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Son las once, y Lizzie, Harry y los niños están sentados en la sala de estar. Algo está ocurriendo en el exterior. Los demás todavía no se han dado cuenta. No quiero que los niños y Liz tengan otro sobresalto, de manera que no le he dicho nada a nadie. Empezó hace una media hora. He oído vehículos pesados moviéndose en la distancia y algún chillido y grito ocasional. También he oído disparos.

He intentado mirar por todas las ventanas del piso pero no puedo ver lo que está pasando. Tengo que saberlo. Me aseguro de que los demás están distraídos y me escabullo del piso. Me paro en mitad del rellano. Todo parece igual a como estaba cuando salí ayer, pero hoy la sensación es diferente a causa de lo que hay escaleras arriba. Me paro al pie de las escaleras y, durante un segundo, me planteo volver al piso. Tendré una mejor vista desde los pisos superiores pero me da miedo subir. No creo que haya nadie ahí arriba; el coche de la gente del piso superior sigue sin aparecer y no puedo oír nada. Pero ¿qué pasa con el cuerpo? Sé que el hombre en el rellano está muerto pero ¿tengo huevos para pasar al lado del cadáver? Mi cabeza se llena de repente con estúpidas imágenes de pesadilla de unas manos sin vida que intentan agarrarme. El sonido de otro disparo en la distancia me espolea para entrar en acción. Respiro hondo y subo corriendo las escaleras, sin parar hasta llegar al último piso. Espío por la puerta medio abierta para asegurarme de que sigue vacío, después entro.

Sólo hay dos pisos entre mi casa y ésta pero la vista desde aquí es completamente distinta. Esos pocos metros adicionales de altura suponen una gran diferencia y desde aquí puedo ver kilómetros alrededor. Casi puedo abarcar todo el barrio y ver el centro de la ciudad. Esta mañana el mundo parece como las imágenes que envían los corresponsales de guerra. El horizonte es oscuro y gris. Un humo sucio y espeso se eleva de los ennegrecidos esqueletos de edificios quemados. No queda mucho del centro médico de Colville Way. Las calles están desiertas.

¿Cómo se supone que voy a proteger a mi familia de esto? Siento que el peligro aumenta casi cada segundo y no hay nada que pueda hacer para detenerlo. Pienso en los niños abajo y me siento aterrorizado e indefenso. Dependen de mí y yo no sé qué puedo hacer para mantenerlos a salvo.

Ahora veo movimientos en la distancia. Desde aquí no puedo saber exactamente qué es. Me doy la vuelta y cojo la cámara de vídeo que vi cuando estuve ayer aquí. Dios sabe para qué la utilizaban los hombres que vivían aquí. No tengo interés en saberlo. Acerco la cámara a la ventana y la enciendo. Casi no queda batería. Encuentro el botón del zoom y hago que enfoque lo más lejos posible. Me lleva unos pocos segundos dirigir la cámara en la dirección correcta y ubicar el movimiento que acabo de ver.

Creo que estoy mirando hacia el área alrededor de Marsh Way pero no estoy seguro. Sea cual sea el nombre de la calle que estoy mirando, por ella están circulando dos grandes camiones de color gris verdoso. A ambos lados de los camiones hay figuras uniformadas. Maldita sea, son soldados con lo que parece el equipo completo de campaña. Llevan máscaras o visores que les oscurecen las caras. Los camiones se detienen a medio camino de la calle y los guardias que los rodean se dividen en grupos más pequeños. Algunos permanecen cerca de la parte trasera de los vehículos mientras que otros se mueven hacia las casas que hay a ambos lados de la calle. Desde aquí sólo puedo ver con claridad un grupo de figuras pero supongo que todos están haciendo lo mismo. Parece una inspección casa por casa.

El soldado al frente del grupo golpea con el puño en la puerta. Joder, no esperan a que les abran. Cuatro de los soldados del grupo de cinco fuerzan la entrada en la casa en cuanto se abre la puerta. La quinta figura uniformada les sigue adentro, lleva algo. Es difícil mantener el enfoque de la cámara desde la distancia y no puedo decir si lo que tiene en las manos es un portapapeles o uno de esos ordenadores portátiles. Todos desaparecen en el edificio y espero a que salgan. Y espero. Y espero.

En todas partes a lo largo de la calle está pasando lo mismo. Grupos de soldados se separan de los camiones y examinan cada una de las casas. Levanto la vista de la pantallita de la cámara durante un segundo y vislumbro movimiento en otra calle cercana. Otra vez lo mismo. Bizqueo cuando el sol traspasa hoy, por primera vez, la densa capa de nubes y puedo ver como mínimo dos filas más de camiones y soldados avanzando por otras calles, todas ellas en un radio de pocos centenares de metros. Vuelvo a enfocar la casa que estaba mirando en Marsh Way cuando salen los cinco soldados e inmediatamente centran su atención en el edificio de al lado, dejando atrás a una aturdida y desconcertada pareja de mediana edad que cierra tímidamente la puerta a sus espaldas.

Hay helicópteros volando sobre la ciudad. Qué raro. Quizás estén coordinando los movimientos de las tropas en tierra.

Los soldados que he estado observando han forzado la entrada en otra casa. Reaparecen en menos de un minuto, esta vez arrastrando a alguien tras ellos. No puedo distinguir si es un hombre o una mujer pero está golpeando, pataleando y haciendo todo lo que puede para que la dejen ir. Ahora puedo ver que es una mujer. Sólo está medio vestida. Le han dado la vuelta y la están llevando hacia el camión más cercano. Ella sigue resistiéndose. Cuando la empujan hacia la parte trasera del vehículo, consigue liberarse del soldado que la estaba agarrando. Empieza a correr por la calle y… y ahora no puedo creer lo que estoy viendo. Uno de los soldados da un paso adelante y levanta el fusil. En lugar de correr tras ella, sencillamente le dispara por la espalda.

Dos de ellos recogen el cuerpo caído y lo tiran sin ceremonias en la caja de uno de los camiones.

Finalmente deben estar eliminando a los Hostiles. Gracias a Dios.

Ya era hora. Espero que los muy hijos de puta reciban lo que se merecen.


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