Capítulo 33

– Tal vez te parezca una tonta por querer hablar contigo de este modo, pero algo me dice que puedes oírme. No sé si lo entenderás, pero para mí es evidente que siempre serás una parte de mí. Tal vez les pase a todas las madres, sentir que el cordón nunca se rompe del todo, y eso se hace aún más patente cuando… ay. Eva… mi cielo, mi queridísima niña, ¿cómo hemos venido a parar aquí?

»Perdoname. Que yo me ponga a llorar no es una gran ayuda para nadie, pero… me siento tan vacía y sola sin ti. Erik, él, no sé, procuramos apoyarnos en lo posible, pero él no tiene ánimos ni siquiera para venir a verte, aunque yo le digo que seguramente le haría bien.

»Ah, si pudieras darme una señal, lo que sea, indicarme de algún modo que me puedes oír.

»Axel pregunta muchísimo por ti, es tan difícil saber qué decir sin equivocarse. Además, ha cambiado de parvulario y no acabo de entender por qué era preciso hacerlo justo ahora que… pero Henrik no atendía a razones. Se enojó de veras cuando intenté convencerle de que Axel siguiera yendo al mismo. Yo pensaba que lo mejor para él sería que no todo cambiara de golpe. Además, vosotros teníais muy buenas relaciones con los otros padres del parvulario. Y con todo el barrio. Solíais organizar encuentros muy agradables. Vimos a ese chico que solía jugar con Axel, ese morenito, ¿cómo se llamaba, David o Daniel? No me acuerdo. Bueno, la cuestión es que el otro día él bajaba con sus padres por vuestra calle mientras nosotros estábamos en el jardín. Sí, Erik también estaba allí, porque ayudamos a Henrik a podar unos cuantos arbustos. En cambio, Axel estaba jugando dentro de casa. Lo que fue muy raro es que pasaron de largo, como si no nos vieran, o mejor dicho, como si no quisieran vernos. Y Henrik se quedó plantado también sin intentar saludarlos. No sé, me pareció muy raro, creía que erais bastante amigos. Tal vez no sepan qué decirnos ahora que… La gente se comporta de un modo muy extraño. Si yo lo único que quiero es hablar de ti.


* * *

»Mi pobrecito Axel. Se ha vuelto tan callado. He intentado que me explique cómo se siente pero… no habla mucho, sólo espera que vuelvas a casa. Pero las cosas van mejorando cada día en el nuevo parvulario, aunque quiere que yo le acompañe. Sí, porque al final ha resultado que soy yo quien le acompaña en la aclimatación porque Henrik, él… bueno, no sé si decirte la verdad, pero estamos bastante preocupados por él, creo sinceramente que ha empezado a beber demasiado. En varias ocasiones, cuando he llamado al mediodía, me ha parecido que estaba borracho. Tengo la impresión de que se aisla más y más, incluso diría que ha dejado de trabajar.


* * *

»Es tan difícil saber qué debe hacer una, naturalmente nos preocupa la situación de Axel. A saber cuál será su reacción a todo esto, a la larga. Le hemos dicho a Henrik que Axel puede estar con nosotros todo el tiempo que quiera o que nosotros podemos ir allí si él se siente mejor en su propia casa pero… creo que Henrik quiere vender la casa y marcharse de Nacka, intentamos convencerle de que espere un poco más, hasta que sepamos con seguridad que… yo sé la ilusión que te hacía vivir allí.

»Ah, me da tanta rabia pensar en todo lo que tenías por delante ahora que finalmente habías decidido romper.

»Me gustaría tanto poder preguntarte si es culpa mía y de Erik, si nos equivocamos en algo ya que tenías un sentimiento de culpa tan grande, si tiene que ver con el modo con que te educamos. Nosotros estábamos de tu parte, siempre lo habríamos estado, ¿no lo sabías? ¿Cómo pudiste creer que alguien te condenaría ahora que por fin habías encontrado el amor de tu vida? A veces me siento tan enfadada contigo por haber sido tan tonta y evadirte de todo el problema. Además, no entiendo cómo pudiste hacerle algo así a Axel. ¿Y por qué no nos dijiste que te encontrabas tan mal, por qué no nos dejaste ayudarte?

»Perdoname. Pero son tantas las preguntas.


* * *

»No puedes dejar de luchar, Eva, prométemelo, al menos debes hacerlo por Axel. Nos han dicho que las probabilidades del resultado del examen de mañana son del cincuenta por ciento y que todavía no debemos perder la esperanza. Estoy segura de que ese médico tiene razón, ese que dice que puedes oírnos. Erik ha estado haciendo consultas y dice que, por lo visto, hay un médico en el hospital Karolinska Sjukhuset que es especialista en este tipo de daños, Sahlstedt o Sahlgren me parece que se llama. Hemos intentado ponernos en contacto con él, pero está de vacaciones esta semana y la próxima. Nos dijeron que volviéramos a llamar cuando regresara. Querida Eva, tienes que seguir luchando, tienes tantas cosas por las que vivir. Si supieras lo agradecida que estoy porque él te acompañara, porque consiguiera sacarte del agua. No creo que nunca haya visto a un hombre amar con tanta entrega. En medio de todo esto me siento tan agradecida de que le tengas a él, porque, por mal que vayan las cosas mañana, al menos pudisteis disfrutar de algún tiempo juntos.

»Para nosotros es un pequeño consuelo saber que conociste el amor, aunque luego hicieras lo que hiciste. Y que él está aquí contigo. Día y noche.

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