Epílogo

Jody esperó unas semanas antes de dar a Everett el jersey azul que le había hecho hacía tantos meses. Algunas veces tenía la impresión de que Everett no era tan buena persona como Simon. Y desde luego no era tan buen amante, pero estaba enamorada de él y se dio cuenta de que en realidad tampoco le importaba. Tengo el gusto de comunicar que se casaron en julio y adoptaron un perro, un gracioso chucho al que llamaron Clio que duerme en la cama entre ellos dos. Simon se ha mudado a la preciosa casa de campo, con su aún más precioso jardín, de Virginia, donde se le conoce como uno de los miembros más populares y activos del grupo de caza. George, como habréis imaginado, se trasladó a Brooklyn con Alexandra bajo la benevolente mirada de la Estatua de la Libertad. Dejó su trabajo en el restaurante, empezó a adiestrar perros a jornada completa, y he oído que se gana muy bien la vida. Su cliente más importante, el que requiere más tiempo y el más frustrante sigue siendo Jolly. A los gemelos de Jamie los admitieron en el centro de preescolar que ellos eligieron tras una generosa contribución. Doris, sin embargo, no consiguió un escaño en el ayuntamiento. Para consolarla Harvey le compró otro pomeranio taza de té, un macho llamado Franklin, y ella decidió aparearlos, y lo hizo, y después vendió uno de los cachorros y se quedó con el otro. Polly se recuperó de la pena por haber perdido a Chris, pero de momento, hasta donde yo sé, no le ha sustituido, a pesar de que George no deja de arreglarle citas a ciegas. Polly sigue viviendo en el mismo apartamento, donde su amiga Laura se ha quedado con la habitación de George y su parte del alquiler, y casi todas las mañanas de cualquier estación puede verse a dos chicas guapas paseando a sus grandes y retozones perros entre los imponentes árboles de Central Park.

Загрузка...