Un asesino envía cartas a una mujer solitaria, invitándola a responderle.
Tema de novela I (continuación)
Para inspirarse, la escritora mima los detalles de su fantasía: escribe los supuestos mensajes del «asesino» y sus respuestas, y los abandona en el muro de su casa para «hallarlos» al día siguiente; pero, tras varios meses de invenciones, se harta del juego y decide finalizarlo. Y es entonces cuando las cosas se ponen interesantes, porque alguien, un vecino del pueblo, ha estado leyendo a escondidas esa extraña correspondencia unívoca y se dispone a continuar la trama adoptando el papel de asesino. Lo más curioso es que la escritora, tímida como todos sus colegas a la hora de enfrentarse a la realidad no imaginada, accede a prolongar la diversión con el aliciente de la mano anónima que ahora le escribe de verdad, y…
Pero el final no lo he decidido aún, así que tendrás que esperar nuevas entregas, Manolo. Comprendo que al lector le surgirán algunas dudas.