Capítulo 20

El Espantapájaros

Carver esperaba en la oscuridad. Su cabeza era un revoltijo de pensamientos. Tantos, que no estaba seguro de cuáles eran recuerdos auténticos y cuáles inventados.

Se filtraban en su mente como el humo. Nada permanecía. No había nada a lo que pudiera asirse.

A veces oía voces, pero no podía distinguirlas con claridad. Eran como conversaciones musitadas por todas partes a su alrededor. Pero nadie hablaba con él, solo a su alrededor. Cuando hacía preguntas, nadie le contestaba.

Tenía su música, y eso era lo único que lo salvaba. La oía e intentaba cantar al compás, pero las más de las veces no tenía voz y tenía que contentarse con tararear. Se iba quedando atrás.


This is the end… beautiful friend, the end… [4]

Creía que la voz que cantaba era la de su padre. El padre al que no había conocido nunca, que venía a él por la gracia de la música.

Como en la iglesia.

Sentía un dolor horrible. Como si llevara un hacha clavada en el centro de la frente. Era un dolor implacable. Esperaba que alguien lo detuviera, que alguien lo salvara de eso. Pero nadie acudía. Nadie lo oía.

Esperaba en la oscuridad.

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