[1] Hacia adelante / hacia atrás / ¡Que bonita diversión! / Hacia adelante / hacia atrás / la vida es eso y nada más.

[2] Alusión a un verso de Eugenio Montale: «Crebbe il bucato ai fili». (N. del T.)

[3] Famoso verso de La divina comedia de Dante, Infierno, canto XXVI, v. 120. (N. del T.)

* Habría sido estupendo que hubieras ganado el partido. Jugabas en el patio de una casa pobre, en verano, ¿te acuerdas? o no, mejor dicho, al acabar la primavera, y aquel verde, todo aquel verde alrededor, ¿te acuerdas? La fuente municipal era de hierro fundido, verde también, con un grifo de cobre, todavía llevaba grabado «Antigua Fundición», con el escudo real. Una jarra, una mujer desnuda en el balcón, habría querido hablarte, si hubiera podido, pero era una imagen de siempre, y el siempre carece de voz. Pasabas por allí, ignaro como todos los que pasaban. Atravesabas algo sin saber qué. Y de ese modo te estabas yendo, despacio, hacia algún otro lugar, pensabas. Tendrá que haber algún otro lugar, pensabas. Pero ¿era verdad? Extranjero, tú también, en otro lugar. Las nubes, las nubes, que cambian continuamente de forma, giran en el cielo. Y viajan sin brújula. Estrella Polar, Cruz del Sur. Venga, sigamos las nubes. Disputemos el partido con las nubes, aceptemos su desafío, por ejemplo: ¿y cómo se juega a ese juego? Nimbos, cirros, cúmulos son los jugadores que alinea el equipo adversario. Mira. Ahí llega el primero. Con él hubo un áspero duelo. ¡Ah! Los molinetes que hacías con tu sable. Ilustre caballero que participaste en el torneo, tu valor fue sin igual, e inigualable tu bravura, magnífica tu generosidad al defender nobles ideales. Hiciste frente al feroz nimbo que lanzaba truenos y centellas. Obligaste a dar vueltas como una pelota enloquecida al cúmulo abombado que todo lo adaptaba a su redondez. Y el gran cirro, tan orgulloso de su «cirridad» y cuya nata montada ocultaba la nada, se dio a la fuga, a lo lejos. Noble caballero, ¡qué gran combate! Y todo esto sin armadura. Después te marchaste hacia otros lugares, frágil pero fuerte, sólido como una roca y, sin embargo, en equilibrio precario. Viajes a través de senderos que se bifurcan, caminos de Santiago de Compostela, mares nunca antes surcados, iba ligera tu piedra inestable, caballero sin mancha y sin miedo, con todos los miedos del mundo y todas las manchas solares.

Hasta el momento en el que el viaje de ida se convirtió en el de regreso.

Habría sido estupendo que ganaras el partido, dijo el gitano ciego. Pero yo, yo no canto el futuro, estate tranquilo, en el periódico de esta mañana, un actor muy conocido dice que es viejo y que está orgulloso de ello, la patria en cuanto patria, aunque sea ingrata, nos fascina y debemos amarla (carta sin firma), si respondes a la pregunta más difícil del Gran Concurso y si dominas con seguridad los acontecimientos, siendo capaz de convertirte en el punto de referencia de todos y de ti mismo, ganas veintiocho puntos y un viaje a Zanzíbar, y, además, por lo menos durante esta semana, la influencia positiva de Urano te hará, al contrario de lo habitual, prudente, evitándote el peligro de alimentar vanas ilusiones. Si, por el contrario, quieres saber las previsiones de tu horóscopo, te lo vendo por dos duros, es un horóscopo caducado, puedes leerlo al revés hasta la época en la que jugabas en el patio de una casa pobre. Era verano, ¿te acuerdas? En el banco de una estación, el globo olvidado por un niño ondula y la mujer desnuda del balcón ha cerrado la ventana.

[4] Alusión a Giacomo Leopardi. (N. del T.)

[5] Alusión a «La fontana malata» (La fuente enferma), un famoso poema de Aldo Palazzeschi (1885-1974), algunos de cuyos versos reproducen onomatopéyicamente el sonido del agua de una fuente. (N. del T.)

[6] Estribillo de una canción cantada por los partisanos italianos durante la invasión nazi de Italia, precedido de una alusión a la famosa novela de Beppe Fenoglio El partisano Johnny. (N. del T.)

[7] Vino blanco típico de la región italiana de las Marcas. (N. del T.)

[8] Latinismo (de recubo: estar recostado o tendido de espaldas), tomado del verso inicial de las Bucólicas de Virgilio: «Tityre, tu patulae recubans sub tegmine fagi» (Tú, Titiro, recostado a la sombra de un haya anchurosa). (TV. del T.)

[9] Alusión deformada a unos versos del poema de Leopardi «El sábado en la aldea»: Diman tristezza e noia / Recheran l’ore (Mañana tristeza y hastío / Nos traerán las horas). (N. del T.)

[10] A lo largo de todo el relato se van incluyendo fragmentos del libreto de la ópera Norma, que paja comodidad del lector aparecen sencillamente en cursiva, sin ulterior señalización en nota. (N. del T.)

[11] En español en el original. (N. del T.)

[12] «Si esta voz te despierta en plena noche / mientras te abraza a tu lado tu marido, / quédate despierta, si quieres estarlo, / pero haz como que duermes, profundamente.»

[13] En napolitano, «lejos de ti, cuánta melancolía». (N. del T.)

[14] Gianni Schicchi es un personaje del Infierno de Dante, cuyo nombre deforma en este cuento el narrador de modo irónico y despreciativo. (N. del T.)

[15] Allons! ¡Seas quien seas, ven, viaja conmigo! / Viajando conmigo encontrarás lo que nunca cansa.

[16] En la vigilia de no partir nunca / al menos no hay maletas que hacer.

[17] Condotiero del siglo XIV, por lo que se da a entender que la casa en cuestión era muy antigua. (N. del T.)

[18] ¿Me reconoces, aire, lleno de la que ya fue en mí?

[19] En español en el original. (N. del T.)

[20] Alusión a varios versos de «La noche del día de fiesta», de Giacomo Leopardi. (N. del T.)

[21] Alusión a unos versos de Eugenio Montale, de su libro Satura (1974): Riemersa da un’infinità di tempo / Celia la filipina ha telefonado… [Surgida de una infinidad de tiempo / Celia la filipina ha telefoneado…] (N. del T.)

[22] Fiesta infantil de la ciudad de Florencia, consistente en un mercadillo en el que se venden grillos vivos en jaulas a los niños. (N. del T.)

[23] Buen ratón de otra parte, y de cualquier / filosófica hipocresía lejano, / y sencillo en suma y verdadero, si bien / en las intrigas ducho, y cortesano; / popular por afecto, y por cualquiera / tratable siempre y, si decirse puede, humano; / poco del oro, y del honor muy celoso, / y generoso, y de la patria amante.»

[24] El citado Anselmo es el protagonista de un poema humorístico de Visconti Venosta, de finales del siglo XIX, y representa a un cruzado ridículo. (N. del T.)

[25] «Te quiero, te busco, te llamo, te veo, te oigo, te sueño» versos de la canción napolitana Voce ‘e notte. (N. del T.)

[26] Más versos de la misma canción napolitana: «Más lejos estás de mí, más cerca te siento.» (N. del T.)

[27] Una carta es una felicidad terrena. / Algo que es negado a los dioses.

[28] Verso inicial del poema «La noche del día de fiesta», de Leopardi. (N. del T.)

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