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La sala está fría y silenciosa. Lentamente consigo abrir los ojos. No creo que haya nadie conmigo. El montón de muebles está a un lado y la puerta abierta. La lluvia entra a raudales a través de la ventana rota y la parte trasera de mis piernas está mojada. Intento sentarme pero el dolor es demasiado fuerte y me dejo caer de nuevo.

¿Cuánto tiempo llevo aquí tendido?

Empiezo a recordar lo que ha pasado. Lo voy rebobinando. Recuerdo que Lizzie me golpeó. Recuerdo la mirada de odio en su cara, igualada sólo por las expresiones similares en los rostros de Edward y Josh. Cierro los ojos e intento situarme. Ver cómo mi compañera y mis hijos huyen de mí y saber que me odian tanto duele más que el malestar físico que siento ahora. Me siento vacío, traicionado y asustado. No puedo explicar nada de lo que ha pasado. No sé por qué maté a Harry, sólo sé que tenía que hacerlo. No puedo explicar por qué casi toda mi familia se ha vuelto contra mí con tanta rapidez y tan completamente. No puedo explicar por qué Ellis no se ha vuelto así. Joder, tengo que encontrarla.

Me fuerzo a levantarme. Mi cuerpo me duele y cualquier movimiento es difícil. Muy lentamente, utilizando como apoyo el brazo del sofá, consigo ponerme de pie. Veo mi reflejo en el espejo colgado por encima del radiador. Mi ojo derecho está negro e hinchado. Uno de mis dientes delanteros está suelto y tengo sabor a sangre en la garganta. Cuando veo el estado de mi cara empiezo a sentir realmente el dolor. Me arrastro hasta la cocina y paso por encima del cuerpo que hay en el suelo para conseguir un poco de agua. Esto está mejor.

El agua está helada, pero me refresca y me ayuda a aclarar un poco el embotamiento de la cabeza, que me da vueltas. Estoy inclinado sobre el fregadero y me lavo la boca, escupiendo sangre. Contemplo el agua de color rojizo e intento no mirar a Harry, muerto a mis pies. ¿Qué demonios ha ocurrido? El suelo de la cocina está cubierto con su sangre, de un color carmesí oscuro. Sus ojos sin vida miran hacia el techo y puedo sentir cómo me queman. No me arrepiento de lo que he hecho -tenía que matarlo antes de que me matase a mí-, pero necesito comprender por qué…

Cierro el grifo y, excepto por el ocasional goteo de agua, el piso está en completo silencio. ¿Se habrá llevado Lizzie a los niños a alguno de los pisos superiores? Lentamente camino hacia la puerta de la cocina, escuchando con mucha atención. Sé que se han ido.

Mierda.

Una súbita revelación me golpea como un puñetazo en la barriga, más dolorosa que los golpes físicos y emocionales que ya me han dado. Pensar en los pisos superiores me ha recordado el cuerpo en el rellano y las palabras del Hostil cuando estaba agonizando. «Estate preparado -me dijo-, son ellos, no nosotros. Lo ves claro cuando te ocurre». Dios santo, me miró y vio a otro Hostil. Soy uno de ellos. Es la única explicación lógica. ¿Cómo podrían haber cambiado Harry, Lizzie, Edward y Josh, todos al mismo tiempo? Lo razonable es que yo sea el único que es diferente. No puedo explicar cómo o por qué, pero cuando miré en sus ojos supe inmediatamente que los otros no eran como yo y que eran una amenaza. Sentí cómo manaba la repulsión de ellos. Miré a mi familia y los temí, y eso explica por qué hice lo que hice y por qué tantos otros han matado antes que yo. Tenía que atacarlos antes de que me atacasen. Todos excepto Ellis…

Mantén la calma, intento decirme, mientras corro por el pasillo y salgo al vestíbulo principal. Miro hacia fuera por la puerta principal. Maldición, el coche ha desaparecido. Maldita sea, se han llevado el coche y ahora pueden estar en cualquier sitio. Lucho por hilvanar los pensamientos y me han vuelto las náuseas provocadas por el pánico. «Mantén la calma -me vuelvo a repetir-. Piensa con lógica. ¿Adónde pueden haber ido?» Sus opciones son limitadas. Podrían haber ido a la casa de Harry, pero es poco probable con él muerto en el suelo de la cocina. Con mayor certeza Lizzie los habrá llevado a casa de su hermana. Los buscaré allí.

Tengo frío. Mi ropa está mojada y empapada de la sangre de Harry y de la mía. Voy a cambiarme, recogeré algunas cosas y saldré a buscar a Ellis. No sé a dónde iremos cuando la recupere. No podemos volver aquí. Este lugar ya no es seguro.


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