TREINTA MINUTOS ANTES DEL MEMORIAL, CON el equipo en su lugar, Eve vio a los MacMasters y un pequeño grupo de otros salir del ascensor. Se hizo a un lado mientras Cates los llevaba hacia la sala privada.
Pero Carol MacMasters se sacudió del brazo de su marido y se volvió hacia ella.
– ¿Por qué está aquí?-Preguntó. -¿Por qué no está por ahí haciendo su trabajo? ¿Usted piensa que la quiero aquí, que quiero sus condolencias? Mi bebé está muerto, y el monstruo que la mató todavía está ahí fuera. ¿Así de buena es para nosotros? ¿Así de buena es usted? -
– Carol, detente. Para ahora-.
– No voy a parar. Nunca voy a parar. Es un caso más para usted, ¿no? Sólo otro archivo. ¿Así de buena es? Está en todos los medios de comunicación que no tienen nada. Nada. ¿Así de buena es? -
Cuando empezó a llorar, el hombre de más edad a su lado la atrajo hacia sí. -Vamos, Carol, vamos ahora. Necesitas sentarte, tienes que venir conmigo. -
Cuando la llevó, los demás los siguieron mientras MacMasters miraba sin poder hacer nada por ellos. -Lo siento, teniente.
– No-.
– No quiso tomar un calmante. Ella no quiso nada para ayudarla a pasar esto. Yo no sabía que había estado observando los informes de los medios hasta que fue demasiado tarde para detenerla, y ella está demasiado… demasiado dolida para entender. Es en parte culpa mía. Al tratar de consolarla le dije que lo tendría antes de hoy. Yo sé bien. Sabía que no, pero… -Él sacudió la cabeza, entró en la habitación.
Un momento después, Cates cerraba las puertas dobles. Carol llorando se golpeaba con los puños.
– Ella estaba mal, Dallas-, dijo Peabody. -Fue injusta.-
– Mal puede ser. Injusta es una cosa diferente-.
– Pero…
– Enfócate sobre por qué estamos aquí.- Ella caminó lejos de la puerta y del sonido del llanto. -¿Feeney? ¿Los ojos encima? -
– Los ojos encima-, dijo él a través de su auricular. -Peabody tiene razón, tú estás equivocada. Eso es todo al respecto. Tu hombre, Whitney y su señora, el comisario, algunas chapas de ilegales. Estamos recibiendo las entregas, lado norte, bastante regular. Flores, mensajeros, lo que considero como muertos. Un par de fiambres acarreados al sótano. -
– Entendido. Quiero ser informada. -Ella esperó hasta que el ascensor se abrió. -Comisionado Tibble, Comandante, Sra. Whitney. Los MacMasters están dentro de la suite para la familia. -
– Vamos a esperar.- Con los ojos oscuros, duros, Tibble asintió con la cabeza. -¿Alguna cosa para informar?-
– No en este momento, señor.-
– Espero que su estrategia justifique la paliza que estamos teniendo en los medios de comunicación.- Miró hacia la puerta cerrada. -Y resulte en un cierre para el capitán y su esposa.-
– Lo vamos a tomar si aparece, Comisario, y creo que lo hará. Planes alternativos están siendo formulados para aprehenderlo mañana si…
– No quiero oír hablar de planes alternativos, teniente. Su sospechoso está en custodia esta tarde o el esquema se libera. -
Se volvió y se acercó a la ventana al final del pasillo.
– Su plan de hacer que la investigación parezca estancada ha funcionado mejor de lo que podríamos haber previsto-, le dijo Whitney. -Estamos bajo mucha presión, teniente.
– Entendido, señor.-
Whitney y su esposa se alejaron para hablar con otras personas.
– Eso no es…
Eve cortó el murmullo de Peabody con una mirada. -No digas que es injusto. Soy la primaria. Tomo el golpe cuando este viene. Controla con el resto del equipo. Esto se va a empezar a llenar hasta aquí pronto. No esperaba que vinieras-, le dijo a Roarke.
– He ajustado un par de cosas.- Miró hacia su comandante, y principal policía de la ciudad. -Estoy contento de haberlo hecho, yo podría tener algún papel para ayudar a terminar esto-.
– Él va a aparecer. Las probabilidades lo dicen, lo dice Mira, mi instinto lo dice. Va a aparecer, vamos a encerrarlo y tomarlo. A continuación, mientras el departamento tiene una breve ronda de aplausos del Dios de los medios de comunicación, voy a tenerlo en mi caja. Y entonces… -
Ella se detuvo, tomó un par de respiraciones calmas. -Está bien. Muy bien. Estoy un poco cabreada-.
Roarke deslizó una mano por su brazo. -Se ve bien en ti.-
– No hay lugar para eso. No hay lugar. Un conjunto de impresiones sobre un programa de mano, ninguna coincidencia en la base de datos. Lo conseguimos, lo hacemos coincidir, pero no nos ayuda a conseguirlo. -Ella colocó las manos en los bolsillos de su saco negro. -Nadine y su equipo de investigación asombroso señalaron a los clientes más probables del sistema de seguridad.-
– Tengo algunas ideas que todavía estoy trabajando-, le dijo Roarke.
– El tiempo está corriendo. Tiene que ser hoy. -Vio a Cates saliendo de la sala contigua para hablar con Whitney y su esposa, y luego llevarlos, junto con Tibble, al interior.
– Estamos muy verdes-, anunció.
Ella esperaba una gran multitud -una gran cantidad de policías llegando a presentar sus respetos, los vecinos, los amigos de Deena de la escuela, sus familias. Pero había más de lo que había previsto.
Vio a Jo Jennings y su familia, la vecina con la que había hablado la mañana del asesinato de Deena. Ella vio a los policías, a algunos los reconoció, y muchos más simplemente como policías. Jóvenes, viejos, en el medio. Docenas de adolescentes se mezclaron entre la ropa azul y la ropa simple.
Más de uno se echó a llorar y tuvo que ser llevado mientras las imágenes de Deena se pasaban en la pantalla de pared. Eve intercambió una mirada con Nadine a través del cuarto, pero mantuvo su distancia.
Ella dio la vuelta al cuarto, una y otra vez, estudiando los rostros, complexiones desde diferentes ángulos.
– Tengo otro grupo que se acerca a la entrada principal-, dijo Feeney en su oído. -Ocho -no nueve- mezclados, rango de edad femenino, de dieciséis a dieciocho. Espera, espera, otro se mueve con ellos. Hombre, gorra, gafas de sol, cabello oscuro, complexión correcta. Es… No, no es él. -
Whitney se acercó a su lado. -A los estudiantes de la escuela de Deena se les dio permiso para asistir.- Respondió ante la mirada frustrada de Eve con una de las suyas. -Jonás no era consciente de que Carol lo había dispuesto así.-
– Él no ha venido a cualquiera de las entradas. No lo ha hecho. Estamos sólo en la primera hora. -
Vio entra a Mirar, a continuación, caminar a través de la multitud hacia los padres sufrientes.
Demasiados policías, pensó, también muchos niños. Ella siguió al personal cuando ofrecían pequeños vasos de agua, tazas del tamaño de un dedal de café o té, o traían aún más flores.
El aire de la habitación era demasiado denso, como un jardín de pena.
La gente llenaba la terraza, ambos salones, y sus voces iban y venían en un mar de sonidos. A través de ellas escuchaba el informe de los miembros del equipo sobre la situación en su auricular.
Ella se dirigió hacia la terraza tanto para tomar un poco de aire como para hacer otro barrido.
Al llegar a la puerta un accidente la hizo girar. Gritos, gritos explotando como un mar de sonidos que se convirtieron en un mar de pánico. Empujó, empujó su camino, gritando sobre la situación, y tiró de su comunicador. Frente a ella, la gente caía en una avalancha de cuerpos agitados. Un empujón por detrás la lanzó con violencia hacia adelante, haciéndola caer sobre sus manos y rodillas. El comunicador salió disparado de sus dedos en el impacto, y cuando crujió bajo los pies en estampida, juró.
Tomó un golpe en el ojo, en la nariz mientras caía, otro en la parte baja de la espalda mientras luchaba por pararse de nuevo mientras la marea de gente corría hacia las salidas.
A través de los huecos vio a un par de uniformados sujetar a un hombre en el suelo. La gorra de béisbol que llevaba se cayó, y su pelo marrón desgreñado se dejó caer hacia adelante.
La sangre se deslizó por la cara, empujó de nuevo hacia delante.
Y ella lo vio, de pie en el borde del caos, buscando a través del tumulto de pánico el ataúd blanco brillante cubierto con flores de color rosa y morado. Ella vio al hombre que había puesto a Deena MacMasters en ese ataúd blanco sonreír fríamente mientras miraba al hombre que tenía a su esposa llorando junto a él.
En cuestión de segundos, la pared de la gente pasó de nuevo, bloqueando tanto su vista y su avance.
– Segundo piso, acceso privado. Sala principal. Avistamiento confirmado. -Una mujer cayó sobre ella. Eve simplemente la empujó a un lado, siguió adelante. -El sospechoso está vestido con un traje negro, camisa blanca, identificado como personal. Maldita sea, maldita sea, muévanse.-
Sólo la estática sonaba a través de su auricular. Y delante de ella, la puerta llena de personas que huía, formando una barrera humana la cortó.
Ella empujó, arrastró, maldijo mientras que detrás de ella oyó la voz fuerte de Whitney demandando orden. Demasiado tarde, pensó, jodidamente tarde. Cuando ella llegó al pasillo, buscó a derecha e izquierda, vio a Trueheart ayudar a una anciana en una silla.
Alargó la mano, lo agarró. -El sospechoso está vestido con un traje negro, camisa blanca, corbata negra, identificado como un personal. Cabello corto, medio rubio. Envía la información. Ahora. Ahora. Quiero que este edificio cerrado. Que nadie salga-.
– Sí, señor.-
Corrió por las escaleras, saltando hacia abajo, irrumpiendo en el vestíbulo.
– Oh, su nariz está sangrando, déjeme…
– ¿Un hombre, a principio de los veinte, el pelo corto, medio rubio, traje e identificación del personal, vino por aquí?-
La mujer que la había saludado a su llegada se quedó mirando la sangre en el rostro de Eve. -Ah, sí, creo que acabo de ver justo a uno de nuestros asistentes.-
– ¿Adónde se fue?-
– Él acaba de salir. Parecía como si estuviera apurado. -
Eve salió al exterior, miró en todas direcciones. Ella vio a los dos policías que había asignado a la puerta principal dando caza. Maldiciendo, saltó a la acera, haciendo una carrera de velocidad completa mientras sacaba su -enlace, y conectaba a través del despacho.
– Dallas, teniente Eve, en la búsqueda del sospechoso de asesinato a pie hacia el norte de la Quinta y cincuenta y ocho. Hombre blanco, de veintitrés años, delgado, cabello rubio, vestido con traje negro, camisa blanca, corbata negra. -
Ella no podía verlo, no a través de la ancha corriente de peatones que inundaban la acera. Ella esquivó, se cruzó, comiéndose una manzana, luego otra.
A pesar de que ganó terreno a los dos policías, sabía que era inútil. Cuando ella los encontró en el cruce de calles no necesitó escuchar su informe. Era evidente en sus rostros.
– Lo perdimos, teniente. Iba una cuadra delante de nosotros cuando llegó la alerta, y se movía rápido. Apenas lo vimos. Él sólo desapareció en la multitud. -
– ¿Cómo se enteraron ustedes?-, Exigió. -¿Cómo diablos lo supieron?-
– Teniente, estábamos al acecho de los entrantes. Conectados a los chicos EDD para enterarnos de cualquier posible. Este hombre salió con un pequeño grupo de personal. Habíamos conseguido una alerta cuando se produjo el alboroto, porque habíamos tomado a un sospechoso. Hubo un desfase entre eso y la notificación de que el sospechoso se hacía pasar por personal y lo soltamos. Lo perseguimos tan pronto como lo supimos. Tuvimos suerte de verlo antes de…
Ella lo interrumpió levantando la mano. -Vamos a preguntarnos el porqué de este Clusterfuck (Término militar para una operación en la que varias cosas han ido ma l) en la Central. Informar a la unidad y esperar ordenes.
Se volvió de nuevo, furiosa, la cara palpitándole, y sólo sacudió la cabeza cuando vio a Roarke moviéndose rápidamente hacia ella.
– Lo hemos perdido. Maldita sea. -
Roarke sacó un pañuelo del bolsillo, se lo entregó. -Tu nariz está sangrando.-
– Me golpeé dos veces, tal vez más en ese motín. Me golpearon, pisotearon mi comunicador. Y él camina derecho hacia fuera, justo bajo las narices de los policías. Hizo exactamente lo que había venido a hacer, y tuvo la ventaja adicional de vernos actuar como idiotas. ¿Qué coño ha pasado? -
– No lo sé.- Tomó su codo para guiarla a través de la multitud de la Quinta Avenida. -Te vi caer, pero cuando tuve la oportunidad de pasar a través de esa masa de pánico, te habías ido. Llegué después de Trueheart cuando le dijiste que ibas en su persecución. -
– Y aunque que lo hice. Se había perdido antes de que llegara a la acera. -
Al acercarse al edificio, arrojándose como una flecha través de las personas que se congregaban en la acera, Peabody bajó la escalera principal.
– Se fue-, dijo Eve.
– Maldita sea-. Siseó Peabody, dejando escapar un suspiro, y luego hizo una mueca ante la cara de Eve. -Pensé que recibí un golpe,- dijo, tocando el moretón en la mejilla. -Tú lo tuviste más difícil.-
– Vamos a limpiar este desastre. ¿Qué sabes? -Exigió Eve cuando regresaron.
– Lo mejor que pude conseguir es que un alocado abordó a un chico, y otro policía le ayudó a tumbar al niño al suelo y restringirlo. Sobrevino el pánico. Revisamos todas las salas privadas del piso superior. Baxter y su gente estaba allí. Whitney estaba con MacMasters, y le aconsejó que volvieran al hotel. Tuvimos que llamar a MTS. La gente estaba magullada y ensangrentada. Tenemos un lío muy grande, Dallas. -
– Limpia lo que puedas en la periferia, e informa a Whitney de que voy a hablar con los oficiales y los civiles involucrados. Mi comunicador está frito. -
– ¿Por qué no hablo con quien administra este lugar-, sugirió Roarke. -Averiguo lo que pueda.-
– No puede hacer daño. Pero voy a hablar con él más tarde. Hijo de puta. -Eve cuadró los hombros y se fue hasta el segundo nivel.
El aroma de los lirios y las rosas era más fuerte ahora, probablemente porque muchos de ellos yacían pisoteados. Ella bordeó los cristales rotos, charcos de agua, hasta donde Trueheart estaba fuera de la puerta.
– Tenemos descripción del sospechoso, teniente. Lo siento. Ah, Baxter tiene a los dos policías implicados aquí, y al niño. Trajimos a un MTS para mirar al chico. Tiene algunos hematomas-.
– Perfecto. Es perfecto. -
Ella entró, cerró la puerta a su espalda.
Un muchacho de unos dieciocho años estaba sentado en una cegadora silla blanca, mientras que un MT canoso comprobaba al estudiante.
– Estoy bien-, dijo el muchacho. -Más que nada recibí la mierda y el viento que me golpeó afuera. Estoy bien. -
– Me llamaron para darle una mirada, te doy una mirada.-
El MT corrió una varilla sobre la contusión en la mandíbula del niño.
Eve le dio una mirada a los dos policías desplomados en un sofá del mismo blanco cegador, señaló uno a Baxter, que puso los ojos en el cielo.
Sí, pensó, una llamada al poder más alto. Lo vamos a necesitar.
– Soy el teniente Dallas-, dijo al muchacho.
– Ah, sí, hola. Soy Zach. ¿Puedo salir de aquí ahora? Necesito encontrar a Kelly. Vine con Kelly. Ella iba a la escuela con la chica muerta. Vine con Kelly porque estaba asustada de ver a la niña muerta. -
– ¿Cuál es el nombre completo de Kelly?-
– Nim Kelly. Todos se golpearon allí, y yo no sé si ella está bien. -
– Detective Baxter, que alguien encuentre a la Srta. Nim-.
– Sí, señor, de inmediato.-
– Gracias. Me sentiré mejor cuando sepa que está bien. Estábamos juntos, y como dije, estaba asustada. -
Él tenía un parecido superficial a Pauley, notó. La complexión básica, el color, el pelo enmarañado. Notó la gorra en su regazo.
– Zach, me gustaría pedirte disculpas por los lamentables hechos, y cualquier inconveniente que hayas experimentado. Y también asegurarte, que voy a ocuparme de esto personalmente. -
– Yo estaba allí parado, entonces fue como que si me hubiera atropellado un MAXIBUS y me encontré masticando la alfombra, y todo el mundo estaba gritando y corriendo. Creo que alguien me pisó. Estos tipos, me pusieron las esposas, y yo oía gritar a Kelly. Pero me quitaron el aire, ¿sabe? Yo no podía hacer nada. Era extraño, pero…-sonrió un poco. -Me quede helado, también. Ellos dijeron cosas sobre mis derechos y todo eso. ¿Tengo que llamar a un abogado? -
Ella esperaba por el infierno que no lo hiciera. Cualquier abogado que al que le valiera, facturaría solo por golpear a un cliente y demandaría al departamento pateándole el culo.
– Tú no estás en ningún problema, Zach. Fue un error, muy lamentable. Una vez más, espero que aceptes mis disculpas personales-.
– Claro. No pasó realmente nada. -
Baxter se deslizó detrás de ella -Kelly está bien, Zach. Ella te está esperando fuera. -
– Correcto. Así que, ¿me puedo ir? -
– ¿Está bien?- Le preguntó Eve al MT.
– Tienes un par de golpes, eso es todo.- El MT volvió su mirada a Eve. -Usted está mal.-
– Si quieres dar al detective Baxter tu nombre completo e información de contacto-, le dijo Eve a Zach, -el oficial en la puerta te llevará a Kelly. Si tienes alguna pregunta, o cualquier problema, puedes ponerte en contacto conmigo en la Central de Policía. -
– Eso es lo importante.- Se puso la gorra de nuevo, se levantó. -Todo ha sido totalmente Dalí.-
– Por lo menos. Baxter, préstame tu grabadora. La mía se dañó. -Ella la tomó, se la prendió.
– ¿Quieres que te eche un vistazo en la cara?-, le preguntó el MT.
– Ahora no-.
– Bueno.-Sacó un envoltorio de frío de su caja, se lo tiró. -Ponte esto de todos modos.-
Esperó hasta que Zach y el MT salieran, luego se volvió hacia los dos policías.
– Registro encendido. Dallas, teniente Eve, en una entrevista con dos Jodiditos exaltados que han logrado socavar por completo una operación precisamente organizada y permitieron a un sospechoso de asesinato irse tranquilo. -
– Teniente…
– Usted no habla hasta que le ordene.- Deliberadamente, se volvió hacia el que había guardado silencio. -Nombre, rango, división-.
– Oficial Glen Harrison, de la 125, asignado a ilegales con el capitán MacMasters.
– Usted, los mismos datos.-
– Oficial Kyle Cunningham, de la 125, asignado a ilegales con el Capitán MacMasters-
– ¿Y ustedes dos payasos han decidido hacer el trabajo por mí hoy?-
– Hemos venido a presentar nuestros respetos, ofrecer nuestro apoyo al capitán y su esposa. Todos saben que la investigación se estancó-.
¿En serio? -dijo Eve alegremente, mientras que Harrison cerró los ojos ante el comentario de su compañero.
– Eso es lo que dicen-, dijo Cunningham.
– Y usted decidió dar a la investigación un poco de impulso maltratando a un civil, interrumpiendo el servicio conmemorativo, y provocando el pánico generalizado. Momento durante el cual el sospechoso real aprovechó para eludir a los que están trabajando en la investigación. -
– El chico se parecía a él.-
Sus ojos se volvieron rendijas. -¿Y cómo lo sabe, Oficial Cunningham? ¿Cómo has tenido la información descriptiva del sospechoso? -
– Las noticias corren-.
– Así que, por un lado las noticias dicen que la investigación está paralizada, y por el otro las noticias dicen que tenemos la descripción de un sospechoso. Debes juntar las manos y joderte en mi opinión. El hombre que mató a dos personas se ha escapado, debido a sus acciones. La investigación se ve comprometida, el departamento es ahora vulnerable a una demanda civil no sólo del chico que tiraron al suelo, sino de este establecimiento, y de cualquier otra persona que pueda haber sido herida o que simplemente decida alegar dificultades emocionales. Ustedes pendejos. -
– Mire, no tengo que escuchar esto.- Cunningham se paró. -Le di un vistazo a los bocetos, y el chico se parecía a él, incluso vestido como estaba. Actué, que es más de lo que homicidios ha estado haciendo desde que la chica del capitán fue violada y asesinada el domingo. -
Eve dio un paso adelante. -Pon tu culo gordo abajo o yo lo voy a poner.-
– Me gustaría ver que lo intente.-
– Cunningham, por el amor de Cristo, por amor a Cristo.- Todavía en el sofá, Harrison se pasó una mano por la cara.
– Oficial Cunningham, se ha ganado un período de treinta días adentro por insubordinación. Además su estado será determinado. Una persona se sienta cuando le digo que se siente, o se busca estar sesenta días mirando hacia arriba. -
– El capitán es mi jefe-, dijo, pero él se sentó.
– Y yo soy su superior -de muchas maneras. Pero sí, el capitán es su jefe. Sus acciones de hoy han destruido una operación que podría -muy bien- haber asegurado que el hombre que violó y asesinó a Deena MacMasters estuviera justo bajo la custodia de mierda ahora. ¿Quién le mostró el dibujo? -
Cunningham alzó la barbilla. -Yo no digo nada más hasta que tenga mi representante.-
– Su elección.- Miró a Harrison. -¿Usted?-
– No he visto el boceto. Me enteré, pero yo no lo vi. Cunningham tomó al niño hacia abajo, me gritó que tenía el hijo de puta y necesitaba asistencia. Yo ayudé. -
– Escríbelo, llamen a sus representantes. ¡Fuera de mi vista -.
Cuando salieron, Baxter se acercó, tomó la envoltura fría, lo desenvolvió. -Utilízalo. Tu ojo se está poniendo negro. -
Lo retorció, imaginando por un feliz momento que la envoltura fría era el cuello de Cunningham. -Cristo Jesús, Baxter-.
– Estamos hasta la sopa, malditos sean. Patearía el culo de Cunningham, pero es una pérdida de tiempo. Para qué vale la pena, tenemos una perspectiva bastante clara de cómo se fue -y se fue rápidamente. Harrison lo dijo directamente. Se fue para ayudar a otro oficial. No puedo verte colgándole por ello. -
– Eso no depende de mí.-
– Yo justo vi al hijo de puta. A Pauley. Justo lo hice, entonces el lugar se enloqueció, alguien gritó -bomba-. No pude llegar a él, me empujaron hacia atrás, atraparon en un rincón Trueheart sacó a una mujer de edad con él. Ella se golpeó en frío. Lo teníamos, Dallas. Nosotros lo teníamos. -
– Hay que tomar medidas ahora.- Arrastró su mano por el pelo. -Y tengo que llevar mi culo para que acabe frito como el de Cunningham.-
– No es justo. No es jodidamente correcto. -
– Mi opción. Mi sopa. -
Peabody estaba esperando cuando Eve salió. -El comandante está en la sala de meditación, en este nivel. Podemos ir ahora. -
– Voy a ir ahora. Informa al equipo que vamos a interrogar en la sala de conferencias en una hora. -
– Voy a informar al equipo, y vamos a entrar. Tú tienes rango, pero somos socios. Estoy en esto también. -
– No tiene sentido que ambas consigamos que nos pateen el culo.-
– No para mí.-
– Muy bien. Es tu culo. -
– Cada pulgada cuadrada. Trueheart! Informa al equipo que lo interrogaremos en una hora en la Central, en la sala de conferencias. Es embriagador exceder en grado a alguien -, dijo Peabody, mientras continuaban su camino. -Por lo menos estoy sobre él, por el momento.-
– Whitney va a apretar hasta a los uniformados. Uno de nosotros filtró el boceto, y apuesto a que fue un uniformado de allí. Así que, después de que nos asen, asaremos a algunos. De cualquier manera, todo se reduce a Mierda en esta ocasión. -
Se detuvo fuera de la sala de meditación. -Última oportunidad-.
– No. Yo voy -Peabody misma abrió la puerta.
Jonás y Carol MacMasters estaban sentados juntos en un pequeño sofá. Desde su silla, Anna Whitney se inclinaba hacia delante y servía té de una tetera en delicadas tazas. Whitney se apartó de la ventana.
– Vamos a hablar en otro lugar-, dijo, pero antes de que pudiera alejarse de la ventana, Carol se levantó.
– ¿Cómo pudo permitir que esto sucediera? ¿Cómo pudo? En el Memorial de Deena. -
– Carol, detente. Alto. -MacMasters se paró.
– Es una vergüenza.-
– Sí, lo es.- Tomó a su esposa por los hombros. -Y fue uno mis hombres el que lo provocó no el teniente. Era mi hombre-.
– Independientemente de eso, esta fue mi operación-, dijo Eve, -y mi responsabilidad. No tengo excusa, Sra. MacMasters, y mis disculpas son poco adecuadas-.
– ¿Se supone que eso significa algo para mí?- Sus ojos ardían con una furia que Eve imaginó la hería menos que el dolor. -¿Usted es la responsable?-
No, pero es todo lo que tengo. Debería estar aquí de pie diciendo que tengo al hombre que mató a su hija en custodia, y no lo estoy. Nada de lo que diga puede significar algo para usted. -
– Carol.- Soltando la tetera, dijo Anna. -Has sido la esposa de un policía demasiado tiempo para hacer esto. Has sido esposa tiempo suficiente para saber que todo lo que puede hacer un policía se está haciendo, y que arremetiendo contra el teniente no ayudarás a Deena. -Ella se levantó. -Ahora, ven conmigo. Vamos a ir a sentarnos con Deena mientras esto se arregla-.
Se llevó a Carol, cerró la puerta sin hacer ruido detrás de ella.
– Teniente-, dijo Whitney fríamente, -informe-.
Lo hizo fríamente y con cuidadoso detalle. Cuando habló de Harrison y Cunningham, MacMasters apoyó la cabeza en sus manos.
– ¿Quién lo filtró?- exigió Whitney.
– Voy a interrogarlos en una hora, señor. Tendré la información dentro de una hora y cinco. -
– Espero que usted tenga un mejor control de su equipo, teniente. Espero que usted tenga el juicio y el control para evitar este tipo de fuga en una operación bajo su mando. -
– Sí, señor.-
– Jack-. MacMasters habló con cansancio. -Eran mis hombres.-
– Y como la teniente correctamente dijo, esta era su operación y su responsabilidad.- Whitney volvió la mirada deliberadamente a Eve. -Teniente, voy a necesitar una evaluación completa y el informe escrito, esta noche.-
– Sí, señor. Voy a afinar el equipo de acuerdo a esa evaluación, y le presentaré un panorama detallado de la operación alternativa de mañana para detener al sospechoso con la cooperación de Sra. Mimoto. -
– Si espera que no libere el boceto de Darrin Pauley y algunos datos relevantes al comisario y al público a través de los medios de comunicación, es mejor que me lo venda bien a mí.-
– Si soltamos el boceto, le haremos saber que estamos cerca, y podrá escaparse.- Él ya podría haber escapado, pensó. Y eso era una bola dura, caliente en el vientre.
– Es joven,- continuó, con calma, con firmeza, -y es paciente. Él puede darse el lujo de esperar, un año, cinco años antes de ocuparse de otro objetivo si huye ahora. Puede seleccionar otra. Él va a alterar su aspecto, -el cual fue lo suficiente inteligente para modificar hoy-, usar su habilidad en el fraude de identidad para tomar otra identidad, o una serie de ellas, e instalarse de nuevo hasta que Deena y Karlene Robins se olviden, hasta que los otros objetivos conocidos dejen de estar protegidos. -
– Ella tiene razón, Jack.- MacMasters levantó una mano, la dejó caer. -Dallas estaba en lo cierto al venir aquí hoy. Ella tiene razón sobre esto. Si tengo algún peso aquí, quiero que tú y el comisionado sepan que estoy de acuerdo con la teniente. -
Eve tomó el peso MacMasters y empujó con más del suyo propio. -Comandante, si soltamos el dibujo, tendremos a imbéciles como Cunningham inundando la línea de punta con avistamientos de adolescentes y veinteañeros con gorras de béisbol, mientras que Pauley cierra su tienda aquí y se mueve esperando su oportunidad.
– Si soltamos el dibujo, él gana. Si dejamos que esto salga y, francamente, Comandante, me quema el culo, pero si permitimos que los medios de comunicación describan este fiasco de hoy como un error monumental cometido, y controlamos lo que le damos, va a estar más seguro, y se va a mover hacia la señora Mimoto mañana, como estaba previsto. Lo liberamos y perdemos la oportunidad. -
– Nosotros lo habríamos tenido hoy, señor.- Cuando Peabody habló, Eve la miró con una mezcla de sorpresa y disgusto. -Eso no es una excusa, es un hecho. Vamos a necesitar entrevistar a los miembros del personal aquí, y acceder a su seguridad ya que es obvio que Pauley Darrin entró mucho antes, y estaba en el edificio antes de la conmemoración. Pero aún con eso, lo habríamos tenido. -
Whitney enarcó las cejas. -¿Estás seguro de eso, detective?- Eve estaba bastante segura de que escuchó tragar a Peabody, pero su compañera continuó con lo que pasaba por confianza. -Sí, señor. El Detective Baxter lo vio, al igual que el teniente. Su comunicación conmigo se retrasó debido al caos que Cunningham y Harrison crearon, el mismo caos que hirió a Dallas y dañó su comunicador. En lugar de entrar a la sala donde podríamos y lo habríamos encerrado, se escabulló aprovechando la confusión y evitando el riesgo de ser entrevistado como ahora estamos entrevistando a un número de participantes. El es cuidadoso, señor, como su perfil. Él se comportó exactamente como lo habíamos previsto. Él se comportará como esperamos mañana-.
– ¿Y usted está dispuesta a arriesgar la vida en eso?-
– Comandante…
– No,- Peabody interrumpió a Eve. -Usted me preguntó. Yo correría el riesgo de mi vida por el juicio del teniente. Es más fácil decirlo, ya que, en este caso, la mía corre el mismo camino. Yo no arriesgaría vidas, incluso la mía, para salvar la cara del departamento. Eso es lo que estaría haciendo al dar a conocer la cara de Pauley ahora. Arriesgar la vida para salvar la cara. Esa es mi opinión, señor. -
– Jack, de nuevo, si importa, esa es mi opinión también.-
Whitney miró a MacMasters. -Y la mío, pero todavía tiene que ser vendido. Voy a hablar, muy poco, con los oficiales de Harrison y Cunningham. Son sus hombres, Jonás, pero el hecho sigue siendo que el funcionamiento y los resultados son responsabilidad de Dallas. -
– Sí, señor, lo son-, Eve estuvo de acuerdo.
– Usted tiene treinta horas. Puedo mantener la información durante treinta horas. Si el sospechoso no está en custodia en ese momento, vamos a publicarlo. Maldita sea la fuga, teniente, y logre que se haga. -
– Sí, señor. Capitán, mis sinceras condolencias-.
– Quiero estar- MacMasters se puso de pie. -La fuga le costará por lo menos un hombre. Quiero ocupar su lugar. -
Había momentos, pensó Eve, en que había que actuar con los instintos. -Con el permiso del comandante, lo podríamos utilizar-.
– Su opción. Tendré que llevar a Anna y Carol a casa. -
Voy a conducir -, dijo Roarke cuando se preparaban para dirigirse a la Central. Con un encogimiento de hombros Eve se deslizó, y se entregó al lujo de cerrar los ojos.
Volvió a abrirlos cuando algo cayó en el regazo. Abrió sus ojos ante la barra de chocolate. -Primero pastel, ahora dulces.-
– Pensé que podrías tener un subidón.-
– Podría haber sido peor.- Le dolía la cabeza, la cara le latía, y su sospechoso estaba probablemente con una cerveza fría y una buena risa. -No sé cómo, en este mismo instante, pero podría haber sido peor. Podría haber sido la langosta-, decidió, y rasgó el envoltorio del chocolate. -Eso habría sido peor.-
– Para una nota más feliz, yo no creo que el departamento tenga que preocuparse por una demanda de la compañía de duelo.-
Lo mordió, saboreó. -¿Qué has hecho, comprar la casa?-
– Una solución interesante, pero no. Simplemente señalé que la compañía tenía la mayor parte de la responsabilidad, ya que era su seguridad la que permitió entrar a un intruso, lo que se supuse era un término más sabio que sospechoso-.
Tomó otro bocado, se burló un poco. -Lo hiciste.-
– El hecho es que permitieron el acceso de intrusos a sus instalaciones, en un memorial para una menor asesinada, donde varias personas, incluyendo oficiales de policía resultaron heridos. Creo que los responsables ya entienden las ramificaciones, las posibles consecuencias -y la publicidad- de una contrademanda. -
– Eso es como una rueda de negocios.-
– Lo es, sí. ¿Cómo está mi cara favorita? -
Ella se volvió hacia él para estudiarlo. -Te ves bien-.
– Y tan cariñosa por lo que veo en el espejo, me gusta aún más tu cara.-
– Me duele-. Ella se permitió un mal humor momentáneo. -Me alegro de que me duela porque me recuerda que lo jodí.-
– Oh, bueno, es hora de la fiesta de la compasión. Sigue entonces, estás entre amigos. -
– Yo debería haber previsto que se filtraría en el personal.-
– ¿Por qué?- Roarke la miró, trató de no sonreír cuando la miró fruncir el ceño ante el siguiente bocado de dulces. -Desde donde estoy sentado hubo más problemas de los que vale la pena -o debería haber habido.-
– Porque él es cuidadoso. Tuvo una mejor cubierta. El que mira a todos aquellos trajes negros ve nada más que otro traje negro. Le dio más acceso permitiéndole elegir su momento, que fue el pico. -
– Y añadió el riesgo de ser tomado por los funcionarios y administradores que conocen a las personas asignadas a cada suite o memorial. Te voy a decir por qué se fue de esa manera -tomó un riesgo innecesario- si quieres mi opinión sobre ello. -
– Voy a tomar tu punto de vista en él.-
– Podría echar un vistazo a su trabajo, de cerca, darse otra palmadita en la espalda a él mismo.- Ajustando su velocidad, Roarke se coló a través de una luz en amarillo. -Él ofrece algunas flores, le da una mirada. Y yo apuesto a que esperaba tomarse unas fotos para recordarlo con cariño. -
– Maldita sea. Maldita sea, eso es exactamente lo que él haría. -Ella arrastró una mano por el pelo, la retiró. -Lo perdí.-
– Es fácil verlo desde este lado, analizar el por qué después de los hechos. Su juventud es parte de lo mismo -cuidado e impulso- y lo más probable es que ella haya sido su primer asesinato. Esta es su misión, y habría tenido cuidado de no correr riesgos. Ahora, tiene los ingredientes para un agradable álbum de recuerdos. -
– Vamos a mantener esto entre nosotros, por ahora. Dejé a MacMasters en el equipo. No tiene por qué escuchar esto. -
– ¿Es sensato, dejarlo participar?-
– Voy a averiguarlo.-
Se tomó su tiempo para llegar a la sala de conferencias. Ella quería que todos estuvieran reunidos cuando llegó. Caminó con fuerza, parándose al frente de la sala, esperando a que Roarke se sentara.
– A partir de ahora el capitán MacMasters se une a este equipo. Voy a tomar los informes individuales y analizarlos. Antes de hacerlo, quiero que la persona que compartió el boceto del sospechoso con el detective Cunningham, y posiblemente otros, se identifique. -
Ella no necesitó una mano levantada, una confesión, no cuando vio los ojos del Oficial Flang.
– Flang, explíquese-.
– Teniente, yo sólo estaba tratando de ayudar. Se estaba llenando realmente de gente allí, y si teníamos más ojos…
– ¿Le di o no le di una orden directa al respecto, Oficial, cuando se planteó la cuestión en la sesión informativa antes de la operación?-
– Sí, señor, pero…
– Tengo que asumir, Oficial, que se considera más capaz de dirigir la operación que yo, que usted cree que su juicio superior al mío.-
– No, señor, yo pensé…
– Usted pensó que era aceptable desobedecer una orden directa de un funcionario superior. Está equivocado. Está en el informe, Oficial Flang, y está despedido. -
– Teniente…
– No diga nada-. Su orden congeló la sala cuando Flang se marchitó visiblemente bajo su mirada. -Es más, si una gota, -una sola gota- de este dispositivo se filtra, me ocuparé de que usted sea acusado de obstrucción a la justicia. Quiero una lista de todos los nombres con los que compartió esta información en mi escritorio dentro de quince minutos. Ahora, repito, oficial, está despedido. -
La sala quedó en silencio como una tumba cuando Flang salió.
– Si alguien cree que su juicio es mejor que el mío, o que seguir las órdenes es opcional, ahí está la puerta.- Ella esperó dos minutos, oyendo el zumbido del silencio. -Ahora, vamos a repasar todos los pasos de este Clusterfuck (Término militar para una operación en la que varias cosas han ido mal) desde todos los ángulos, a continuación, simplificaremos el esquema, mejoraremos y volveremos a refinar la operación para mañana.
– Feeney. La seguridad-.