15 DE ABRIL, CARTA DE MELROSE PLANT A RICHARD JURY

Estimado Jury:

Ya hace tres meses que se fue, pero la compañía de Agatha hace que parezcan tres años. Sin embargo, las visitas de mi tía se han visto considerablemente reducidas, en razón de su convencimiento de que estamos en una loca carrera para ver cuál de los dos termina su libro primero. Cada vez que viene le digo que ya terminé otro capítulo y ella sale corriendo a su casa.

Hablando de escritores, Darrington se fue a los Estados Unidos; supongo que logrará retrasar en unos cien años el curso de la novela norteamericana. No me sorprendió demasiado enterarme de su plagio. Usted no esperaba que los labios de Pluck mantendrían ese secreto durante mucho tiempo, ¿no? Sheila se alegró de librarse de él. Habla de contar lo del fraude a los periódicos, aunque eso implique ir a la cárcel. Esa muchacha es verdaderamente valerosa.

Lorraine envejece aceleradamente a falta de compañía y me ha sugerido que piensa ir a visitarlo. Tranque la puerta, viejo. Willie ha encontrado otro compañero en el nuevo vicario, un hombre mucho más joven pero como todos los vicarios, dueño de un aspecto asombrosamente atemporal. Uno siente que debería pasarle el plumero todos los días.

Isabel se fue y Vivian también, pero por supuesto que no lo hicieron juntas. Vivian le dio algo de dinero con la condición de que se mantuviera alejada de ella. Se ha comprado una villa en Nápoles. ¿Usted no anda precisando unas vacaciones?

Tengo un perro. Estaba pensando en comprarme uno, de todos modos. Uno de esos elegantes, tipo lebrel, que aparecen siempre en los cuadros que hay en las salas de la nobleza. Sin embargo, hace poco salí a andar en bicicleta por la posada de Matchett. Era una tarde de lluvia. Siempre lo hago; por razones sentimentales, quizás, ¿o suena eso demasiado macabro? Los establos, los aleros y el cartel chorreaban agua de lluvia. Fui hasta detrás de los establos y ¿a que no sabe con quién me encontré? Con Mindy, el perro de Matchett. Lo habían dejado abandonado. Puedo llegar a entender a alguien que mata a cinco personas, pero dejar a un perro abandonado está más allá de mi compasión. Lo dejé que me siguiera a casa, lo que resultó un largo proceso, porque Mindy no es muy rápido, como recordará.

Esos chicos tan peculiares, los Double, me visitan de vez en cuando. Asoman la cabeza por detrás de los setos en cualquier momento. Admiro especialmente a la niña por haber aprendido a tan tierna edad el secreto de la mejor conversación: el silencio. Es tan poco exigente con uno en cuanto a reclamos de comentarios ingeniosos y ese tipo de cosas que siempre mantenemos interesantes charlas, aunque unilaterales.

¿Puedo pedirle un favor? Si se tipa con otro caso (no tengo demasiadas pretensiones) y si me permite serle de alguna utilidad, llámeme. Mi vida aquí ofrece pocos desafíos a la imaginación.

Ya no nieva.

El papel de carta espeso y con membrete estaba escrito con tinta negra y firmado con una sola palabra: PLANT.


Jury volvió a guardar la carta en su sobre y la dejó sobre la repisa de la chimenea como un mensaje dirigido a alguien en particular. Al mirar el sobre blanco, con la dirección escrita en caracteres pequeños y negros, recordó grandes extensiones de nieve cristalizada con pequeñas pisadas que las atravesaban. Como había dicho Plant, ya no había más nieve. Miró por la ventana. El día estaba gris y triste: llovía.

Tomó el impermeable del perchero detrás de la puerta y salió.

A Jury también le encantaba la lluvia.

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