A David Trias, mi editor, quien ha confiado en mí desde un primer momento.
A Isabel Pisano, sin quien este libro nunca hubiese existido. La quiero incondicionalmente.
A Jordi, mi amigo. Sé que me está esperando bolígrafo en mano para que le firme el primer ejemplar.
A So, quien ha aceptado mi aislamiento sin rechistar y siempre me ha brindado todo su apoyo.
A Mimi, quien, muchas veces, me ha sacado de mi mundo para transportarme al suyo.
Y finalmente a Giovanni, quien me lo ha dado todo, sin nunca pedirme nada.
Gracias a todos, de todo corazón.