Agradecimientos

Me gustaría dar las gracias en primer lugar a las personas de Inglaterra que me han ayudado con el material complementario de esta hovela. Doy las gracias a Alex Prowse por el tiempo, la conversación y las fotografías de su barcaza en el estanque de Little Venice; a John Gilmore por la visita al Clermont Club; a Susan Mon-son por su introducción al East End; a los profesores de la facultad Linley-Sanbourne por sus aclaraciones sobre el período Victoriano; a Sandy Shafernich por su colaboración en reunir material auxiliar sobre el movimiento antiviviseccionista; a Ruth Schuster por arriesgar vida, vastago y libertad en nombre de la verosimilitud; a David Crane, John Blake y John Lyon por la tarea hercúlea de introducir a una estadounidense en los misterios del más elegante de los juegos, el criquet; a Joan y Colin Randall por horas y días de hospitalidad y amabilidad en Kent. También quiero dar las gracias a mi cartujo favorito, Tony Mott, así como a Vivienne Schuster por todo lo que hicieron para allanar las dificultades.

En Estados Unidos, muchísimas gracias a John McMasters, investigador de incendios del condado de Orange, y al detective Gary Bale, del Departamento del sheriff, por su información sobre incendios premeditados y detenciones; a Ira Tolbin, por soportar pacientemente otros catorce meses de proceso creativo; a Suzanne Forster y Roger Angle por ordenar las piezas cuando las cosas se complicaban; a Julie Mayer, por leer otro borrador; a Kate Miciak, por su constante apoyo editorial; a Deborah Schneider, por su fe y amistad constantes.

Debería mencionar que, si bien los lugares de Londres mencionados en esta novela existen, se han utilizado de manera ficticia. También debería mencionar que cualquier error o metedura de pata es culpa mía exclusivamente.

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