes de la noche del asesinato. No muy cerca -, agregó. -Puede haber un descuido antes del momento cercano a la muerte.-
– ¿Quieres que deje esto para sondear a través de semanas?-
– ¿Y si estuvo en la casa antes? Espera. Déjame hablar con MacMasters en primer lugar, a ver si notó algún problema pasajero. -
Le cortó a Feeney, intentó dar con MacMasters mientras aceleraba su paso al coche. -Capitán, ¿me puede decir si experimentó algún problema con su sistema de seguridad en los últimos seis meses. Incluso un pequeño inconveniente? -
– No- Sus ojos parecían haberse hundido en su cráneo. -Tengo un chequeo semanal del sistema como medida de precaución. Las mejoras agregadas hace unos meses dicen que es innecesario, pero…
– ¿Qué mejoras?- Ella se sentó detrás del volante.
– La empresa de mantenimiento de forma automática nos informa cuando hay actualizaciones están disponibles.-
– ¿Cuándo fue la última actualización?-
– No estoy seguro, creo que… En algún momento de marzo. Lo coordiné con nuestra visita anual de mantenimiento. -
– ¿La empresa hace las actualizaciones y el chequeo en la casa o en el sitio?-
– Las dos cosas.-
– Necesito el nombre de su empresa de mantenimiento.-
– Seguridad Plus. Los hemos utilizado durante años. Son de primera categoría. ¿Cree que alguien allí…
– Yo voy a cubrir ese ángulo, capitán. Vamos a cubrirlos todos. Me pondré en contacto con usted. -
Empujó su camino a la parte alta de la ciudad, mientras llamaba a Feeney de nuevo. -Empieza en marzo-, le dijo. -MacMasters tuvo una actualización en el sistema en marzo, y su empresa de mantenimiento fue a agregarlo. Seguridad Empresa Plus, yo voy a correrlos ahora. -
– Haría falta pelotas para caminar directamente en la casa de esa manera-y cerebro. Tendría que conocer de primera mano el sistema. ¿Dónde está, cómo funciona?, justo en el lugar. Pero ya hemos comprobado la compañía. Es lo que hacemos. Tengo la actualización, y el técnico que lo hizo. Está limpio, y tiene veinte más que nuestro hombre. Trabajó para la compañía desde los quince años. -
– Maldita sea. Tal vez este hombre está conectado. Tal vez él tiene el mismo sistema, y obtuvo la misma actualización. Pudo obtener el mismo aviso. A lo mejor no ensayó en el lugar, pero maldita sea, practicó bien. Ejecútalo de todos modos. Voy a correr otros clientes con el mismo sistema, las mismas actualizaciones-.
– Ahórrate el tiempo. Voy a poner un hombre para correr esto. Será más rápido. -
– Llámame. Espera, mierda, espera. ¿Esta empresa tiene más de un lugar? -
– Ellos tienen una docena en el área metropolitana, contando Nueva Jersey.-
– Todavía podía trabajar para ellos. Trabajar para ellos, ser un cliente, o ambas cosas. -Se sintió mejor -Vamos a impulsar esto. Estoy en el campo, luego estoy trabajando en casa. Envíame todo lo que obtengas. -
– Lo que tú digas,- murmuró Feeney y colgó.